Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Actualidad

26 de Noviembre de 2020

¿Quién es Cristián Barra? El polémico delegado presidencial designado para la macrozona sur

Foto: Agencia UNO

El nombre de Cristián Barra es recurrente en la vida política de Piñera. A inicios de los '90 trabajó para él en Bancard, le tocaron algunos dardos por el episodio del "kiotazo" y reapareció como un estrecho colaborador en su primer mandato, tomando las riendas de proyectos emblemáticos de su Gobierno, como Estadio Seguro. Sin embargo, su prontuario judicial es la gran mancha de su carrera. Ha recibido acusaciones que van desde el no pago de pensión alimenticia hasta hurto, malversación de caudales públicos y giro doloso de cheques. Por este último caso, estuvo preso durante dos días. Ahora es el delegado presidencial elegido por Piñera para enfrentar el conflicto en La Araucanía.

Por

BANCARD: LOS INICIOS DEL VÍNCULO BARRA-PIÑERA

Cristián Barra Zambra tejió sus primeros lazos políticos al interior de RN en plena década de los ’90, bajo el alero de la llamada “Patrulla Juvenil”. Es conocida su cercanía con Alberto Espina, quien lo llevó a convertirse en su mano derecha como jefe del regional del partido en La Araucanía. Además, fue jefe de la campaña a diputado de Andrés Allamand en 1993.

Varios años antes estaba a cargo de la sección metropolitana del partido, donde padeció algunos coletazos del Piñeragate, caso que puso en conflicto a Sebastián Piñera con otros influyentes líderes de RN, como Evelyn Matthei y Sergio Onofre Jarpa.

Este último incluso expresó un reclamo formal en el Consejo General del partido en La Serena porque, paralelamente a sus funciones dentro de RN, trabajaba para Sebastián Piñera en Bancard. Según el fallecido exsenador, el actual mandatario tenía la intención de “comprar al partido” a través de Barra.

LOS LOCOS AÑOS 2000

La década de los 2000 no fue la mejor para Barra. Había abierto junto a un grupo de socios el restaurante AZ en la avda. Perú de Recoleta. Sin embargo, fue arrestado y se mantuvo dos días preso por una demanda que lo acusaba de giro doloso de cheques.

Años después se asoció con Miguel “Negro” Piñera para abrir la discoteque Studio 54. El negocio no prosperó y devolvieron el inmueble. Sin embargo, su dueño Andrés Muzzard presentó una querella por hurto, ya que faltaban una serie de equipos de música. Si bien el 2002 se emitió una orden de aprehensión contra ambos por este caso, nunca se concretó.

Los problemas judiciales de Barra no terminaron ahí. En 2007, su primera esposa lo demandó por no pago de pensión alimenticia. En su contra fue emitida una orden de arraigo y condenado a cancelar tres sueldos mínimos para la mantención de la familia.

Aquella década culminó con su candidatura a diputado por La Araucanía, no obstante, le faltaron 300 votos para salir electo y terminó quedando fuera de la Cámara.

PRIMER GOBIERNO DE PIÑERA: A NEW HOPE

El primer gobierno de Sebastián Piñera supuso una nueva oportunidad para Barra, quien fue uno de los primeros convocados a esta nueva administración como jefe de la División de Gobierno Interior, en estrecha colaboración con el entonces ministro Rodrigo Hinzpeter.

Sin embargo, las críticas no tardaron en llegar. Hubo legisladores que cuestionaron su prontuario, el que contrastaba con el “gobierno de excelencia” que prometía el Presidente. De hecho, un reportaje de La Segunda reveló que en el Ejecutivo había tres funcionarios que ganaban sueldos de siete dígitos sólo teniendo Cuarto Medio rendido, entre ellos, Barra.

Sin embargo, cumplió un rol valioso para el Gobierno. Le tocó encabezar el despliegue del comité de emergencias para la reconstrucción posterior al terremoto del 27/F, cumplió un rol clave en el rescate de los 33 mineros atrapados en la mina San José y coordinó la evacuación del borde costero para el terremoto y tsunami en Japón, que arrasó con la central nuclear de Fukushima en 2011.

Esto lo llevó a ser nombrado como jefe del plan Estadio Seguro en abril del 2012, iniciativa de Piñera que pretendía frenar los incidentes producidos por las barras bravas al interior de los estadios. En esta área volvió a recibir críticas, porque los desmanes no pararon e incluso se registraron violentos enfrentamientos de hinchas.

Cristián Barra probando torniquetes en los estadios. Foto: Agencia UNO

Además, durante su gestión se invirtieron 1.800 millones de pesos en la compra del Sistema de Control de Acceso Móvil (SCAM), consistente en 96 torniquetes de acceso para recintos deportivos. Sin embargo, un reportaje de El Dínamo lo bautizó como “El Transantiago del fútbol”, ya que las máquinas tenían un porcentaje de error significativo, que bordeaba entre un 25 y 30 por ciento.

También generó polémica la publicación de un intercambio de mails entre Barra y Francisco Muñoz, líder de la Garra Blanca conocido como “Pancho Malo”, a quien trató amistosamente como “don Corleone”. En una entrevista con Juan Cristóbal Guarello en Vive Deportes, el entonces jefe de Estadio Seguro explicó que lo llamó de ese modo porque su correo era “[email protected]”.

A la salida del Gobierno, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) se querelló contra Cristián Barra por malversación de caudales públicos ya que no devolvió un iPad y un microproyector. Sin embargo, en diálogo con El Mercurio, él explicó que hizo un depósito por el iPad, pero que desconocía el paradero del otro artefacto.

SU RETORNO A PALACIO

Para su segunda administración, Piñera volvió a convocar a Barra, esta vez para hacerse cargo de la Unidad de Gestión de Riesgos y Emergencias dependiente de la Subsecretaría de Interior.

Al inicio de su nuevo mandato, un reportaje de Cambio 21 reveló que Barra era el colaborador contratado a honorarios con el sueldo más alto del Ministerio del Interior y el trabajador mejor pagado del gobierno central, sólo teniendo la enseñanza media rendida.

Sin embargo, dichos cuestionamientos pasaron desapercibidos. Durante estos años, Barra mantuvo un perfil bajo, aunque igualmente clave para el Gobierno. Junto a dos asesores presidenciales, Andrea Balladares y Rodrigo Ubilla, le tocó coordinar en términos operativos y logísticos la campaña “Alimentos para Chile”, que pretendía repartir 2.5 millones de cajas de mercadería en las comunas afectadas por la cuarentena.

Ahora el mandatario lo vuelve a poner en la primera línea como delegado presidencial de la macrozona sur, desde donde se pretende darle salida a los distintos conflictos que se producen en La Araucanía.

Notas relacionadas

Deja tu comentario