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15 de Julio de 2020

Las tres discusiones pendientes sobre las AFP a cinco años del informe final de la Comisión Bravo

Foto: Agencia UNO

En 2015, la Comisión Asesora Presidencial de Bachelet entregó sus conclusiones sobre el modelo previsional, el que no ha sufrido cambios desde entonces. Si bien algunos lineamientos fueron recogidos por los proyectos de la ex mandataria e incluso por el Presidente Piñera, ninguno ha sido aprobado hasta ahora. Y el debate sobre una reforma global al sistema sigue sin tocarse, en medio de la discusión sobre el retiro anticipado del 10% de los ahorros previsionales, que ha agudizado los cuestionamientos al modelo chileno de AFP.

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El año 2015, la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones, encabezada por el economista David Bravo, entregó su informe final a la Presidenta de entonces, Michelle Bachelet.

Se trata de un documento de 246 páginas fruto de un año trabajo que involucró la participación de 24 comisionados, nueve de ellos internacionales, quienes realizaron 65 sesiones, 78 audiencias públicas y 30 diálogos regionales sobre la materia.

“Por la acuciosidad y el alto nivel del trabajo realizado, me parece que esta revisión constituye un paso contundente para que abordemos con seriedad los desafíos y tareas pendientes en esta materia”, sostuvo la mandataria ese día.

Pese a la composición de dicha comisión -mayoritariamente en favor de las AFP- el informe presentó las bases de la discusión previsional que se mantiene hasta estos días, debates que aún no son zanjados por el régimen democrático, pese a que varios de sus lineamientos fueron recogidos por los proyectos de ley elaborados por los gobiernos de Bachelet y Piñera.

SISTEMA DE AFP, MIXTO O DE REPARTO

Una de las conclusiones de la Comisión Bravo fue la necesidad de aplicar reformas al sistema de pensiones para alcanzar dos objetivos: “Incrementar las pensiones de los actuales jubilados, y crear las condiciones para que los futuros pensionados accedan a mejores jubilaciones”.

Sin embargo, en el debate no hubo consenso sobre la naturaleza de estas reformas y cuán estructurales debían ser estos cambios. De hecho, en la votación, 12 comisionados estaban por mantener el sistema de AFP y 12 por transformarlo.

Al final, se apostó por presentar tres propuestas globales:

– Propuesta A: Mantener el sistema de AFP pero fortaleciendo el pilar solidario, mejorando el pilar contributivo y la igualdad de género, manteniendo los incentivos esenciales de ahorro, inversión, y crecimiento económico que permiten el financiamiento de las pensiones futuras.

– Propuesta B: Avanzar hacia un sistema mixto para incrementar la legitimidad del modelo y responder a los principios de la seguridad social mediante la creación de un componente de seguro social, basado en la solidaridad entre afiliados y entre generaciones.

– Propuesta C: Avanzar hacia un sistema de reparto duro, recogiendo principalmente las opiniones expresadas durante el proceso de participación ciudadana de la comisión.

Leokadia Oreziak. Foto: Interia Fakty

La primera opción obtuvo 12 votos de los comisionados, la segunda 11 votos y la tercera uno, el de la economista polaca Leokadia Oreziak, autora del libro “Fondos de Pensiones Abiertos: la catástrofe de la privatización de pensiones en Polonia” (2014), donde detalla el proceso de reforma previsional que enfrentó su país entre 2011 y 2013.

En entrevista con La Tercera, la especialista explicó que “voté terminar con el sistema de AFP y reemplazarlo con un sistema reconstruido, público, basado en la solidaridad intergeneracional. Es un esquema de reparto en el que las contribuciones de los trabajadores se utilizan para pagar las jubilaciones actuales (…) Es la única de las tres propuestas entregadas por la Comisión Bravo que se basa en cálculos sólidos y minuciosos y datos confiables que vienen de instituciones oficiales de Chile y del extranjero”.

Sin embargo, la propia comisión entrega al menos cinco argumentos para no reformar hacia un sistema de reparto. Entre ellos, aseguran que este modelo reduce el ahorro y la inversión, lo que se vuelve problemático en un escenario de reducción de la fuerza laboral. También presentan dudas sobre su sostenibilidad financiera. “Sus bases se escapan de todo realismo acerca del comportamiento previsible del mercado del trabajo en Chile”, sentencia el documento.

EDAD DE JUBILACIÓN

Una de las propuestas presentadas por la Comisión Bravo fue igualar la edad de jubilación a 65 años entre hombres y mujeres en un proceso gradual de 10 años a partir de las nacidas en 1970. El esquema está explicado en este cuadro:

Sin embargo, la propuesta fue rechazada por seis votos, todos formulados por comisionadas mujeres. Mientras que los 16 comisionados hombres votaron a favor, al igual que otras dos comisionadas.

Si bien en agosto de 2016, la Presidenta Bachelet sugirió que hay que “abrir la discusión” en torno a este tema, finalmente en su propuesta de reforma previsional no la incluyó. Tampoco lo hizo Piñera en su reforma presentada en 2018, argumentando que en Chile los salarios son bajos y hay demasiadas lagunas previsionales. En ese sentido, explicó que “lo más correcto” es incentivar la permanencia en la fuerza de trabajo y aumentar las cotizaciones.

“Queremos mejorar las pensiones, pero respetando dos principios: el ahorro previsional le pertenece al trabajador y tiene derecho a decidir quién se lo administra. Y segundo, es respetar la libertad de las personas, porque algunos a los 60 años pueden sentirse con ganas y tener oportunidades de seguir trabajando y a esos vamos a premiar”, argumentó.

David Bravo, presidente de la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones. Foto: Agencia UNO

AUMENTAR LAS COTIZACIONES

Otra de las propuestas de la Comisión Bravo consistía en aumentar las cotizaciones en un 4% con cargo al empleador. En dicha discusión, sólo cuatro comisionados estuvieron en contra y la mayoría la aprobó.

Sin embargo, un debate más estrecho se produjo a la hora de definir qué hacer con ese 4%. Los comisionados se dispersaron en cinco propuestas dependiendo de cuánto porcentaje se iba a los ahorros individuales y cuánto a un fondo solidario.

El proyecto de Michelle Bachelet finalmente propuso un aumento de las cotizaciones en un 5%. De esto, un 3% se va a los ahorros individuales y un 2% a la creación de un fondo de ahorro colectivo. Sin embargo, como ya sabemos, el proyecto no prosperó.

Piñera subió la apuesta aumentando las cotizaciones a un 6%, de los cuales un 3% se iría a un fondo colectivo solidario, que sería administrado por una institución pública autónoma.

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