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Opinión

16 de Septiembre de 2020

Columna de Carlos Chávez: Nuevos caminos para jugar

Carlos Chávez
Carlos Chávez
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¿Ambición? ¿Ganas? ¿Rabia por no jugar? ¿Una gran posibilidad? Los equipos de fútbol se preguntan si hacen algo mal, las jóvenes promesas discuten con su almohada qué será mejor para su carrera. En Octubre comienzan las eliminatorias, un impulso para esta columna. La pregunta… ya típica en el periodo de Reinaldo Rueda, casi molesta a esta altura en la que la pandemia y la necesidad de revalidar el título que hace ya años tiene la roja no da espacio para… ¿Dónde están los talentos del recambio? Con 18 años, Luis Rojas jugó un partido por primera división en Universidad de Chile y otro por la Copa Chile. De ahí en más tuvo el título de figura de proyección del equipo, pero no convenció mucho a su entrenador y terminó saliendo a probar suerte a Europa, a Italia para ser más específico… en cierta manera… Iniciar un nuevo camino. Acá el dilema… no es el único que decide salir. Para muchos su edad no le ha permitido foguearse en el fútbol nacional y debía quedarse, no había mostrado todas sus habilidades, no había sido estrella en Chile. La pregunta que me hago es ¿Debe hacerlo aquí? Rotundo no. ¿Quién dice que es un deber brillar en nuestro fútbol? Es más… No vamos a descubrir que el nivel en el extranjero es superior al chileno tanto en desarrollo, oportunidades, facilidades y sobre todo experiencia. Si, experiencia. Hoy necesitamos jóvenes que vean otra realidad, que jueguen con la mayor cantidad de rivales posibles. En Italia esa es la gracia de los equipos… sus canteras son ricas en variedad, tienen un valor importante dentro de la institución. Son los jugadores del mañana, aquellos que ayudarán al primer equipo o serán tan relevantes para el club que les darán una buena cantidad de dinero para seguir trabajando con una futura venta.

“Son los jugadores del mañana, aquellos que ayudarán al primer equipo o serán tan relevantes para el club que les darán una buena cantidad de dinero para seguir trabajando con una futura venta”.

Chile tiene potencial, pero uno que está debajo de la alfombra, que no se deja salir y al que recurres en situaciones extremas. Somos un país resultadista, en todo sentido, situación que también se ve en los clubes. Lo que interesa es lo que ganas, no importa si tu equipo está plagado de experimentados de 30 años para arriba. Como Rojas hay varios, la diferencia es que quizás no han tenido la suerte de partir o de recibir una oferta que satisfaga a sus respectivas escuadras. Los hermanos Galdames son un claro ejemplo de nuevos proyectos con realidades distintas. Pablo juega en Vélez de la primera división argentina. Según el propio jugador, pudo llegar a los 3 grandes, pero prefirió partir. Cada fin de temporada lo llaman para devolverlo a Chile. Desde acá te digo Pablo… ¡Quédate afuera! Vive otro fútbol, otro toque de balón, otra realidad. Su hermano Thomás ya muestra sus armas como defensa de Unión Española con tan solo 21 años. Los planteles constituidos por hombres de más experiencia y trayectoria hace que aquellos que vienen de abajo no tengan muchas posibilidades de mostrar lo que hacen. La opción es salir al extranjero o jugar en un equipo más pequeño y destacar para que algún grande requiera sus servicios.

“Los planteles constituidos por hombres de más experiencia y trayectoria hace que aquellos que vienen de abajo no tengan muchas posibilidades de mostrar lo que hacen. La opción es salir al extranjero o jugar en un equipo más pequeño y destacar para que algún grande requiera sus servicios”.

Pulgar y Maripán son dos de la camada más joven que pasan a ser un ejemplo para el resto. Francisco Sierralta se fue el 2017 a Italia al no tener tantas oportunidades en nuestra liga. Hoy es nuevo jugador del Watford en un esfuerzo por ser una alternativa viable en la roja de Reinaldo Rueda. Podría haber vuelto, pero quiero creer que su experiencia ganada en Italia lo hace estar en constante evolución, en constante crecimiento. A veces las oportunidades resultan más rápido, otras… tienes que trabajar más para demostrar lo que haces. No digo que el fútbol chileno sea el peor del mundo, pero el desarrollo de las ligas europeas está tres peldaños sobre la de nosotros. El ejemplo más claro es Mauricio Isla. El huaso nunca ha jugado en un equipo chileno. Estuvo en Universidad Católica y tras no tener oportunidades en el primer equipo y brillar en el mundial sub 20 del 2007, el Udinese apostó por él y terminó siendo uno de los grandes jugadores de la generación dorada. Le cambió la mentalidad. Según ha contado en varias entrevistas, estar en Italia lo hizo crecer, jugar al más alto nivel, disputar encuentros con los mejores futbolistas del mundo. Recién a sus 32 años se dio el gustito de ver cómo es mostrar sus habilidades en Sudamérica firmando por el Flamengo. Chile tiene buenas promesas, solo falta el empujón para sacarles todo su potencial. Confianza hay. Sin ir más lejos Reinaldo Rueda espera que Pablo Aránguiz, el joven volante de la U de 23 años, sea el próximo Jorge Valdivia de la roja. Un peso no menor, pero que se hace viable mientras el jugador pueda mostrar sus credenciales en un club que le ha dado las condiciones y la confianza para ganarse un puesto. Recambio hay, solo basta con entregar las herramientas para que nuestras futuras estrellas puedan crecer. Depende del fútbol nacional hacerse cargo de las nuevas generaciones. Varias de ellas ya tomaron su camino… dejar Chile para poder cumplir su sueño, jugar al máximo nivel y mejorar constantemente sus habilidades ante los mejores del mundo.

Chile tiene buenas promesas, solo falta el empujón para sacarles todo su potencial. Confianza hay. Sin ir más lejos Reinaldo Rueda espera que Pablo Aránguiz, el joven volante de la U de 23 años, sea el próximo Jorge Valdivia de la roja”.

*Carlos Chávez es periodista y columnista deportivo.

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