Isabel Allende y el Covid-19: “He vivido como tres vidas y no tengo miedo de morir”

Desde fines de los 60 escribió artículos sobre feminismo en la revista Paula y su popularidad se extendió en el mundo luego de publicar la novela La casa de los espíritus, en 1982. Así es como las opiniones públicas de la escritora Isabel Allende ya son reconocibles: está a favor del aborto libre, la legalización de la marihuana y el respeto a la diversidad sexual. Además, a través de la fundación que lleva su nombre, ayuda a mujeres y niñas en situaciones vulnerables.

Traducida a 40 idiomas, con 75 millones de títulos vendidos, Premio Nacional de Literatura 2010, la narradora chilena de 77 años, quien reside hace más de tres décadas en California, Estados Unidos, ha desarrollado una obra donde asoman dos líneas definidas: el testimonio personal y la novela histórica, expuestas en libros como Paula, La suma de los días, Inés del alma mía y su última entrega, Largo pétalo de mar.   

El año pasado, Isabel Allende se casó por tercera vez con el abogado neoyorkino Roger Cukras, con quien ha estado acompañada en su confinamiento por el coronavirus que se extendió por el mundo a inicios de 2020. Terminó de escribir un libro de memorias y comenzó una novela. Además, en esta conversación se refiere a la serie que grabó Mega sobre su vida, titulada Isabel Allende: No me mires así.

¿Cómo ha vivido su propia cuarentena tras la propagación del coronavirus?

-Soy una de los pocos afortunados que ha podido vivir el confinamiento cómodamente y bien acompañada por mi nuevo marido, Roger, y dos perras, en una casita pequeña junto a una laguna. Además, estoy acostumbrada a estar sola y en silencio para poder escribir, de manera que no sufro claustrofobia. Terminé una memoria y ahora estoy escribiendo una novela. No tengo miedo, pero me cuido por respeto a mi marido, que es más vulnerable que yo, y a otras personas. Sigo pendiente de mi fundación, por supuesto, porque ahora hay más necesidad que nunca de ayudar. ¡Tanta gente desesperada! 

¿Es cierto que escribió una carta, que le pasó a su hijo Nicolás, donde dice que donaría su ventilador en caso de que lo llegara a necesitar? 

-Sí. Tengo 77 años, he vivido como tres vidas y no tengo miedo de morir. Personas más jóvenes, con hijos y con otras responsabilidades, necesitan el ventilador más que yo. Además, por estos lados no sobran los ventiladores.

“Soy una de los pocos afortunados que ha podido vivir el confinamiento cómodamente y bien acompañada por mi nuevo marido, Roger, y dos perras, en una casita pequeña junto a una laguna. Además, estoy acostumbrada a estar sola y en silencio para poder escribir, de manera que no sufro claustrofobia”

¿Cómo ha sido el trabajo de la fundación que lleva su nombre, en estos meses de pandemia? 

-La fundación está muy bien organizada, así es que hemos podido seguir ayudando económicamente a los mismos proyectos de siempre. En varios casos hemos aumentado la donación, porque la situación es desesperada, y en algunas ocasiones hemos hecho contribuciones a otros programas.

¿Qué pensó cuando el presidente Donald Trump jugaba en un campo de golf, mientras el mismo fin de semana Estados Unidos superaba los 100 mil muertos por el Covid-19? 

-No me sorprendió en absoluto. Trump es narcisista, está desconectado de la realidad del país, sólo le importa su base. No podríamos tener un peor presidente en estos tiempos en que se requiere un líder (¡ojalá mujer!) con visión de futuro, compasión, racionalidad y buenas intenciones. 

Tras la muerte de George Floyd en manos de un policía en EE.UU., han salido miles de personas a protestar. ¿Hay frustración histórica acumulada en la sociedad o es rabia contra el racismo permanente que viven los inmigrantes? 

-Las protestas comenzaron por el abuso sistemático contra la población afroamericana, que viene desde los tiempos de la esclavitud, y no por los inmigrantes, aunque ahora estamos también incluidos, porque somos “gente de color”. Una vez que salió la gente a la calle a manifestarse, emergió la rabia acumulada por la desigualdad, la injusticia, la pobreza de tantos. Creo que estas manifestaciones masivas, como las que comenzaron en Chile en octubre del año pasado, están sucediendo en muchas partes. Hay una revolución en ciernes bajo la superficie y no tiene nada que ver con partidos políticos.

“Trump es narcisista, está desconectado de la realidad del país, sólo le importa su base. No podríamos tener un peor presidente en estos tiempos en que se requiere un líder (¡ojalá mujer!) con visión de futuro”

Hay muchos que afirman que después de esta pandemia nos convertiremos en mejores seres humanos… otros piensan que la raza humana es siempre la misma y nada cambiará. ¿Qué piensa usted?   

-Yo escribo novelas históricas y estoy siempre estudiando el pasado. A pesar de las apariencias, el mundo ha progresado mucho. Hemos superado la época de los esclavos, los siervos, los privilegios de la nobleza, la impunidad de los reyes, la explotación del trabajo de los niños, la exclusión de las mujeres en la vida pública y su inferioridad ante la ley. La lista es larga. Estamos tratando de superar el racismo, la violencia doméstica, la desigualdad y la misoginia; y por eso soy optimista. Estamos mejor ahora que antes y creo que estaremos mejor en el futuro. Los cambios vienen a estertores, no son paulatinos ni fáciles. Los resultados positivos de esta experiencia global, en que hemos comprobado que somos todos miembros de una sola familia humana, se verán en el futuro, pero no inmediatamente.  

Entiendo que prepara un nuevo libro y que es de no ficción. Los que son de este género, dentro de su obra, han sido significativos como Paula (1994) y La suma de los días (2007). ¿Estarán presentes las cartas de su madre, la historia de Chile o es un trabajo más de memoria personal? 

-En noviembre de este año saldrá una memoria sobre mi experiencia de ser mujer y feminista. Hemos cambiado el título un par de veces, los editores en diferentes países no se ponen de acuerdo, pero creo que el título final será Mujeres del Alma Mía. No es como Paula o La suma de los días, creo que se parece más a Mi País Inventado. No es sobre la historia de Chile y las cartas de mi madre no están presentes. 

“Estamos mejor ahora que antes y creo que estaremos mejor en el futuro. Los cambios vienen a estertores, no son paulatinos ni fáciles. Los resultados positivos de esta experiencia global, en que hemos comprobado que somos todos miembros de una sola familia humana, se verán en el futuro, pero no inmediatamente”

El canal Mega realizó la serie Isabel Allende: No me mires así, protagonizada por la actriz Daniela Ramírez. ¿Qué opina que parte de los aspectos más relevantes de su vida puedan ser conocidos por la mayoría de la gente ahora por televisión? 

-La perspectiva de ver mi vida dramatizada en una pantalla me asusta, pero no por lo que puedan revelar o cambiar sobre mí, sino por otras personas que inevitablemente aparecerán en la serie, miembros de mi familia, colegas y amigos. Lo último que deseo es que cualquier de ellos se ofenda por el contenido.