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Actualidad

19 de Enero de 2021

El “far west” de la salud mental en Chile: La realidad que desnudó el supuesto “secuestro” de un paciente psiquiátrico en Santiago

Las imágenes de familiares metiendo a la fuerza a un pariente diagnosticado con una enfermedad psiquiátrica dejó al descubierto un país que funciona sin red ni ley de salud mental. The Clinic conversó con tres psiquiatras expertos en la materia que analizan este delicado escenario que termina en una vulneración de los pacientes, la inacción de las autoridades en el área y las familias arreglándoselas como pueden.

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Revuelo generaron las imágenes captadas por vecinos de Santiago de una persona que fue subida contra su voluntad a una camioneta, y que fueron viralizadas rápidamente como un posible “secuestro”. Sin embargo, Carabineros aclaró que se trataba de un paciente psiquiátrico.

De acuerdo a la versión del cuerpo uniformado, el hombre de 31 años presuntamente habría escapado de su hogar tras sufrir una descompensación en un contexto de violencia intrafamiliar. Horas más tarde, familiares lograron encontrarlo en la calle y lo forzaron a regresar a su casa de la forma en que se ve en la grabación.

La historia no termina allí, ya que intentó huir de nuevo, esta vez lanzándose desde un tercer piso y quedando con lesiones de diversa consideración.

EL DILEMA DE LA AUTONOMÍA DEL PACIENTE

El hecho es un fiel reflejo de una de las discusiones que más le ha quitado el sueño a los expertos: Dónde termina la autonomía de un paciente psiquiátrico y cuándo se vuelve necesario el uso de la fuerza.

El psiquiatra Tomás Baader, académico del Instituto de Neurociencias Clínicas de la U. Austral, explica que la línea es “muy delgada”, pero que se ha logrado determinar que “si la persona está en estado psicótico, es decir, con pérdida de contacto con la realidad, está viendo alucinaciones, con delirios, agitada, sin capacidad de raciocinio, no tiene control sobre su propia conducta y está agresiva, lamentablemente pierde autonomía”.

Las hospitalizaciones forzosas en Chile están reguladas por los artículos 130 y 131 del Código Sanitario y su implementación está a cargo de la Seremi de Salud. Sin embargo, el especialista agrega que este tipo de medidas se suelen tomar con muy poca frecuencia.

Son casos poco comunes, puntuales, pero necesarios. Se dan en un contexto de descontrol importante de la conducta, en pacientes esquizofrénicos con alucinaciones muy intensas y muy paranoides; o pacientes maníacos bipolares que estén muy agitados; o pacientes que estén bajo los efectos del alcohol o las drogas, que son súper frecuentes”, añade.

SIN RED NI LEY

Carlos Ibáñez, jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la U. de Chile, pone el foco en la ausencia de una red de atención de salud mental. A su juicio, existe una dificultad, tanto para pacientes como para sus familiares, de recibir una colaboración oportuna en caso de descompensaciones agudas.

“Lo que vemos en situaciones de desesperación de familiares o pacientes es que, en momentos de crisis, agitación o agresión, la respuesta que entrega el Estado es muy insuficiente (…) Tratar de contener físicamente a una persona, para que no se haga daño a sí mismo ni a otros, es algo que requiere entrenamiento, equipos dedicados a eso y fármacos cuando sean necesarios”, agrega.

El dr. Ibáñez asegura que esto genera problemas en toda la cadena de atención en temas de salud mental. “Muchas familias no saben mucho que hacer. Suelen llamar a Carabineros, y ellos no siempre están preparados para responder a esto. Las ambulancias muchas veces no tienen el personal suficiente para contener a un paciente que esté agitado. Además, existe una brecha de camas para hospitalizaciones agudas en psiquiatría. Para qué hablar de salud mental infanto-adolescente, ahí prácticamente no hay”, subraya.

En octubre pasado, las principales sociedades y agrupaciones científicas del país sugirieron a través de una carta que al menos a un 6% del presupuesto del Ministerio de Salud sea destinada a salud mental. Actualmente, el Minsal solamente destina un 2% para este tipo de enfermedades.

Pablo Toro Espinoza, psiquiatra del Hospital Clínico UC Christus y académico de la U. Católica, va más allá del tema presupuestario, de personal e infraestructura: “La discusión de fondo es que no existe en Chile una Ley de Salud Mental”.

“A los profesionales de salud mental hace mucho tiempo que nos preocupa el marco legal en que se desarrolla el cuidado de los enfermos psiquiátricos que pierden la capacidad de decidir, que pierden su autonomía y que tienen una patología mental tan grave que condicionan su capacidad de cuidarse a sí mismos. Por lo tanto, debiera haber alguien más que los proteja, y ese alguien debiera tener un marco regulado de acción y una ley que ampare al paciente. Eso en Chile no existe”, asegura.

En esa línea, el experto destaca el esfuerzo que realizó el diputado Sergio Espejo (DC), que trabajó en línea con un grupo de profesionales para confeccionar una propuesta. El proyecto de ley fue presentada en 2016, pero tras cuatro años, aún no ha visto la luz y actualmente duerme en su segundo trámite constitucional en la Comisión de Salud del Senado.

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