Francisco Victoria tiene una mirada pesimista de su generación. Durante los últimos años, se ha erigido como una de las piezas claves para decodificar la actual escena musical chilena, estuvo detrás de una pila de canciones que marcaron el paso definitivo de Princesa Alba al pop, y ahora emerge con un nuevo disco en el horizonte. Aún así, asegura a The Clinic que el circuito está en un limbo y no tiene muy claro hacia donde camina. En esta entrevista habla de su metódico trabajo de composición, su forma de hacer política con la música y la angustia que le provocó la pandemia. “Estuve jugando play en posición fetal, intentando no pensar en existir”, relata.
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