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Entrevistas

14 de Agosto de 2020

Carlos Aldunate, director Museo Precolombino: “La cultura es lo menos importante para el gobierno y para todos”

Foto: Museo Precolombino

El antropólogo y arqueólogo que dirige el edificio ubicado en la calle Bandera, en el centro de Santiago, reflexiona sobre la cultura, la crisis internacional de los museos y la medida de digitalizar la experiencia de visitar estos espacios.

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No han sido meses fáciles para Carlos Aldunate. Ha estado a cargo del Museo Chileno de Arte Precolombino desde su creación, hace 38 años, y hoy le duele no poder visitarlo ni ver el estado en el que se encuentran las colecciones, que contienen piezas con más 5 mil años de antigüedad. Desde octubre, la situación del Museo ya se había complicado por su cierre temporal, pero hoy con la cuarentena total prolongada por más de 12 semanas, el problema se ha agudizado.

Recientemente se anunció que Santiago Centro entrará en etapa de transición y él todavía no sabe con certeza cuándo el museo, ubicado en esa comuna, volverá a estar disponible para el público. Aldunate proyecta que les demorará al menos un mes satinizar el edificio antes de abrirlo. Por mientras, han optado por la digitalización para llevarle el contenido a la gente en sus casas mediante documentales, fotografías y entrevistas subidas a sus redes sociales, muchas de ellas moderadas por el propio director.

Ha tenido otros golpes también en este tiempo. Hace poco perdió a su amiga de toda la vida, Ángela Jeria. Ambos se conocieron en los años 60, en el curso de Arqueología en la Universidad de Chile. Eran los mayores del curso y con el tiempo se volvieron muy cercanos. “Ella iba a todas nuestras exposiciones del museo. Yo fui muy amigo de ella así que para mí fue tremendamente sensible lo que le pasó. Era una señora que ya tenía su edad, más de 90 años, pero se conservaba fantásticamente bien”, cuenta.

“Ella iba a todas nuestras exposiciones del museo. Yo fui muy amigo de ella así que para mí fue tremendamente sensible lo que le pasó. Era una señora que ya tenía su edad, más de 90 años, pero se conservaba fantásticamente bien”.

Cuando anunciaron la cuarentena en Santiago, los trabajadores del museo taparon todas las vitrinas, dejaron las cosas en su interior y se fueron. No tuvieron tiempo ni de guardar las piezas antes de cerrar. Dejaron de recibir público, lo cual no es un detalle: “Nos financiamos con un 40% de fondos propios, que son las entradas del público, sobre todo entradas de extranjeros, que son las más caras. Eso es un problema también, porque la crisis del turismo dicen que se va a prolongar por lo menos hasta dos años más, así que nos va a seguir afectando. El otro 60% se distribuye entre los aportes anuales que nos dan la Municipalidad de Santiago y el Ministerio de las Culturas”, explica Aldunate.

Carlos Aldunate. Créditos: Museo Precolombino

En una entrevista en abril, usted dijo que podrían sostenerse sólo por tres meses más. ¿Cómo se hizo esa proyección?

-En ese momento, nosotros teníamos fondos nada más que para tres meses más de remuneraciones. Por eso es que yo hice ese pronóstico, pero afortunadamente no fue así, porque la Municipalidad y el Ministerio nos seguirán apoyando durante todo este año. No lo sabemos respecto al próximo año. El Ministerio ya nos anunció que nos iba a recortar, pero no sabemos todavía en qué porcentaje lo harán. 

¿Es primera vez que los recortan?

-Los recortes de presupuesto son constantes. Este ya es el tercer año que nos van a recortar a nosotros. Hay recortes y ahora con la pandemia, para qué decirte. Afortunadamente nos están apoyando para este año, pero el siguiente, olvídate. A todas las instituciones culturales se nos viene una grave crisis el próximo año.

¿Cómo han enfrentado esa incertidumbre hasta ahora?

-Nosotros estamos con las antenas paradas. Estamos trabajando en conseguir financiamiento por todos lados, fundamentalmente de fundaciones. Ya tenemos aportes de dos fundaciones que nos están aportando dinero de manera gratuita y desinteresada, que se sigue a través de la Ley de Donaciones Culturales para poder mantenernos.

¿Cuál es el estado actual del museo?

-Estamos cerrados por completo. Ni siquiera nosotros podemos ir al museo ahora. Estamos desde marzo así y los expositores están realmente desesperados, porque no pueden ir a ver el estado de sus colecciones después de todos estos meses. Solo tenemos guardias, un equipo de guardias que está en el museo de forma permanente.

Nosotros estamos con las antenas paradas. Estamos trabajando en conseguir financiamiento por todos lados, fundamentalmente de fundaciones”.

Si tuviera que hacer una nueva proyección, ¿cuántos meses más podría sostenerse el museo?

-Creo que podemos sostenernos hasta fin de año. Más o menos en octubre, nosotros vamos a conocer el presupuesto que el Ministerio le presentó al Congreso con todos sus gastos y ahí van a aparecer nuestros gastos y los de todas las instituciones culturales que nos acompañan como Teatro a Mil, el GAM, el Teatro Municipal, Balmaceda 1215, Matucana 100 y el Museo Violeta Parra, entre otros.

Créditos: Museo Precolombino

¿Qué impresión le provoca que el museo esté sin público? 

-Es una impresión deprimente, todos nos sentimos huérfanos del museo. Tenemos reuniones por Zoom todos los miércoles del grupo de la jefatura del museo y una vez al mes con todo el equipo, que somos 37 personas. Todos estamos desesperados. 

¿Cuál es su reflexión respecto a la crisis de estos espacios durante la pandemia?

-La primera reflexión es que la cultura es lo menos importante. Eso es lo que realmente pasa. La cultura es lo menos importante para el gobierno y para todos. Para todo el mundo, la cultura es una cosa suntuaria, un lujo, algo totalmente prescindible. Afortunadamente, en el Congreso ahora se está reuniendo una comisión para tratar los temas culturales y parece que nosotros estamos invitados a reunirnos con esa comisión este viernes, así que al menos han oído nuestro clamor de auxilio. 

“Es una impresión deprimente, todos nos sentimos huérfanos del museo. Tenemos reuniones por Zoom todos los miércoles del grupo de la jefatura del museo y una vez al mes con todo el equipo, que somos 37 personas. Todos estamos desesperados”. 

El problema es o ha sido similar en todos los museos del mundo… ¿Cómo ha observado la experiencia internacional?  

-En EE.UU., donde la mayoría de los museos son privados, están cerrando una tercera parte de los museos, que son más de 2 mil. Así que este no es problema de Chile no más, sino que también de otras localidades. 

¿Cómo ve la situación de los artistas?

-Para ser bien franco nosotros somos privilegiados, porque ellos sí que están completamente desamparados. Es una cosa terrible. Los artistas tienen empleos ocasionales, no tienen previsión, ni contrato, nada. Son los más desamparados de todos en el tema de la cultura porque no pueden optar a nada. Nosotros al fin y al cabo tenemos estos apoyos, que nos permiten sobrevivir por lo menos, de mala forma, pero sobrevivir. 

“En EE.UU., donde la mayoría de los museos son privados, están cerrando una tercera parte de los museos, que son más de 2 mil. Así que este no es problema de Chile no más, sino que también de otras localidades”. 

¿Qué le ha parecido el cambio a las plataformas digitales?

-Esto ha pasado en todo el mundo, en todas las instituciones que tienen colecciones, que se han preocupado, igual que nosotros, de digitalizar y poner estas cosas al servicio del público. Pero hay algo que es muy propio de los museos y sobre todo de las obras de arte. Es muy distinto ver una pieza digitalizada que ver frente a tus ojos a una original, verdadera y que tiene 5 mil años. Es totalmente otra impresión. 

¿Cómo proyecta el futuro de estos espacios? 

-Creo que es muy difícil que se terminen los museos por varias razones. Tienen colecciones que son patrimonio y cuidan esos objetos. No se trata de tenerlas ahí amontonadas en unas cajas en el subterráneo, sino que es una cosa absolutamente activa. Hay que mantener cosas vitales como por ejemplo la climatización, el control de humedad, de la seguridad, etc. y si las piezas están en mal estado, comenzar a restaurarlas para que puedan durar tantos años como los que tienen.

“Pero hay algo que es muy propio de los museos y sobre todo de las obras de arte. Es muy distinto ver una pieza digitalizada que ver frente a tus ojos a una original, verdadera y que tiene 5 mil años”.

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