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Reportajes

12 de Agosto de 2020

Denuncia de violencia sexual detona inédito movimiento contra los abusos en comunidad médica

Colmed

Testimonio sobre presunta violación de una doctora dio inicio a un amplio movimiento entre el personal femenino de la salud para sacar a la luz abusos, violencia de género y micromachismo que dicen sufrir a diario. Tantos han sido los testimonios recopilados que, incluso, ya se planea sacar un libro con ellos.

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“Hoy estoy cansada, triste y desesperanzada. Hoy lamento que en mi país la justicia no exista. Hoy me duelen tantas mujeres, por cada vez que nos han dado la espalda”.

Esto es un extracto de lo que escribió la doctora Vivian González (31) en su perfil de Facebook, el 7 de julio. Ese día, Vivian recibió el fallo de la Corte de Apelaciones que rechazaba su apelación. La causa –en la que acusaba de violación a un superior durante su residencia de cirugía– había sido sobreseída en junio. 

Lo de ese 7 de julio era el segundo golpe judicial, luego que en primera instancia, el Octavo Juzgado de Garantía determinara que los hechos denunciados no eran constitutivos de delito. De hecho, el caso aparece sobreseído y sus carpetas selladas.

Aún así, la profesional decidió seguir adelante -baraja acudir a la Corte Interamericana de Justicia– y abrir la conversación hacia una realidad tan latente, como escondida, del gremio médico: el acoso sexual.  

Vivan González – Registro personal

El post de la doctora González en Facebook recibió 1.033 me gusta, 347 comentarios y fue compartido 528 veces. El testimonio se empezó a viralizar como una avalancha. Mujeres del área de salud y organizaciones feministas como Doctora Mamá, Agrupación de Médicos Generales de Zona, Cirujanas de Chile, Ginecólogas de Chile, Urólogas de Chile, y Médicas Feministas manifestaron públicamente su apoyo a Vivian y rechazaron tajantemente la violencia sexual y de género que, dicen, existe en los espacios de medicina.

A través del hashtag #ViviYoTeCreo, las profesionales no sólo alentaron a la doctora, sino que también revelaron sus propios testimonios de abuso y machismo en los hospitales y durante su formación. Recordando lo que, en su día, ocurrió con la campaña #MeToo, que se transformó en un antes y un después en las denuncias por abuso de género.   

“El post de la doctora González en Facebook recibió 1.033 me gusta, 347 comentarios y fue compartido 528 veces. El testimonio se empezó a viralizar como una avalancha”

Tanta fue la solidaridad que despertó, que el mismo mes de julio, un total de 3.476 médicos y médicas de todo Chile firmaron una carta de solidaridad con Vivian. “Queremos brindar todo el apoyo a nuestra colega. Conocemos la violencia de género que existe en los hospitales y nos indigna un sistema que castiga a las víctimas”, explica parte de la misiva.

El 17 de julio, el Departamento de Género y Salud del Colegio Médico lanzó una declaración pública, apoyando a la profesional y rechazando el sobreseimiento del caso.

“Como Colegio Médico tenemos la firme convicción y compromiso de avanzar en la incorporación de la perspectiva de género en todas las instancias de nuestra sociedad, ya sea laborales o educacionales, en el espacio público y privado, pero especialmente en el ámbito judicial, que recibe y resuelve este tipo de denuncias. Asimismo, creemos que es necesario mejorar el ambiente de formación médica, eliminando las prácticas que propician, amparan y toleran el acoso sexual, laboral y la violencia de género contra residentes e internas”.

“ESTAMOS MUY SOLAS”

Hoy, un mes después de haber hecho público su caso, Vivian González, retirada de la beca de cirugía, habla con The Clinic. Cuenta cómo se demoró dos meses en denunciar, a finales del 2018, por miedo a las consecuencias negativas: iba a ser tildada de mentirosa, de loca, nadie le iba a creer, ningún docente se atrevería a volver a enseñarle.

Como participante y fundadora del Departamento de Género del Colmed, decidió finalmente denunciar. “Sentí que no podía seguir viviendo conmigo misma siendo tan inconsecuente. ¿Cómo me voy a parar el día de mañana a decirle a alguien que tiene que denunciar la violencia, si yo no fui capaz de hacerlo? Por eso, denuncié”, reflexiona Vivian.

Si bien sus amigos cercanos y familiares la apoyaron durante el juicio, ella admite que aún así se sintió “sola y humillada” en un proceso largo donde la entrevistaron, llamaron a testigos y donde también se sintió revictimizada.

“Una de las cosas que una siente es este abandono, como que a nadie le importa lo que a una le hicieron”, dice Vivian.

Una vez finalizado el juicio, que le fue adverso, decidió hacer conocido su caso: “Ahí fue la respuesta masiva de la gente. Una siente: pucha, en realidad sí hay gente que te cree. Quizás no estoy tan sola. Con el paso de los días, me empiezan a escribir un montón de mujeres contando sus propias situaciones de vulneración. Me enteré sobre un montón de amigas y de conocidas que han sido abusadas… Pero, como no se conversa mucho este tema, creo que todas creemos que estamos muy solas en nuestra vivencia machista y de abuso. Y al final no es tan así, porque yo creo que la mayoría de las mujeres han vivido situaciones de ese tipo lamentablemente”.

“Con el paso de los días, me empiezan a escribir un montón de mujeres contando sus propias situaciones de vulneración. Me enteré sobre un montón de amigas y de conocidas que han sido abusadas…”

TESTIMONIOS SE ACUMULAN

Lo que denuncia Vivian González fue como ponerle nombre y cara a lo que muchas trabajadoras de salud y estudiantes de medicina ya han vivido, explica Gisela Viveros (30), médica general, especializándose en pediatría en el Hospital Calvo Mackenna.

“Ha sido como el estandarte para poder volver a poner el tema en la palestra, porque siempre hay muchas urgencias. Ahora está la pandemia, la mitad de los colegas estamos trabajando 24/7. Hay muchas contingencias, pero hay cosas que se deben resolver y que son transversales”, asevera Gisela.

Viveros participa de una cuenta de Instagram llamada Médicas Feministas. Este grupo surgió a raíz del estallido social para que estudiantes, internas, becadas y profesionales se encontrasen y dialogasen en un espacio feminista.

Tras mandar un mensaje de apoyo a Vivian, el 14 de julio, el grupo publicó un post invitando a otras mujeres a compartir su testimonio anónimo sobre vivencias de abuso, violencia sexual y micromachismos en el área de salud.

“Empieza la discusión y esa rabia de decir: Te creo y te creo tanto porque he visto actitudes de este tipo toda mi vida en los espacios médicos. Va más allá de esa sororidad femenina, sino de que es súper real que nos pasa a todas”, afirma Gisela. 

Gisela Viveros (30), médica general, especializándose en pediatría en el Hospital Calvo Mackenna.

No paraban de llegar testimonios a la cuenta. Uno de éstos dice: “Estaba en pregrado rotando en cirugía en el Hospital Higueras de Talcahuano y el docente de sala me pidió que lo acompañara a policlínico, pero no dejó que fuera mi compañero. Al llegar a su box, cerró la puerta y me dijo que me sentara a esperar. Se sentó al lado mío, puso su mano en mi pierna y la empezó a acariciar. Yo estaba demasiado incómoda y no sabía qué hacer, tampoco lo podía mirar, porque nunca me había pasado algo así y no sabía cómo reaccionar. Después me mira y pregunta “¿por qué tú nunca te paras derecha? Tienes bonitas pechugas, así se te notan más”.”

El grupo ya ha publicado 108 testimonios anónimos, y otros 100 más están agendados para ser divulgados. Les han llegado tantas historias que el grupo quisiera publicar un libro. Además de denuncias de abuso y violación, los testimonios relatan comentarios sexistas por parte de los médicos, docentes, tutores y compañeros de trabajo.

“A todas las señoritas, no sé quién les dijo que las mujeres pueden ser cirujanos. No vean más Grey’s Anatomy. Estudie pediatría mejor”, es uno de los comentarios.

“Aquí las señoritas sólo vienen a buscar marido”, suelen decir los doctores, de acuerdo a los testimonios. Según otro relato, en un internado de ginecología, un tutor dijo: “El objetivo de vida de las mujeres es ser madres. Las mujeres deben entender que a eso vienen al mundo, no entiendo cómo ustedes teniendo la edad que tienen aún no tienen hijos ni hacen familia”.  

El grupo ya ha publicado 108 testimonios anónimos, y otros 100 más están agendados para ser divulgados. Les han llegado tantas historias que el grupo quisiera publicar un libro. Además de casos de abuso y violación, los testimonios relatan comentarios sexistas por parte de los médicos, docentes, tutores y compañeros de trabajo.

“AL FINAL UNO SE TERMINA MIMETIZANDO”

Tatiana Hernández, socióloga e investigadora del Observatorio de Género y Equidad, opina que la voz de las víctimas es fundamental para prevenir las actitudes y conductas de violencia sexual y de género. “Sin duda, sin esas voces difícilmente podríamos tomar conciencia del impacto que tiene el normalizar la violencia hacia las mujeres”, dice la socióloga.

Lo que a la socióloga le parece interesante sobre la respuesta de la comunidad de médicas mujeres es que responden desde una “justicia feminista”, en la que no se actúa en contra de los hombres, sino que dicen: yo te creo.

“Independientemente de la institucionalidad y a propósito de cómo se juzga su caso, hay una comunidad que a ella le cree. Y desde ese punto de vista, se rompe el contexto de impunidad que hay sobre la violencia sexual”, explica.

En marzo, diversas cirujanas del país se agruparon para formar “Cirujanas de Chile”, un espacio que ya congrega a 270 profesionales y estudiantes de la beca. Este grupo se armó en respuesta a una carta que mandó el presidente de la Sociedad de Cirujanos, Carlos García, para ir al Congreso Internacional de Cirugía en Coquimbo y La Serena, donde habló de “hombres de acción” y excluyó del discurso a las mujeres. La respuesta de las doctoras a la carta fue: “¿Dónde están las cirujanas de Chile que no nos están viendo?”.

Una profesional que forma parte del grupo cuenta que el ambiente quirúrgico es mucho más machista que otros porque los pabellones son tradicionalmente de hombres cirujanos y enfermeras y arsenaleras mujeres.

“La verdad que se da mucho abuso, maltrato, y acoso, pero uno lo minimiza. Al final, lo normalizas. Es difícil. Dentro de pabellón de repente tenemos comentarios subidos de tono, pero al final uno se termina mimetizando. No te sientes acosada, como que formas parte del mismo estilo de tallas de doble sentido. Ahora ves para atrás y ves que no está bien reaccionar de esa forma, pero nos formamos dentro de un ambiente que se dan esas cosas”, dice la cirujana, que prefiere mantener el anonimato.

Tatiana Hernández, socióloga e investigadora del Observatorio de Género y Equidad.

La doctora cree que, desde el marzo feminista de este año, se está hablando sobre temas de abuso sexual y maltrato en diversos grupos de WhatsApp y redes sociales de mujeres médicas. Incluso se hizo conocido el hashtag #MedToo para hablar de este tipo de vivencias.

Gisela Viveros coincide con la cirujana en que en el último tiempo han surgido diversos grupos y organizaciones de mujeres dentro de la medicina, que ven que el espacio de salud es machista y que se han normalizado conductas sexistas y de abuso desde hace tiempo.

“Cuando una se empieza a encontrar con mujeres en diferentes espacios, se da cuenta que no es lo que vivió una sola en su formación o en su universidad o en su hospital, sino que es algo que es transversal. En todo el país, en todas las partes se repite lo mismo”, asegura Viveros.

#ENSALUDTAMBIÉN

Desde el 2018, el Departamento de Género y Salud del Colmed ha trabajado para evidenciar la discriminación y violencia hacia las mujeres que existe en la práctica médica, cuenta Francisca Crispi, presidenta del departamento.

“Me atrevería a decir que todas las trabajadoras de la salud han vivido o presenciado casos de acoso sexual, discriminación o sexismo en su práctica profesional, y creemos que esto es lo que genera tanto apoyo a la doctora González: porque sabemos que en salud también pasa, y es necesario transformar esa realidad”.

Cada año, el departamento ha lanzado la campaña #EnSaludTambién –en alusión al #MeToo– con la publicación de tres videos. El primero de marzo de 2018 buscaba sensibilizar sobre la discriminación y abuso a las mujeres en el área de salud.

El segundo de marzo de 2019 puso el foco de violencia de género en las pacientes. Y el tercero de marzo de este año –post 18 de octubre– se llamaba “Nunca más sin nosotras”, porque impulsaba a las mujeres a integrarse a los espacios de poder y de decisiones en el mundo médico.

“Para trabajadoras que han tenido adaptarse toda su vida a estos ambientes, muchas veces es difícil identificar que han sido víctimas de discriminación o situaciones de violencia. Siempre recuerdo cuando presenté una vez un vídeo de la campaña #EnSaludTambién en un congreso y una médica que había sido profesora mía en el internado me dice ‘es increíble cómo toda mi vida he normalizado la discriminación y violencia que muestra el vídeo’”, recuerda Crispi.

Además de las campañas comunicacionales, desde el Departamento de Género han impulsado múltiples capacitaciones, charlas y seminarios a nivel local y regional donde se ha abordado la violencia de género en el mundo de salud.

También han trabajado en el análisis de protocolos de acoso en los servicios médicos y en las universidades y han impulsado cursos de formación de género y salud, en los que han participado miles de personas.

“En paralelo, nuestro colegio se ha pronunciado, llamando a hacer los cambios necesarios en el sistema judicial para que éste pueda responder a las víctimas de violencia sexual”, explica la doctora Crispi.

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