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24 de Junio de 2020

A un paso de ser inmigrantes ilegales: El complejo escenario de los becarios chilenos repartidos por el mundo

Imagen de referencia. Foto: Agencia EFE

Son al menos 200 profesionales con experiencia en investigación que se encuentran cursando su último año de doctorado, pero que están a punto de perder su manutención y su visa de estudio en países de Asia, Europa y Norteamérica. La pandemia del Covid-19 frenó sus trabajos de campo, experimentos y laboratorios, limitó su acceso a archivos y bibliotecas, y buena parte de ellos no puede volver a Chile hasta que terminen sus tesis. El Ministerio de Ciencia considera como una "posibilidad" prorrogar sus becas y evitar una crisis migratoria mayor, pero hay un decreto que lo prohíbe, por lo que han optado por revisar la situación caso a caso.

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Scarlet Elgueta está en su último año como becaria de doctorado en astronomía en la Universidad de Tokio, Japón. En ese país, la pandemia se comenzó a propagar a fines de enero, casi al unísono con China, y su casa de estudios poco a poco comenzó a endurecer las medidas hasta decretar su cierre definitivo en abril.

En los últimos cinco meses se mantuvo en cuarentena junto a su hija de un año. Sus investigaciones se paralizaron y no sabe qué hacer, porque si su beca no se prorroga, se mantendría en ese país sin manutención y como inmigrantes ilegales.

Su caso es similar a otros 200 profesionales con experiencia en investigación que están en su último año como becarios gracias al convenio que firmaron con la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), institución que llegó a reemplazar a Conicyt a partir del 2020.

Dicho convenio entrega financiamiento para cursar cuatro años de un programa de doctorado en el extranjero. La pandemia ha obligado a suspender la mayoría de las actividades universitarias en el mundo, sobre todo aquellas que implican experimentos, laboratorios o investigaciones de campo, como es el caso de la mayoría de los becarios. Sin embargo, el convenio de ANID no contempla la opción de que el programa dure más de cuatro años.

Scarlet señala que “la comunicación con ANID ha sido bastante compleja, hay factores que simplemente la agencia pareciera desconocer y de los que debiera instruirse, como por ejemplo: el tema migratorio en los países de destino de sus becarios. En Japón, la ley migratoria es bastante estricta y con plazos escuetos, para estudiantes en suspensión no debe superar los dos meses. Tener que quedarte con visa de turista no es una opción cuando tienes familia, por razones obvias”. 

EL GRUPO DE LOS 44

La compleja situación convocó a un grupo de 44 becarias y becarios de doctorado en el extranjero financiados por la ANID. Una de ellas es Andrea Ubal, quien se especializa en estudios y prácticas de las artes en la Universidad de Quebec en Montreal, Canadá.

Ella vive en ese país junto a su marido -que también es becario- y sus tres hijos. Actualmente, se encontraba en período de redacción de su tesis. Su presentación estaba planificada para junio, sin embargo, fue anulada hasta nuevo aviso. Siguiendo las recomendaciones de sus profesoras guías, optó por reformular su exposición y agendarla para septiembre. Sin embargo, su beca se acaba en agosto y no puede volver a Chile sin presentar la parte práctica de su tesis.

“Nuestra condición de estudiantes extranjeros permite que podamos trabajar algunas horas a la semana, eso ayuda como complemento a la beca, pero en las condiciones actuales es complejo pensar que con esas horas se pueda obtener el total del sustento necesario para los meses que siguen”, señala. 

El grupo intentó contactarse con ANID a través de la plataforma online, pero Andrea asegura que “no obtuvimos respuestas muy alentadoras”. Eso los llevó a reunirse con la directora del organismo, Aisén Etcheberry, a quien le reconocen una “buena disposición”, pero que sin embargo, hasta ahora, no han obtenido una “respuesta concreta”.

Otro de los voceros de la agrupación es Adrián Oyaneder, candidato a doctor en arqueología de la Universidad de Exeter en Reino Unido. Él explica que la pandemia del Covid-19 desnudó la realidad de cerca de 500 becarios, quienes no sólo deberán enfrentar problemas migratorios, sino también peligra su “único sustento familiar”.

“Emigrar de Chile como estudiante becado trae consigo exponerse a situaciones de precariedad e incertidumbre económica. El impacto de la pandemia COVID-19 desde Asia a las Américas, está afectando a cientos de becarios en su último año de beca”, subraya. 

Diputado Tomas Hirsch. Foto: Agencia UNO

El pasado 10 de junio, el diputado independiente Tomás Hirsch recogió buena parte de estas demandas en un proyecto de resolución que fue aprobado por la Cámara de Diputados. En él, solicitan al Gobierno extender automáticamente los beneficios a cerca de 200 becarios que corren el riesgo de perder sus visas de estudios y financiamiento, lo que los deja en una “situación de desprotección migratoria y económica”.

“Los becarios, por la pandemia, han quedado varados en los distintos países, están sin recursos, sin beca y, además, sin visas de estudio porque se les acabó el plazo. Hemos solicitado que el Gobierno realice las medidas necesarias para extender los convenios a ellos y buscar un canal de comunicación oficial para quienes quieran volver a Chile”, señala el parlamentario.

La petición es acorde a lo que demandan los becarios afectados. Adrián Oyaneder subraya que no prorrogar implica el riesgo de “ir en detrimento de los objetivos, metas e indicadores de la ANID y del Estado de Chile, que son indicadores OCDE. Además, genera una crisis migratoria a escala global con becarias, becarios y familias, exponiéndose a estar en calidad de inmigrantes ilegales en los países donde se encuentran estudiando”.

EL PUNTO EN DISPUTA: LA PRÓRROGA

Este miércoles, en la Comisión de Ciencias y Tecnología del Congreso, el ministro Andrés Couve presentó las bases de un plan de contingencia de la ANID para todos los becarios. En él adelanta la continuidad temporal de becas a estudiantes que se encuentran en Chile estudiando de manera remota, la entrega de pasaje de regreso a estudiantes que puedan retornar al país y una extensión de becas para quienes tienen plazos menores a cuatro años.

Sin embargo, una prórroga para los estudiantes que vieron interrumpido el cierre de su doctorado por la contingencia, hasta ahora, es sólo una “posibilidad” en la que están trabajando, reconoció.

En conversación con The Clinic, la directora de ANID, Aisén Etcheberry, asegura que “la extensión de la beca es algo que hoy la legislación no permite” debido al Decreto Supremo 664, el que establece que “sin perjuicio de la duración del programa de estudios al cual se postule, la beca financiará el período que se señala en dicho artículo”, que en el caso de los doctorados asciende a un máximo de 48 meses.

Andrés Couve, ministro de Ciencia. Foto: Agencia UNO

Dicho decreto plantea sólo dos causas que podrían extender una beca por seis meses: por concepto de pre y post natal, y por razones de salud. En este último caso, se puede optar por una suspensión de la beca o bien por una disminución de la carga académica.

Pese a ello, Etcheberry aclara que “lo que hemos estado analizando y trabajando son casos específicos de personas que requieren permanecer en sus lugares de estudio. Esto ha sido en estrecha colaboración con los estudiantes. Con esa información, estamos evaluando diversos mecanismos que puedan apoyar cada situación, en un esfuerzo compartido por la Agencia y los becarios, en momentos donde los recursos son escasos y las necesidades muchas. Estamos apuntando a levantar información concreta que permita identificar cómo canalizar mejor la ayuda, priorizando los casos más complejos”.

De todas maneras, la directora de ANID reconoce que actualmente no existe un protocolo o un plan de contingencia en caso de desastres naturales, crisis humanitarias o crisis sanitarias, y solo considera “como principio general, el caso fortuito o de fuerza mayor”.

A su parecer, “esta causal permite flexibilizar obligaciones, como extender los plazos, por ejemplo, pero no aumentar el financiamiento en el tiempo. Sólo se contempla para esos casos la enfermedad del becario o de uno de sus dependientes, situación que requiere ser acreditada y que es la única causal en que efectivamente se extiende el plazo y el financiamiento”.

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