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Entrevistas

13 de Julio de 2020

Neuróloga explica cómo el encierro acelera deterioro de quienes sufren Alzheimer o Parkinson

Giesela Hornung, neuróloga y académica de la Facultad de Medicina y Ciencia de la Universidad San Sebastián, da cuenta de la situación que enfrentan hoy pacientes con trastornos neurológicos. Además entrega tips de cuidado para ellos y sus cuidadores.

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Hace unas semanas, en el programa “Mentiras verdaderas”, la actriz Paulina Urrutia y el periodista Augusto Góngora, diagnosticado de Alzheimer desde 2014, compartieron cómo han enfrentado el deterioro y los cuidados durante el confinamiento. Ella misma indicó que en el periodo de encierro la enfermedad degenerativa de su marido había agudizado su dependencia y deterioro: “Augusto ha ido olvidando sus recuerdos”, señaló. Ese testimonio dio cuenta de la realidad que día a día están enfrentando pacientes con Alzheimer y otros trastornos neuromotores como el Parkinson, epilepsia, accidentes cerebrovasculares y déficit atencional, entre otros.

¿Es posible que los trastornos neurológicos puedan verse más deteriorados en un contexto de pandemia? La neuróloga y académica de la Facultad de Medicina y Ciencia, Universidad San Sebastián, Giesela Hornung, da algunas respuestas.

Previo a la pandemia, ¿cuál era la situación en Chile de las personas con trastornos neurológicos? 

-Los trastornos neurológicos incluyen una amplia gama de patologías, de características muy diferentes, por ejemplo: accidentes cerebrovasculares, enfermedad de Parkinson, enfermedades neuromusculares como la miastenia gravis, esclerosis múltiple, enfermedad de Alzheimer y otras demencias, déficit atencional, trastornos del sueño, epilepsia, cefalea, etc. Son enfermedades muy distintas en cuanto a su evolución, impacto en las actividades de la vida diaria y acceso a tratamientos, por lo que no es posible generalizar la situación para un grupo tan amplio de patologías para todo el país. 

¿Cómo son tratadas en general estas enfermedades en el sistema de salud? ¿Era muy alta la demanda pre-pandemia?

-Las patologías neurológicas suelen ser en su conjunto un motivo frecuente de consulta en Chile, siendo la primera o segunda causa, según los centros encuestados, de consulta en atención primaria de salud de adultos. Las patologías neurológicas más frecuentes son las cefaleas o dolores de cabeza. 

“Las patologías neurológicas suelen ser en su conjunto un motivo frecuente de consulta en Chile”, dice Hornung.

¿De qué forma el encierro actual puede afectar a enfermedades como Alzheimer, el Parkinson u otras derivadas del sistema nervioso central y periférico? 

-Para que nuestro cerebro y cuerpo funcionen de buena manera, los seres humanos necesitamos el uso constante de éstos. En el caso de la enfermedad de Alzheimer, los pacientes para enlentecer el proceso de deterioro de su cerebro necesitan constante estímulo, el cual viene de estar conectado al medio que los rodea mediante estímulos auditivos, visuales, táctiles y cognitivos, los que están dados en gran medida por el contacto con el ambiente mediante la interacción social. La pandemia ha implicado una serie de medidas de confinamiento, lo que reduce las posibilidades de interacción y hace que el paciente pueda tener un deterioro transitorio o permanente de su capacidad cognitiva en la medida que no se suplan los estímulos que antes tenía en su interacción social diaria. En el caso de los pacientes con Enfermedad de Parkinson, también son pacientes por lo general mayores, que para mantenerse bien requieren tanto los estímulos cognitivos como la actividad física. Si esta no es suplida de buena manera durante el confinamiento se verán síntomas anímicos y cognitivos, que también harán que el paciente se mueva menos, empeore su rigidez y desequilibrio, pudiendo aumentar el riesgo de caída, atrofia muscular, incluso llegando a la postración. 

” La pandemia ha implicado una serie de medidas de confinamiento, lo que reduce las posibilidades de interacción y hace que el paciente pueda tener un deterioro transitorio o permanente de su capacidad cognitiva en la medida que no se suplan los estímulos que antes tenía en su interacción social diaria”, dice la profesional.

La actriz Paulina Urrutia ha dicho que durante la cuarentena se ha sentido más estresada, debido a la dependencia que Augusto Góngora, su marido con Alzheimer tiene de ella. ¿Cómo pueden afectar estas enfermedades a terceros según las necesidades que tienen?

-Los pacientes con Alzheimer, como señalé anteriormente, dependen de los estímulos cognitivos para mantener la funcionalidad de su cerebro, lo que se hace con interacción social regular, y manteniendo rutinas determinadas en el día a día, dado que su capacidad de adaptarse se encuentra disminuida. Con el confinamiento se restringe la interacción social, la actividad física y las rutinas, lo que puede hacer que el paciente tenga un deterioro transitorio de su funcionalidad, haciéndose más dependiente de su cuidador, que además puede quedar sin ayuda de terceros para el cuidado del paciente, lo cual evidentemente es un factor de sobrecarga y de estrés adicionales para este familiar que va a requerir medidas de apoyo y contención extraordinarias para poder mantener su salud mental y seguir con su tarea de cuidador.

Dra. Giesela Hornung – Registro Personal

La imposibilidad de tener un movimiento más activo del cuerpo por no poder salir a caminar o hacer deporte, ¿cómo influye en enfermedades neuromotoras?

-En las enfermedades que afectan a los músculos y nervios periféricos, la forma de enlentecer la progresión de éstas es mediante la actividad física espontánea y dirigida a los grupos musculares de mayor compromiso para lograr mantener la función. La pandemia limita la posibilidad de actividad física, que, de no ser compensado mediante otra actividad, por ejemplo, kinesioterapia o rutinas específicas en domicilio, puede generar mayor pérdida de fuerza, que en pacientes que ya tienen un deterioro puede llevar a que pierda una función, como la capacidad de caminar o comer solo.

En tiempos de cuarentena muchas personas reconocen dificultad para conciliar el sueño. ¿Pueden estas dificultades derivar en un trastorno patológico?

-Estamos en una situación muy particular hoy en día, en que todas nuestras rutinas y capacidad de planificarnos se han visto afectadas. La pandemia ha significado reactivar múltiples miedos, el miedo a enfermarnos, el miedo a morir, el miedo a perder a alguien cercano, el dejar de trabajar con las consecuencias económicas que esto implica, sin saber si podremos a futuro recuperar nuestros trabajos y nuestros ingresos, no saber cuándo va a terminar esto… No podemos negar que todos estos factores aumentan nuestra ansiedad y angustia, que de llegar a niveles que interfieran en nuestras actividades pueden transformarse en una enfermedad que va a requerir tratamiento. Es así como he visto un aumento importante de insomnio: por el aumento de la ansiedad y el nerviosismo ante los factores mencionados, como también por adquirir malos hábitos durante el confinamiento, como levantarse tarde, no mantener rutinas durante el día, comer mal, el exceso de estimulantes y/o alcohol, dejar de hacer ejercicio, exceso de pantallas durante la noche. Eso lleva a que no podamos dormir y/o el sueño sea de mala calidad, lo que nos lleva a estar más cansados cada día, con mal ánimo, irritables; pudiendo requerir ayuda profesional para poder superar este trastorno y sus consecuencias.

Además, la neuróloga Giesela Hornung entrega consejos o tips para evitar que la cuarentena afecte con mayor intensidad a las personas con estas enfermedades y también a quienes los cuidan. Dice la profesional:

  • Mantener el uso de sus tratamientos farmacológicos.
  • Mantener sus controles médicos mediante telemedicina.
  • Mantener una buena hidratación y alimentación.
  • Mantener en lo posible rutinas previas a la pandemia, como horarios para levantarse, para comer, para ir a dormir.
  • Preocuparse del aseo personal diario.
  • Mantener la actividad física buscando alternativas que se puedan hacer en confinamiento.
  • Buscar alternativas de interacción social con ayuda de la familia: llamadas telefónicas, llamadas por video mediante celular o computador. 
  • Motivar al paciente para que, en la medida que puede, coopere en los quehaceres de la casa según su capacidad. Esto ayuda al bienestar físico y mental, al sentirse más útiles.
  • Revisar álbumes antiguos o ver películas del gusto del paciente para luego poder conversar de las fotos o los personajes.
  • Limitar el acceso a información que pueda aumentar la ansiedad del paciente, por ejemplo ver sólo un noticiero al día o cambiarlos por contenido cultural o entretención. 
  • Volver a usar juegos de mesa que sean de su gusto y según la capacidad del paciente.
  • Apoyar al cuidador para que también tenga espacios de descanso y pueda mantener una buena salud mental.

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