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Actualidad

9 de Julio de 2020

Cristóbal Bellolio analiza el quiebre de Chile Vamos: “Cada uno ya está pensando en el Chile después de Piñera”

Agencia UNO

El proyecto de retiro anticipado del 10% de los fondos de pensiones parece haber golpeado más fuertemente al Gobierno y su coalición, que a las mismas AFP. El politólogo Cristóbal Bellolio conversó con The Clinic para analizar cómo avizora el paso de esta iniciativa en el Senado, por qué cree que fracasó la maniobra de Desbordes y cuáles son sus razones para considerar que Piñera, en estos momentos, es "un Presidente muerto caminando".

Por

– ¿Quiénes son los principales derrotados con la aprobación del proyecto de retiro anticipado de los fondos de pensiones?

En la medida que no tengamos un mecanismo de reposición de esa plata, sin querer queriendo perdemos todos, todos los chilenos van a sufrir una merma. Es importante hacer esa aclaración antes de buscar perdedores políticos, porque como lo reconocieron personas que promovieron este proyecto, esta no es necesariamente una buena idea.

Dicho lo anterior, el Gobierno estaba en una posición muy difícil, en cualquiera de los dos casos. No tenía cómo ganar. Sufre una derrota política importante, no tanto porque se afecta el sistema de las AFP, sino porque presentó un proyecto alternativo y nadie le creyó que era mejor. Gran parte de la población sencillamente no le cree al Gobierno.

Podemos discutir si es justificado o no, pero aquí la sospecha es que el Gobierno está defendiendo a sus amigos empresarios, se movilizó en el Congreso para conseguir los votos y defender los intereses de la élite. Toda esa percepción está súper instalada. Me parece que financiera y matemáticamente, este proyecto era mejor que sacar las pensiones, pero el Gobierno no tuvo la capacidad de convencer a los chilenos de que eso era así. Sencillamente, nadie les cree. La letra chica que se decía durante el primer gobierno de Piñera, ya no es chica. La gente ya huele el tongo.

Creo también que si se hubiera rechazado, el Gobierno también pierde. Hay una situación de crispación, de polarización social, empieza a prepararse el ambiente para un estallido 2.0, que algunos diputados de manera irresponsable sugirieron. Entonces, no es que el Gobierno, si hubiera rechazado esto, se quedaba tranquilo y se iba para la casa. También tenía que aguantar el chaparrón que se venía después. En ningún caso el Gobierno iba a ganar.

La noche de Sebastián Piñera en La Moneda junto a Blumel y Larroulet tras la aprobación del proyecto. Foto: Agencia UNO

– Pero acá no sólo perdió el Gobierno. ¿Cómo queda la situación en Chile Vamos?

Creo que los afectos internos están muy deteriorados. Cada uno ya está pensando en Chile después de Piñera. Este es un presidente muerto caminando, por así decirlo, que ni siquiera tiene la capacidad de organizar a su propia coalición. Los politólogos siempre observan que Bachelet, más allá del cariño que uno le pueda tener o no, tiene un triste récord que es haber destruido dos coaliciones (Concertación y Nueva Mayoría). Pero Piñera también tiene un mal registro. Parecía que ahora sí funcionaba la idea de Chile Vamos, pero yo no pondría las manos al fuego, pensando en el reordenamiento que se viene en las próximas elecciones y con miras a la constituyente, que empiecen a pensar en singular.

El Gobierno fracasa porque no fue capaz de ordenar a su propia coalición. Algunos diputados votaron a conciencia, tratando de responder a su electorado, pero también sabemos que muchos estaban picados por lo que venía ocurriendo en las últimas semanas, empezando por algunos diputados de la UDI, que hicieron eco de su presidenta y consideraron que el gobierno fue débil y pusilánime al no vetar la limitación de la reelección de alcaldes.

– También hubo parlamentarios de RN que aprobaron el proyecto...

Fueron avivados por su presidente. Mario Desbordes se dio cuenta muy tarde de lo riesgosa que era su estrategia, que en principio no era mala. Dijo una frase que era muy interesante: ‘yo estoy abierto a conversar del 10%, salvo que presenten una idea mejor’. Esa fue la fórmula que ocupó. La idea era aparecer después con la propuesta del gobierno diciendo ‘miren lo que conseguí’. Pero cuando pasó eso, el barco ya había zarpado y justamente abrió la puerta al 10%. Cuando apareció una idea mejor, era demasiado tarde. Él desafió el consenso ideológico y la ortodoxia, de manera que lo vean más flexible y menos dogmático. Pero hoy día debe estar pensando si fue la estrategia correcta o no, porque pudo haber quedado como héroe, pero no ocurrió.

– También es bien especial la situación de Evópoli, pensando que fueron más oficialistas que la UDI y RN en esta pasada.

El partido más chico de la coalición, sin quererlo ni buscarlo, se encontró con la conducción política del Gobierno. Eso debe ser muy resentido por los partidos grandes, pero fue por las circunstancias que le tocó. Evópoli está pagando el precio, ha sido muy difícil, porque toda la frescura, novedad, este perfil más liberal, toda esa identidad distintiva, lamentablemente ha tenido que ser sacrificada en aras de la conducción del Gobierno. Hernán Larraín Matte no se puede dar los lujos que se da Mario Desbordes, no porque no crea, sino porque su rol es ser el presidente del partido que tiene al ministro de Hacienda y al ministro del Interior.

– El proyecto ahora pasa el Senado ¿Cómo visualizas ese escenario?

En un principio, hace un tiempo atrás, la gente pensaba que esto jamás va a pasar por la Cámara. Y pasó. Hay gente que puede hablar del rol de cámara revisora del Senado. No sé. No veo que el Senado vaya a comportarse necesariamente de manera distinta. Es perfectamente posible que el Senado se vea súper acorralado frente a un proyecto inmensamente popular. El que se opone, paga los costos.

– Al Gobierno también le quedan las armas para frenar el proyecto, el veto presidencial y recurrir al Tribunal Constitucional. ¿Las usará o tenderá a ceder?

Es una buena pregunta. Yo pensaría que, si no la ocupara ahora, en un caso como este donde estás convencido de lo mal que le hace a Chile un proyecto como este, de lo mejor que es tu alternativa, y has ocupado este mismo recurso otras veces en casos mucho menos problemáticos, pareciera ser que esta es una batalla demasiado importante para no desplegarlos. Salvo que haya una situación política tan dramática que sientan que no tienen espacio político para hacerlo.

Ahora, no sé cuánto le importará eso a Piñera a estas alturas. En este minuto, me imagino que apostará todo al Senado y después ver qué está pasando. Conociéndolo, Piñera debe estar más preocupado en la corrida bancaria que va a significar que todos saquen el 10%.

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