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Reportajes

15 de Julio de 2020

El desconocido “mercado negro” de las cajas de alimentos del gobierno

Foto: Agencia Uno

The Clinic encontró algunas familias de El Bosque, Lo Prado, San Bernardo, Pedro Aguirre Cerda e Independencia que salieron a vender la mercadería de sus canastas entregadas por el gobierno. La ofrecían a bajos precios o realizaban trueques a través de las redes sociales o las ferias libres. Varios dijeron que necesitaban dinero más que mercadería. Consultamos también a expertos sobre este programa que ha sido objeto de críticas y que el fin de semana pasado inició su segunda etapa.

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Patricia, residente de la comuna El Bosque, recibió su caja de mercadería la primera semana de junio. Estaba abierta y le faltaban la mitad de los productos que el gobierno dispuso para entregar. “Cuando llegué en la noche a la casa, un vecino me dijo que habían llegado las cajas a la sede de la junta de vecinos. Fui por ella y estaba abierta. Todos los paquetes venían sellados menos el mío. Me pidieron el RUT, me tomaron una foto y me la llevé”, dice la señora, cuyo nombre fue cambiado para este reportaje. 

Patricia tiene un hijo de un año y trabaja de feriante vendiendo ropa usada en la feria Vecinal Sur de El Bosque. Fue en esta feria libre que se percató que al menos tres personas estaban comercializando la mercadería de las canastas del gobierno. Dos de estos feriantes se ubicaron en la “cola” de la feria, pero una tercera vendedora joven dispuso sus productos en su puesto adentro. “Yo sabía que la caja era del gobierno por el logo. Conozco a la tía de la chica -la cual vende lana en la misma feria- y le pregunté por qué su sobrina estaba vendiendo la mercadería y me dijo que el gobierno le había entregado tres cajas a ella y a las cuatro personas con las que vivía. Me contó que la sobrina había pedido que le dieran tres canastas alegando que vivían tres familias y varios niños en la misma casa”, dice la vecina.

La política pública “Alimentos para Chile” dispuso la entrega de 2.5 millones de cajas a hogares  vulnerables y supuso un costo de 100 millones de dólares, declaró el gobierno. En junio se concluyó la entrega de 1.5 millones de cajas en la Región Metropolitana y en julio se terminaron de repartir un millón de canastas en regiones. En los últimos días de la semana pasada se distribuyó un remanente adicional que el gobierno decidió aportar para cuatro regiones, según informó el Ministerio del Interior a The Clinic. El fin de semana, en tanto, se dio inicio inicio a una segunda etapa de repartición de canastas con mercadería, en la cual se espera alcanzar una cifra de alrededor de 3 millones de cajas.

Patricia tiene un hijo de un año y trabaja de feriante vendiendo ropa usada en la feria Vecinal Sur de El Bosque. Fue en esta feria libre que se percató que al menos tres personas estaban comercializando la mercadería de las canastas del gobierno. Dos de estos feriantes se ubicaron en la “cola” de la feria, pero una tercera vendedora joven dispuso sus productos en su puesto adentro.

El programa no ha estado exento de polémicas. Principalmente se han reprochado los problemas asociados a la logística del proyecto. Los alcaldes han alegado que ha sido una carga extenuante para los funcionarios municipales y que hace falta un registro socioeconómico que permita entregar las cajas a los hogares más vulnerables que realmente las necesitan. En redes sociales y medios de comunicación se dieron a conocer casos en que familias de sectores de clase media alta o alta recibían este apoyo sin realmente necesitarlo. 

FOTO REFERENCIAL. Ministro Gonzalo Blumel entrega una caja a una vecina de la comuna de Independencia. Foto: Agencia Uno

“A UNO LE SIRVE MÁS EL DINERO”

La venta o intercambio de los productos de las canastas es una de las prácticas que The Clinic investigó. A través de Facebook, en grupos de compra y venta, se pueden encontrar anuncios de venta de paquetes de mercadería. Una vecina de Pedro Aguirre Cerda vende una caja a 20 mil pesos con distintos productos. 

¿A cuánto me la vende? ¿Qué cosas tiene?

-¿Qué necesitas que tenga la caja? Mira yo podría ponerle estas cositas. No sé si te parece. (manda foto). Además tengo tallarines, salsa de tomates, miel, otro arroz, otro kilo de azúcar, atún. No sé qué más te gustaría que llevara.

¿Son de las cosas regaladas del gobierno? No quisiera quitarle mercadería que usted compró.

-Es parte de la que me dio el gobierno y otro poco mía. Porque esas cosas que me dio el gobierno yo no las uso… y pensaba truequearlas o venderlas ¡porque a uno le sirve más el dinero si no consume las cosas que trae! 

Otro anuncio en el grupo “Feria de las pulgas de San Bernardo y El Bosque” dice: “Permuto caja de mercadería por ropa de niña talla 8 (de invierno). Si es usada que esté en buenas condiciones por favor. Contenido de caja en la foto”. 

Trueques y ventas de productos de las cajas de mercadería por internet

-¿Qué necesitas que tenga la caja? Mira yo podría ponerle estas cositas. No sé si te parece. (manda foto). Además tengo tallarines, salsa de tomates, miel, otro arroz, otro kilo de azúcar, atún. No sé qué más te gustaría que llevara.

Indagando sobre el intercambio, la mujer de este anuncio, vecina de San Bernardo, respondió: “Estoy en un comité de vivienda y me dieron mucha (mercadería) y como estuve con Covid-19, me volvieron a dar. Es por eso que separé e hice una cajita, porque para comprar ropa no tengo”.

Distintas autoridades y personajes públicos han declarado que esta política de entrega de canastas es difícil de operar y que resultaría más eficiente hacer una transferencia de dinero a las familias, lo cual le daría las personas la libertad de elegir en qué utilizarlo. Benito Baranda, presidente ejecutivo de América Solidaria, declaró en una entrevista radial que la transferencia de recursos a las familias es la opción más rápida y que la entrega de cajas “va a matar al comercio local y eso va a agravar la situación”. 

En la misma línea, el alcalde de Puente Alto, Germán Codina, y el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, lanzaron a finales de mayo el plan piloto “Billetera de Barrio”, por el cual se entregó un subsidio de 30 mil pesos a familias de la villa Luis Matte Larraín en Puente Alto y familias de las Torres de Fleming en Las Condes. Este monto podía ser usado dentro de comercios locales de las comunas. 

Indagando sobre el intercambio, la mujer de este anuncio, vecina de San Bernardo, respondió: “Estoy en un comité de vivienda y me dieron mucha (mercadería) y como estuve con Covid-19, me volvieron a dar. Es por eso que separé e hice una cajita, porque para comprar ropa no tengo”.

ERRORES DE LOGÍSTICA

Leyla Arriagada, vecina de Independencia, tiene un puesto de comercio afuera del Hospital San José en la misma comuna. En un mensaje privado de Facebook, le cuenta a The Clinic: 

“La gente en situación de calle viene todos los días a venderme las cajas familiares. Yo las compro porque de verdad junto toda la mercadería; ya que no sé qué es lo que va a pasar con esta pandemia. La gente claro que las vende. No sé cómo sacan dato de uno y otro lado. Van a todas las comunas y de todas las comunas reciben una caja familiar. Yo todavía no recibo nada de la municipalidad. Recibía las cajas del colegio de mi hijo, pero ya no las están dando”. 

“La gente en situación de calle viene todos los días a venderme las cajas familiares. Yo las compro porque de verdad junto toda la mercadería; ya que no sé qué es lo que va a pasar con esta pandemia. La gente claro que las vende.

Una usuaria de Twitter acusó que sus vecinos de Lo Prado estaban vendiendo su canasta familiar y que las cajas estaban llegando también a hogares que no eran del porcentaje más vulnerable. 

“Me di cuenta porque después de la entrega de la caja salieron con un carro de supermercado con las cosas sueltas en él. Pasaron por fuera de mi dormitorio y dijeron que lo iban a ir a vender. En la cuadra donde yo vivo repartieron las cajas, pero en la cuadra del frente no estaban repartiendo, entonces se fueron para allá. Eran un hombre y una mujer jóvenes. Yo sé que no tienen problemas económicos”, respondió la twittera por un mensaje interno, cuando pedimos detalles de su reclamo. 

FOTO REFERENCIAL. Entrega de cajas de alimentos en la comuna de Independencia. Foto: Agencia Uno

Uno de los mayores argumentos en contra de esta política pública ha sido la logística, explica Nicolas Grau, investigador COES y profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. “Al gobierno le ha costado bastante repartir las cajas y distribuirlas a las personas que quería hacerlo. No ha tenido la capacidad para hacerlo. Da la impresión de que el gobierno lanzó esta medida para demostrar que estaban haciendo algo, pero en realidad no sabía bien cómo hacerlo. Después se dieron cuenta que era un problema logístico sumamente complejo”, dice. 

Neida Colmenares, directora de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Central, tampoco cree que ésta ha sido una política eficiente en términos de logística y distribución, con algunos hogares que han tenido que esperar hasta 30 ó 45 días para recibir el beneficio. “No resuelve el problema ni siquiera desde el punto de vista asistencial. Para una familia que está en una situación tan compleja, recibir una caja 30 ó 40 días después no es una solución que realmente pueda mitigar el impacto de la crisis”, dice la académica. Inclusive, puede ser perjudicial para la confianza de la familia, agrega Colmenares, que expectante mira en televisión todos los días las noticias de las cajas, sin recibir el beneficio todavía.

“Al gobierno le ha costado bastante repartir las cajas y distribuirlas a las personas que quería hacerlo. No ha tenido la capacidad para hacerlo. Da la impresión de que el gobierno lanzó esta medida para demostrar que estaban haciendo algo, pero en realidad no sabía bien cómo hacerlo. Después se dieron cuenta que era un problema logístico sumamente complejo”

Fue el mismo intendente de la Región Metropolitana, Felipe Guevara, quien dijo en radio Cooperativa que las cajas del programa “Alimentos para Chile” eran un complemento alimenticio, no un reemplazo de la alimentación de las familias. Sus dichos vinieron después de que una encuesta de Espacio Público revelara que el 62% de los participantes calificaba el aporte de las canastas familiares como insuficiente. El mismo estudio concluyó que para el 45% de los encuestados, la medida más efectiva para que sus vecinos puedan cumplir el confinamiento es que cada hogar reciba un ingreso monetario para no trabajar.

NO CRIMINALIZAR

Al economista Nicolas Grau le resulta paradójico que un gobierno de derecha haya querido lanzar una política pública típica de un sistema de izquierda como el de la Unión Soviética. Dice que para los gobiernos de derecha el mercado es la manera más eficiente de operar y, en ese sentido, hubiera sido más fácil entregar los recursos directamente a las familias.  “Yo creo que la explicación es muy simple y está en que las cajas es una forma mucho más barata dentro de las alternativas posibles para mostrar que estaban haciendo algo”. 

Las cajas cuestan alrededor de 100 millones de dólares, lo que es equivalente a 30 mil pesos por caja, explica Grau. Y agrega que si esto se compara con el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que los economistas convocados por el Colegio Médico propusieron, son más de 600 millones de dólares. “Estas cajas es mucho menos plata de lo que cuesta repartir recursos por familia. El tema es que si el gobierno hubiera dicho voy a repartir 30 mil pesos por hogar, todos hubieran dicho: ‘Eso no es nada’”, dice el investigador. 

Trueques y ventas de productos de las cajas de mercadería por internet

Desde que comenzó la pandemia, el gobierno primero anunció el bono Covid-19 de 50 mil pesos. Después el IFE de 45 mil pesos, el cual no quiso elevar tras la presión de la oposición. Luego anunció las cajas de mercadería y finalmente se abrió a aumentar el IFE a 90 mil pesos por persona. “El gobierno ha ido entregando recursos a goteo porque yo creo que su estrategia ha sido tratar de gastar lo menos posible. El común denominador del comportamiento del gobierno durante todo este periodo ha sido tratar de ahorrar, cuando en realidad lo que debiera estar pensando es cómo generar las condiciones materiales para que las familias no estén obligadas a abandonar el confinamiento”, dice Grau.

Si se discute el tema de la venta de cajas de mercadería por parte de las familias, la académica Neida Colmenares opina que es importante no criminalizar las acciones que se generan en los contextos de precariedad. “Lo que ha dicho la experiencia de situaciones de pobreza o situaciones de crisis como ésta, es que las familias empiezan a desarrollar estrategias; y aunque parezcan bien absurdas, son estrategias que responden a sus propias realidades. No dudo que algunas familias las estén vendiendo (las cajas)… Se pueden tomar esas decisiones porque lo que necesitaba la familia era cierta liquidez”, dice la académica. 

Para Colmenares, la transferencia directa a las familias hubiera sido lo más eficiente si es que realmente no había un problema en la cadena de abastecimiento de los alimentos, como lo declaró el gobierno.  “O ¿por qué no hacer transferencia a los municipios, quienes previamente ya compraban las cajas? Los municipios son los entes que hoy en día pueden tener la mayor información de sus territorios para saber cuántas cajas más tienen que comprar o qué otras medidas pueden implementar ellos”.

FOTO REFERENCIAL. Una familia de La Pintana recibe caja de alimentos y artículos de aseo. Foto: Agencia Uno

Si se discute el tema de la venta de cajas de mercadería por parte de las familias, la académica Neida Colmenares opina que es importante no criminalizar las acciones que se generan en los contextos de precariedad. “Lo que ha dicho la experiencia de situaciones de pobreza o situaciones de crisis como ésta, es que las familias empiezan a desarrollar estrategias; y aunque parezcan bien absurdas, son estrategias que responden a sus propias realidades”.

Grau va aún más allá: “Esto se ha prestado para un ‘show político’. Todos vimos las fotos escandalosas. El gobierno decía: ésta es una medida para que la gente no se contagie; y al mismo tiempo hicieron una especie de campaña electoral incluyendo a la Primera Dama y toda la gente sacándose fotos con personas visitando cada una de las casas… También es una medida que aparece como un gran esfuerzo cuando en realidad en términos monetarios no lo es. Es una política engañadora para la opinión pública”. 

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