Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Reportajes

5 de Noviembre de 2020

Cambiar la historia: El estreno electoral de 4 jóvenes de La Pintana

Tras el plebiscito, el municipio del sur de la capital fue el que más incrementó su participación electoral en la región Metropolitana: 14 puntos porcentuales más que en las presidenciales de 2017, hasta llegar al 51,67% de su padrón. The Clinic recopiló cuatro historias de jóvenes de esa comuna, que decidieron acudir a las urnas.

Por

RAYÉN MELIVILU (18)

“Estoy estudiando primer año de Periodismo en la Universidad de Los Andes, becada. Desde que nací, vivo en La Pintana, en El Procurador. Siempre me ha gustado el área de las comunicaciones. También me interesa todo lo que tiene relación con la vida pública, la ciudadanía y la política.

Sobre el plebiscito, desde el comienzo decidí que quería votar. Aunque hubiese sido una elección presidencial, habría participado de todas formas, porque creo que el voto demuestra el derecho que tiene el ciudadano a la participación. Además, siempre me ha importado el hecho de que las mujeres no pudieron participar en las elecciones durante mucho tiempo. Yo quería hacer presente ese punto. 

Ese día, yo estaba emocionada, pues era mi primera votación y no sabía bien cómo funcionaban las cosas. La pandemia lo volvió todo más difícil y recuerdo que saqué fotos y tenía que hacer un trabajo para la universidad. Me pareció muy interesante todo el proceso e incluso acompañé a mi tata y a mi hermano a votar en diferentes locales. 

Sentí que la votación, además de ser un hecho histórico a nivel nacional, también lo fue a nivel propio. Así como mi papá lo hizo en el ‘88, yo también iba a votar por algo que no iba a ser una elección presidencial, sino un plebiscito donde se tomaría una decisión importante que cambiaría el aspecto político de Chile. Sentí que era mi derecho expresar mi opinión”. 

“Sobre el plebiscito, desde el comienzo decidí que quería votar. Aunque hubiese sido una elección presidencial, habría participado de todas formas, porque creo que el voto demuestra el derecho que tiene el ciudadano a la participación”, dice Rayén Melivilu.

FERNANDA BENAVIDES (18)

“Siempre he vivido en La Pintana. Hace 7 años, nos cambiamos de casa, porque mi mamá postuló a un proyecto y ahora estamos en un condominio en Villa Las Rosas. Mi papá en la familia no existe, soy hija única de mi mamá, que es discapacitada. Le cuesta desplazarse, porque camina con un carrito para sostener la espalda. Siempre estamos buscando la manera de movernos. Estamos esperando una hora al neurólogo hace 5 años.

Este año, entré a pedagogía general básica. Fue loco salir del colegio con el estallido y ahora con la pandemia, una incertidumbre increíble. Opté por esta carrera, porque desde sexto hacía clases de reforzamiento a niños de donde vivo. Ayudaba a hacer tareas a los chicos de 1ro y 2do básico, muchos que ni sabían leer. Una vez, venía de vuelta del colegio y me llamó uno. Vino corriendo hasta donde estaba para mostrarme una prueba en la que lo había ayudado. Era un 7. Me puse a llorar y dije: “Esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida”.

Al principio no estaba muy segura de ir a votar, porque ni la campaña del Apruebo ni del Rechazo me convencían. Como, por ejemplo, eso de que para el proceso se iba a ocupar un dinero monumental o los temas de las AFP, que nada que ver, porque eso ni está en la Constitución. 

Se hicieron varias campañas de concientización, con respeto y explicación de argumentos. Mucha gente no sabía cuales eran las opciones, pero sí estaba ese sentimiento de “yo quiero saber que es lo que voy a votar, porque ahora tengo una real capacidad de cambiar la historia y de ser partícipe”. Por eso yo creo que mucha gente votó”.

“Estaba ese sentimiento de “yo quiero saber qué es lo que voy a votar, porque ahora tengo una real capacidad de cambiar la historia y de ser partícipe”. Por eso yo creo que mucha gente votó”, señala Fernanda Benavides.

BÁRBARA PARRAGUEZ (18)

“Vivo en el 39 de Santa Rosa en La Pintana. El año pasado, salí de un colegio técnico, donde estudié Técnico en Administración de Empresas con mención Recursos Humanos. Me tocó dar la PSU con muchos problemas por el estallido social, pero al final se pudo. No me terminé de convencer por una carrera en específico, una carrera que iba a tener que pagar. Como no estaba segura, decidí tomarme un año sabático. Ahora estoy realizando cursos para trabajar de manicurista en un espacio de mi casa.

Lo que me motivó a votar fue la desigualdad que hay en Chile, pues hay cosas a las que sólo cierto tipo de gente puede acceder como la educación y la salud. Si no tienes plata, no puedes estudiar, porque no puedes pagar una educación de calidad. Si te enfermas y eres Fonasa, no puedes acceder a la misma calidad de salud como sería bajo una Isapre. 

Una familia en Lo Barnechea o Vitacura tiene un acceso a la salud diferente al que tenemos nosotros acá en La Pintana, San Ramón o San Bernardo. Eso le molesta mucho a la gente y desde hace mucho tiempo, pero ahora, gracias a los jóvenes que nos aburrimos de eso, decidimos hacer un cambio porque a la larga igual nos iban a tener que escuchar y responder. 

Estoy feliz de haber ido a votar y ojalá poder seguir haciéndolo en las próximas elecciones, porque quiero ver los beneficios del proceso y que sean justos para todos”. 

“Una familia en Lo Barnechea o Vitacura tiene un acceso a la salud diferente al que tenemos nosotros acá en La Pintana, San Ramón o San Bernardo. Eso le molesta mucho a la gente y desde hace mucho tiempo, pero ahora, gracias a los jóvenes que nos aburrimos de eso, decidimos hacer un cambio”, afirma Bárbara Parraguez.

FABIÁN RIVAS (22)

“Voy en 3ro de administración pública en la Universidad Central. He vivido toda mi vida en La Pintana, entonces he visto los cambios y transformaciones que ha tenido la comuna. También he visto varias cosas, de esas que sólo se ven en una zona como la nuestra. Nosotros somos seis.  Y yo, el primero de la familia en ir a la universidad.

El 2017 ya podía votar, pero no me llamó la atención ninguno de los candidatos, así que no fui. Principalmente, creo que las campañas del terror, de “Chilezuela” y cosas así, desmotivan a que la gente vaya a votar. Las personas sienten miedo y culpa por cosas que todavía ni han sucedido. Soy parte de ese porcentaje que se sentía desencantado con la política y no tuve la intención de votar, cosa que ahora me arrepiento.

Recuerdo una vez, como en séptimo, que unos compañeros de colegio molestaron a una amiga que conocía a los narcos. Una mamá llegó al otro día diciendo que nos teníamos que ir, porque sus amigos andaban buscando a los que la habían molestado. Yo no hice nada, pero me escapé igual para la casa. Fue de las cosas más fuertes que me han pasado. También vi malas situaciones de familias cerca de mi casa, por ejemplo en una Navidad que fuimos a dar comida a Villa El Roble para que pudieran tener una cena digna. Por eso elegí administración pública: para en un mañana ayudar y como se dice, “dar la mano a la pobla”.

Este plebiscito fue un hecho histórico. Nunca en 200 años de historia la gente había tenido la responsabilidad de elegir una nueva Constitución redactada 100% por personas común y corrientes, no metidas en la política. No podía no ser parte de este proceso.

Con esta votación entregamos un mensaje, de que “ya no somos tan fáciles de controlar y que ahora votamos por lo que creemos y pensamos, y que vamos a cambiar las cosas a través del voto”. Ese mensaje en La Pintana se sintió súper fuerte y me impresionó, porque históricamente era una de las con más bajo porcentaje.

“Con esta votación entregamos un mensaje, de que “ya no somos tan fáciles de controlar y que ahora votamos por lo que creemos y pensamos, y que vamos a cambiar las cosas a través del voto”. Ese mensaje en La Pintana se sintió súper fuerte y me impresionó, porque históricamente era una de las con más bajo porcentaje”, dice Fabián Rivas.

Notas relacionadas

Deja tu comentario