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Opinión

24 de Septiembre de 2020

Columna de Cristián Arcos: Don Elías o el Rey Arturo, de ahí no sale

Cristián Arcos
Cristián Arcos
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Las comparaciones son tan odiosas como inevitables. No conducen a conclusiones tajantes pues cada uno elabora el conteo usando distintos parámetros. Si hablamos de fútbol influye la proximidad a una camiseta determinada, la época que nos tocó vivir, hasta la documentación que se pueda recoger al respecto. Si hablamos del mejor futbolista chileno de todos los tiempos el nombre de Elías Figueroa aparecía como indiscutido. Razones tiene el exdefensa para estar en lo más alto del podio. Fue elegido tres veces consecutivas el mejor jugador de América en una época donde las grandes estrellas jugaban en el continente. Es el único zaguero que ha conseguido tamaño logro. Fue escogido en el equipo ideal del Mundial de Alemania 1974 pese a que la Roja disputó apenas tres partidos. Ha sido elogiado por los mejores de todos los tiempos. Don Elías cambió el puesto. El defensa ya no era sólo el encargado de inhibir los ataques ajenos. Era el caudillo del equipo. El líder, el primer organizador de juego. Hasta goles anotaba Figueroa en instancias relevantes.

El único que puede competir el cetro con el porteño es Arturo Vidal, en una historia deportiva que aún no concluye. Su paso del Barcelona al Inter de Milán, lejos de ser un retroceso en su carrera, es un brinco de calidad que lo sigue instalando en equipos de la primera línea mundial. 

El jugador formado en Colo Colo puede ser el futbolista más completo surgido en Chile. Por capacidad técnica, física, temperamento y mentalidad, Vidal se convirtió en un jugador inclasificable. Juega de todo y eso que muchos ven como un defecto, lo ha convertido en un poderoso atributo. Su versatilidad en cancha es algo que ni siquiera los mejores exponentes del fútbol mundial pueden registrar.

“El único que puede competir el cetro con el porteño es Arturo Vidal, en una historia deportiva que aún no concluye. Su paso del Barcelona al Inter de Milán, lejos de ser un retroceso en su carrera, es un brinco de calidad que lo sigue instalando en equipos de la primera línea mundial”.

Vidal fue titular y figura en el Bayer Leverkusen, en la Juventus y en el Bayern Múnich. Su balance en el Barcelona, si bien es positivo, no alcanzó los registros de sus estaciones previas. Pero después de marcharse del cuadro catalán va a parar en uno de los grandes de Italia, un torneo que vio lo mejor su repertorio. No es exagerado decir que el Vidal de la Juventus y del Bayer Múnich fue, en su minuto, el mejor volante mixto del planeta.

Su paso por la selección chilena ha sido estelar. Dos Copa América ganadas, un tercer lugar en un Mundial Juvenil y dos participaciones en Mundiales absolutos. Su deuda con la Roja, si es que puede usarse ese término, es que en la máxima instancia planetaria no tuvo grandes actuaciones. En Sudáfrica 2010 no era uno de los predilectos de Marcelo Bielsa, aunque jugó siempre. A Brasil 2014 llegó haciendo un esfuerzo supremo, arriesgando su físico y su carrera. Para clasificar a dichos eventos, en el tránsito clasificatorio, fue determinante.

A Vidal le juega en contra algunos rasgos que están lejos del rendimiento en la cancha. Indisciplinas reconocidas, un carácter díscolo, una seguridad que a menudo se confunde con soberbia. Seamos sinceros. Si no fuera así, no estaríamos hablando de Arturo Vidal. A diferencia de Elías Figueroa, con una trayectoria dentro y fuera de la cancha de extrema corrección, el volante no es moneda de oro. Y no pretende serlo.

“A Vidal le juega en contra algunos rasgos que están lejos del rendimiento en la cancha. Indisciplinas reconocidas, un carácter díscolo, una seguridad que a menudo se confunde con soberbia. Seamos sinceros. Si no fuera así, no estaríamos hablando de Arturo Vidal”.

Chile ha tenido jugadores extraordinarios. Alexis Sánchez es el goleador histórico y ha sido esencial en la mejor década de la Roja. Marcelo Salas es la referencia para muchos delanteros chilenos y mundiales. Iván Zamorano abrió una ruta cuando los futbolistas chilenos no jugaban en los mejores clubes del mundo. Carlos Caszely fue un artillero infinito, tal vez de los más técnicos que han surgido en la nación. Leonel Sánchez, Jorge Toro, Jaime Ramírez, eran baluartes en una generación de jugadores superlativos. Jorge Robledo fue goleador en Inglaterra, siendo el primer sudamericano en triunfar en Gran Bretaña. 

Pero Vidal es otra cosa. Cuatro veces campeón en la Juventus, tres veces con el Bayern Múnich, una vez con el Barcelona, finalista de la Champions, mundialista. Y contando. No queda más que disfrutarlo porque jugadores así nacen de vez en cuando. Como Don Elías. Como el Rey Arturo. 

*Cristián Arcos es periodista y columnista deportivo.

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#Arturo vidal#fútbol

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