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Entrevistas

6 de Junio de 2020

Tamika Mallory, activista: “Cuando un norteamericano no confía en su gobierno, toma las cosas por sus propias manos”

Crédito: Wikipedia Commons Hillel Steinberg/Flickr

Reconocida como una de las líderes más influyentes de la década por las revistas Time y Fortune, Tamika Mallory se ha convertido en una dura opositora a la administración de Donald Trump en temas de género y raza. Tras las manifestaciones por la muerte de George Floyd, su discurso que exigía justicia social se volvió viral y se transformó, para todo el mundo, en una voz poderosa del movimiento Black Lives Matter. Habla en exclusiva con The Clinic sobre los miedos que movilizan a una comunidad que, en medio de una pandemia, hoy dice basta al hostigamiento.

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“La gente que no es norteamericana y que no viven en una sociedad con comunidades donde la raza es el distintivo, puede que no entienda cómo funciona este país. Es un lugar segregado, donde los racistas pueden decir abiertamente que lo son y aún así gobernar una nación”, dice con voz firme la activista Tamika Mallory (39) desde su ciudad natal, Nueva York.

Nacida en Harlem y criada en el Bronx, Mallory es una hija del activismo. Sus papás son miembros fundadores del National Action Network, una de las organizaciones más importantes en la promoción de la equidad y los derechos humanos en Estados Unidos. Pero no fue hasta el 2001 cuando tomó una postura más activa en esa agrupación. Ese año Tamika sufrió un golpe traumático: el papá de su único hijo fue asesinado con una pistola por otros civiles. Años más tarde, durante la administración Obama, llegó a ser incluso una de las asesoras en el tema del control y la accesibilidad de las armas del entonces vicepresidente Joe Biden, actual candidato demócrata. 

Crédito: Hillel Steinberg/Flickr

“Vivir con miedo y mantenerte alerta es normal cuando naces negro y creces en Estados Unidos”, narra la activista feminista-racial, “todos los días, cuando vas a dejar tu casa, sabes que eres negro y que eso puede significar no volver. Si ves un auto de la policía y te detienen, no se siente bien. Te tensas, tu estómago te avisa que algo malo puede pasar, y automáticamente consideras que esos pueden ser tus últimos momentos de vida. Muchos se han sentido así porque lo hemos visto pasar. Y cualquier día puedes ser tú”. Según datos de The Washington Post, entre el 1 de enero de 2015 y el 28 de mayo de este año, el número de personas negras asesinadas por agentes del Estado asciende a 1.252 civiles.

“Vivir con miedo y mantenerte alerta es normal cuando naces negro y creces en Estados Unidos. Todos los días, cuando dejas tu casa, sabes que eres negro y que eso puede significar no volver. Si ves un auto de la policía y te detienen, no se siente bien. Te tensas, tu estómago te avisa que algo malo puede pasar, y automáticamente consideras que ésos pueden ser tus últimos momentos de vida”

El día de la muerte de George Floyd, el 25 de mayo, el video en el que aparecía totalmente reducido en el suelo por un policía blanco, murmurando que no podía respirar, se viralizaba por internet y se prendía la mecha de una combustión que ha detonado movilizaciones todos los días:  protestas, saqueos, edificios ardiendo e incluso la imagen histórica de la Casa Blanca con las luces apagadas, mientras Donald Trump se refugiaba en un búnker. 

Cuando comenzaron las protestas, Mallory junto a otros activistas se dirigieron al país en un punto de prensa desde Minneapolis. Rodeada de cámaras de televisión y los teléfonos de los manifestantes que la apuntaban, se quitó la mascarilla, agarró el micrófono y dio un discurso espontáneo que la hizo internacionalmente una de las caras más potentes del movimiento Black Lives Matter. “Estados Unidos ha saqueado a las personas negras. Estados Unidos saqueó a los pueblos originarios cuando llegaron por primera vez aquí. Saquear es lo que ustedes hacen. Eso lo aprendimos de ustedes. Aprendimos la violencia de ustedes”, dijo mientras recibía los aplausos de los asistentes. 

LA GUERRA CONTRA TRUMP

En 2017 Tamika fue una de las coordinadoras de la marcha histórica de las mujeres que movilizó a más de 600 mil norteamericanas sólo en Washintgon D.C. y que nació como una contrarespuesta a los dichos del presidente Trump: “grab them by the pussy” (agárralas por la vagina). El éxito que tuvo esta movilización en el mundo la hizo destacar ese año como una de las nuevas líderes globales según la revista Fortune y una de las 100 personas más influyentes por la revista Time. 

Hoy, a través de sus redes sociales, la activista no sólo habla de género, sino también afirma su postura crítica sobre la poca regulación en el control de armas en EE.UU. Hoy, además, dirige la organización Until Freedom, que busca erradicar la desigualdad y el abuso hacia las personas de color. También da entrevistas a la prensa internacional, tiene apariciones en el popular programa del Dr. Phil y participa en videollamadas con la súpermodelo Em Rata para criticar la represión que viven.

“Personalmente no temo del gobierno, porque elegí que no viviría con miedo, pero sí temo por lo que el gobierno le puede hacer a este país, lo que ya le hizo y lo que le hará. Siento que necesitamos sentir que Donald Trump nos cuidará desde la Casa Blanca, que es lo que un presidente debe hacer, pero que vimos, sobre todo con la crisis sanitaria, que no hace las cosas bien”

“Personalmente no temo del gobierno, porque elegí que no viviría con miedo, pero sí temo por lo que el gobierno le puede hacer a este país, lo que ya le hizo y lo que le hará. Siento que necesitamos sentir que Donald Trump nos cuidará desde la  Casa Blanca, que es lo que un presidente debe hacer, pero que vimos, sobre todo con la crisis sanitaria, que no hace las cosas bien”, dice. 

Para ella el escenario hoy se divide entre los civiles, que no confían en las instituciones, y una elite privilegiada que manipula un sistema. “Creo que los oficiales que mataron a Floyd tienen que ser arrestados para darle a la gente un poco de paz y que vuelvan a creer, por un pequeño momento, que este sistema funciona”, agrega.

Tamika cree que, con Trump o no a la cabeza de EE.UU., las violaciones a los derechos humanos de los afroamericanos no se detendrán. “Podemos votar por alguien más, pero la gente blanca que es abiertamente racista no dejará de hacer lo que hace. Tener otro presidente no garantiza que la policía nos ayudará tampoco. Y yo veo que una reelección de Trump es algo muy probable. Las personas que piensan como él tienen poder, accesibilidad a los votantes, los medios para registrar y organizarse para que así sea”, cuenta desesperanzada. 

“Con el Covid-19 la gente sintió la vulnerabilidad de la vida. Eso los hizo empatizar mucho más con lo que vivimos las personas negras y ante esto se unieron en las calles. Cuando un norteamericano no confía en su gobierno, toma las cosas por sus propias manos”

La activista alega que están siendo atacados con gases lacrimógenos y que incluso en algunas de las ciudades más importantes, como Los Ángeles -donde el viernes 5 de junio se levantó el toque de queda-, les han disparado balines de goma. Pero esta vez no sólo se movilizaron personas de color, sino que se sumaron otras comunidades, minorías civiles y raciales, y ciudadanos promedio que dejaron sus casas para marchar en medio de la crisis sanitaria más devastadora del siglo, y que en ese país ha cobrado la vida de más de 110.000 personas. “Con el Covid-19 la gente sintió la vulnerabilidad de la vida. Eso los hizo empatizar mucho más con lo que vivimos las personas negras y ante esto se unieron en las calles. Cuando un norteamericano no confía en su gobierno, toma las cosas por sus propias manos”, cuenta. Así, con antiparras y mascarillas, las principales avenidas de ciudades como New York, Minnesota, Louville y Kentucky se llenan de manifestantes a diario. 

La escena para Mallory es inspiradora, pero igualmente, por ahora, no puede sacar conclusiones positivas sobre la relación entre Trump y la seguridad de las comunidades de personas negras en los meses que vienen. Ante la contingencia sanitaria, eso sí,  es enfática en señalar un gran culpable: “Trump tiene la sangre de miles de personas en sus manos, porque se negó a hacer su trabajo: proteger a los americanos. Hoy, la incompetencia de su administración es responsable de las vidas que perdimos por culpa del virus”.

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