Coronavirus
9 de Septiembre de 2020La OMS dice que para el 2022: Así va la frenética carrera por encontrar la vacuna contra el Covid-19
Agencia EFE
Un paciente que desarrolló un trastorno neurológico obligó a frenar los ensayos clínicos de la vacuna que estaba siendo desarrollada en Inglaterra. Pese a ello, el panorama por encontrar la fórmula de la inmunidad para el coronavirus sigue abierto: Nueve vacunas ya se encuentran en Fase III y en dos países ya ha sido aprobado su uso limitado. Sin embargo, la OMS le bajó los humos a estos prometedores resultados y aseguró que una producción masiva de la vacuna, en el mejor de los casos, será posible recién en 2022.
LA CAÍDA DE LA VACUNA DE OXFORD
A principios de año, una alianza entre el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford y la compañía británico-sueca AstraZeneca comenzaron a desarrollar una vacuna basada en un adenovirus de chimpancé (ChAdOx1), que demostró brindar protección en primates.
Tras mostrar efectos positivos en sus primeros ensayos clínicos, la vacuna entró en Fase III y comenzó a aplicarse en países como Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos. Incluso durante el mes de agosto, la farmacéutica alcanzó un acuerdo con la Unión Europea para suministrar 400 millones de dosis y se proyectaba que estaría lista en octubre.
Sin embargo, este martes se frenaron los ensayos globales al detectar que la vacuna produjo mielitis transversa en un voluntario, un trastorno neurológico que inflama la medula espinal y altera el sistema nervioso.
CHINA SE MANTIENE A LA CABEZA
En China actualmente hay siete vacunas contra el coronavirus que están realizando ensayos clínicos. Dos de ellas ya han recibido una aprobación especial del gobierno para su uso limitado, pese a que aún no culminan sus investigaciones.
La primera está siendo elaborada por la compañía CanSino Biologics en colaboración con el Instituto de Biología de la Academia de Ciencias Médicas Militares de ese país. Está basada en un adenovirus (Ad5) y en mayo se presentaron prometedores resultados, tanto así que, en un movimiento sin precedentes, el ejército chino aprobó su uso limitado entre sus miembros.
La otra es CoronaVac, que está siendo trabajada por la compañía Sinovac Biotech y que precisamente firmó un acuerdo con Chile para llevar a cabo ensayos clínicos en Fase III en nuestro país. Paralelamente, el gobierno chino aprobó de emergencia su uso limitado a partir de julio e incluso ya firmó un acuerdo con Indonesia para suministrar al menos 40 millones de dosis en marzo de 2021.
Las otras cinco vacunas están siendo desarrolladas por el Hospital de la Universidad de Sichuan (Fase I), el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan (Fase III), el Instituto de Biología Médica de la Academia China de Ciencias Médicas (Fase II) y las empresas Anhui Zhifei Longcom (Fase II) y Sinopharm (Fase III).
EL FENÓMENO SPUTNIK V
El Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, perteneciente al Ministerio de Salud ruso, inició en junio los ensayos clínicos de una vacuna elaborada a partir de la combinación de dos adenovirus (Ad5 y Ad26). Inicialmente fue llamada como Gam-Covid-Vac, sin embargo, hoy ya cuenta con un nombre más comercial: Sputnik V.
Los organismos reguladores rusos aprobaron la vacuna el pasado 11 de agosto, pese a que aún no había comenzado la Fase III. El hecho fue cuestionado por expertos de todo el mundo, lo que obligó a Rusia a aclarar que se trataba de un certificado condicionado a los resultados que arroje la vacuna aplicada a unos 40 mil voluntarios.
El pasado 4 de septiembre, Gamaleya publicó en la revista The Lancet un estudio que demostraba que Sputnik V efectivamente producía anticuerpos contra el Covid-19 y que sólo causaba efectos secundarios leves.
¿Y ESTADOS UNIDOS?
Los trabajos más avanzados de la vacuna en EE.UU. los lidera la empresa Johnson & Johnson, elaborada a partir del Adenovirus 26 (Ad26). Tras prometedores resultados de sus primeros ensayos clínicos, iniciaron la Fase III en septiembre con alrededor de 60 mil voluntarios de Latinoamérica.
La compañía tiene todo el respaldo del gobierno norteamericano. En marzo se aprobó una partida de financiamiento de 456 millones de dólares y en agosto el gobierno federal acordó el pago de 1.000 millones de dólares por 100 millones de dosis. Las primeras de ellas se estima que estarán en 2021.
Paralelamente, también se encuentra en Fase III la vacuna de la compañía Moderna, elaborada en base a ARN. El gobierno estadounidense también ha invertido alrededor de 1.000 millones de dólares para su desarrollo y pagó otros 1.500 millones para 100 millones de dosis. Sin embargo, cabe mencionar que el proceso se ha visto manchado por un conflicto judicial sobre las patentes de algunos de sus productos.
Finalmente, cabe destacar el esfuerzo colaborativo por desarrollar una vacuna entre las compañías BioNTech de Alemania, Fosun Pharma de China y Pfizer de EE.UU., que también se encuentra en Fase III, con cerca de 30 mil voluntarios en varios países del mundo. Ya tienen firmados acuerdos por 220 millones de dosis para EE.UU. y Japón, y esperan fabricar más de 1.300 millones de dosis para fines del 2021.
GOLPE DE REALISMO DE LA OMS
La científica jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dra. Soumya Swaminathan, habló sobre el actual escenario de desarrollo de una vacuna contra el Covid-19 y aseguró que su producción para la población en general no ocurrirá antes de dos años.
“Muchos piensan que a principios del próximo año llegará una panacea que lo resuelva todo, pero no va a ser así: hay un largo proceso de evaluación, licencias, fabricación y distribución”, sostuvo.
Para Swaminathan, el panorama más optimista con el que trabajan indica que la vacuna llegará sólo a algunos países durante el próximo año, las que le darán prioridad a los grupos de mayor riesgo y el personal sanitario. Y que para el grueso de la población podría estar disponible recién en 2022.
En ese sentido, manifestó que hasta ese entonces la gente “debe ser disciplinada”, manteniendo las medidas preventivas actuales como distanciamiento físico, uso de mascarilla y lavado frecuente de manos.
