María José Rojas: Lo que hace una skater para entrenar encerrada en casa

“Llevaba la tabla a la mala, en una bolsa negra. Iba a un colegio de monjas muy conservador, entonces si les enseñaba a las chicas a patinar, me veían como una mala influencia, como que yo desordenaba a mis compañeras. Cuando salíamos a recreo me quedaba adentro de las salas haciendo trucos para pasar piola, porque los inspectores miraban el patio más que nada. Igual a veces me cachaban y me paqueaban”, dice riendo María José Rojas (25), skater del Team Chile. 

Cuando tenía 14, sus padres fueron al norte por temas de trabajo y pasaron por la Zofri, desde donde trajeron regalos para sus hijas. “A mi hermana unos perfumes y a mí algo nada que ver, una tabla de skate de juguete. Fue pura coincidencia”, dice. Comenzó a ver videos en YouTube para aprender. Cuando su mamá salía a barrer la vereda de su casa en La Cisterna, ella imitaba los movimientos y posiciones que veía en los vídeos. Aprendió totalmente autodidacta. 

Pasaron los años y “Cote” entró a competir. Primero con excelentes resultados a nivel nacional; y luego internacional: en diciembre de 2015 consiguió un segundo lugar en un campeonato en Ecuador con skaters de todo el mundo. Desde entonces ha representado a Chile por todo el mundo: “Creo que solo me faltaría conocer África y Oceanía”. Actualmente está 32° en el ranking mundial y en marzo se encontraba a dos puestos de clasificar a Tokio 2021. Sin embargo, la llegada de la pandemia al país dejó en la incertidumbre el camino olímpico de María José. 

Actualmente está 32° en el ranking mundial y en marzo se encontraba a dos puestos de clasificar a Tokio 2021. Sin embargo, la llegada de la pandemia al país dejó en la incertidumbre el camino olímpico de María José.

RUIDO DE LOS VECINOS

María José vive sola en un departamento en Ñuñoa. Se lo prestó su papá para que no se pegue “el sendo pique” hasta el Centro de Alto Rendimiento donde entrena junto al Team Chile. Volvió allí hace apenas dos semanas, ya que todos estos meses -mientras no podía entrenar al aire libre- ha estado en La Cisterna con su familia. “Era una buena opción para no estar sola y retomar la vida familiar que una como deportista la deja un poco de lado” dice. También tuvo que dejar de entrenar la “parte técnica”, lo que le generó mucho estrés. 

¿Cómo la parte técnica?

-Subirte en la tabla y hacer giros, saltar y esas cosas. Son los movimientos que más ocupamos al momento de competir. 

¿Y cómo lo supliste?

-Le dije a mi papá: “Necesitamos un cinturón y unos pernos. Yo marco mis pies sobre la tabla y tú le hací hoyos donde te digo”. Pusimos lo pernos, hicimos el amarre con el cinturón y eso hizo que la tabla quedara pegada a mis pies cuando yo tiraba trucos. Los primeros días me sentía rara porque no estoy acostumbrada a tener la tabla pegada a los pies, pero me sirvió mucho para volver a recuperar los giros y el salto, que es lo que más nosotros usamos cuando competimos y deslizamos. Además, puse un mat de yoga en una banca, cosa que no generara sonido el impacto. 

¿El sonido era el problema?

-Sí, las viejas de al lado empezaban a alegar cuando entrenaba 15 minutos. Incluso llamaron a Carabineros. En un principio ponía un cubrecama y hacía trucos en una tabla sin trucks, así suelta, pero no se podía mucho más porque era todo estático. No me gustaba mucho, pero cuando al último mes de encierro que estuve allá le puse los amarres, fue maravilloso. 

“Le dije a mi papá: ‘Necesitamos un cinturón y unos pernos. Yo marco mis pies sobre la tabla y tú le hací hoyos donde te digo’. Pusimos lo pernos, hicimos el amarre con el cinturón y eso hizo que la tabla quedara pegada a mis pies cuando yo tiraba trucos. Los primeros días me sentía rara porque no estoy acostumbrada a tener la tabla pegada a los pies, pero me sirvió mucho para volver a recuperar los giros y el salto.

Igual reconoce que sintió estrés en ese tiempo. “Me empecé a desquitar con mi familia: a responder mal, andaba enojada todo el rato. Igual penca porque ellos no tenían la culpa, pero yo no lo hacía consciente, era sin querer”.

Para este año “Cote” tenía previsto seguir con los campeonatos clasificatorios a Tokio 2021. De los ocho que tenía planificados, ahora serán solo cuatro. “Tenía en marzo un viaje a Las Vegas, pero lo suspendieron tres días antes” cuenta. 

¿Se ve muy difícil el panorama?

-Por lo que nos han dicho, en enero, febrero, retomaríamos todo el tema, pero igual no es nada seguro. Lo que pasa que es que, si todos los países no pueden viajar por las condiciones en que se encuentran, no quedamos en igualdad de condiciones y no se puede competir. En ese sentido, me complica un poco que pueda cambiar el tema de los puntajes y las reglas para equiparar esto. Pero, por otro lado, me siento tranquila, porque si puedo ir a uno o dos campeonatos, creo que puedo lograr posibilidad de clasificar.

WHASTAPP A LA MINISTRA

María José dice que “los skaters estamos acostumbrados a andar en la calle o en el skatepark, en lugares abiertos, entonces ha sido difícil estar encerrada 5 meses”. Además de la cuestión emocional, lo dice por un tema de competición. “A nivel sudamericano no estábamos entrenando, pero todas las chicas europeas y de otros continentes ya se estaban preparando. Íbamos a quedar en desventaja” explica.  

¿Solicitaron ayuda a las autoridades?

-Sí, le escribí un WhatsApp a la ministra de Deportes, cara de palo. Aunque no comparto su visión política, me llevo bien con ella y siempre me ha apoyado, nunca me ha cerrado las puertas. Le dije que nuestra competencia ya estaba entrenando y le pregunté qué va a pasar, qué iban a hacer como Ministerio del Deporte en base a eso. Me respondió que se estaba revisando la situación de los deportistas de alto rendimiento. 

“Le escribí un WhatsApp a la ministra de Deportes, cara de palo. Aunque no comparto su visión política, me llevo bien con ella y siempre me ha apoyado, nunca me ha cerrado las puertas. Le dije que nuestra competencia ya estaba entrenando y le pregunté qué va a pasar, qué iban a hacer como Ministerio del Deporte en base a eso. Me respondió que se estaba revisando la situación de los deportistas de alto rendimiento”

Después de unas semanas, salió un convenio para que pudieran volver a entrenar. El Team Chile de skate lo hace de lunes a viernes en el skatepark de Las Condes, ubicado en Padre Hurtado con Bilbao, frente a la ciudad deportiva de Iván Zamorano. Una decisión del gobierno que María José valora mucho: “Era necesario. En octubre todo puede volver a una pseudo normalidad y casi en diciembre podría volver a competir. Entonces son necesarias las preparaciones y estar concentrada para instancias internacionales. Creo que ha sido pertinente la decisión. Pero también hay que tener cuidado y no usar el permiso para otras cosas. Debemos seguir cuidándonos y ser responsables con el beneficio que nos dieron”.