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Entrevistas

27 de Enero de 2021

Ramos-Salas, experta en obesidad, entra al debate sobre el cuerpo: “El tamaño corporal no es una enfermedad. Los seres humanos vienen en diferentes tamaños y formas”

Prevenir el estigma y generar políticas públicas es el trabajo que por años ha estado realizando esta especialista canadiense. Hoy, si bien la discusión ha evolucionado y ya hay corrientes como el body positive, body neutrality y el activismo gordo, la académica apunta a la toma de decisiones: “el encuadre de la obesidad como una responsabilidad individual también ayuda a los gobiernos a no brindar acceso a tratamientos”.

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La obesidad no es algo que se elija. Es una enfermedad que la mayoría de las veces está determinada por factores genéticos y no por la voluntad de quien la padece.  Ximena Ramos Salas, académica canadiense de la Universidad de Kristianstad e investigadora en salud pública en este tema, analiza las nuevas corrientes que durante los últimos años han dejado a la luz pública las trabas y discriminaciones que enfrentan a diario personas con obesidad. En esto último, las redes sociales se han convertido en un punto de encuentro entre quienes trabajan a diario y públicamente en la relación con su cuerpo, y quienes sin medir el alcance de sus publicaciones, realizan un insistente bombardeo dando consejos de alimentación “saludable” con el fin de perder peso y rutinas de ejercicio que están lejos de ser personalizados. ¿El problema mayor? Que no hay todavía sociedades que estén trabajando en hacer ciudades más amables para personas con obesidad, ni gobiernos altamente comprometidos con proteger la salud de dicha población.  

Por este tema, en el que lleva años trabajando, es que la investigadora fue una de las convocadas a participar en el panel “Las enfermedades silenciosas” de la reciente versión del Congreso del Futuro.

-Progresivamente han ido surgiendo corrientes que proponen que el cuerpo, sus dimensiones y su forma no deberían implicar segregación, discriminación o problemas de desarrollo social. ¿Hasta qué punto ha sido una discusión en términos positivos?

-Las personas vienen en diferentes tamaños y formas. La estigmatización basada en el tamaño físico y el peso pueden tener graves consecuencias para las personas y para la salud de la población. Y a pesar de la creencia popular de que avergonzar a alguien por su tamaño o peso corporal puede ser útil y motivador, las investigaciones muestran que es todo lo contrario. Hay varias suposiciones incorrectas en esta forma de pensar.

¿Podría enumerar algunas?

-Primero, el tamaño o el peso corporal no se pueden controlar por completo mediante el comportamiento individual. Nuestro peso corporal está determinado, en parte, por nuestros genes, al igual que la altura corporal. En segundo lugar, la obesidad se define como una adiposidad excesiva o anormal que perjudica la salud. Según esta definición, el tamaño del cuerpo no es realmente el problema. La obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por problemas de salud provocados ya sea por tejido adiposo disfuncional o por la distribución de grasa corporal que puede afectar la función de los órganos y sistemas del cuerpo. Entonces, la obesidad no se trata sólo de la cantidad de tejido adiposo, sino también de dónde se acumula y cómo afecta la salud. 

“Los tratamientos de aceptación corporal y obesidad no se excluyen mutuamente. Sabemos, en base a estudios actuales, que podemos estar sanos con diferentes tamaños corporales. Centrarse en cambiar el tamaño de nuestro cuerpo no es el objetivo. El objetivo es mejorar la salud, tanto física como mental”

¿Cuáles son los riesgos de hacer un diagnóstico no médico? 

-No debemos caracterizar ni diagnosticar la obesidad en función del tamaño corporal, porque éste no es una enfermedad. Por otro lado, y siguiendo con lo anterior, la suposición principal detrás de la idea de que podemos avergonzar a las personas para que controlen su peso es que se puede controlar a través de los comportamientos de una persona, en particular, de la alimentación y el ejercicio. La ciencia, sin embargo, indica que nuestro cerebro controla el peso y que existen muchos sistemas biológicos para protegerse contra su pérdida. La clave para entenderlo es que cambiar comportamientos, como comer saludablemente y hacer más ejercicio, puede o no puede resultar en cambios de peso. La alimentación saludable y el ejercicio regular son comportamientos importantes para la salud y el bienestar en general, y todos debemos adoptarlos. 

-Desde hace unos años se habla del body positive, el activismo gordo y ahora surgió el body neutrality. En distinta medida, son todos una respuesta al hostigamiento, principalmente a mujeres, por cómo son sus cuerpos. ¿Puede, a veces, ser una presión el sentirse bien con sus cuerpos para quienes simplemente no están a gusto con él? 

-Tener un fuerte sentido de confianza en el cuerpo y autoestima es importante para la salud y el bienestar en general, independientemente de la enfermedad crónica con la que vivamos. El objetivo de los tratamientos para la obesidad no es cambiar el tamaño corporal de una persona ni reducir únicamente su peso. El objetivo del tratamiento de la obesidad es mejorar la salud y el bienestar. Necesitamos tener un enfoque en la salud, lo que significa que los tratamientos para la obesidad también deben centrarse en los valores y preferencias del paciente. Si un tratamiento está afectando negativamente la salud mental de una persona -por ejemplo, la confianza corporal o la autoestima -, entonces como profesionales de la salud debemos evaluar críticamente los beneficios y riesgos. Me gustaría aclarar que en algunos casos una persona necesita reducir su peso para mejorar su movilidad y su calidad de vida. Entonces, en esas situaciones, la pérdida puede ser el objetivo, pero a menudo no es el único.

¿Cree que habitualmente se habla de los gordos reduciendo sus problemas sólo a su peso y dejando al margen el costo social; las burlas y, por ejemplo, una arquitectura no preparada para ellos?

-Tanto en los sistemas sanitarios como educativos, las personas que viven con obesidad o las personas que tienen un cuerpo más grande tienen derecho a recibir servicios de la misma forma que otras personas que viven con otras enfermedades crónicas o con un tamaño corporal más pequeño. El activismo gordo en nuestra sociedad reconoce que las personas que viven en cuerpos más grandes están siendo oprimidas en nuestra sociedad y abogan por el fin de este tipo de opresión. En la comunidad de la obesidad, abogamos por el alojamiento de personas de todos los tamaños corporales. Pero también nos centramos en la ciencia que demuestra que la adiposidad excesiva o anormal perjudica la salud y, como tal, las personas que viven con obesidad merecen acceso a servicios de atención médica que les ayuden a controlar su enfermedad. Dado que la obesidad es una enfermedad, las personas que viven con obesidad deben ser tratadas con dignidad y respeto en los sistemas de salud. Así como tenemos tratamientos para la diabetes o el cáncer, necesitamos tener tratamientos disponibles para la obesidad.

-Hay gente que reduce la obesidad y los conflictos sociales y psíquicos que esto produce, sólo a una mala alimentación. ¿Qué tan errada es esa aseveración?

-Como mencioné antes, la obesidad no se trata del tamaño corporal. El tamaño corporal no es una enfermedad. Los seres humanos vienen en diferentes tamaños y formas. El sesgo de peso es omnipresente en nuestra sociedad y los estudios demuestran que muchas personas lo internalizan. El sesgo de peso puede ser internalizado por personas de todos los tamaños y pesos corporales, lo que significa que se sienten ansiosos, avergonzados y preocupados. Esto puede afectar el comportamiento de una persona y llevarla a estrategias poco saludables, provocarle ansiedad, trastornos alimentarios, depresión e ideas suicidas.

“Muchos profesionales de la salud y formuladores de políticas creen que la obesidad es una elección de estilo de vida auto-infligida y que el sistema de salud y los gobiernos no necesitan ayudar a los pacientes que viven con ella”

-¿Cómo se mide el éxito del tratamiento de la obesidad?

-No lo medimos en términos de pérdida de peso. Esta es también la razón por la que no caracterizamos la obesidad en términos de peso o tamaño corporal. La obesidad es una enfermedad crónica y eso significa que existe un problema de salud que estamos tratando de mejorar. Centrarse en los problemas de salud aleja los objetivos del tratamiento de los números de la escala. Ayudar a los pacientes a comprender que el tratamiento no se trata de hacer dieta y perder peso también es una forma de reducir la internalización del sesgo de peso. Hay muchas intervenciones psicológicas descritas en la guía de práctica clínica canadiense que se pueden utilizar para ayudar a los pacientes a aceptar y apreciar su cuerpo independientemente de los números de la escala. Los tratamientos de aceptación corporal y obesidad no se excluyen mutuamente. Sabemos, en base a estudios actuales, que podemos estar sanos con diferentes tamaños corporales. Centrarse en cambiar el tamaño de nuestro cuerpo no es el objetivo. El objetivo es mejorar la salud, tanto física como mental.

-¿Puede, por el costo, ser la obesidad una de las caras de la desigualdad?

-Las personas con obesidad se enfrentan a un sesgo generalizado de peso, a la estigmatización y a la discriminación que provocan desigualdades sociales y de salud. La obesidad es realmente una enfermedad crónica desatendida que se ha reducido y simplificado como una opción de estilo de vida. Esta narrativa posiciona a las personas con obesidad como responsables de su propia enfermedad y como una carga para nuestra sociedad. Muchos profesionales de la salud y formuladores de políticas creen que la obesidad es una elección de estilo de vida auto-infligida y que el sistema de salud y los gobiernos no necesitan ayudar a los pacientes que viven con ella. Cuando no apoyamos a una gran parte de nuestra población que vive con una enfermedad crónica, creamos desigualdades.

-¿Cómo se expresa esa desigualdad?

-Cuando las personas con obesidad son discriminadas en el sistema de salud, en el sector laboral o en las escuelas, significa que no tendrán las mismas oportunidades de vida que el resto de la población. Esto limita su potencial y nos impacta a todos. Tenemos estudios que muestran que sociedades más desiguales tienen malos resultados de salud en términos de aumento de la morbilidad y la mortalidad. Entonces, todos deberíamos estar preocupados por las desigualdades que enfrentan las personas con obesidad. En última instancia, este encuadre de la obesidad como una responsabilidad individual también ayuda a los gobiernos a no brindar acceso a tratamientos. Pueden simplemente lanzar una campaña de educación que le diga a la gente “comer menos y moverse más” y decir que esta es su estrategia de obesidad. Esto es lo que vemos en todo el mundo. 

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