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Actualidad

20 de Octubre de 2020

“Estamos en guerra”: Estas fueron las encendidas reacciones que provocó el polémico discurso de Piñera

Foto: Agencia UNO

El 20 de octubre del 2019 fue una jornada fatídica para el Gobierno. El Presidente Piñera, consecuente con haber decretado el toque de queda y haber desplegado miles de tropas militares por las calles de Santiago, esta vez buscaba unir a la ciudadanía en contra de un "enemigo poderoso e implacable". Sin embargo, su discurso beligerante fue desdeñado por personalidades que van desde Gary Medel hasta el general Iturriaga, quien en su calidad de jefe de la Defensa Nacional se declaró ante el país como "un hombre feliz" que no está en guerra con nadie.

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El Presidente Sebastián Piñera se encontraba ese domingo 20 de octubre en la Guarnición Militar de Santiago, donde pretendía dar un punto de prensa. Detrás de él, se alzaba un gigantesco mapa de relieve de la cuenca de Santiago y una bandera chilena. Delante suyo, estaban los micrófonos.

No estaba solo. Al mandatario lo acompañaban Alberto Espina, entonces ministro de Defensa, y el general Javier Iturriaga, quien ya había cumplido 24 horas como jefe de la Defensa Nacional. Con su traje de campaña, el oficial ya marcaba un contraste con las autoridades civiles, muy en línea con el discurso que se aprestaba a dar el Presidente.

“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable, que no le teme a nada ni a nadie”, fue lo primero que dijo Piñera haciendo referencia a las manifestaciones que habían sacudido a todo el país durante las dos noches anteriores. Era la alborada del estallido social.

El mandatario buscaba aunar a la ciudadanía en contra del enemigo que había decidido enfrentar: el vandalismo, la violencia y la delincuencia. “Ellos están en guerra contra todos los chilenos de buena voluntad, que queremos vivir en democracia, con libertad y en paz (…) Le pido a todos mis compatriotas que nos unamos en esta batalla que no podemos perder”, lanzó.

El Presidente no sólo había optado por transmitir palabras propias del mundo bélico para referirse a la revuelta. La madrugada anterior había decretado Estado de Emergencia, ordenando la salida de tropas militares para controlar el orden público que había sido desbordado en la capital. Horas después también dictaba el toque de queda.

LA QUITADA DE PISO DEL GENERAL ITURRIAGA

Las pendencieras palabras del mandatario no dejaron indiferente a nadie, menos en un ambiente donde los ánimos estaban más que caldeados. Al día siguiente, en las primeras horas de la mañana, el general Iturriaga trató de remediarlo y llamó a la tranquilidad a la población.

“Estamos conformes con lo que hemos visto. Ha sido un despertar lento de la ciudad, en calma, en paz, lo que nos tiene muy tranquilos, pero al mismo tiempo en alerta para solucionar cualquier inconveniente que pudieran provocar algunos desadaptados”, fue lo primero que explicó.

Sin embargo, al ser consultado por las palabras de Piñera, Iturriaga fue enfático: “Mire, yo soy un hombre feliz y la verdad es que no estoy en guerra con nadie”, respondió tajante.

EL GABINETE SALE A DAR EXPLICACIONES

Ese lunes, el gabinete de Piñera tuvo que salir a defender el mandatario. La entonces vocera Cecilia Pérez fue una de las más férreas y trató de restarle dramatismo a lo señalado por el Presidente.

“No podemos dejar de hablar de esa guerra, lucha, batalla, como quieran, frontal, decidida, con convicción, contra aquellos que están provocando tantos daños a nuestro país”, dijo la ministra.

No fue la única. El ministro del Interior, Andrés Chadwick, también reiteró que el llamado a la guerra fue “una expresión que demuestra autoridad y decisión con la que nosotros, como Gobierno, queremos combatir el vandalismo y darle seguridad a la ciudadanía”.

La guerra, lamentablemente, la están haciendo a través de la violencia aquellos grupos vandálicos. Nosotros, por una razón, estamos llamado al diálogo y a la unidad contra los violentistas”, subrayó.

Juan Carlos Jobet (Energía), Marcela Cubillos (Educación), Gloria Hutt (Transporte), Jaime Mañalich (Salud), Alfredo Moreno (Obras Públicas) y Nicolás Monckeberg (Trabajo), 21 de Octubre de 2019. Foto: Agencia UNO

Horas más tarde, un grupo de seis ministros sectoriales realizó un punto de prensa para hacer un balance del estallido en sus respectivas carteras. Educación, Trabajo, Salud, Transporte, Energía y Obras Públicas optaron aquella vez por entregar cifras de los daños, transmitir preocupación y presentar sus respectivos planes de contingencia.

En ese contexto, Jaime Mañalich, quien oficiaba en ese entonces como titular de Salud, tuvo que salir a explicar otra de las frases que se le escaparon a Piñera sobre un supuesto ataque incendiario a un hospital de la capital.

El secretario de Estado aclaró que dicho atentado nunca existió, sino que se trató más bien de una “amenaza” de un “intento creíble” para dañar el Félix Bulnes. Sin embargo, “afortunadamente, no pasó nada”, concluyó.

En la misma conferencia, un periodista le preguntó a Marcela Cubillos, entonces ministra de Educación, cómo se le explica a un niño de cuarto básico que el Presidente hable de que “estamos en una guerra”. Sin embargo, la ex secretaria de Estado se negó a responder, marcando la tensión que provocaba la frase al interior del gabinete.

OPOSICIÓN EN LLAMAS

Los reproches por las palabras de Piñera también tuvieron eco en la oposición, quienes se manifestaron casi unánimemente contra el mandatario por Twitter.

Desde los partidos de la ex Concertación, el senador Alejandro Guillier calificó de “irresponsabilidad” las acciones tomadas por el Presidente y sostuvo que “Chile necesita más que nunca prudencia y buen gobierno”.

Asimismo, el economista Óscar Landerretche instó al mandatario a que “siga el ejemplo de su general, cálmese y cumpla con su responsabilidad. Millones de chilenos lo estamos haciendo. Usted debe liderar con el ejemplo y no entregarse a la histeria como en sus declaraciones de ayer”.

Incluso el senador José Miguel Insulza, quien la mañana del 18 de octubre llamaba a “reprimir con energía” a los estudiantes que protagonizaban las evasiones masivas, esta vez afirmaba que “no estamos en guerra. El gobierno debe llamar a los acuerdos, no a los enfrentamientos”.

En esa misma línea, la diputada Camila Vallejo llamó al Ejecutivo a “dejar de incitar al miedo violentando a civiles, sacar a militares de las calles y trabajar por responder a demandas de las personas. Sino violencia solo aumenta”.

El presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, incluso fue más allá y aseguró que “el único que le había declarado la guerra al pueblo de Chile fue Pinochet, el segundo Piñera. Es loable que general Iturriaga diga lo contrario”.

Por otro lado, la diputada del Frente Amplio, Gael Yeomans, calificó las palabras de Piñera como “profundamente irresponsables y violentas”. “En Chile no estamos en guerra. Estamos en la mayor crisis social desde la vuelta a la democracia y tenemos un Presidente que le declaró la guerra a su pueblo, para tapar su total ineptitud de gobernar”.

HASTA GARY MEDEL CONTRA PIÑERA

Fuera de la esfera política también hubo manifestaciones contra las palabras del Presidente. Uno de ellos fue el capitán de la selección chilena, Gary Medel, quien realizó un fuerte reproche por redes sociales.

Una guerra necesita dos bandos y acá somos un solo pueblo que quiere igualdad. Necesitamos autoridades que digan qué van a cambiar para resolver los problemas sociales. Hablan de delitos y no de soluciones al problema de fondo”, disparó el Pitbull.

Durante esa semana, el Presidente protagonizó varios peak en redes sociales. Uno de los hashtag que más se viralizó fue #PiñeraDictador junto con #EstoPasaEnChile y #NoEstamosEnGuerra.

Precisamente, este último motivó la portada principal de la edición 820° de The Clinic, con una imagen de las concentraciones en Plaza Dignidad (ex Plaza Italia) y la frase: “No Hay Guerra”.

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