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7 de Julio de 2020

¿Es recomendable fomentar la deuda en medio de la crisis?: Economistas desmenuzan plan de apoyo a clases medias de Piñera

Agencia UNO

Un amplio programa de créditos blandos financiados y administrados por el fisco. Ese es el corazón de la propuesta para enfrentar la pandemia, lo que ha generado un amplio debate en torno a la idea de endeudar aún más a un segmento que siempre ha estado al borde la cornisa. En The Clinic le realizamos tres preguntas a tres especialistas en economía y políticas públicas para evaluar la medida.

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El Presidente Sebastián Piñera presentó este domingo el plan de apoyo a las clases medias, un programa de cuatro medidas excepcionales destinado a trabajadores, emprendedores y estudiantes para que puedan sobrellevar la pandemia. 

Entre ellas está la postergación del pago de dividendos hipotecarios, la ampliación del subsidio de arriendos y del Crédito con Aval del Estado (CAE), y finalmente un programa de créditos blandos financiados y administrados por el fisco.

El mandatario anunció que estos últimos “van a tener una tasa de interés real igual a cero, y van a favorecer a trabajadores de clase media o a emprendedores individuales no cubiertos por el plan que protege a los que emiten boletas de honorarios. Incluye, por supuesto, a los trabajadores que estén cesantes o que estén suspendidos, que hayan experimentado una caída importante en sus ingresos”.

De acuerdo a las estimaciones del Gobierno, la medida podría beneficiar a unas 600 mil familias, cubriendo hasta un 70% la caída de sus ingresos por un lapso de cuatro meses, alcanzando un monto total de 2.6 millones de pesos, incluyendo un año de gracia y un plazo de tres años para el pago.

The Clinic dialogó con tres economistas para analizar la efectividad y el alcande del plan de apoyo a las clases de Piñera.

¿CUÁLES SON LAS VENTAJAS Y DESVENTAJAS?

Para el economista del Instituto de Estudios Laborales (FIEL), Fernando Carmona, el plan de apoyo a las clases medias es “un sinceramiento de las deficiencias tanto en velocidad, cobertura y suficiencia tanto del Ingreso Familias de Emergencia (IFE) como del seguro de cesantía”. Mientras el primero apenas alcanzó a cubrir a la mitad del universo estimado, tampoco hay planes para inyectar más recursos al Fondo Solidario de Cesantía ni de relajar las medidas para que trabajadores puedan acceder a estos recursos.

“En el marco internacional, el FMI ha dicho que los países están endeudándose en un 18%. Nosotros recién vamos a gastar 7 mil millones de dólares de aquí a fin de año, lo que nos va a dejar una deuda del 2,5% del PIB. Hay una inexplicable insuficiencia, y yo diría hasta un abandono del Gobierno, de su responsabilidad frente a la pandemia”, argumenta.

Una visión más resignada es la que tiene el académico de la U. Diego Portales, Jorge Sabat, quien subraya que “todas las opciones son malas y hay que jugar a lo menos malo para la gente. Lo que está tratando de hacer el Gobierno es suavizar la caída del consumo. Es decir, hubo una caída transitoria de ingresos, bajó el nivel de consumo y ocupas deuda para resolverlo. En ese sentido, me parece razonable lo que está haciendo”.

Largas filas en varias sucursales de AFC para cobrar el seguro de cesantía. Foto: Agencia UNO

Para Sabat, la parte buena del proyecto es que “se está haciendo lo que hay que hacer: inyectar plata a la economía”. Sin embargo, el problema es que hay familias que ya están endeudadas. “En economía diferenciamos un problema de liquidez con uno de solvencia. Pienso en el caso de un dentista, que gana un sueldo bueno, pero que ahora está ganando cero. Esa persona, cuando vuelva, probablemente recupere sus ingresos. Pero, ¿qué pasa cuando le das deuda a una persona que tuvo una caída de ingresos permanente? ¿donde este shock no va a ser transitorio?”.

El ex decano de la Facultad de Economía de la U. de Chile, Joseph Ramos, considera que la medida “es un aporte” ya que se amplían beneficios a grupos que no recibieron los beneficios para enfrentar la pandemia. “Los subsidios directos deben estar concentrados en las personas más vulnerables y no en las personas con ingresos significativamente por encima del promedio, que serían estos grupos”, subraya.

“Ahora, si esto es la última palabra, ese es otro tema. Definitivamente, mucho depende de cuánto va a seguir durando el confinamiento producto del coronavirus. Si terminara en uno o dos meses más, probablemente no se necesiten muchas medidas adicionales más. En la medida que perdure, pueden ser necesarias medidas como permitir el retiro responsable de ahorros del sistema de pensiones. Eso en la medida que los recursos fiscales se vayan agotando y que la pandemia perdure”, puntualiza.

FOMENTAR LA DEUDA EN TIEMPOS DE CRISIS ¿ES RECOMENDABLE?

Jorge Sabat explica que “en los momentos de crisis, las instituciones financieras no prestan plata. En ese sentido, el Gobierno cumple ese rol que el mercado no logra hacer solo. Lo que hemos aprendido desde la Gran Depresión en adelante es que, si tú dejas al mercado solo, no va a proveer”.

En ese sentido, recalca que si bien no existen muchos ahorros a nivel de las personas, el Estado sí cuenta con recursos e incluso tiene más espacio para endeudarse. El problema es que “la derecha en Chile históricamente ha sido fiscalmente conservadora. Entonces, con esta medida, el Gobierno está actuando acorde a sus creencias políticas”.

Restaurant cerrado en el Mercado Cardonal de Valparaíso. Foto: Agencia UNO

Por su parte, Joseph Ramos refuta la idea de que la clase media, en particular, padezca de un sobreendeudamiento mayor al resto de otros grupos sociales. “No es que la clase media esté en una situación especial. Todos están, más o menos, en la misma situación. Pienso que la gente que critica darle un crédito son personas que están diciendo que se dé plata directamente. Pero, para mí, eso no debería incluir a personas que ganan significativamente más que el promedio del país”.

Carmona explica que por principio, se deberían evitar dos cosas en medio de una crisis: Debilitar tanto el consumo de las familias como el tejido productivo del país. “En este caso, inyectar liquidez, ya sea por deuda o por subsidio, si bien pudiera ser efectivo desde esta idea de que las familias tengan recursos para vivir la pandemia, genera problemas post pandemia que van a ser muy graves”, subraya.

Para el economista, “en la medida que las familias han accedido a recursos insuficientes, tardíos y de poca cobertura, el endeudamiento y gasto de sus propios ahorros, han ido subsidiando las políticas insuficientes del Gobierno. El problema es que, cuando salgamos de la pandemia y tratemos de recuperarnos, estas familias van a haber gastado parte importante de sus recursos. Esta política de endeudamiento afecta la trayectoria financiera futura de las familias y, con eso, afecta la trayectoria de la recuperación económica, haciéndola más lenta y más larga”.

¿CRÉDITOS BLANDOS O RETIRO DE 10% DE FONDOS DE AFP?

A diferencia de lo planteado por el ministro Briones, Joseph Ramos asegura que tanto el retiro de fondos de AFP como los créditos blandos proyectos son complementarios, incluso si sumamos la inyección de recursos para la reactivación. “Mientras estén esos recursos disponibles, obviamente usemos esos. Pero si esta crisis fuera a extenderse en el tiempo, puede que esos recursos no sean suficientes”, argumenta.

“En ese caso, los ahorros de pensiones pueden ser usados responsablemente. Comparto con Briones, que simplemente retirar los fondos es satisfacer las necesidades actuales pero a expensas de pensiones, que ya son bajas, sean aún más bajas. Por eso, la propuesta que he hecho y no es la única, es que uno pueda retirar los fondos compensándolos con una extensión de la jubilación, porque permite que las pensiones que uno tenga siga siendo la misma, solo que parten un año después”, manifiesta.

Un contrapunto ofrece Carmona, quien asegura que ambas medidas “tienen una misma matriz, aunque provienen de grupos políticos distintos. Para decirlo en una frase: tenemos soluciones individuales a problemas públicos. Que los trabajadores o afiliados se vean obligados a sacar recursos de su fondo de pensiones para poder subsistir frente a la pandemia, en condiciones en que el Estado puede hacer un esfuerzo mayor, vienen a subsidiar este esfuerzo disminuido del Estado. Lo mismo pasa con el endeudamiento”.

Local comercial cerrado en Viña del Mar. Foto: Agencia UNO

“Eso nos lleva a un segundo problema y es que son soluciones regresivas para el país, van a funcionar para una minoría de mayores recursos y la mayoría no va a poder acceder a fondos suficientes. Entregar estos recursos de esta manera, lo que va a provocar es que hará más desigual al país. Yo diría que son malas políticas públicas”, sentencia.

Más optimista es el académico Jorge Sabat, quien si bien reconoce que se ha ido convenciendo de que “tiene sentido” sacar un porcentaje de los fondos de AFP, recalca que “revisando el aspecto puramente financiero, el plan de apoyo a las clases medias es mejor que hacerse un autocrédito con el sistema de pensiones”.

Pese a ello, le abre una ventana al proyecto, ya que “en algunos casos, si hay personas con un caos en su vida impresionante, podría ser una medida complementaria a los créditos, aunque los requisitos tendrían que ser muy específicos, ya que siempre está esa tentación. La evidencia en otros países donde se permite este tipo de cosas muestra que la gente actúa de forma miope. Todos creen que la jubilación es una cosa que viene en el futuro y tenemos un sesgo psicológico de que el futuro importa poco. Por eso el Estado tiene que ayudar a que la gente a que mantenga ese foco de largo plazo”.

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