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19 de Octubre de 2020

Paola Gateño, la esteticista que brinda servicios gratuitos a mujeres con cáncer de mama

Es experta en micropigmentación y utiliza sus conocimientos en esta área para ofrecer procedimientos gratuitos como reconstrucción de cejas, pezones y areolas a mujeres que sufren cáncer de mama. Esto lo realiza a través de una fundación que es financiada con recursos propios llamada Fundación Fempo y que ha ayudado a más de 2.800 mujeres en Chile.

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Hace cuatro años, la esteticista Paola Gateño creó la Fundación de Estética y de Micropigmentación Paramédica y Oncológica (Fempo), que brinda servicios gratuitos a las mujeres con cáncer de mama, que consisten en maquillar su piel de forma semipermanente mediante la técnica de micropigmentación estética. Dependiendo de la zona, dura de uno a tres años y requiere de retoques anuales para mantener su aspecto. 

Pero el proyecto partió mucho antes. Gateño ya había creado un programa social gratuito que cumplía la misma función llamado Sólo por tu sonrisa. “Lo volví fundación para darle más formalidad, pero en el fondo sigue siendo lo mismo. Se le sigue poniendo el mismo corazón al trabajo que se realiza en cada una de las pacientes”, dice.

No recibe donaciones de ningún tipo, sino que los procedimientos son financiados con recursos propios que consigue a través de los servicios, cursos y masterclass de micropigmentación que ofrece en su centro de estética Paola Gateño Studio. Así, atiende gratuitamente a mujeres con cáncer de mama independiente de su condición socioeconómica. 

A diferencia de un tatuaje tradicional, en la micropigmentación se ingresa solo en la primera capa de piel y no en la tercera. Esta modalidad permite prescindir del maquillaje de cejas, ojos y labios por un buen tiempo, pero también permite obtener un efecto 3D en pieles fragilizadas por los tratamientos oncológicos. 

A través de la Fundación, Gateño brinda apoyo a mujeres de cáncer de mama que se encuentran en distintas etapas de la enfermedad. A quienes están comenzando las quimioterapias, les realiza trabajos de micropigmentación de cejas para que vayan recuperando su aspecto natural tras los efectos de la quimioterapia, y a aquellas que ya están terminando su proceso de mastectomía, les ofrece reconstruir sus areolas y pezones. 

Foto: Fundación Tempo

¿Cómo responden las pacientes a estos servicios?

-Muy bien, pues va más allá de lo estético. Cada vez que se miran al espejo es duro para ellas, porque sus cicatrices les recuerdan que tienen cáncer. Luego de hacerse un procedimiento, se sienten algo más aliviadas del tormento que viven durante la enfermedad. Una vez que se les reconstruye la areola y el pezón tras la mastectomía, es cuando ya ven zanjada su enfermedad y vuelven a sentirse sanas y alegres, porque se empiezan a querer desde un cuerpo distinto, fragmentado, pero aún así lindo. 

¿De qué manera influye lo estético puede influir en la autoestima?

-Mucho, porque hay cosas físicas que pueden mermarla. Para algunas personas tener una cicatriz le provoca un trauma por lo que significa la experiencia que la generó. Es lo mismo que pasa con las cicatrices de un pecho que está mutilado por la mastectomía, pues éstas le recuerdan todos los días a la persona que tiene cáncer y no puede sacar nunca eso de su mente. 

“Cada vez que se miran al espejo es duro para ellas, porque sus cicatrices les recuerdan que tienen cáncer. Luego de hacerse un procedimiento, se sienten algo más aliviadas del tormento que viven durante la enfermedad”.

¿Qué impacto tiene la labor que realizas en las pacientes?

-Les genera una nueva esperanza. Una vez, una paciente me dijo que para ella el cáncer era como cuando estás en un maremoto y estás ahogándote dentro de la ola, sin poder respirar, y que el trabajo que le hicimos significó el alivio de sentir que se podía salvar. La gratuidad importa, porque saben que hay una persona que hace lo que hace sin un interés monetario detrás y con amor. A veces se hacen retoques todos los meses porque sólo quieren conversar con alguien. Algunas siguen viniendo incluso cuando termina su procedimiento, porque saben que son acogidas.

Pasión por lo social

A pesar de no tener ninguna experiencia personal ni familiar con el cáncer, desde pequeña Gateño sintió vocación el servicio social. Cuando tenía 14 años apadrinó a niños con cáncer y luego trabajó apoyando los proyectos humanitarios de infraestructura de Humanity Project (HUMP). Pero también la motivaba lo artístico, pues desde niña tomó cursos de arte y le encantaba pintar con óleo.

Ya de adulta, Gateño hizo cursos de arte y estética en España, donde estudió la carrera Estética Oncológica, que le permitió aprender a trabajar pieles afectadas por los tratamientos del cáncer. “No se puede llegar y aplicar cualquier tipo de técnica sobre la piel de las pacientes, que es una de las más fragilizadas que hay, ya que la quimioterapia debilita mucho la piel al dejarla muy delgadita y la radioterapia que te la quema”, explica.

Paola Gateño. Foto: Archivo personal

¿Por qué quisiste empezar la Fundación?

-Desde pequeña he tenido compasión por el sufrimiento del resto y he sido voluntaria en distintas instancias de ayuda. Siempre el área social en mi vida ha sido como una misión para mí. Ahora es con mujeres con cáncer porque me especialice en esa área, pero antes fue con lo que se iba dando. El área social es parte de mi vida y es parte de todo lo que hago. Creo que si uno entrega, tiene que entregar siempre lo mejor. Esa es mi dirección y eso me impulsó a crear la Fundación.

¿Qué es lo que te inspira a ayudar a las pacientes?

-No lo veo como algo extraordinario, sólo siento que vivimos demasiado atomizados y pensando demasiado en uno mismo sin poder mirar un poco más allá cuando deberíamos hacerlo. Uno no debe esperar a que te pasen cosas malas para poder ayudar a otros, sino que se debe hacer innatamente, sobre todo si tienes un don, porque tener muchos estudios te puede ayudar, pero la empatía es un don. 

¿Y qué significa poder asistirlas?

-A mí me da alegría, porque ver a otra persona feliz con algo que uno hace te lo devuelve todo y ahí estás más que pagado. El cáncer, mientras mejor sea tu estado de ánimo también influye mucho en tu recuperación, en cualquier tipo de enfermedad. Sirve para hacerlas sentir un poquito más felices de alguna forma, más allá de lo estético y a mí eso me satisface mucho.

El cáncer, mientras mejor sea tu estado de ánimo también influye mucho en tu recuperación, en cualquier tipo de enfermedad. Sirve para hacerlas sentir un poquito más felices de alguna forma, más allá de lo estético y a mí eso me satisface mucho”.

Borrar las cicatrices del alma

¿Cómo has notado el cambio emocional de tus pacientes con el antes y después?

-Hay mujeres que al comienzo me dicen que creen no necesitar los procedimientos, que prefieren pasar rápido por la ducha, sin mirarse el espejo. Pero una vez que ya se ven con la areola y el pezón reconstruidos, me dicen “realmente esto era lo que impedía sentirme como la persona sana que era antes y ahora que lo tengo de vuelta, lo valoro mucho”. Permite volver a mirarse con otros ojos. 

¿Qué impacto tiene eso en su autoestima?

-De repente esto ayuda tanto como nadie se puede imaginar. Algunas me dicen que se levantan de su cama y dicen “pucha, para salir a comprar tengo que maquillarme las cejas porque o si no se me ve carita de enferma y la gente me mira en la calle”. Para las pacientes, volver a tener cejas ya es un alivio, porque es algo menos de qué preocuparse dentro de esta montaña rusa que es el cáncer donde pasas por un tratamiento tras otro. Luego, cuando ya pasan lo peor y pueden hacerse su areola es un nuevo comienzo para ellas, es ir borrando las cicatrices del alma. 

¿Cómo es trabajar con mujeres que están pasando por una situación tan complicada?

-Poder entender y trabajar con mujeres que han padecido un cáncer de mama es muy complejo para quienes no han conocido un caso cercano. Es difícil imaginar lo que sufren, lo que padecen. Yo estoy agradecida de que las mujeres confíen en mí, es al revés de cómo se suele pensar, yo tengo que agradecerles a ellas por tener la confianza de atenderse conmigo y no ellas a mí.

“Para las pacientes, volver a tener cejas ya es un alivio, porque es algo menos de qué preocuparse dentro de esta montaña rusa que es el cáncer donde pasas por un tratamiento tras otro. Luego, cuando ya pasan lo peor y pueden hacerse su areola es un nuevo comienzo para ellas, es ir borrando las cicatrices del alma”. 

Antes y después de una reconstrucción de pezón y areola. Crédito: Paola Gateño Studio.

¿Cómo es trabajar con mujeres que están pasando por una situación tan complicada?

-Hay muchas historias de tristes, pero uno de los motivos de la Fundación es nunca abstraerte del sufrimiento de esas pacientes. Hay algunas que he tenido desde el inicio, otras que se han ido, lamentablemente. Hay otras a las que les termino una areola y les viene cáncer en la otra… Es complejo entonces. Es gente que está sufriendo, pero entregarle amor es la única forma de que ella puedan sentirse acogidas.

¿Qué importancia tiene el acompañamiento de las pacientes?

-Es muy importante. Muchas de ellas tienen historias de abandono muy grandes, pero el mayor abandono es a ellas mismas, así que el acompañamiento, el amor y el cariño son lo fundamental. Un cáncer de cualquier tipo es terrible, el riesgo de muerte es muy alto, pero las secuelas que deja un cáncer de mama en la parte física son importantes. No solo por el tema de que los pechos sea un tema de feminidad, sino que tiene que ver con que el cáncer de mama, al ser hormonal, muchas chicas no pueden volver a tener hijos, o sea hay todo un sufrimiento detrás que es bastante más grande de lo que uno cree. 

Foto referencial. Crédito: Fundación Tempo

La meta principal 

Gateño colabora en la causa del cáncer de mama no solo a nivel nacional, sino que también en el extranjero. En España, tiene otra fundación que cumple la misma función que Fempo. Además, tiene un programa social a nivel mundial llamado Cruzando Fronteras, donde participa en la formación de profesionales que puedan realizar este tipo de procedimientos de forma gratuita a pacientes de distintos países.

Durante los últimos años, desde el Gobierno se han implementado algunos beneficios sociales destinados a financiar procedimientos, como el programa dental Más sonrisas para Chile y abdominoplastias gratuitas bajo la iniciativa Guatita de delantal. Gateño espera que se haga algo similar con procedimientos de estética oncológica como la reconstrucción de cejas, areolas y pezones.

“Muchas de ellas tienen historias de abandono muy grandes, pero el mayor abandono es a ellas mismas, así que el acompañamiento, el amor y el cariño son lo fundamental. Un cáncer de cualquier tipo es terrible, el riesgo de muerte es muy alto, pero las secuelas que deja un cáncer de mama en la parte física son importantes”.

¿Cuál es el objetivo de los proyectos en los que participas?

-El programa de salud en Chile y en la mayoría de los países del mundo no incluye la reconstrucción de la areola y el pezón en las mamas. Mi ideal es que esto sea gratuito y un derecho a nivel mundial. Entiendo que hay otras necesidades en salud, pero para mí esto también es prioridad. Cuando trabajas en algo donde has visto el sufrimiento, te gustaría ayudar de todas las formas posibles. 

¿Qué proyecciones tienes a futuro respecto a tu trabajo?

-Mis proyecciones son expandir la Fundación y mis proyectos de formación profesional a nivel mundial. Son bastante ambiciosas, pero quiero que esto se implemente internacionalmente y que en Chile sea una ley que haga que la Estética Oncológica sea un derecho y no un privilegio. Entendiendo que hay un montón de prioridades, pero siento que esto también se podría realizar y mejorar la calidad de vida de miles de mujeres que sufren cancer de mama al brindar este servicio de forma gratuita. 

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#Cáncer de Mama#mujeres

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