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Entrevistas

7 de Abril de 2020

Joan Melé: “El 99% de la economía financia especulación, nos tenemos que mover hacia una economía real”

Foto: Felipe Carmona

Un banco que no esté condicionado exclusivamente al criterio del máximo beneficio y la especulación, que invierta en economía real. Esa es la bajada de la banca ética, la propuesta que Joan Antoni Melé enseña desde Barcelona y a través de videollamada. El presidente de la Fundación Dinero y Conciencia y miembro asesor de Triodos Bank, el primer “banco con valores” del mundo, habla con The Clinic sobre la crisis económica post pandemia y las directrices para enfrentar esta coyuntura en Chile, un país marcado por su modelo económico.

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Estaba a días de iniciar una gira de once semanas por Latinoamérica para hablar sobre la banca ética, cuando el coronavirus estalló en España, país donde hasta hoy hay registrados más de 130 mil contagiados. Joan Antoni Melé Cartañá dice que con esta experiencia que están viviendo, al fin sus compatriotas entenderán qué significa ser persona non grata en otros lugares del mundo. “Antes éramos nosotros los que decíamos a personas de África que no queríamos que vinieran. Pero ahora todo el mundo nos lo está diciendo a nosotros. Creo que está bien que tengamos esa experiencia, que sepamos cómo se siente cuando alguien te dice: no, no quiero que vengas”, comenta a The Clinic desde una aplicación de videollamadas.

Vive en un pueblo cercano a Barcelona, a 150 metros del mar. Aunque no puede verlo, dice, lo tranquiliza escucharlo a lo lejos. Por estos días está dedicado a dos grandes proyectos: la escritura de su nuevo libro y la ejecución de decenas de charlas y seminarios por redes sociales donde repite de forma incesante su propuesta de una economía consciente, responsable y colaborativa. 

Foto: gentileza Doble Impacto

El catalán tiene más de 35 años de experiencia en el sector de la banca. Fue subdirector general de Triodos Bank en España, el primer banco ético del mundo, además de miembro de su Comité Ejecutivo y más tarde vicepresidente de la Fundación Triodos. En enero del año 2015 decidió renunciar a su cargo con el objetivo de promover la banca ética por América Latina, situando en Chile Doble Impacto, la plataforma de inversiones cuyo propósito es acompañar el desarrollo de una banca ética o con valores en Chile.

Esa paradigmática propuesta de economía que propone hoy hace eco. En un mundo en donde todos los especialistas prometen una crisis económica sin precedentes provocada por el coronavirus, él no tiene miedo, pues dice que es una oportunidad para hacer las cosas distinto. ¿Qué propone? En esta entrevista desliza algunas ideas. 

¿Qué lecciones vamos a aprender a nivel humano después de esta crisis?

-Si verdaderamente tuviéramos oídos para oír y ojos para ver, nos estaríamos ya dando cuenta de que la tierra y los seres humanos formamos una unidad. Somos un organismo único, como ya nos explicaban todas las tradiciones indígenas muchos más conectadas con la tierra, con el cielo y con el cosmos que nosotros. De tanto hacerle daño a la tierra, esta tenía que reaccionar. Las comunidades indígenas nos venían advirtiendo pero nosotros no escuchamos. Ahora deberíamos darnos cuenta de que un virus afecta a toda la humanidad. En un mes en España han muerto más de diez mil personas. Y piensa que cada día mueren de hambre ocho o nueve mil niños en el mundo: ¿cómo te explicas que eso nunca sea noticia? Esto nunca fue noticia porque no nos afectaba en nuestro propio estado de bienestar. Hay mucha gente que sufre permanentemente, pero recién ahora podemos entenderlo.

Creo que si esta crisis no nos sirve para que despertemos una conciencia, una sensibilidad, pero no sólo conciencia, sino que un compromiso de luchar para cambiar las cosas, la próxima crisis será aún más fuerte.

¿No tienes esperanza de que esto realmente signifique un cambio en la forma en que entendemos la economía?

-Recuerda que para el año 2008 hubo una crisis mundial muy dura. Hubo un hundimiento total de las bolsas. Quebraron la mayoría de bancos, hubo millones de personas sin trabajo, y algunos pensaron que ahí se iniciaría una nueva economía más consciente menos especulativa, más solidaria. Y cuando pasó un año, volvimos a las andadas. Ahora mucha gente dice “cuando pase la crisis podemos volver…” y eso es justamente lo que no debemos hacer: volver al modelo de antes. ¿Qué nos tiene que pasar para que entendamos? No soy tan optimista, no creo que solo con esto la gente reaccione. Yo creo que las personas que intentamos estar en un camino de conciencia, además de llevarlo con nosotros también debemos difundirlo, hay que intensificar el trabajo. 

¿En qué consiste ese trabajo?

-Es un cambio de conciencia en la educación. O sea no podemos seguir educando igual a los niños. Cuando vemos que en el mundo hay tanta corrupción, tanta destrucción, tanta desigualdad, preguntémonos nosotros, las personas que lo hemos provocado, cómo se nos ha educado. Es que nunca vamos al origen. Nos educaron solo para tener una carrera universitaria, para buscar trabajo, para ganar dinero, pero cómo, si ese no es el objetivo de la vida. Claro que hay que trabajar y ganar dinero, pero ese no es el objetivo de la vida, los seres humanos estamos en esta vida para algo más que consumir. La verdad es que yo no tengo claro que ese mensaje se haya entendido lo suficiente.

Joan Melé – Foto: Felipe Carmona

¿Qué aspectos de la educación debemos reforzar?

-Hay algunas propuestas que lo dicen más o menos así: Una educación que se base en el pensar, en el sentir y en la voluntad. Una mezcla entre mente, corazón y manos. Hay que desarrollar una educación emocional donde sepamos reconocernos unos a otros, y también desarrollar una educación de la voluntad; los niños tienen que saber que la vida es compromiso, y eso lo deben aprender en el ejemplo de los padres, del colegio. ¿Cómo nos comprometemos para cambiar el mundo? Esa es la pregunta. Si no lo queremos aprender con amor, vamos a tener que aprenderlo con dolor. Y pasó en Chile, fíjate, yo estuve en tu país 15 días antes de la revuelta de octubre. 

¿Qué observaste de toda esa crisis social que estábamos viviendo?

-Era la gente diciendo que ya no podía más. Pero si es cosa de mirar el mapa de Santiago de Chile donde hay unas zonas que tienen el mismo nivel de renta que en Noruega. Hay otra parte pequeña que tiene el mismo nivel de renta que Suiza y el resto de Santiago se divide en dos mitades: una tiene la renta del Congo y la otra mitad es Irak. ¡Y esas diferencias conviven en el mismo lugar! Claro, si unos tienen 10 millones de dólares y tú no tienes ninguno, la media es que tenemos cinco, pero tú no tienes ninguno. Eso es lo que pasa en las estadísticas, cuando solo vemos la renta básica y el PIB. Así es como vamos disimulando. 

¿Hacia dónde debería apuntar una nueva economía entonces?

-Ya no tenemos que esperar que esto se quiebre. Por la humanidad tenemos que crear una nueva economía que no sea competitiva, que no sea destructiva de el planeta. Estamos destruyendo la tierra, y no, no es sólo cambio climático, destruimos la tierra. Ya no sé qué más tenemos que esperar. Hay muchos informes internacionales que hablan de las epidemias de las últimas décadas y tiene que ver  el consumo masivo de animales. A mí no me toca hablar del tema de la salud porque no soy médico, pero se está demostrando que destruir el medio ambiente ha provocado que los animales busquen otros hábitats y se desarrollen otros parásitos porque los sacas de sus casas o porque simplemente comemos cosas que no corresponden.

Tenemos que aprender a cambiar la educación, a cambiar el consumo, a cambiar las relaciones sociales, a cambiar radicalmente la economía pero tiene que ser ahora ya. No mañana, ayer. Porque o si no vendrán otros tipos de crisis que van a provocar más muertes y más sufrimiento. Y no tengo claro que con lo que venga después del covid-19 será suficiente para que la gente despierte. La gente debe estar dispuesta a preguntarse qué hacer para generar un cambio.

¿Cuál es la propuesta concreta de este tipo de banco? ¿Qué hace la diferencia?

-A través de la empresa Doble Impacto -que en un par de años más pretende transformarse en banco- estamos ayudando a proyectos que no solo tienen rentabilidad económica, sino que proyectos que aportan valor a la sociedad, que aportan riqueza social, ya sea en cultura, en el sector social o en el medioambiente. No es solo ganar dinero por ganar, como está pasando en gran parte de la economía mundial que es pura economía especulativa. Tienes que pensar que el 99% del dinero que se mueve cada día en el mundo de fondo no tiene nada, no estamos creando nada. Frente a la crisis que se nos viene tenemos que apostar por la economía real y estos días de confinamiento lo hemos visto: ¿Qué es lo realmente importante? Con esta experiencia nos hemos dado cuenta qué es realmente lo importante: la comida, la ropa, el techo, las cosas que necesitamos. El 99% de la economía financia especulación, nos tenemos que mover hacia una economía real. 

Foto: gentileza Doble Impacto

En un país tan marcado y definido por el modelo económico como Chile, ¿qué posibilidades reales hay de que un banco así se desarrolle?

-Hay gente que tiene proyectos muy buenos, que crearían puestos de trabajo y no se les quiere financiar. A veces es porque no se les entiende el proyecto o porque se piensa que tienen mucho riesgo. Y no es verdad, nosotros hemos demostrado que es posible. Si un banco ha podido cambiar, tal vez cualquier empresa pueda hacerlo. Nosotros en España lo estamos haciendo con empresas B, que saben que el dinero no es más importante que el respeto a la tierra y al medioambiente. Efectivamente queremos invertir, pero siempre respetando a las personas y al planeta, después ganando dinero. Muchas empresas lo han hecho así y resulta que a esas empresas les ha ido igual de bien o incluso mejor. Cada vez hay más personas que como yo se fijan en que las empresas tengan certificados. Yo no quiero comprar lo más barato que encuentre en el mercado, porque muchas veces lo más barato oculta un precio que lo está pagando otro. Nada es barato realmente, hay cosas que tienen un precio bajo, pero el coste es carísimo y lo estamos pagando todos. No solo es una banca ética, sino que se trata de un consumo responsable, de productos orgánicos, certificados, de comercio justo, de economía circular.

¿Tienes miedo ante de la crisis post covid-19?

-Frente a la crisis que viene, miedo no, porque el miedo no arregla nada. El miedo paraliza. Lo único que va a cambiar esto, lo único que podrá combatir esto es el amor. ¿Qué puedo hacer yo en este momento? ¿Cómo puedo ayudar a cambiar? Yo les diría: apoya a las empresas. Vamos a ayudar a que empresas responsables salgan adelante, pero no donándoles dinero, apoyando en lo necesiten. Hay que entregar apoyos que sean adecuados a las necesidades, con intereses razonables y dando el tiempo suficiente para que se puedan recuperar. No habrá una solución mágica, se trata de tiempo, apoyo y colaboración.  

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