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Opinión

7 de Octubre de 2020

Columna de Cristián Arcos: No se cayó, lo botaron

Cristián Arcos
Cristián Arcos
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El fútbol chileno no se cayó. Lo botaron. 

No fue una serie de desafortunados episodios aislados entre sí. Es una cadena de determinaciones, conductas, decisiones, prioridades que tienen a muchos clubes a la deriva y a la selección sin el recambio necesario de cara al arranque de unas postergadas clasificatorias.

Las eliminatorias sudamericanas son por lejos las más difíciles del mundo. Son las únicas en donde los equipos de una región juegan todos contra todos, no en grupos disparejos donde hay muy pocos equipos con chances reales de clasificar a un Mundial. Las eliminatorias en Europa son, para la mayoría de los equipos, un trámite. Suele quedar un histórico afuera, como Italia en el 2018, pero para la mayoría de las naciones no es una competencia donde deban luchar demasiado. Acá es diferente. De diez selecciones hay tres que tienen medio boleto asegurado, por historia, calidad de futbolistas y jerarquía: Brasil, Argentina y Uruguay. El cuarto cupo y el repechaje lo suelen pelear los mismos. Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y en la última edición se sumó Perú, que de hecho logró jugar a Rusia 2018. En el registro histórico, Bolivia y Venezuela se han quedado atrás, aunque los llaneros hace largo rato que avisan que pronto irán a la pelea. Buenos jugadores jóvenes, clasificaciones a mundiales menores, un subcampeonato del mundo sub 20 hace no muchos años, son pruebas de aquello.

En Sudamérica se juega a 3.800 metros de altura, con 40 grados de calor, con 98% de humedad, con seis grados sobre cero. 

Dicho esto, Chile ha demostrado no tener recambio y no estar preparado para un inevitable escenario que puede ser terrible. Bien o mal, clasificando o no, la mejor generación de futbolistas chilenos de todos los tiempos está jugando la última clasificatoria de su gran carrera. Si todos estuvieran a disposición, en el equipo chileno aún serían titulares Claudio Bravo, Mauricio Isla, Gary Medel, Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Charles Aránguiz. El recambio sólo podría instalar a Erick Pulgar como un relevo de alto nivel internacional. No mucho más.

Chile ha demostrado no tener recambio y no estar preparado para un inevitable escenario que puede ser terrible. Bien o mal, clasificando o no, la mejor generación de futbolistas chilenos de todos los tiempos está jugando la última clasificatoria de su gran carrera”.

Jugadores como Alexis Sánchez, Arturo Vidal o Charles Aránguiz no surgen fácilmente. Nacen de tanto en tanto. Pero el resto puede ser preparado, trabajado. En un equipo de fútbol los actores de reparto son tan importantes como las figuras. En ese aspecto Uruguay ha sido un ejemplo de cómo llevar el tránsito entre las grandes estrellas que van dejando su camino junto a nóveles futbolistas dispuestos a dar el salto. El cambio, se nota, pero ha sido mucho menos traumático.

Es ahí donde surgen las críticas a ciertas decisiones de Reinaldo Rueda. En dos años de micro-ciclo, no ha sido capaz de trabajar jugadores para el reemplazo. No hablamos de un nuevo Alexis o un nuevo Vidal, pero es incomprensible que en un par de años no aparezcan laterales, volantes de contención, delanteros externos, capaces de poner en aprietos al entrenador y pedir una camiseta.

Y ahí llegamos al problema de fondo, que no es el técnico colombiano. Quizás Rueda no ha encontrado el relevo porque, simplemente, no existe. Es imposible encontrar agua en las piedras. 

La mayoría de los clubes chilenos optó por no trabajar con fuerza en inferiores. No fue una carencia. Fue una decisión. Su plan de trabajo fue contratar jugadores veteranos que supuestamente darían resultados inmediatos. Eran las llamadas “sandías caladas”. La lista de ejemplos es interminable y en su altísimo porcentaje no han sido solución. Por el contrario. Son sueldos altísimos, no pueden ser transferidos posteriormente y en muchos casos cuando no se les renueva el contrato, se marchan culpando a todos por la falta de respeto a sus carreras. Muchos buscan verdaderos contratos perpetuos. Las directivas, con honrosas excepciones, no matizan los planteles con jugadores jóvenes. Potenciar la cantera está para los equipos que tienen este factor como prioridad (Universidad Católica, Wanderers, Unión Española, O’Higgins), pero a menudo eso tiene un costo que muchos no están dispuestos a pagar: el resultado inmediato. El discurso de que ganar es lo único que importan genera una falsa expectativa y un debate falso. Porque no se puede ganar sin buenos intérpretes y esto se consigue con trabajo a largo plazo y varias derrotas en el camino. 

“No hablamos de un nuevo Alexis o un nuevo Vidal, pero es incomprensible que en un par de años no aparezcan laterales, volantes de contención, delanteros externos, capaces de poner en aprietos al entrenador y pedir una camiseta”.

La UC es la bofetada más evidente que demuestra que se pueden contratar jugadores veteranos y mantener canteranos. A eso se le suma la pronta ampliación de San Carlos de Apoquindo. ¿La deuda está en los torneos internacionales? Sin duda, pero la UC decidió no contratar jugadores que rompan un presupuesto. Lo llamativo es que este círculo virtuoso no es imitado por el resto y se suele destacar sus malas campañas en certámenes internacionales. Lo hacen los que no suman buenos torneos ni siquiera a nivel local.

Las sociedades anónimas deportivas en Chile lograron ordenar algunos aspectos muy importantes que el hincha a menudo no ve: se pagan los sueldos al día, los funcionarios cobran los 30 de cada mes, en la mayoría de las instituciones. Algunos clubes han logrado construir centros de entrenamientos de primer nivel, como la Universidad de Chile y O’Higgins de Rancagua. Pero las SADP no han construido ningún estadio. No priorizaron las inferiores, eludieron la historia de los clubes, gestionaron plataformas de poder y no deportivas. Y no comprendieron que en el deporte la inversión está antes de los resultados y no al revés. Son empresas distintas. De hecho, los equipos de fútbol no son empresas. Vaya sorpresa. 

¿Hace cuánto Colo Colo no saca de las inferiores un jugador de categoría internacional? ¿Hace cuánto la U no instala un futbolista en la selección chilena?

Después no le pidamos milagros a Rueda. Puede ser buen o mal técnico, pero mago no es.

El fútbol chileno no se cayó. Lo botaron. Y ojalá el desplome no sea en caída libre.

*Cristián Arcos es periodista y columnista deportivo.

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#deporte#Equipos#fútbol

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