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Reportajes

28 de Diciembre de 2020

Protagonistas del año: “Así viví este 2020”

Han sido personajes indiscutidos del año. Un 2020 que vamos dejando atrás y que nos puso todo en juego: la vida cotidiana, los temores, la ausencia de certidumbres y aprender a vivir un día a la vez. Ha sido un año que también nos puso a prueba como país. Aquí las lecciones que deja el año más remecedor de las últimas décadas.

Por

Izkia Siches, Presidenta Colegio Médico: “Fue un año durísimo”

Fue un año durísimo. Al clima turbulento en lo político-social, se sumó la pandemia. A nuestro colegio le correspondió tomar un rol muy estratégico y del cual me siento orgullosa. Fue mucho trabajo; días de cansancio y agobio como en mis peores épocas de becada. Pero tenemos un equipo de muy alto nivel y trabajamos intensamente para crear propuestas y colaborar con el gobierno en el manejo de la pandemia.

Fue un año de crecimiento, de resiliencia, de mucho dolor por la cantidad de fallecidos que hemos tenido. Pero también en el plano personal, como contrapunto, tuve hermosas noticias. A pesar de toda esta adversidad, con mi marido ya habíamos decidido no seguir postergando la decisión de embarazarnos. Siempre con el temor que tienen todas las parejas de que las cosas pueden no resultar. Y sin duda, cuando supimos la noticia de que íbamos a ser padres, fue algo que personalmente me revitalizó. Me dieron muchas más energías de seguir trabajando junto a mi equipo para seguir aportando en la pandemia y también en los desafíos de largo plazo. En la Convención Constituyente se van a crear los cimientos de un nuevo Chile y nosotros queremos ser parte de ese proceso y aportar desde el área sanitaria. Creo que la pandemia nos ha mostrado que estamos interconectados y lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros. No somos islas.  Debemos consolidar un país que tenga un Estado de Bienestar que logre entender a la sociedad en su conjunto para no dejar a nadie atrás. Tenemos que empezar a alinear tanto nuestros intereses individuales como colectivos. Ese es el gran desafío”. 

Ignacio Briones, Ministro de Hacienda: “El 2020 fue un año vertiginoso”

“El 2020 fue un año vertiginoso. Y lo fue para todos. La pandemia nos trajo muchas incertidumbres; mucho dolor a las familias. Esto ha sido sin parar. En Hacienda tuvimos que construir y desplegar medidas sobre la marcha. Además, ha sido un tiempo difícil para dialogar. Eso marca una diferencia con lo que sucedió en el estallido social. A pesar de lo complejo, imperó el diálogo y la mirada más larga respecto a los desafíos que tenía Chile. En eso también nos ha afectado la pandemia. No es lo mismo conversar mirándose a los ojos que por zoom. Es bien impresionante cómo el distanciamiento físico afecta la conversación. Parece baladí, pero la interacción humana es clave. El cara a cara, los gestos, tomarse un café. Eso mezclado con una demanda de inmediatez y con la agenda personal que exacerba las pasiones y los sentimientos hace mucho más difícil hablar. En ese sentido, hay una frustración; una cierta impotencia, porque en un momento se necesitaban generar acuerdos. Ha sido complejo. ¿Si ha sido difícil no venir del mundo político? Quizá el hecho de venir de afuera, con una mirada un poco más larga, no tan centrada en la corta que muchas veces invade la política, ha sido bueno. Por supuesto, he tenido que aprender los códigos de la política sobre la marcha. Obviamente que una persona que tiene años de circo, conoce mejor los códigos. Pero diría que esos códigos también se han desdibujado en esta pandemia. Siempre he tratado de mantener por delante mi disposición a los acuerdos, dejando bien claro cuáles son mis límites, hasta dónde puedo llegar. Hablo con honestidad y no escondiendo la pelota. Creo que eso nos ha permitido consensuar acuerdos”. 

Eduardo Engel, Director de Espacio Público: “Se nos hicieron evidentes nuestras desigualdades”

“Fue un año difícil que igual tuvo cosas muy buenas. Tuve la oportunidad de conocer y trabajar con personas muy valiosas y diversas en proyectos relacionados con la pandemia y con el proceso constitucional. El informe de Espacio Público sobre la pandemia, la iniciativa ICOVID, Independientes No Neutrales y varias iniciativas más. En todos ellos conocí a personas de quienes aprendí lecciones de vida, a veces por lo que dijeron, otras por cómo actuaron. A nivel familiar, también hubo cosas muy buenas. En particular, varios comentarios que hicieron mis hijos universitarios me llevaron a cambiar hábitos de cómo vivo la vida, comentarios que sólo fueron posibles, porque pasamos más tiempo juntos, de manera rutinaria, ya que cambiaron todas las rutinas. Creo que a nivel nacional, al comienzo del año, los indicadores de salud y gobernanza de Chile sugerían que tendríamos un buen manejo de la pandemia, pero no fue así. Se nos hicieron evidentes nuestras desigualdades y las debilidades de nuestro Estado. Además de un gobierno que, especialmente al comienzo, manejó la pandemia buscando ganancias políticas de corto plazo y sin escuchar al mundo científico. Fue muy frustrante. La sociedad civil, en manifestaciones muy diversas, hizo contribuciones importantes, pero no fue suficiente. Tal vez, la lección principal sea que es urgente modernizar el Estado, en particular el sistema de salud, resolviendo los serios problemas de gestión y coordinación que nos pasaron la cuenta durante el 2020.

Rodrigo Mundaca, activista medioambiental y candidato a Gobernador: “Es el año en que hemos vivido en peligro” 

“El 2020 es, sin dudas, el año en que hemos vivido en peligro. Es la confirmación de cómo los seres humanos y su codicia desbordada han fragilizado la vida, porque en el origen de la pandemia está la destrucción de los ecosistemas, de la biodiversidad y de los servicios ecológicos que ésta presta, la reducción de los hospederos naturales de la fauna nativa y el avance de la frontera de los monocultivos. En rigor, la pandemia es resultado y reflejo del modelo de explotación irracional de los bienes naturales finitos, y Chile es un reflejo inequívoco de este modelo impropio de mal desarrollo. ¿Qué lección me dejó? Lo importante que son las cosas simples de la vida. Ver niñas y niños correr, jugar, saltar, detenerse por un rato a observar la vida de las y los otros, el comprender la importancia que tiene la recomposición del tejido comunitario, la importancia de la solidaridad expresada en las cientos de ollas comunes que hay en la región de Valparaíso, ahí donde el Estado y sus administradores abandonaron a las y los sencillos. Ha sido el pueblo quien ayuda al pueblo, colocando de manifiesto la enorme resiliencia que se encuentra anidada en cada uno de nosotros”.

Alfredo Castro, protagonista de Tengo Miedo Torero: “La lección es creer en la solidaridad” 

“Lo malo: el teatro cerrado, películas en Chile y en el extranjero suspendidas. Cesantía total. Rechazo de un proyecto Fondart para sostener el teatro. Siete familias cesantes. Lo bueno: solidaridad nunca antes manifestada. Nos financiaron el sitio web del teatro, nos compraron cinco becas que permitieron realizar un seminario en La Memoria, a cinco personas vulnerables territorial y económicamente de Arica a Punta Arenas y comunas periféricas de la Región Metropolitana. Y una empresa nos donó la sanitización. Volví a creer en el ser humano, me reduje a necesidades básicas y primordiales. Lección: creer en la solidaridad de las personas. Se puede vivir con las cosas básicas en cuanto a comida, ropa, bienes. Y que hay una lucha enorme que dar por un país más igualitario, paritario, pluricultural. Y es posible practicar el trueque. Volver con respeto a la naturaleza, el valor de la conversación, de los afectos. Y que la gente cree, respeta y quiere a sus artistas. Un reservorio de honestidad y ética muy necesario”. 

Sebastián Ugarte, médico Jefe de UCI – Clínica Indisa: “Uno no termina el año igual que como lo comenzó”

“Este año significó un enorme desafío. Al enfrentarlo uno siente que lo cambia a uno. Como persona, uno no termina el año igual como lo comenzó, con una carga de enfermedad y tras ver situaciones que no esperábamos enfrentar. La cantidad de camas que hubo que generar. Los amigos y colegas en la lucha contra esta enfermedad. Acaba de morir otro colega, el doctor Andrés Boltansky. Ha sido una experiencia realmente importante y que a uno lo marca en su vida.  Hay varias lecciones. La primera que se viene a la mente es la importancia de la salud pública y gratuita, como un bien muy necesario de cualquier sociedad civilizada.No es un lujo caro, sino que es un bien muy necesario, porque el destino de cualquier persona del país está enlazado con otras que ni siquiera conoce. Y también la demostración de que la salud pública y privada pueden trabajar unidas, cuando quieren ponerse al servicio de los más pobres y enfermos del país”.       

Ximena Chong, fiscal Jefa de Alta Complejidad Centro Norte: “Nos puso de cara con la fragilidad y la incertidumbre”

“Es un año que demandó de cada uno de nosotros mucho esfuerzo. Nos puso frente a desafíos personales, pero, sobre todo, a desafíos colectivos sumamente demandantes. Nos puso de cara con la fragilidad y la incertidumbre; con la necesidad de readecuarnos, de ser flexibles, creativos, de cuidarnos y también de confiar en la ciencia que, me parece, es un aspecto muy relevante. En lo laboral, bueno, nos tocó hacer frente a audiencias, a juicios, a investigaciones a distancia, nos enfrentó a tener que redefinir prioridades y reinventar también formas de liderar desde el teletrabajo. Con todo, como soy una optimista patológica, creo que los resultados, en general, fueron buenos. En definitiva, estas coyunturas tan radicales permiten, paradojalmente, sacar lo mejor de nosotros. 

Como todos los años, creo que fue un año de desencantos y de logros. Entre los desencantos, la pérdida de tantas vidas por el Covid. En nuestro trabajo en DD.HH., constatar que los derechos fundamentales aún hoy, pese a su universalidad, no aúnan todas las posturas. En cuanto a los logros, haber sacado adelante el juicio a Corpesca, con  un resultado que hace justicia ante actos graves de corrupción, que socavan nuestra democracia. Sobre todo, cuando estamos comenzando un proceso constituyente, que representa que nos damos un espacio como país, donde se materializa la oportunidad de discutir, en una convención paritaria, elegida por el voto popular, las bases sobre las cuales se cimentará nuestra convivencia.  

En cuanto a las lecciones, medio en broma, medio en serio, creo que nunca más voy a renegar de los abrazos de Año Nuevo; yo era como el Grinch de eso. Pero seriamente, creo que como lección, el año nos dejó el hacernos más conscientes del presente. No perder la posibilidad de estar con las personas que amamos, no perder la opción a atrevernos a tomar riesgos, muchas veces a no postergar, a perdonar, a disfrutar las cosas simples y, sobre todo, reforzar la presencia de este concepto que a veces está muy manido, que es la solidaridad como motor de los avances. La mejor lección que nos dejó el 2020, es que solos, no salimos de este problema y que dependemos los unos de los otros. 

Paula Daza, Subsecretaria de Salud Pública: “Si algo he aprendido es la relevancia de escuchar”

“Este 2020 significó un año de mucho aprendizaje. Tuvimos que hacer frente a la mayor pandemia del último siglo; planificando estrategias, tomando decisiones para resguardar a la ciudadanía de este virus que afectó al mundo entero. No fue fácil, porque para cada situación hay distintas aristas y todas hay que mirarlas. Si algo he aprendido, más allá de la pandemia, es la relevancia de escuchar y de mantener diálogo fluido con todos aquellos que representan distintas realidades y que se han visto tremendamente golpeados con esta pandemia. No sólo me junté con autoridades políticas, alcaldes, gremios y organizaciones. También me reuní con las personas mayores, cuando estaban en plena cuarentena para escuchar las consecuencias negativas que les traía el encierro prolongado; en La Araucanía estuve con una machi para escuchar cómo podemos incorporar las medidas de autocuidado a la cosmovisión mapuche; estuve con  personas que representaban familias que llevaban nueve meses separados por vivir en otros países; escuché a personas que trabajaban en ferias artesanales del sur y que lloraban por no tener plata para comer. Dialogamos con dirigentes de juntas vecinales de forma telemática en regiones de  Coquimbo y Magallanes, escuchando sus dudas y aclarándoselas. 

De muchas de estas conversaciones, aprendí que el trabajo en equipo de las distintas organizaciones es vital para que podamos tener una mirada comunitaria frente a la pandemia. El coronavirus nos mostró cómo cada comportamiento que realizamos tiene un efecto en las otras personas, incluso en los más cercanos. Nos evidenció cuán importante es vivir en comunidad, algo que, creo, en nuestra sociedad fuimos perdiendo”. 

Claudio Castro, alcalde de Renca: “La fragilidad humana fue desnudada”

“Cuando planificábamos el 2020, pensábamos en la consolidación de nuestra primera gestión municipal. Un año para celebrar nuevas obras y servicios en Renca, que nos han permitido avanzar en crecimiento con participación y orgullo para nuestra comunidad. En lo personal, era el año en que enfrentaría mi candidatura a la reelección. La crisis social y la pandemia llegaron a cambiar los planes de golpe. Los municipios somos la primera puerta que tocan las chilenas y chilenos cuando enfrentan dificultades, y a raíz de eso es que debimos adaptarnos en tiempo récord para afrontar una triple emergencia sanitaria, económica y social. Al mismo tiempo que la fragilidad humana fue desnudada, y volvimos a experimentar el dolor de manera colectiva, fue alentador experimentar la solidaridad y valentía de las organizaciones comunitarias que, por ejemplo, llegaron a levantar más de 110 ollas comunes en Renca.

El 2020 también trajo una señal de esperanza con los resultados del plebiscito por una nueva Constitución. Más todavía en comunas populares donde tuvimos una notable alza en la participación.

Si alguien tenía dudas de lo insostenible que son las desigualdades en Chile, creo que este año deja clara la respuesta: las diferencias en las condiciones para pasar la cuarentena en las distintas comunas, así como el colapso de nuestro sistema de protección social cuando más lo necesitábamos, dan cuenta de que hemos venido construyendo una casa sobre un campo minado.

Aprendimos que el tejido social está más presente que nunca: la organización comunitaria hizo realidad el cuidado y la preocupación por el otro en momentos en que el Gobierno simplemente no llegó y mientras los recursos municipales estaban al tope. Y esa misma comunidad, cada vez más organizada, ve con mucha ilusión que estamos frente a un proceso histórico que abre la puerta a la construcción de un mejor país, donde todas y todos tengamos la oportunidad de ser felices. Tenemos una gran responsabilidad, no podemos fallar”.

Anita Millacaris, organizadora olla común Parando la Olla de Quilicura: “Este tejido social será muy difícil que se rompa”

“Nuestra olla común partió el 17 de abril, la formamos entre varias organizaciones sociales de Quilicura, con ellos nació “Parando la olla”. En el peak de la pandemia, alcanzamos a repartir más de 1.100 platos diarios.

Para mí, este 2020 significó estar activa al 100 por ciento y 24/7 y también permitió mostrarnos una realidad que estaba escondida detrás de las puertas. Hay casas que se ven súper bien desde afuera, pero al entrar te das cuenta que ni siquiera tienen un baño, que no tienen una llave para el agua y menos un calefón. También, que duermen tres o cuatro personas adultas en una cama de dos plazas, porque no tienen más piezas. Por eso, nosotros comenzamos con campañas para no sólo llevar alimentos, sino que ayudar a reconstruir casas, llevarles un calefón, llevarles una cocina, una cama, ropa. Un apoyo más integral. 

Este año, aprendí que dentro de todo lo malo que pasó con la crisis, ocurrió algo muy bueno: se reconstruyeron los tejidos sociales. Ahora yo conozco a mis vecinas y vecinos. Esto desafía al sistema neoliberal que nos quiere separados.  Ese tejido social será muy difícil que se rompa, pero para eso hay que seguir construyéndolo. No es tan verdad eso del “Chile despertó”, cuando conversas con la gente te das cuenta que no es tan así, porque hay muchas personas que no entienden cómo se maneja este país. Además, la realidad que me tocó ver me deja con la sensación de que la olla común no se debe terminar, porque hay gente que tiene necesidades y que son permanentes. No son solamente por esta crisis”.

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