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4 de Mayo de 2020

Soledad Fariña: “Falta la calidez de lo cercano, los aromas, las miradas, los abrazos”

Foto: Nicolás Acuña
Por

“Hay casi una certeza: todo, lo más profundo, que es a la vez lo más básico, está cambiando”, cree Soledad Fariña, (77), poeta y académica, quien nació en Antofagasta y hoy vive en Santiago. 

“No hay teoría que acierte a definir el momento”, agrega la escritora, quien durante la dictadura militar se exilió en Suecia, entre 1974 y 1978, donde estudió en el Instituto de Estudios Romances de la Universidad de Estocolmo. A su regreso a Chile trabajó en diversas entidades públicas y privadas y efectuó clases en varias universidades.  

Su debut literario fue con el poemario El primer libro, en 1985. Entre otros títulos ha editado Albricia (1988), En amarillo oscuro (1994) y Narciso y los árboles (2001). Su obra inicial fue reeditada como El primer libro y otros poemas por Ediciones UDP, en 2016. Al año siguiente apareció la antología Pide la lengua, por Alquimia Ediciones (2017). Es autora de la versión Ahora mientras danzamos, poemas de Safo (Pequeño Dios, 2012). Soledad Fariña recibió la beca Guggenheim 2006 y el Premio a la Trayectoria Poética Pablo Neruda en 2018. Ha integrado antologías como Veinticinco años de poesía chilena: 1970-1995 (1996).   

¿Desde cuándo está en cuarentena y cómo ha sido este proceso?

-Es un proceso raro, y todo depende de cómo lo enfrentes. Ha sido un mes, tal vez más, sin miedo, pero con cautela. Lo más difícil, la distancia de los seres queridos, hijos, nietos, familia, amigas y amigos, alumnos del taller. Nos vemos y hablamos por WhatsApp, el taller va una vez a la semana vía Zoom; pero falta la calidez de lo cercano, los aromas, las miradas, los abrazos. Cocino, limpio y provista de mascarilla y guantes -soy del grupo más frágil- salgo al parque con mi perro, lo que es un regalo. Pancho corre, ramonea por aquí y por allá, le gusta el pastito. Aún todo está verde. No sé qué pasará cuando llegue el frío, la humedad. Ahí veremos.

¿Qué reflexiones ha realizado en estos días de encierro?

-Escribo poco; leo más. Pienso mucho. Desde el estallido de octubre asoma la inquietud: ¿qué es esto que viene? ¿qué es lo que estalla adentro y afuera? Hay casi una certeza: todo, lo más profundo, que es a la vez lo más básico, está cambiando. Este desequilibrio, la avaricia de unos que determina la carencia de otros, soterradamente parece haberse exacerbado con el virus sumándose a la indiferencia y falta de empatía de muchos de los líderes actuales. Cómo pensaremos, actuaremos después de esta reclusión. No hay teoría que acierte a definir el momento. No hay recetas. Por eso, reflexionar, escuchar a quienes lo hacen desde una mirada más amplia, seguir la intuición entreverada -en mi caso- a la poesía, al lenguaje. Eso hago.

A continuación, el poema inédito de Soledad Fariña.

Incertidumbre

¿Qué es un virus?  pregunto

al ver la hermosa flor roja –o rosada-

que se despliega  ante mi ojo

Soy  excreta, me  responde la misma flor 

minúscula 

¿De qué?

¿De quiénes?

No hay respuesta. Solo barbijos, mascarillas, guantes

¿Abrazos? (no) ¿Caricias? (no)

¿Piel contra piel? (Jamás!)

¿Tocarse  con los labios?  (no)  ¿Siquiera levemente? (no!)

Hay silencio, pero no absoluto en el callejón 

que desemboca en el Metro.

Dos vagabundos sin mascarilla sin guantes adelantan los brazos 

ofreciendo por cien pesos un ramillete de vendajes inmundos 

Dudosos me miran,  ríen  

-¿Se atreverá esta abuela?-  

Su risa cálida se extiende más allá de cualquier miedo 

o pavor a esa flor  coronada en su redondez 

por  florcitas pequeñas

¿Se atreverá,  piensan,  a desafiar  a la muerte 

palpando con los dedos -los labios, los ojos-  los pétalos suaves 

de esta flor que  elegimos  

hace ya tanto tiempo?

Revisa todos “Los versos del encierro” ACÁ.


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