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Actualidad

23 de Abril de 2020

Alertan riesgo de cuadros de Covid-19 más graves producto de la mala calidad del aire por uso de leña

Agencia Uno

La exposición constante a un aire contaminado podría producir que una persona contagiada de coronavirus se demore más en su proceso de recuperación.

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Preocupación exista en el mundo de la salud respecto al escenario que se avecina durante el invierno respecto a la calidad del aire y el uso de leña para la calefacción de los hogares.

Esto, debido a que la exposición crónica y prolongada a éste, como la que se vive cada invierno en la zona centro sur, tiene comprobados efectos perjudiciales a la salud de las personas.

Así lo explica la doctora en Salud Pública María Elisa Quinteros, académica de la Universidad de Talca: “La contaminación del aire, y específicamente la presencia de material particulado 2,5, tiene múltiples efectos comprobados en la salud de las personas, a nivel cerebral, cardiaco, pulmonar, el sistema reproductivo, incluso predispone a la diabetes y la hipertensión”.

La situación se ve así agraviada por la crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus, la salubrista levanta la alerta respecto a la evidencia que un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Harvard.

En este se informa sobre la relación directa entre la contaminación por PM 2.5 y la mayor tasa de muertes por COVID-19. “Ellos vieron en su estudio que cada vez que aumenta un microgramo por metro cúbico, que es una unidad de medición del material particulado, se eleva en 15% el riesgo de morir por el coronavirus. Este es el primer estudio que hay disponible, que ve una asociación clara entre estos dos factores”.

Esto implica específicamente que aquellas personas contagiadas pueden tener cuadros muchos más graves debido al deterioro en la salud que genera respirar aire contaminado por tiempos prolongados.

“Por ejemplo, si yo me voy a enfermar de coronavirus, pero he estado respirando por mucho tiempo aire contaminado, va a costar mucho más recuperarme que una persona que vive en una ciudad mucho más limpia”, agrega, lo que a su vez complica aún más a personas con alguna otra enfermedad concomitante como asma, diabetes o hipertensión.

Ante esto y los índices de calidad del aire que ya se muestran regulares, la académica señala que es en extremo urgente tomar medidas, además de recomendar el uso de fuentes más limpias para la calefacción durante el invierno.

Por su parte Carolina Loren, master en Desarrollo Humano Sostenible y también académica del Depto. de Salud Pública de la UTalca señala que “el desafío es como asumimos esta responsabilidad social, del discurso a la voluntad política de la acción, para generar estrategias apropiables y pertinentes para que los grupos sociales más vulnerables, que no tienen la posibilidad de optar por sí solos a las alternativas de calefacción menos contaminantes, puedan hacerlo y al menos, con esas medidas, disminuyan a las consecuencias de la exposición al COVID-19”.

Loren recalca que la pandemia pone en evidencia las profundas desigualdades en nuestro país manifestando que no estamos en las mismas condiciones para prevenir y recuperarnos frente a ésta.

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