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10 de Diciembre de 2020

Montañas de excremento, plaga de moscas y malos olores: Empresa avícola opera en San Bernardo sin resolución de impacto ambiental

Foto: Cedida

Año a año, cuando empieza la temporada de calor, los habitantes de Lo Herrera tienen que soportar un fétido hedor que inunda sus hogares. Este 2020 la situación empeoró, porque la zona se llenó de moscas. Los vecinos responsabilizan a dos empresas productoras de huevos del sector. Una de ellas utiliza una parcela para apilar residuos fecales de las aves en verdaderos montículos que son secados al sol y convertidos en fertilizante. The Clinic revisó los registros del Servicio de Evaluación Ambiental (SEIA) y detectó que la compañía ha estado operando sin su aprobación. La Municipalidad de San Bernardo presentó un recurso de protección, donde entrega sus conclusiones tras una inspección que realizó en la avícola: "El plan de manejo que dice tener, o es sumamente deficiente o derechamente inútil".

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Al sur de la comuna de San Bernardo, las calles están adornadas con globos negros, símbolo que han elegido los habitantes de Lo Herrera y El Romeral para manifestar que se han hartado del olor nauseabundo que inunda sus calles y que reaparece cada año con la temporada de calor.

De hecho, estos días los vecinos aseguran que el ambiente se ha puesto más fétido que otros años y denuncian que están siendo asediados por una plaga de moscas que invaden en grandes cantidades sus hogares.

Imagen de trampa cazamoscas capturadas del interior de un hogar

Los vecinos apuntan principalmente a los residuos fecales producidos por dos avícolas del sector: Agricovial S.A. y Cataluña SpA.

El alcalde de San Bernardo, Leonel Cádiz, presentó la semana pasada un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de San Miguel contra ambas compañías, con el fin de “restituir el derecho a la vida, a vivir en un medio ambiente libre de contaminación y a la integridad física y psíquica de las personas”.

La acción judicial fue acogida a tramitación por el tribunal de alzada, quien le dio 10 días a las empresas para entregar detalles sobre los planes que tienen para el manejo de sus residuos y las Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) bajo las cuales operan sus plantas.

Moscas atrapadas en una malla.

EL CASO DE AGRICOVIAL

Agricovial S.A. es una empresa que tiene una tradición de casi 70 años en la producción de huevos. Fue fundada en 1953 como una iniciativa familiar de Rafael Vial Montes. Desde el 2001, el empresario administra la compañía junto a sus siete hijos: Rafael Carlos, Ana María, Germán, María Loreto, Carmen Gloria, Luis Felipe y Juan Eduardo Vial Altamirano.

La planta está ubicada en la Parcela 9 de la calle El Romeral, ruta paralela al caudal del río Maipo. Sin embargo, los residuos fecales no se procesan ahí, sino en una guanera que está ubicada en la calle Eliodoro Yáñez, a unos cuatro kilómetros de distancia.

Para trasladar los excrementos, se utilizan camiones que deben recorrer prácticamente el doble de distancia (casi ocho kilómetros). En el trayecto, suelen dejar una estela de mal olor por los lugares habitados y, una vez en la parcela, depositan el guano dejando unos verdaderos montículos de excremento que son apreciables a simple vista.

La Municipalidad de San Bernardo realizó una inspección en la planta el 1 de diciembre pasado, a través de su Departamento de Desarrollo Local Sustentable. En el lugar, les presentaron certificados de control de plagas y manejo de guano. Uno de ellos consignaba que la guanera de Eliodoro Yáñez se había dejado de usar.

Dicho documento detallaba que en el lugar había un cierre perimetral con malla Raschel (también conocida como malla de kiwi), donde se aplica feromona con insecticida para atraer y matar a vectores como las moscas. Además, se consigna que en el lugar operan siete planteles automáticos para el retiro de guano.

Montículos de excremento depositados en la guanera de calle Eliodoro Yáñez

Sin embargo, la conclusión que sacó el municipio, y que consigna en el recurso de protección que presentó ante la Corte de Apelaciones, es que “el plan de manejo que dice tener o es sumamente deficiente o derechamente inútil”.

Al ser consultados por The Clinic, desde Agricovial reconocen que la guanera efectivamente es de su propiedad. Además, entregan detalles sobre su método para procesar el excremento: Primero es secado al sol y luego sometido a procedimientos de inocuidad, para transformarlo en un fertilizante natural para agricultura orgánica sustentable.

Toda actividad pecuaria genera excedentes como el guano. Lo importante es que el avance de la técnica y del conocimiento ha permitido generar procedimientos y equipos para reducir y mitigar los efectos de estos excedentes orgánicos y transformarlos en un elemento para colaborar al desarrollo de cultivos orgánicos, como abono natural”, explican.

Afiche creado por los vecinos de la Coordinadora Lo Herrera

SIN RESOLUCIÓN DE CALIFICACIÓN AMBIENTAL

The Clinic revisó los registros del Servicio de Evaluación Ambiental (SEIA), donde constató que Agricovial presentó en 2013 una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para la instalación de gallineros de crianza y reproducción de unas 150 toneladas en aves, lo que equivale aproximadamente a unos 100 mil pollos o unos 20 mil pavos.

Sin embargo, el documento no fue admitido a tramitación. Además de constatar una serie de incumplimientos formales, Rodrigo Núñez, director regional del SEIA de esos años, apuntó que la declaración no contaba con una descripción sobre el vínculo del proyecto con las políticas, planes y programas de desarrollo regional y comunal.

A la fecha, Agricovial sólo tiene aprobado un sistema de tratamiento de residuos industriales líquidos basado en lombrices de tierra (lombrifiltro). La resolución data del 2008, y describe que las aguas procesadas por los anélidos son utilizadas para el riego de una plantación de nogales que posee la compañía. Sin embargo, en ninguna parte se menciona la guanera de Eliodoro Yáñez ni el destino de los residuos fecales de las aves.

Globos negros en las calles de Lo Herrera

Al ser consultados por The Clinic, desde la empresa no desconocieron la ausencia de una Resolución de Calificación Ambiental, sin embargo, aseguraron que “la instalación que ha sido objeto de la fiscalización es una actividad que lleva muchos años, y por lo que tanto se acoge a las normas sanitarias respectivas”.

“Hemos sido fiscalizados por la Seremi de Salud recientemente y estamos preparando los antecedentes que nos han solicitado, el que consiste en un completo y exigente plan de manejo de la planta, en especial respecto de los residuos que maneja”, señalan.  

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