Bielsa lo mira por TV

Marcelo Bielsa no confía en la prensa, aunque algunos de sus cercanos son, precisamente, periodistas. En lo que no cree el técnico argentino es en la industria de los medios, en el conflicto, en la desviación de lo que él considera importante. No es que vea enemigos en todas partes. Siente aprecio y respeto por varios profesionales de los medios de comunicación en los diferentes países donde ha trabajado. Bielsa, simplemente, prefiere tomar distancia.

Pero no siempre fue así.

Nunca ha ventilado su vida personal o familiar. Tampoco era extrovertido ni demasiado cercano a los reporteros, pero hasta 1999 daba entrevistas, sobre todo en su primera época como entrenador, cuando dirigía Newells Old Boys. Era igual de prolijo, obsesivo, cuidaba con detención cada palabra que decía y constataba las publicaciones para no ser sacado de contexto. 

Eso cambió a poco de asumir en la selección argentina. Como técnico de la albiceleste debutó venciendo a Venezuela en Maracaibo por 2-0. El segundo partido de esa gira sería un amistoso contra México y se jugaría en Memorial Coliseum de Los Ángeles, Estados Unidos. 

La selección argentina se hospedó en la localidad de Torrance, California, muy cerca de donde se disputaría el amistoso. En la noche previa al partido, un grupo de periodistas trasandinos le solicitó al entrenador una reunión para hablar de fútbol, de manera informal. Si bien había llegado a la cabina técnica del seleccionado, Bielsa prácticamente no tenía relación con los grandes medios de su país. Buena parte de su carrera la había hecho en el interior, en Rosario. Luego trabajó varios años en México, donde comandó al Atlas de Guadalajara y al América. En Buenos Aires sólo había dirigido a Vélez Sarsfield, equipo con el que se había proclamado campeón. Nunca entrenó a uno de los llamados grandes de su país. Para muchos periodistas, Marcelo Alberto Bielsa era una incógnita.

El técnico aceptó esa charla con la condición de no ventilar ningún tema que se conversara en la plática. Ausencia total de grabadoras y cámaras. Todo quedaba sellado por un pacto de silencio entre caballeros. 

Con las cartas sobre la mesa, la plática en off the record se realizó en uno de los salones del hotel de Torrance. La historia cuenta que hablaron de fútbol, de los jugadores predilectos por Bielsa, de algunos sistemas que utilizaba en Newells y que pretendía implementar en la albiceleste. A modo de broma, Bielsa aseguró que para él era más importante un clásico rosarino que la final del mundo.

El resto del relato es difuso. Varias periodistas argentinos sindicaron al comentarista Juan Carlos “Toti” Pasman como el hombre que violó el secreto de confidencialidad al narrar algunos aspectos de la reunión en su programa de radio La Red, que compartía con Fernando Niembro. El reportero hasta hoy niega dichas acusaciones. Asegura que sólo usó información para interpretar ciertos hechos, pero que jamás violó el pacto de silencio que tenían con el DT. Lo cierto es que Marcelo Bielsa se sintió traicionado y desde ese día tomó una decisión que ha mantenido inalterable por más de dos décadas: nunca más dio una entrevista personal. A nadie. Ni a los más reputados comentaristas, cronistas, escritores. Ni a los periodistas con quienes ha cultivado mayor afinidad. Ni con ex dirigidos suyos que las ofician de analistas deportivos. Sin excepciones. Desde ese día no ha otorgado ninguna entrevista personal.

Esta determinación tiene una segunda arista. Bielsa hablaría con los medios sólo en conferencias de prensa. Y prometió responder cada una de las preguntas, desde el medio más grande a una radio comunal, con la misma detención. 

“Les pido a ustedes (por los periodistas) que me indiquen cuál es la manera en que tenemos qué relacionarnos. Las conferencias de prensa me siguen pareciendo el medio más justo para conectarnos, porque no discrimina y trata a todos por igual”, explicó.

Eso provocó que sus ruedas colectivas de prensa se hayan convertido, en ocasiones, en larguísimos encuentros. Sólo un ejemplo. El día que renunció a la selección chilena, la conferencia con los medios fue de dos horas y dieciocho minutos cronometrados.

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Marcelo Bielsa fue confirmado en su cargo tras el fracaso de la selección Argentina en el Mundial de Japón y Corea 2002. La albiceleste no pasó la fase de grupos. 

“El mayor éxito de mi carrera es que la dirigencia me haya mantenido en el cargo por mi trabajo, no por los resultados. Lo considero, lo valoro y lo celebro”, señaló en la rueda de prensa efectuada cuando el combinado nacional regresó al país, mucho antes de lo que todos esperaban.

En esa conferencia, Bielsa se enfrascó en una discusión pública con 

Eduardo Castiglione, cronista del diario deportivo Olé, quien le cuestionó la no convocatoria de Javier Saviola al Mundial del 2002 y la inclusión de Claudio Caniggia. 

Después de un largo cruce de conceptos, el técnico marcó su distancia total con el reportero. 

“Usted es un enemigo que me enaltece. Cuánto más lejos estoy de lo que usted representa, mejor estoy”, señaló. 

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Las peleas de Bielsa con la prensa argentina son, a esta altura, históricas. 

“La prensa, habitualmente, no tiene flexibilidad para medir cómo está compuesto el equipo”, señaló en su minuto mientras dirigía el proceso de la selección de su país. Años después, cuando estaba al frente del Olympique de Marsella, en Francia, precisó cómo es su relación con la prensa trasandina. 

“Soy una persona muy rechazada en mi país. Cada vez que explico algo, repercute en Argentina diciendo que vendo humo. Por eso me da tanta vergüenza explicar lo que pienso, porque siento que solo va a servir para confirmar que vendo humo”.

Uno de los puntos que más destaca Bielsa para explicar su distancia con los medios de comunicación, es la ausencia de fútbol en las preguntas que se le realizan en las conferencias de prensa. 

“A mí lo que me interesa es que el público sea más culto. El periodismo lo único que le enseña es sobre geometría. 4-2-3-1, por ejemplo. Claro, no puedo generalizar, porque hay genios en esta profesión”.

Para el entrenador, la prensa busca objetivos orientados al conflicto entre los protagonistas, no al desarrollo del juego.

“Cuando usted triunfa, los medios toman siempre el camino de la felicitación. Y en la derrota o en la dificultad hay dos caminos, el primero es analizar sin críticas el nivel individual y el segundo es encontrar las acusaciones entre los dos campos. No saben interpretar datos, buscan conflictos donde no los hay. Cuando no hay información buscan enfrentar a los miembros de un grupo. Voy a hacer todo lo posible para evitar que un medio divida al grupo que yo dirija. Su objetivo es buscar la forma cómo dividirnos. Es una forma de proceder destructora”.

Mientras era técnico del Athletic de Bilbao en España, profundizó en este punto. 

“Cuando no hay noticia, la noticia se genera enfrentando a los componentes de un grupo de trabajo. Cuerpo técnico, jugadores, médicos. Los reporteros recorren esos segmentos para buscar la forma de dividir”. 

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El primer conflicto que tuvo Marcelo Bielsa con la prensa chilena fue en su debut. El equipo nacional viajó a Austria para medirse con la selección local y contra Suiza.

En la primera práctica se permitió el ingreso de las cámaras. Estas captaron una cordial charla entre Marcelo Bielsa y un grupo de jugadores, entre los que estaban Alexis Sánchez y Humberto Suazo.

A modo de broma, el técnico le preguntó al entonces delantero del Udinese si tenía novia. Antes que el tocopillano contestara, tomó la palabra el Chupete: “Profe, no ve a su polola desde el Mundial sub 20”.

Entre risas, Bielsa agregó un comentario. “Pero cómo Alexis. No lo puedo creer. Si ella lo llama usted dice, ‘no te conozco’, eso no se hace”, señaló entre las risas de los involucrados.

Esa charla apareció en varios noticiarios. La reacción del técnico fue inmediata. No hubo más acceso a la prensa para los siguientes entrenamientos. 

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El momento más tenso de la relación entre Marcelo Bielsa y la prensa chilena ocurrió en enero del 2008. La Roja estaba en una gira por Asia. Entrenaba en Hirono, Japón, cuando el fotógrafo Andrés Piña captó al rosarino, dirigiendo la práctica, sin dientes. El entrenador se estaba realizando un tratamiento y usaba una placa. Para mayor comodidad, se la sacó durante el entrenamiento. 

Piña había creado la agencia Photosport, entidad que suministraba material gráfico a muchos medios nacionales, tanto digitales, sitios web como periódicos. La imagen llamó de inmediato la atención y dio la vuelta al mundo. El problema surgió porque uno de los clientes de Photosport era, precisamente, la ANFP. 

Bielsa estaba indignado. Harold Mayne Nicholls estaba indignado. La primera medida de la dirigencia chilena fue cortar el vínculo comercial entre la agencia y el organismo del fútbol chileno. En ese minuto el timonel de la ANFP señaló que “Andrés Piña iba contratado por nosotros para viajar y por eso él consiguió esa foto. Obviamente después no lo invitamos nunca más, porque no era un tipo confiable. Incluso el único reconocimiento que puede tener como reportero gráfico es que él estaba ahí y enfocó bien, nada más. Ganó una foto pero perdió un cliente como nosotros”.

Andrés Piña debió escribir una carta disculpándose con el organismo y el entrenador. En un extracto de la misiva decía “como es sabido, durante la gira de la selección a Hirono, Japón, capturé una fotografía donde se mostraba al entrenador, señor Marcelo Bielsa, en una imagen que, hoy entiendo, lo denostó como persona”.

El asunto no terminó ahí. Dos años después, cuando comenzó el proceso de acreditación para cubrir el Mundial de Sudáfrica, la petición de la agencia Photosport fue rechazada. La ANFP argumentó falta de plazas disponibles para la agencia, pero la prensa nacional vio el hecho como una maniobra de venganza por parte de la dirigencia. Tras varias conversaciones, acción legal de por medio, la agencia pudo cubrir la Copa del Mundo. 

El renombrado fotógrafo nacional, con una carrera en diferentes medios que se extiende por casi tres décadas, da por cerrado el incidente, pero en su minuto declaró que “todos sabemos cómo se manejó comunicacionalmente Harold Mayne Nicholls. Yo no fui el único perjudicado, pues bajo su gestión estuvimos cuatro años sin poder reportear bien los entrenamientos de la Selección. Eso habla por sí solo”.

¿Qué dijo Marcelo Bielsa? Muchos años después, dirigiendo en Francia, recordó el episodio.

“Voy a contar una anécdota que demuestra que a ustedes solo les interesa el conflicto. En Chile me pidieron lo mismo, asistir a las prácticas. Y fui a un entrenamiento sin una prótesis dental que yo usaba en aquel momento, que dejaba el frente de mi boca desdentado. Al otro día, todos los medios comentaron el entrenamiento en función de mi boca y no hicieron un solo comentario del ejercicio que vieron. Y aquí es igual, no hay ningún comentario sobre el contenido del entrenamiento”.

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La primera estación de Marcelo Bielsa tras dirigir a la selección chilena fue el Athletic de Bilbao. Con los vascos realizó una gran campaña, alcanzando la final de la Europe League, perdiendo ante el Atlético de Madrid en 2012. Allí explicó que su distancia con los medios es de larga data y que, probablemente, nunca cambiará de posición

“Yo llevo 30 años de relación con los medios de comunicación. Y todos tenemos, entrenadores y periodistas, una franja de comportamiento universal. Reconozco que en la profesión que ejerzo existen un montón de especulaciones dañinas que ojalá ustedes las describieran frente a mí como yo lo hago con ustedes”.

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Cuando Marcelo Bielsa dirigía al Olympique de Marsella se enfrascó en una larga disputa con el diario L’Équipe, uno de los más reconocidos de Europa en materia deportiva. La diferencia del entrenador no era tanto con el medio como con el corresponsal del diario en el puerto francés. 

“Reconozco en L’Équipe a uno de los medios más prestigiosos del mundo y es una lástima que esté representado por una persona sin ninguna formación. No es un asunto personal, me irrita el procedimiento, que es destructivo. No busca otra cosa que no sea el conflicto. Responde a la forma básica, no tiene capacidad para hablar del juego lo que desemboca en amarillismo”. 

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Lille no fue una estación poco feliz para Marcelo Bielsa. La campaña fue menos que discreta y recibió las constantes críticas de los medios franceses. En una de sus últimas ruedas de prensa, junto con confirmar que no se iría del club a menos que lo despidieran, aseguró que “el oficio de ustedes es que cuando hay riesgo, convertirlo en catástrofe y cuando hay prosperidad, acercarse al próspero. Por eso la compañía de ustedes es siempre despreciable (…) Yo hago esto para desenmascararlos frente al público. No todos. Hay excepciones entre ustedes. Dentro del oficio de ustedes, como en el nuestro hay mejores y peores”.

En estos más de 30 años de carrera, Marcelo Bielsa asegura tener un perfil respecto al actuar de los medios de comunicación.

“He aprendido a interpretar las intenciones de los periodistas. Sé el que quiere hablar de fútbol y el que no quiere. La cara y los gestos ya son indicadores”.

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Después de su traspié en el Lille, Marcelo Bielsa se tomó un tiempo antes de aceptar otra propuesta. Durante ese período fue invitado a una charla en Brasil junto a reputados entrenadores de todo el mundo, como el italiano Fabio Capello y Tite, el técnico de Brasil.

Allí realizó una de sus reflexiones más recordadas del último tiempo. Su exposición se convirtió en viral, en tiempos de las redes sociales. 

“El entrenador convence. Cuando llegas a un lugar, a un camarín, hay treinta miradas críticas. Cuando estás en una selección ya son 30 millones de miradas. ¿Cómo convencemos? Los mejores procedimientos son la palabra y el ejemplo. Pero resulta que el procedimiento educativo más poderoso que hoy tiene la sociedad no son las escuelas o las familias, son los medios de comunicación. Es una vergüenza que los medios de comunicación eduquen a la gente porque tienen objetivos específicos diferentes a la familia y a la escuela. Con el mismo argumento que se usa para amplificar un comportamiento en la victoria, es el que se utiliza para condenar el comportamiento en la derrota”.

Las palabras de Bielsa sacaron aplausos entre los presentes en dicho foro. Ante la reacción, el técnico agregó que “si  los presentes estamos de acuerdo, cómo lo permitimos. Lo que te hace importante cuando ganas es lo que te hace inútil cuando pierdes”.

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Una de las últimas polémicas mediáticas que protagonizó Marcelo Bielsa fue cuando, ya instalado en Leeds, fue acusado de espiar a los rivales que su equipo debía enfrentar. El entrenador fue sancionado por la Liga y reconoció el hecho. 

“Cuando se tiene un nivel de ignorancia y se trabaja como periodista, cuando se tiene derecho para hacer preguntas sabiendo las respuestas y cuando no asume la ironía y sigue hablando de lo que ignora, usted merece una respuesta sin ninguna conclusión”, disparó el rosarino ante una consulta de la prensa por su opinión respecto al castigo.

“Usted hace la pregunta sabiendo que observar al oponente ahora está sancionado, lo sabes perfectamente y preguntas. Niegas el hecho de que sabes la respuesta y sabes que recibí una sanción ¿Es una broma? Si lo fue, no la entiendo. Pero no es porque no tenga sentido del humor, es porque no eres gracioso”, agregó el entrenador del Leeds.

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Una de sus últimas excentricidades, antes de que la pandemia del coronavirus obligara a detener el fútbol en casi todo el mundo, fue cuando se tomó 25 minutos en responderle a un periodista inglés sobre la ausencia del jugador Jean-Kevin Augustin en el equipo titular. Los medios británicos se burlaron del hecho y el técnico no tardó en contestar.

“El otro día consumí más de 20 minutos para explicar una respuesta que generó una burla bien marcada y ahora repito lo mismo que dije antes. Es muy difícil conformar a los que preguntan. Si yo le contesto dándole respuestas con contenido, eso lleva tiempo y genera burlas. Si contesto con monosílabos lo que genera es rechazo por la vanidad de hacerlo breve”, explicó.