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28 de Octubre de 2020

Zonas de sacrificio: ¿En qué le falló la Constitución a Atacama?

Agencia Uno

Cuatro de las cinco comunas con mayor porcentaje de votación para el Apruebo son de la región de Atacama. Además de su ubicación, Freirina, Chañaral, Diego de Almagro y Huasco tienen algo en común: todas son o fueron zonas de sacrificio. The Clinic conversó con dirigentes sociales de cada una de estas comunas, quienes coinciden que en el Plebiscito las demandas por justicia territorial se traspasaron a las urnas.

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La opción del Apruebo terminó imponiéndose por un amplio margen contra el Rechazo en todas las regiones del país, pero según los datos oficiales Atacama fue la región donde la balanza se inclinó aún más a favor de esta preferencia, alcanzando un 84,34% de los votos. 

No solo eso, de las cinco comunas que más votaron por el Apruebo, cuatro son de la región de Atacama. En todas ellas, nueve de cada diez votantes marcaron la preferencia para dar paso a una nueva Constitución. 

Para Andrea Cisternas, el conflicto medioambiental en Freirina y muchas otras comunas de Atacama, repercutieron en una alta preferencia por el Apruebo. “Ser zonas de sacrificio incidió mucho. En las comunas donde arrasó el Apruebo se evidencia el tremendo daño de este modelo inhumano, donde los territorios viven en carne propia lo que es el extractivismo, que implica la explotación de la vida misma”, asegura.

La líder social fue vocera del movimiento Socioambiental Valle del Huasco en la Asamblea de Frerina y actualmente participa en un colectivo feminista llamado Resueltas del Valle. Ella fue una de las dirigentes que encabezó los movimientos contra la planta faenadora de cerdos perteneciente a Agrosuper, ubicada en el pequeño pueblo del sur de la región de Atacama, caso que a partir del 2012 se hizo conocido en todo el país.

La planta paralizó de forma indefinida sus operaciones el 2012, a raíz de la crisis que se generó por las exigencias medio ambientales de las comunidades y las autoridades, luego de ser clausurada por generar malos olores. Cinco años después el cierre fue definitivo y la empresa terminó retirándose de la zona. 

“Nosotros vivimos en Freirina nuestro propio estallido social el 2012. Desde ese entonces la gente empezó a entender muchas cosas del modelo que no estaban bien y también comenzamos a trabajar en las asambleas territoriales”, cuenta la mujer.

La dirigente social agrega: “El hecho de haber protestado contra Agrosuper concientizó a las personas. Esas asambleas incidieron en una alta votación en el Plebiscito, nosotros ya teníamos un proceso de organización y eso le dio a la gente el poder de la información para entender los problemas de este modelo”. 

El caso de Diego de Almagro

Unos 250 kilómetros al norte de Freirina, en Diego de Almagro, un poblado de 18.664 habitantes, el dirigente social y primer director de la junta de vecinos del barrio de transición Unión y Fuerza , Víctor Vega, coincide con las palabras de Andrea. Su ciudad, fue la tercera del país con mayor porcentaje de votos para el apruebo (90,73%). 

Para él, además de la lucha medioambiental, una de las principales razones por las que Diego de Almagro se volcó a las urnas, fue por los graves problemas habitacionales que la localidad acarrea desde el aluvión del 2015. 

28 de Marzo del 2015, Diego de Almagro. Agencia Uno

“La Constitución nos falló en varias cosas, pero el derecho a la vivienda no lo tenemos asegurado”, indica Vega. 

Según el dirigente, en la comuna hay 250 familias que aún no reciben un hogar definitivo desde el año 2015. Él es uno de los cientos de vecinos damnificados por la tragedia que aún siguen viviendo en casas de emergencia.

“Somos al menos 800 personas que vivimos en viviendas de emergencia, eso quiere decir que más de un 5% de Diego de Almagro vive en esta situación, la gente está cansada de tanto esperar”, agrega.

El dirigente señala que con el paso de los años muchas han sido las promesas para las familias afectadas, pero que a la mayoría de ellas se las ha llevado el viento.  

“Acá han venido muchos Seremis, Intendentes y necesitamos que se haga realidad el tema de la solución habitacional. Llevamos 5 años con un alcantarillado de pvc que va a ceder en cualquier momento, las viviendas son las típicas casas de 6×5 metros que entrega Techo, son de lata y plumavit o madera”, añade.

Otro tema clave para Víctor tiene que ver con la situación hídrica que afecta a la comuna y a gran parte de la zona norte del país. “En nuestra región los habitantes pagamos doble consumo de agua. Debemos costear nuestro uso para los servicios básicos, que es sumamente caro -la gente paga entre $30 y $40 mil al mes-, pero además por la contaminación uno debe gastar en el agua para el consumo humano y eso son unos $20 mil más. Acá nadie toma agua de la llave, el que se arriesga se enferma”, indica. 

Mirando hacia el Pacífico

A pocos kilómetros hacia la costa de Diego de Almagro, se encuentra Chañaral, capital de la provincia que lleva el mismo nombre. En la ciudad viven 13.410 habitantes y el 90,5% de sus votantes le dijo sí a una nueva Constitución .

Al igual que en Diego de Almagro, la localidad también fue afectada por los aluviones del 2015. No sólo eso, su bahía es una de las más contaminadas del mundo, producto del desecho de relaves mineros vertidos a través del Río Salado durante más de 50 años por las faenas mineras de la división El Salvador de Codelco. Esta situación se mantuvo hasta los años noventa.

El año 2003 el presidente Lagos se bañó en traje de baño en la playa de Chañaral, indicando que el problema de la contaminación era cosa del pasado. Lo cierto es que los desechos mineros en la zona, sumados al aluvión terminaron por desfigurar permanentemente a Chañaral, que aún debe convivir con un color rojizo en la arena de su playa y con un socavón lleno de mugre que divide al pueblo en dos.

La atmósfera en Chañaral es triste, la gente del  pueblo no se baña en sus aguas y ni siquiera se acerca a su bahía producto de la contaminación. Los habitantes deben recorrer kilómetros para disfrutar del mar en las playas Portofino y Flamenco, incluso algunos dejaron sus casas en la ciudad e instalaron cabañas de material ligero y sin acceso a servicios de alcantarillado y electricidad en el sector El Caleuche, ubicado a 12 kilómetros del pueblo.

Andrea Rojas y Andrea Muñoz son parte de la Red Feminista de Chañaral. Según ellas, el abandono histórico de la comuna repercutió en el amplio triunfo del Apruebo. 

“Chañaral es una de las bahías más contaminadas del mundo. Esto ha generado atraso económico ya que depredaron los recursos de la zona, lo que produjo una dependencia casi exclusiva de la minería, pero a la vez es la minería quien nos violentó. En Chañaral hemos estado en una eterna dependencia muy tóxica para la zona”, señala Andrea Muñoz. 

La activista agrega: “Todo este daño lo hizo Codelco, pero no nos dejó nada. No tenemos centros de formación superior, tenemos un costo de vida muy alto, tenemos una de las aguas más caras e insalubres de Chile”.

Su compañera, Andrea Rojas, quien además de participar en la Red Feminista es psicóloga, indica que la contaminación ambiental ha repercutido en la salud de las personas de la comuna. “Años después del baño de Ricardo Lagos, sufrimos todas estas consecuencias en la población: hay gente muriendo de cáncer, alergias alimentarias. Yo por mi profesión visualizo además muchos problemas en la salud mental. Trabajo en una escuela que tiene programa de integración y hay muchos niños con problemas cognitivos, con trastorno de espectro autista”, asegura. 

Para Andrea Rojas, la capacidad hospitalaria de la región no permite resolver los daños que la contaminación le ha causado a Chañaral: “Tenemos pésima salud, acá no existen los profesionales que puedan abarcar las necesidades que tiene la población. Las personas que son dializadas deben viajar a Copiapó o Diego de Almagro y eso es consecuencia de la falta de voluntad política para enmendar. No se puede descontaminar, pero sí se puede mejorar la calidad de vida”, puntualiza.

AGENCIA UNO

Huasco: una ciudad de humo y hierro 

También en Atacama y a pocos kilómetros de Freirina se encuentra Huasco, un pueblo costero de cerca 9 mil habitantes, que deben convivir con cinco termoeléctricas más una planta de pellets de fierro. Esta localidad fue la quinta con mayor votación para el Apruebo (90,41%). 

Las consecuencias ambientales en la zona son escalofriantes. Según un estudio de Chile Sustentable realizado por investigadores de la Universidad Católica, la gente de Huasco, muere un 71% más que el resto del país producto de enfermedades cardiovasculares. 

Doris Zamorano es dirigente social de la comuna y consejera de la sociedad civil en el Programa para la recuperación Ambiental y Social de Huasco, que funciona bajo el alero del Ministerio de Medio Ambiente. Para ella los huasquinos salieron en masa a votar por el Apruebo principalmente por el malestar acumulado por los problemas medioambientales en la zona. 

“Acá el tema que se ha visto es que la salud de la población está muy afectada. Estamos hablando de enfermedades respiratorias, neurológicas, cardíacas, también de cáncer y todo lo que se ha escuchado en las zonas de sacrificio”, asegura.

Doris añora que una nueva Constitución, enmiende en parte todo el daño medioambiental que la región ha vivido durante décadas. “Las personas siguen muriendo, los ecosistemas, el agua y la economía local se ha ido deteriorando(…) en la costa de Huasco los pescadores deben ir mar adentro y eso les sale más caro. Cerca de las termoeléctricas está todo muerto y eso tiene que cambiar”.

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