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16 de Enero de 2021

El poder de la Cosa Nostra: el boyante negocio de Macari, Mayol y Quiroga

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La Cosa Nostra comenzó después de una dolorosa derrota. Alberto Mayol había perdido la disputa por el distrito 10 de Santiago, convirtiéndose en la primera víctima del nuevo sistema electoral que arrastró a los compañeros de Giorgio Jackson, Natalia Castillo (1,02%) y a Gonzalo Winter (1,20%) dejando sin opciones al sociólogo de llegar al Congreso.

Fue en ese amargo contexto, cuando junto a su amigo -y asesor en la campaña- el también sociólogo y ex concejal del PC, Dario Quiroga, se les ocurrió hacer talleres y seminarios los que partirían en el verano del 2018. 

Esa primera jornada duró dos días. Mirko Macari fue uno de los invitados a participar del taller, donde se hablaba de política y poder, compartiendo un almuerzo con los asistentes. Sin embargo, el periodista no formalizaría su vínculo con Quiroga y Mayol -a quien conoció en su rol de periodista en 2011- hasta un año después. 

El exdirector de El Mostrador ya tenía experiencia en este tipo de instancias, pues, participó en “Política en la casa”, una idea de la también experiodista de El Mostrador, Alejandra Carmona, que sirvió de antecedente antes de que empezara a exponer en La Cosa Nostra, en 2019. 

Ese espacio se desarrollaba en una casa de Ñuñoa, donde los participantes pagaban $100.000 por cuatro jornadas y, además, según cuenta Carmona, “se entregaban becas a aquellos oyentes que no podían pagar”. 

“Pensé que entre tanta fake news y redes sociales, la gente necesitaba hablar de política mirándose a la cara y en un contexto distendido”, cuenta Carmona, sobre esa experiencia en la que entregaban un cóctel preparado para esas ocasiones. 

En paralelo, Macari participaba de un programa en la radio La Clave con Fernando Paulsen. “Yo soy fanático del padrino. En el programa, habitualmente hablaba de la coyuntura haciendo analogías con personajes de la política y dándole una lectura a la película, que no es una lectura de una película de mafiosos, sino que es una lectura acerca del poder”, cuenta el periodista.

Los seminarios de Mayol y Quiroga, que en esa época no tenían periodicidad, fueron mutando a algo parecido a lo que hacía Macari. Sus eventos también comenzaron a tener  a la película de Francis Coppola como columna vertebral , lo que derivó en “las 50 leyes del poder de El Padrino”  las que fueron sistematizadas por Mayol,a partir del comportamiento de Vito Corleone y explicadas en los seminarios. 

“A él se le ocurrió cambiar de esos cursos, que tenían una serie de dificultades prácticas, a un seminario en el Estadio Italiano. Allí pasaron las tres películas, convergimos, nos tomamos un café antes del estallido y  me invitaron a participar del siguiente. Ahí me incorporé a su estructura”, cuenta Macari. 

Quiroga recuerda la historia de otra manera: “Él nos dice ya´po huevón, invítenme a hacer las 50 leyes”. 

Una puesta en escena

Dario Quiroga asegura que uno de los elementos más importantes en las primeras presentaciones del trío, que se comenzaron a realizar en agosto del 2019, fue la puesta en escena.

“Yo les dije, miren. Ustedes agarran un micrófono, yo agarro un tercer micrófono y me pongo en un costado, casi como una voz en off, ponemos un data y yo les voy poniendo imágenes de personas y noticias y los provoco. Ustedes, a través de este universo simbólico de El Padrino, lo conversan y se agarran frente al público”. 

Según el sociólogo, -que hoy participa activamente como asesor en la campaña a l constituyente de Giovanna Grandón, popularmente conocida como la Tía Pikachu- esa performance era la única preparación previa para los seminarios, los que no se ensayaban. “Yo les decía no los preparemos. Porque la gracia es que mires a tipos capos como Mirko y Alberto. En el fondo, es lo sorpresivo lo que genera la mejor reflexión”.

En ese primer seminario, asistieron casi 100 personas. El éxito motivó al grupo a hacer un podcast al que bautizaron “La Cosa Nostra”, el que analiza la actualidad nacional, donde la lupa se centra en el poder. El primer programa fue el 8 de octubre del 2019, diez días antes del estallido social, el que terminaría siendo el eje central del programa. “Allí ocurrió la magia”, recuerda Mirko Macari. 

El segundo episodio se grabó en la casa de Mayol el 19 de octubre. De allí en adelante, “La Cosa Nostra” subió como la espuma. Macari explica lo que para él son las razones de la buena recepción: “Nosotros ya teníamos algo armado para empezar a dar explicaciones más complejas a las que tienen los medios o el mundo académico”.

El éxito del podcast -que hoy se encuentra entre los 20 más escuchados de Spotify- significó más y nuevos talleres, el grupo dejó de hablar exclusivamente de El Padrino y con las cuarentenas de la pandemia, las actividades se comenzaron a realizar de manera remota. Según sus organizadores, desde abril, han realizado, por lo menos, un seminario al mes.

 Las temáticas y los invitados son variados. Los precios, según la web de “La Cosa Nostra” fluctúan entre los $40.000 y $60.000. La convocatoria más exitosa del grupo se dio en un seminario titulado “¿Piñera pasa agosto?”, al que asistieron 660 personas, lo que significó más de $30 millones en recaudación.

Christian Tapia, un ingeniero hidráulico de 40 años, asistió a esa presentación y a otras tres de “La Cosa Nostra”, la última de ellas con Las Tesis como invitadas. 

“Es una mirada de gente que sabe tratar los temas. Sus análisis son bien interesantes, como una apertura mental. Los seminarios duran varias horas y se hacen en varios días, además te dan bibliografía de los temas tratados”, comenta Tapia. 

Sobre el dinero gastado asegura que “es plata bien invertida, porque para mí son herramientas que uso como ciudadano y para entender los temas que quiero entender. Con los asistentes ahora hay una especie de comunidad, hemos hecho cabildos autoconvocados. La experiencia es más allá del seminario”. 

Lo de comunidad no está alejado de la realidad y eso los integrantes de “La Cosa Nostra” lo entienden bien y lo aprovechan. Como si se tratara de una banda de rock, crearon una tienda con merchandising para sus fanáticos.

“Mandamos a hacer unas poleras, que es un poco para potenciar la identidad. La gente lo pide. Tiene un poquito de ese juego (de banda de rock), nosotros lo tomamos también riéndonos del tema”, asegura Quiroga.

Polera de la línea de vestuario de La Cosa Nostra

Además, parte de los libros de Mayol, que abordan las temáticas planteadas tanto en los seminarios como en el podcast, son editados por Catalonia como parte de una colección especial de “La Cosa Nostra”.  

Sobre el sistema que han montado, Quiroga explica que “los seminarios tienen un costo, no son baratos, pero hay gente que hace el esfuerzo y junta las lucas. Al seminario, va gente nueva que escucha el podcast y que se quiere dar un regalo, o que juntó las lucas”. 

El sociólogo además afirma que parte de esos dineros son reinvertidos. “Hace algunos meses, mandamos a hacer una encuesta de varios millones de pesos que le ganó a cualquier otra encuestadora que salió en los diarios o en la tele, en cuanto a los resultados del plebiscito, eso sale de las lucas del seminario (…) Obviamente, nos entran lucas a nuestro bolsillo, pero también se nos ocurren cosas ”, asegura.

Otra reinversión tiene que ver con el pago a parte de los invitados de los seminarios. En “La Cosa Nostra” han expuesto figuras como las integrantes de Las Tesis, la presidenta del Colegio Médico Izkia Sichez, Contanza Michelson, Jorge Pirincho Navarrete, Cristóbal Bellolio, Mauricio Daza y el director de El Desconcierto, Sergio Jara, entre varios otros.

A veces a la gente que va a exponer le pagamos para una presentación. Los invitados son muy bien remunerados. También hay unas lucas de investigación cuando hacemos los seminarios”, agrega Quiroga.

Tanto los seminarios, como las poleras, los libros y las entradas a las charlas se comercializan en el sitio web seminarioslacosanostra, donde además hay perfiles de los tres integrantes del grupo. 

De Dario Quiroga se dice: “Es sociólogo especializado en asuntos sindicales, donde ejerce profesionalmente por muchos años. Ha trabajado fuertemente en el mundo minero”.

De Mirko Macari se agrega: “Sus columnas de opinión han recibido premios y sus opiniones suelen ser fundamentales para la toma de decisiones de importantes actores del medio político nacional”.

De Alberto Mayol se proclama: “Ha sido uno de los intelectuales más influyentes en lo que denomina el ‘ciclo de crisis’ desde 2011 y se le considera el predictor del estallido (según diario El Mundo de España)”. 

Pergaminos más, pergaminos menos, “La Cosa Nostra” evidentemente responde a necesidades de un grupo de personas que está dispuesta a pagar por un análisis político y social de quienes concentran el poder. Sobre este punto Mirko Macari opina que:

“La gente entra porque quiere escuchar, quiere participar, quieren enriquecerse porque estamos en un tiempo de mucha incertidumbre. Los medios en general tienden a ser meramente informativos y lo que nosotros hacemos es enriquecer las miradas y complejizarlas”. 

Para Quiroga la explicación es más sencilla y se centra en “la lógica de poder discutir de política, un poco cagándose de la risa, pero no en el sentido de encontrar que todo es callampa, si no que de reírse porque podemos hablar de cosas serias y poder seguir pasándola bien. Creo que esa mezcla es la que un poquito explica nuestro éxito”. 

Y eso de que los tres lo pasan bien haciendo “La Cosa Nostra” es innegable. Hace un mes, por ejemplo, los integrantes decidieron hacer una reunión privada  invitando a distintos personajes con un perfil público a la casa de Mayol. “Estaba el exfiscal Carlos Gajardo, la Contanza Michelson, Pirincho Navarrete”, recuerda Quiroga. 

En la ocasión, un grupo de garzones vestidos elegantemente servían bocadillos y tragos burbujeantes en copas altas, mientras el pianista Camilo Salinas, ex Los Petinellis, tocaba una conmovedora melodía en un piano de pared con un afiche de El Padrino, posado sobre el instrumento.

La canción titulada “El vals de la cosa nostra” fue compuesta por el músico -según el mismo “preso de la pasión de La Cosa Nostra”- en honor al grupo de Macari, Mayol y Quiroga, quienes maravillados y orgullosos lo observaban, mientras presionaba las teclas. 

La escena captada en un video no representaba otra cosa que un concepto que el grupo por meses ha analizado y descuerado: el poder… el poder de La Cosa Nostra. 

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