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Reportajes

13 de Octubre de 2020

Cuatro hitos para entender quién es el salubrista Gonzalo Bacigalupe

En marzo, escribió una columna en La Segunda que no dejó a nadie indiferente. De fácil llegada con parlamentarios, este master en Salud Pública en Harvard se ha ganado un espacio en el debate público sobre la pandemia. Miembro de "El grupo de los 40", hoy se plantea una carrera política que podría llevarlo a la Constituyente.

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Primero iba a estar Jaime Mañalich, pero a última hora el exministro de Salud, que salió de dicha cartera en medio de cuestionamientos por su manejo durante la pandemia, reculó y prefirió no asistir a la sesión de la comisión que estudia la acusación constitucional en su contra.

Dicha sesión tuvo lugar el lunes 5, en vivo, y contó con un particular invitado: el salubrista Gonzalo Bacigalupe quien astutamente utilizó no solo su tiempo para exponer, sino que también el que estaba dispuesto para el exministro. 

El transcurso de la sesión era un caudal limpio hasta que, frente a todos los presentes y espectadores, el diputado Ramón Barros (UDI), notoriamente molesto con la presencia de Bacigalupe, hizo comentarios que aludían a la profesión del salubrista e instaló una pregunta: “¿Qué conocimiento tiene el señor Bacigalupe en medicina y, particularmente, en epidemiología?”.

Esa pregunta, que fue realizada con desdén, puede ser un buen punto de partida: Gonzalo Bacigalupe fue uno de los primeros expertos en salud pública en poner en duda al gobierno por su manejo de la pandemia, a través de una recordada columna en La Segunda, el 19 de marzo, titulada “Corona virus y salud mental”. Desde entonces, se ha granjeado una tribuna constante en medios y en su activa cuenta en Twitter.

Tiene 61 años, es sicólogo, profesor de la Universidad de Massachusetts, master en Salud Pública de Harvard y doctor en consultoría psicológica. Es chileno y ha pasado toda la pandemia en el país, aunque su vida ha transcurrido mayoritariamente en Estados Unidos. Desde hace siete meses que su nombre en una de las referencias, en el debate científico, sobre cómo entender y anticipar los efectos de la pandemia.

Coqueteo con el MAPU y un llanto por Allende

La historia no está resuelta. Bacigalupe no se acuerda si lloró él o si fue su madre. En una carta que escribió sobre quién y cómo era Flor Rojas Bravo, su madre recientemente fallecida, Bacigalupe cuenta la siguiente historia: “Ella me contó que para la elección del 64, cuando perdió Allende, yo lloré. La verdad creo ahora que fue Flor la que lloró. Ella tenía 31 años en esa época, era menor que mi propia hija, hoy con 33. Celebró con sus compañeras la elección del dr. Salvador Allende. Lo celebramos juntos. Debemos haber estado en Quilpué porque ellos iban a votar allá. No quiero darles muchos detalles de ello, sólo decir que en muchas conversaciones ella era la minoría entre parientes de derecha y centro”.

Las intervenciones en política han sido reiteradas en la vida de Bacigalupe. Si bien sus padres no militaban, la política siempre fue un tema de conversación y de definiciones en su familia.

Flor, su madre, era profesora y su papá, químico farmacéutico. Toda la familia llegó a Santiago, después del terremoto de 1960 y tanto él como su madre -ella como maestra- ingresaron al colegio público Darío Salas

El primer semestre de cuarto medio, tuvo el primero de muchos viajes a Estados Unidos: se ganó una beca para estudiar un semestre en el colegio Tempe High School de Arizona. Estuvo cuatro meses.

Al volver a Chile, en plena dictadura, y él siendo adolescente, fue detenido por militares. El susto de sus padres por lo que había ocurrido, los impulsó a enviar a su hijo de vuelta, al mismo colegio y con la misma familia con la que había vivido. 

Al volver, ingresó a Economía en la Universidad de Chile. Allí tuvo sus primeras y últimas conexiones con el MAPU. Posteriormente, por motivos académicos, expulsado de la carrera. Buscando refugio y un lugar menos alterado en el que estar, ingresó, en 1979, a estudiar Sicología en la Universidad Católica. Su estadía en Chile, desde entonces, era una cuenta regresiva.

25 de octubre: su primer plebiscito

No soportó Chile. Antes de que se hiciera incluso la campaña por el plebiscito, Bacigalupe tomó la decisión de volver a Estados Unidos, puntualmente a Massachusetts, para iniciar sus estudios de doctorado y donde se radicó en 1988. Por lo mismo, no alcanzó a votar en el plebiscito de 1988 ni estuvo para el inicio de la Transición. 

Prácticamente, el salubrista se radicó allá. Tiene dos hijos que son mitad chilenos y mitad estadounidenses, de 33 y 24 años, respectivamente. Ambos viven en Boston, lugar donde Bacigalupe, hace clases universitarias como funcionario estatal de la Universidad de Massachusetts.

Algo que frecuentemente le comenta a sus cercanos, es que la idea de volver a Chile era permanente, aunque sólo pudo concretarla en 2016, cuando se integró como investigador del Centro de Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN). Posteriormente, y tras dejar CIGIDEN, se integró al proyecto CreaSur de la Universidad de Concepción.

El grupo de expertos: más que una amistad

Cuando la pandemia se expandió por Europa, Bacigalupe tuvo una conversación puntual con su hija en la que, con estas palabras, le advirtió: “Esta cuestión nos va a dominar la vida de éste y el otro año“.

A principios de marzo, ni las autoridades estaban tan convencidas en Chile de que así fuera. Tras la columna que Bacigalupe escribió en La Segunda, donde planteaba qué era lo que emocionalmente les pasaba a las personas cuando comienza un desastre de este tipo, el mismo medio publicó una entrevista suya, cinco días después, en la que hablaba de la urgencia del confinamiento en el sector oriente de la capital que, finalmente, se concretó en siete comunas el 25 de marzo.

Esa intervención en los medios lo puso en el centro de atención, junto a los que hoy son su círculo más cercano y con quienes comparte información y perspectivas sobre la pandemia en Chile: “El grupo de los 40”, un conjunto de expertos que se fue armando, lentamente, hasta salir a la luz pública en mayo,  cuando enviaron una carta al Presidente, con un extenso análisis sobre la urgencia del confinamiento.

De no ser así, advertía la misiva, las ciudades o regiones “pronto se verán saturadas por los altos niveles de contagio”. La carta no tuvo respuesta inmediata, pero precedió un hito: el entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich, renunció dos semanas después. 

De ese grupo, los más cercanos a Bacigalupe son la epidemióloga María Paz Bertoglia, el especialista en visualización de datos, Ernesto Laval, la periodista Andrea Obaid, la socióloga Carolina Gainza y, José Miguel Bernucci, secretario nacional Colegio Médico, entre otros.

El grupo de los 40 se convirtió, finalmente, en un vínculo no sólo de conocimientos, sino que también en un círculo de apoyo, de intercambio de información y, actualmente, contención. 

¿Bacigalupe constituyente?

En sus idas y venidas, el estallido social decidió vivirlo en carne propia, quedarse por un rato largo en Chile e ir a marchas, así como reunirse con alumnos de la Universidad Católica para entender cuáles eran sus preocupaciones y convicciones respecto a lo que ocurría.

El anhelo político, cuentan sus cercanos, siempre ha habitado en Bacigalupe. Al principio de la pandemia, y ya prácticamente radicado en Chile, el salubrista se comunicó por cuenta propia con integrantes de la Cámara y del Senado, de ambos sectores, para alertarlos sobre lo que vendría. “Se ha reunido, virtualmente, con personas sobre todo del mundo de la izquierda para hablar de la emergencia sanitaria“, cuenta un cercano. 

¿Se está gestando una candidatura de Bacigalupe? “Si se da la posibilidad, puede ser un buen espacio para mí”, responde al ser consultado sobre este tema.

Aunque aclara que también puede ser que “existan otras posibilidades. Esto de interactuar con diputados en las comisiones y en otras instancias me ha hecho pensar lo siguiente: antes, yo creía que no tenía la capacidad para ser un político en ese nivel, pero ahora pienso que ¿por qué no?; no sólo lo pienso por la asamblea constituyente, sino que puede ser un cargo político de ese tipo también, algo a nivel de diputado, por ejemplo. Pero la verdad es que es algo que voy a pensar después de las elecciones”. 

Por ahora, agrega, está enfocado en asegurar un plebiscito saludable.

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