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4 de Junio de 2020

El intocable, el ganador y el premio de consuelo: Analistas desmenuzan el cuarto cambio de gabinete de Piñera

Agencia UNO

A siete meses del último cambio de gabinete, el Gobierno vuelve a reordenar sus piezas. Los analistas concuerdan en que la decisión poco tiene que ver con la pandemia del Covid-19 y mucho con los equilibrios políticos al interior del Ejecutivo.

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A 93 días de que se registrara el primer caso de coronavirus en territorio nacional, el Presidente Sebastián Piñera anunció su primer cambio de gabinete durante la crisis sanitaria y el cuarto en lo que va de Gobierno.

El enroque afectó a tres carteras: Claudio Alvarado sale de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y reemplaza a Felipe Ward en la Secretaría General de la Presidencia (Segpres).

A su vez, este sustituye a Cristián Monckeberg en el Ministerio de Vivienda, quien se va al Ministerio de Desarrollo Social para relevar a Sebastián Sichel, el ministro mejor evaluado del gabinete, quien pasará a ocupar la presidencia de BancoEstado en lugar de Arturo Tagle.

UN GABINETE EQUILIBRADO

Nuevo gabinete de Piñera. Foto: Agencia UNO

Para el analista político, Cristóbal Bellolio, este cambio de gabinete sólo implica “apretar dos piezas que estaban medias flojas”, particularmente la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), obedeciendo el “designio de los partidos”.

Misma opinión tiene el abogado y columnista, Jorge “Pirincho” Navarrete, quien subraya que no estamos ante un verdadero cambio de gabinete. “Es sólo un ajuste menor. Su sentido es estrictamente táctico e interno. Piñera estaba presionado para generar mayores equilibrios internos. Este movimiento es para la UDI y RN, partidos que se quejaban de su poca influencia frente a Evópoli”, señaló.

En la misma línea, la presidenta de la Fundación Chile 21, Gloria de la Fuente, subraya que este enroque “no tiene que ver con el Covid-19 ni con la situación que enfrenta el país”. En su opinión, el objetivo del Gobierno en ningún caso es “innovar”, sino más bien poner “a la línea más gruesa de los partidos del oficialismo en la toma de decisiones más relevantes”, lo que interpreta claramente como una “señal política”.

ALVARADO, EL GRAN GANADOR

Claudio Alvarado, nuevo ministro Segpres. Foto: Agencia UNO

Buena parte de la carrera política de Claudio Alvarado la mantuvo como autoridad local en la isla de Chiloé. Fue alcalde designado por la dictadura en la comuna de Quemchi y fue electo diputado por el antiguo distrito 58. En la década del 2000 comenzó a militar en la UDI y su gran salto lo dio para el primer gobierno de Piñera, cuando asumió la Subsecretaría de la Segpres.

Se mantuvo en ese cargo durante todo el período e incluso lo recuperó cuando Piñera comenzó su segundo mandato. Sin embargo, todo eso duró hasta el 4 de noviembre, cuando el Presidente reordenó sus piezas en pleno estallido social y lo derivó a la Subsecretaría de Desarrollo Regional. En ese lugar estuvo exactamente ocho meses, antes de asumir como flamante ministro de la Secretaría General de la Presidencia.

De la Fuente subraya que su nombramiento “es un reconocimiento al rol que él ha jugado. Fue subsecretario mucho tiempo en dos períodos, es alguien que en general es valorado por los parlamentarios, logra destrabar muchas cosas de la agenda legislativa. Es un voto de confianza a su trayectoria, más aún ante la agenda que se puede venir para paliar la crisis del Covid-19″.

Felipe Ward, nuevo ministro de Vivienda. Foto: Agencia UNO

Sin embargo, para Bellolio su llegada tiene mucho que ver con un problema que se arrastra desde que Felipe Ward fue nombrado ministro de Segpres en noviembre. “Nunca pensé que fuese buena idea llevar a Ward desde Bienes Nacionales al comité político y pensar que el Presidente se fue a acostar una noche pensando que él podía ser ministro del Interior. Ese era el nivel de confusión y desorientación política que había en su cabeza y en el Gobierno”, señala en referencia a los días del estallido social.

No obstante, Navarrete apunta que pese al cambio la UDI sigue conservando su presencia. “Ponen a un duro en la Segpres, con experiencia y trayectoria, y que intentará ser el interlocutor con el mundo político, especialmente hacia el Congreso. El que pierde en esta vuelta es Blumel, cuya influencia venía cayendo y este cambio sólo lo refuerza”, acota.

MONCKEBERG (O EL TRIUNFO DE RN)

Cristián Monckeberg, nuevo ministro de Desarrollo Social. Foto: Agencia UNO

La situación de Alvarado no es exactamente igual para Nicolás Monckeberg, según Gloria de la Fuente. Ella interpreta que su llegada a la cartera de Desarrollo Social es más “una señal para RN, para darle un espacio en un Ministerio que hoy aparece como relevante”.

Bellolio concuerda, pero puntualiza que Monckeberg “es un nombre fuerte, importante, fue presidente de RN y lo llevó a ser el partido más grande de la coalición. El Ministerio de Desarrollo Social le permite desplegarse mejor. Monckeberg hace rato venía pidiendo minutos, para jugar más cerca del área rival, como se diría en jerga futbolística”.

Además, desliza que “tomando en cuenta que Allamand no va a poder competir en la próxima senatorial por Santiago, a partir de la ley aprobada recién ayer (¡qué casualidad!), Monckeberg accede a esta posición para competir él, siempre ha querido ser senador por Santiago”.

MAÑALICH, EL INTOCABLE

Jaime Mañalich, ministro de Salud. Foto: Agencia UNO

Pese a ser un personaje clave en el manejo de la pandemia y que se ha mantenido más expuesto que el resto en estos tres meses, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, se mantiene inamovible dentro del gabinete.

Para Gloria de la Fuente, esta decisión “obedece a mantener a alguien cercano al Presidente en ese espacio y a reafirmar la apuesta del Gobierno. Es una apuesta arriesgada, porque es un ministro que ha estado en el ojo del huracán todo este tiempo, pero denota una decisión de respaldar su manejo pese a las críticas”.

Por otro lado, Bellolio apunta a la confianza entre ambos. “Piñera no es un jefe de Estado que vive en el olimpo, él está metido en lo que hacen todos sus ministerios. Siempre ha creído que lo puedo hacer mejor que cualquiera de sus ministros, incluso en Salud. No me imagino que la estrategia que ha seguido Chile hasta ahora haya sido una creación de Mañalich contra o a pesar de Piñera. Ambos están súper alineados. Si Mañalich sigue, significa que Piñera siempre estuvo de acuerdo con su estrategia”.

Navarrete es más duro en su planteamiento. Para él es “insostenible que la persona encargada de diseñar e implementar un plan que afecta la seguridad, bienestar y vida de tantas personas, siga en el cargo después de reconocer que todas sus convicciones sobre la pandemia se cayeron como un castillo de naipes y que no conocía la realidad social de muchas familias en la RM, las que, por lo demás, han sido las personas más impactadas por las decisiones del gobierno”.

PREMIO DE CONSUELO PARA SICHEL

Sebastián Sichel, exministro de Desarrollo Social. Foto: Agencia UNO

Sebastián Sichel es el único que pierde su lugar definitivamente en el gabinete, pese a ser el ministro mejor evaluado. Sin embargo, ocupará un lugar en la presidencia de BancoEstado en lugar de Arturo Tagle.

Para Navarrete, este cargo “de todas maneras es un premio de consuelo. La paradoja es que Sichel era de los pocos ministros que lo estaba haciendo bien, y además tenía una positiva evaluación ciudadana. Pero, insisto, este fue un cambio para complacer la público interno y, por lo mismo, el hilo se corta por quienes no tienen un fuerte respaldo partidario”.

Bellolio reflexiona que “se podría decir que esto es injusto con Sichel, sí, lo es. Y lo es con todos aquellos que en política son fusibles y no tienen espaldas muy grandes que lo puedan proteger. No me parece que sea muy distinto a lo que le pasó a Felipe Kast en 2011, cuando había que hacerle un espacio a Lavín. Lo de Sichel se explica como una víctima circunstancial de fuerzas mayores que estaban operando”.

En ese sentido, De la Fuente subraya que en esta pasada Sichel “sin duda es el perdedor. Estaba haciendo una labor bien convencido en ese espacio, y lo mandaron a otro lugar. No se va del todo de la administración, pero sí del gabinete”.

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