Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Reportajes

30 de Abril de 2020

Verónica Zondek: “Me perturba el lugar en que quedará el pensamiento y la imaginación”

Foto: Lorena Palavecino
Por

“Suelo vivir más o menos en cuarentena siempre”, dice Verónica Zondek desde Valdivia, la ciudad del sur donde reside, “pero estoy en cuarentena voluntaria desde el 18 de marzo”.

La poeta, nacida en Santiago, en 1953, estudió Historia del Arte en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Su primer libro se tituló Entrecielo y entrelínea (1984). Además, es autora, entre otros ejemplares, de La sombra tras el muro (1985), Vagido (1987), El hueso de la memoria (1988), Por gracia de hombre (2008) y La ciudad que habito (2012). El año pasado se publicó la antología poética Ojo de agua por editorial Lumen. 

También estuvo a cargo de la edición de Mi culpa fue la palabra (2015), selección de poesía de Gabriela Mistral, y ha traducido a poetas como Emily Dickinson, Anne Sexton, Derek Walcott y Anne Carson. Verónica Zondek recibió el Premio a la Trayectoria Poética Pablo Neruda en 2017.  

¿Cómo ha sido el proceso de cuarentena?

-Estoy en cuarentena voluntaria desde el 18 de marzo. Más para no faltar a la verdad, te cuento que suelo vivir más o menos en cuarentena siempre. Lo distinto de esta cuarentena, es cómo influye en el conjunto de seres que compartimos un espacio y un tiempo, las limitaciones que distribuye a diestra y siniestra interfiriendo en las necesidades básicas y las incomodidades y prohibiciones que emanan de las órdenes que muchas veces no tienen sentido, al menos respecto a la salud y el bienestar común. ¿Cómo sobrevive uno a ese sinsentido que pasa a tener un poder absoluto sobre nosotros porque lo dictaminan así las autoridades que dicen que estamos en guerra nuevamente contra un enemigo poderoso? Pues instalando el miedo, que se construye sobre una amenaza de sucesivos enemigos externos e invencibles, cuyo único contrincante real, obvio, es quien ostenta el poder. Me perturban, profundamente, los alcances de ese control que ya se avizora y el empobrecimiento material de las grandes mayorías. Me perturba el lugar en que quedará el pensamiento, la imaginación, los cuerpos y la solidaridad en la construcción de las nuevas formas de concebir la comunidad en las que entraremos. 

¿Qué reflexiones ha realizado en estos días de encierro? ¿Ha podido escribir? 

-Para reflexiones basta con lo anotado antes, por ahora. Y respecto a la escritura, no podría definir eso con precisión porque nunca he escrito con regularidad, por lo que no estoy segura de que la razón por la que estoy escribiendo poco se deba a la contingencia. Lo que sí te puedo decir es que la premura y el peso de los hechos no son para mí el espacio más favorable respecto al acto de escribir. Creo que estos tiempos, como otros igual o más urgentes que éste como lo fue la explosión que se inició el 18 de octubre, son más bien de observación, meditación y anotación. La urgencia no es mi espacio de escritura para nada, más bien me deja en estado de alerta y atenta a las nuevas señas.

ESCRITOS INÉDITOS DE VERÓNICA ZONDEK

Algunos apuntes dispersos para algún escrito imaginario y posible: 

El mundo parece estar vacío.  

El mundo crece, florece, se multiplica mientras nosotros dormimos.

Somos los últimos que se subieron a esta micro que da vueltas y vueltas y vueltas. 

El lenguaje y las caricias pueden reparar. 

Que llegue tu muerte y devore tus ojos envueltos en codicia. 

¿Cómo hacer para que el cóndor devorador y sanitizador valga tanto como el huemul manso y soñador? Volver a Mistral.

Hay tinta cargada, tinta roja, tinta salada, tinta dulce, tinta crujiente, tinta para comer y tinta para beber. 

Cada uno con su palabra, con su silencio, con su aliento y con su arma.

Los ríos y su materia

Los cielos y las nubes escurridizas

Los territorios y sus hábitos y sus creencias y sus verdades sincréticas

Las ciudades y sus apuros y sus trabajos de los días

La vida y la muerte en vitrinas

El lenguaje de la usurpación

Los almacenes del silencio 

Los oídos sordos

El aleteo de un pájaro que vio y siguió volando

El recuerdo que atesoro bajo la lengua

El escupitajo que envuelve el horror

El virus que se multiplica 

el deseo que busca en el sueño

los bosques de huesos que encierran las sombras

el rey que acumula 

los caminos que desconoce el que no camina

los caminos que llegan al agua  

Revisa todos los capítulos de la serie “Los versos del encierro” ACÁ.


Temas relevantes

#Versos del Encierro

Notas relacionadas

Deja tu comentario