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Selección Nacional

28 de Septiembre de 2020

Buscando el título mundial: La pelea de Daniela Asenjo contra la incertidumbre

Foto: Archivo personal

Su combate por el título mundial de boxeo supermosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) se encuentra suspendido hasta nuevo aviso. A pesar de que el futuro es incierto, esta valdiviana sigue entrenando todos los días y se las ha arreglado para enfrentar la caída de sus auspiciadores mediante la realización de clases de boxeo a grupos pequeños.

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En abril de este año, la campeona nacional Daniela “Leona” Asenjo (29) iba a disputar el título mundial de boxeo peso supermosca ante la mexicana Maribel “Pantera” Ramírez, hasta que la pandemia del coronavirus obligó a suspender la pelea indefinidamente. Desde ese entonces, no la ha tenido fácil: perdió auspiciadores, enfrenta la duda de no saber cuándo volverá a competir y lleva meses con su gimnasio cerrado, lo que le impide hacer clases masivas.

Sin embargo, la pasión persiste. Entrena un par de veces al día de lunes a domingo para mantenerse en forma, asiste a sesiones por videollamada con su psicólogo deportivo cada dos semanas y hace un mes atrás volvió a hacer clases de boxeo, esta vez solo a grupos pequeños de no más de cuatro personas, para prevenir posibles contagios. 

Daniela llevaba una vida sedentaria hasta los 18 años, cuando decidió aceptar la invitación de un primo a practicar kickboxing. En el gimnasio conoció a Alejandro, su actual entrenador y pareja. Con el tiempo, le comentó que estaba interesada en practicar boxeo y él aceptó el desafío de prepararla. “Luego de 6 meses, se dio la oportunidad de competir e hice mi primer combate. De ahí en adelante fue imposible para mí dejar de entrenar”, dice.

Ahora, luego de más de una década de trabajo, señala estar decidida a ser la campeona del mundo. Pero el combate por el título mundial le ha sido esquivo. Originalmente, la fecha estaba fijada para el 21 de diciembre del año pasado, pero se postergó por problemas de producción del evento y ahora permanece con fecha indefinida por la pandemia del coronavirus. 

“Luego de 6 meses, se dio la oportunidad de competir e hice mi primer combate. De ahí en adelante fue imposible para mí dejar de entrenar”.

Daniela Asenjo en un combate. Foto: Archivo personal

¿Cómo te sentiste cuando se reprogramó el combate?

-En ese momento, igual un poco frustrada, pero lo entendí porque sabía que la situación que vivíamos en ese momento ya se escapaba de las manos de cualquiera. Era por motivos de fuerza mayor, no había nada más que hacer. Después, a medida que fueron pasando los días y seguíamos encerrados en la casa, noté que esto iba para más tiempo.

¿Qué hiciste para enfrentar la frustración?

-Comencé a trabajar más con mi psicólogo, quien me ayudó a bajar los niveles de ansiedad propios de todos los deportistas de alto rendimiento, que tratamos siempre de exigirnos mucho, estar siempre motivados y tratar de entregar lo mejor. El aprender a controlar las emociones y las circunstancias me ha ayudado muchísimo.

¿Qué esperas de ese encuentro?

Espero ser campeona del mundo y estoy entrenando para eso. Ese es mi gran objetivo: esperar que llegue el día de competir. A mí lo que más me mueve es saber que en algún momento voy a tener que subirme al ring y aplicar lo que he estado entrenando encerrada durante todos estos meses. 

“A mí lo que más me mueve es saber que en algún momento voy a tener que subirme al ring y aplicar lo que he estado entrenando encerrada durante todos estos meses”.

EL GIMNASIO CERRADO

Daniela es psicopedagoga de profesión y en 2018 renunció a su trabajo para dedicarse por completo al boxeo. Junto a su pareja tiene un gimnasio donde entrena e imparten clases de deportes de contacto, pero la pandemia les ha impedido hacer clases masivas en ese lugar.

El cambio fue notorio. De pasar de hacer seis clases diarias a grupos de 25 personas, ahora solo hacen la mitad de ellas a grupos de no más de cuatro personas en sus casas. “Todavía no hay una reapertura oficial de los gimnasios, por eso muchas veces yo tengo que ir a la casa de las personas a las que les hago clases para poder trabajar”, cuenta.

Daniela entrenando en su gimnasio. Foto: Archivo personal

¿Cómo has hecho frente a esa dificultad?

-Tenemos que seguir trabajando. Nos hemos reinventado haciendo clases individuales, personalizadas. Acá en Valdivia no tenemos cuarentena total como en otras ciudades, entonces igual he podido seguir trabajando proporcional, pero muy bajo en comparación a como veníamos antes. Con Alejandro, mi pareja y entrenador, tenemos un gimnasio y tuvimos que cerrar desde marzo y nos hemos tenido que ir adecuando a hacer clases con grupos reducidos; familias de 3 o 4 personas. Los ingresos también han disminuido, ha sido complicado, pero como todo el mundo hemos tenido que adaptarnos y apretarnos no más.

El cambio fue notorio. De pasar de hacer seis clases diarias a grupos de 25 personas, ahora solo hacen la mitad de ellas a grupos de no más de cuatro personas en sus casas.

¿Recibes recursos del gobierno u otra institución? 

-No tengo apoyo directo del gobierno ni becas del municipio, así que todo corre por cuenta propia. Creo que las políticas públicas están mal enfocadas muchas veces. No se apoya de la misma forma a todos los deportes y ahí es donde los deportes individuales quedamos un poco más rezagados, porque se privilegian más que son colectivos. 

¿En qué sentido?

-En que nosotros, como deportistas también, no tenemos ningún respaldo en estos casos. Yo ahora perdí muchos auspiciadores de los que tenía por la pandemia, lo que complicó las cosas. Por otra parte, también falta la gestión de promotores que organicen eventos donde los deportistas nos podamos dar a conocer. 

¿Crees que hacen falta más instancias de ese tipo? 

-Claro. No existen muchas instancias, no hay muchos promotores que apuesten por nosotros así como se hace en el fútbol. Por ejemplo, la otra vez hubo un clásico y había mucha gente viendo el partido. En el boxeo se podría hacer lo mismo, pero faltan promotores que visibilicen este deporte y lo transmitan.

“Perdí muchos auspiciadores de los que tenía por la pandemia, lo que complicó las cosas. Por otra parte, también falta la gestión de promotores que organicen eventos donde los deportistas nos podamos dar a conocer”.

¿Cómo crees que se podría mejorar el apoyo al boxeo?

-Primero masificando su práctica. Cuando fui a México, una de las cosas que me gustó mucho de allá fue que habían centros deportivos en casi todas partes donde se hacían distintas disciplinas y a muy bajo costo, entonces toda la gente podía ir y practicar el deporte que quisiera. Creo que las políticas públicas deben enfocarse en masificar otros deportes y entregarles herramientas para permitir que la gente vaya eligiendo lo que más le gusta. 

BOXEO FEMENINO

Desde pequeña Daniela se sentía interesada por el boxeo. Su abuelo materno practicaba este deporte de forma amateur y le enseñó a tirar golpes y a esquivar, pero, en ese entonces, ella lo tomaba más como un juego que como un deporte.

En el colegio ponía en práctica esos conocimientos cuando tomaba la justicia por sus propias manos. “Desde niña, siempre fui de un temperamento fuerte y tenía mucha energía. En el colegio, era como esta típica niñita justiciera que no le gustaba que molestaran a nadie y si lo hacían, iba y me agarraba con mis compañeros”, cuenta.

Foto: Archivo personal

¿Cuándo fue tu primer acercamiento al boxeo como deporte?

-Fue cuando tenía 13 años, busqué acá en Valdivia donde practicar. Llegué a dos clubes y ahí me dijeron que no entrenaban mujeres, porque era un deporte muy brusco y que no era un lugar propicio para que estuviera una mujer ahí.

¿Crees que hay estereotipos de género asociados a la práctica del boxeo?

-Sí, yo creo que esa es mi gran bandera de lucha. Para mí, el boxeo y el deporte en general es poder equiparar estos espacios que por años han sido más masculinizados y las mujeres hemos quedado un poco de lado. Hay que irnos ganando estos espacios, yo me lo tomo con esa responsabilidad. Mi lucha va más allá de ser o no campeona del mundo, sino que se trata de todo lo que yo puedo entregar como deportista, boxeadora y, sobre todo, como mujer.

“Llegué a dos clubes y ahí me dijeron que no entrenaban mujeres, porque era un deporte muy brusco y que no era un lugar propicio para que estuviera una mujer ahí”.

¿Le haces clases solo a mujeres?

-Hacemos clases mixtas y otras exclusivamente femeninas. Aún no podemos retomarlas todas con normalidad, pero hasta antes de la pandemia teníamos clases para niños, juveniles, clases mixtas, para adultos y solo femeninas. El boxeo femenino viene pegando bien fuerte hace algunos años y cada vez hay más mujeres interesadas en practicar este deporte como defensa personal, como distracción o como terapia. Se ha masificado mucho durante los últimos años.

¿Qué significa para ti formar nuevas boxeadoras?

-Yo creo que es una responsabilidad bonita y muy importante. Más allá de las herramientas del deporte que se puedan enseñar, yo creo que a las mujeres les entrego no solo conocimientos deportivos, sino también valóricos y eso es muy gratificante. Me gusta mucho la educación y siento que el deporte es una vía de escape sobre todo para muchas mujeres, que les entrega distintas herramientas para afrontar la vida en distintas situaciones. 

“Mi lucha va más allá de ser o no campeona del mundo, sino que se trata de todo lo que yo puedo entregar como deportista, boxeadora y, sobre todo, como mujer”.

¿Has tenido muchas alumnas?

-Sí y de todo tipo. Yo acá en el gimnasio tengo alumnas que han llegado por violencia, otras derivadas de su psicólogo, entonces ahí te das cuenta que el deporte es transversal. El boxeo para mí es una herramienta más allá de solo aprender a tirar golpes, sino que le da seguridad a las muchachas. Eso es lo que yo también tengo que entregarles a ellas y tratar de hacerlo de la mejor forma. 

FALTA DE SPARRING

Para los boxeadores es importante contar con un sparring, es decir, una persona que los ayude a entrenarse peleando juntos. Antes de que el evento se aplazara por la pandemia, Daniela viajó fuera del país para entrenar con la actual campeona mundial peso mosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), Leonela Yúdica, y así potenciar su preparación.

Foto: Archivo personal

¿Qué ha sido lo más complicado durante tu entrenamiento en pandemia?

-La falta de sparring. A excepción de una boxeadora amateur, no tengo más compañeras que sean profesionales con las cuales poder medirme y hacer un combate de entrenamiento lo más equitativo posible. Está también la preocupación de no poder generar ingresos porque yo vivo de esto, del deporte tanto a nivel competitivo como formativo con las clases y mis dos fuentes de ingreso se vieron paralizadas por el coronavirus.

¿Cómo has enfrentado el problema del sparring?

-En marzo fui a hacer la preparación para el combate por el título mundial a Argentina con otra boxeadora profesional. Al no haber más mujeres que hagan el mismo deporte a nivel profesional que una, no tenemos con quién medirnos tampoco. Eso también es un problema que se da a lo largo del tiempo, no solo en pandemia. Por ahora, somos cuatro mujeres profesionales en Chile y además la mayoría están en Santiago. 

¿Qué consecuencias le genera eso a un boxeador?

-La problemática del sparring no es solamente por la pandemia, sino que ha sido de siempre. Por eso tenemos que salir a hacer las preparaciones generalmente afuera del país. Es complicado poder conseguir logros en el alto rendimiento si no están los recursos para hacerlo. Por eso muchos boxeadores chilenos, en su mayoría hombres, se han ido del país. Hay varios que están en EE.UU. y en México, porque acá desgraciadamente no se puede subir mucho el nivel si no hay recursos suficientes para hacerlo. 

“Es complicado poder conseguir logros en el alto rendimiento si no están los recursos para hacerlo. Por eso muchos boxeadores chilenos, en su mayoría hombres, se han ido del país”.

¿Te gustaría irte a futuro?

-Una opción es irme fuera del país a buscar oportunidades. O si me quedo acá, seguir entrenando y haciendo clases. Pero mi gran objetivo por ahora es obtener el título del mundo y para eso tengo que entrenar en el lugar donde esté. Y, más adelante, quiero seguir dedicándome a la formación de nuevas y nuevos boxeadores como entrenadora.

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