FICValdivia: El doble retorno de Cristián Sánchez

Fue en el año 1972. Cristián Sánchez tenía 21 años y se encontraba estudiando cine en la Universidad Católica, cuando con un grupo de compañeros tocaron la puerta de Raúl Ruiz para pedirle que se incorporara como profesor en la casa de estudios. 

En esa época -recuerda Sánchez- los estudiantes tenían un gran poder de decisión sobre el rumbo que tomaba la escuela y pese a que el cuerpo docente no estaba convencido de incorporar a Ruiz a su planta, el consejo estudiantil logró su cometido A partir de la docencia, nació una amistad entre ambos. Según Sánchez, el aporte del director de “Palomita blanca”, en toda una generación de cineastas fue “maravilloso”. 

Casi 50 años han pasado desde ese primer encuentro. Durante varias décadas, Sánchez cimentó una prolífica carrera cinematográfica con más de una docena de largometrajes, los que han sido aplaudidos en Chile y el extranjero. Hoy se encuentra ad portas de estrenar dos películas en el FIC Valdivia, -certamen al que regresará luego de 11 años- y ambas serán parte de la clausura del evento, que también estrenará la primera y por varios años extraviada película de Raúl Ruiz. 

La película de apertura del FIC de Valdivia es precisamente El tango del viudo (1967), la primera y desconocida película de Raúl Ruiz, reconstruida por la cineasta Valeria Sarmiento y en contrapartida tus dos películas son de cierre ¿Qué sensación te genera esta especie de reencuentro?

Es una coincidencia maravillosa. Inconscientemente las cosas se dieron para que hubiese esa conexión. Es un acierto enorme por Raúl. Me parece magnífico que Valeria la haya terminado, porque Raúl contaba de la existencia de cómo había sido, de lo que era la película, pero claro uno tenía una impresión solamente.

Te suelen mencionar como su discípulo, ¿ves alguna conexión?

No creo que Ruiz pueda tener discípulos. Cada realizador tiene su mundo propio, su lenguaje, sus referencias culturales. Las referencias de Raúl son distintas a las mías, desde siempre.

¿Con qué se encontrará el público de FIC Valdivia al ver tus dos películas? 

No tengo idea (ríe). Con mis dos películas, tienes que estar dispuesto a que ocurran cosas insólitas, porque a pesar que puedas apostar que van a pasar ciertas cosas, vienen cosas insospechadas que ojalá les parezcan estimulantes al público.

No creo que Ruiz pueda tener discípulos. Cada realizador tiene su mundo propio, su lenguaje, sus referencias culturales. Las referencias de Raúl son distintas a las mías, desde siempre.

Tu eres un emblema en Valdivia, me imagino que debe ser raro no estar preparando las maletas para el festival.

No tanto, porque yo sabía que iba a ser así. Valdivia es una ciudad maravillosa, respirar ese aire, pero yo veo siempre qué ventaja hay en las limitaciones o en lo inevitable. Con esto la cobertura que va a tener el Festival, quizás va a ser más grande, más gente va a ver las películas.

La Cineteca Nacional subió todas las películas de tu filmografía. ¿Cómo fue esa experiencia? 

Ha sido extraordinaria. Aquí tengo, entre los amigos de Facebook, gente que me habla, me dice “vi tu película” y eso para mí ha sido extraordinario. 

Sobre los estrenos de tus nuevas películas en el formato online del FIC Valdivia, ¿no sientes que se pierde algo al no estar en la sala?

Me gusta mucho ver películas en el computador o en el televisor, no necesariamente tengo que ir a una sala. Eso es una condición, pero el cine no se realiza en las salas. El cine se realiza en tanto obra y en tanto existe como forma para llegar a las personas. Si hoy en día, hay posibilidad de plataformas online para llegar a más personas, entonces es una opción extraordinaria.