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Entrevistas

10 de Febrero de 2021

Damaris Abarca, la multicampeona nacional de ajedrez que aspira llegar a la Constituyente: “En el ajedrez uno aprende mucho de sus errores, pero creo que en la política hace falta ese mea culpa”

Foto: Gentileza Damaris Abarca

Es ajedrecista profesional y desde temprana edad ha representado a Chile en olimpiadas y torneos a nivel mundial. Pero su último gran desafío no es deportivo, sino que político: busca ser una de las 155 personas que redactarán una nueva Constitución, como candidata independiente de la lista Apruebo Dignidad por el distrito 15. En conversación con The Clinic, habla de su carrera como ajedrecista, su camino constituyente y también sobre la serie Gambito de Dama.

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Damaris Abarca (30) es renguina y se ha dedicado desde muy joven al ajedrez. Aprendió a jugar en su casa a los 7 años, mirando las partidas que jugaban sus papás y hermanos y leyendo revistas especializadas. De una forma similar a la exitosa ajedrecista Beth Harmon, protagonista de la serie Gambito de Dama (Netflix), quien se inició en el deporte observando al conserje del orfanato donde pasó su infancia y estudiando partidas en libros.

“Me identifico mucho con Beth Harmon, porque yo también aprendí ajedrez observando y leyendo mucho. Yo era de una zona rural y no tenía internet, entonces iba con mi hermano a una biblioteca pública a estudiar y también nos conseguíamos las revistas de ajedrez Ocho por Ocho, que eran como de cuarta mano, pero traían un montón de ejercicios”, cuenta.

A medida que Abarca ganaba experiencia, su espacio de juego se iba expandiendo. Pasó de jugar en su hogar al colegio y luego participar en campeonatos comunales, regionales y nacionales hasta finalmente llegar a instancias internacionales en distintos continentes. Ha sido campeona nacional femenina cuatro veces y su vida continúa siendo muy ligada al ajedrez. Es presidenta de la Federación de Ajedrez de Chile (Ajefech) y de la Asociación de Mujeres Ajedrecistas Chilenas (Ajefem), club que fundó junto a otras mujeres para promover este deporte en niñas y mujeres.

Su próxima meta en el ajedrez es la 44ª Olimpiada Mundial de Ajedrez en Rusia, a la que clasificó pero se postergó para el próximo año debido a la pandemia. Por mientras, tiene en pausa las competencias en el tablero de las 64 casillas para dedicarse a una totalmente nueva: una candidatura independiente a la Convención.

Foto: Gentileza Damaris Abarca

¿Qué lugar ocupa el ajedrez en tu vida?

-Hace años decidí que iba a ser mi profesión no sólo a nivel competitivo, sino que también intentaría acercarlo a las personas de todas las edades. Este deporte cumple un rol social importante, porque funciona como una herramienta pedagógica muy potente que podría incorporarse en las escuelas. Creo que puede ser una herramienta para crear una sociedad más justa, porque yo vengo de puras escuelas públicas y gracias a este deporte pude acceder a estudiar en la universidad.

¿Qué cosas te ha entregado?

-Es una gran herramienta que me ayudó enormemente a nivel cognitivo, a tener mayor capacidad de concentración y a ser una persona más creativa. Me ayudó a formar mi personalidad y a ser una persona más crítica, cuestionar las cosas. Se trata de un constante aprendizaje de uno mismo también, porque vas aprendiendo de los propios errores y eso me hizo enamorarme del ajedrez. El tablero es parte de mi día a día y siempre pienso cosas relacionadas a él, ya sean actividades, clases o charlas motivacionales.

“Hace años decidí que (el ajedrez) iba a ser mi profesión no sólo a nivel competitivo, sino que también intentaría acercarlo a las personas de todas las edades. Este deporte cumple un rol social importante, porque funciona como una herramienta pedagógica muy potente”.

Has competido en muchos lugares durante más de una década, ¿cuál crees que es tu experiencia más memorable como ajedrecista?

-A nivel personal han habido hartos episodios que me han marcado. Por ejemplo, el 2010 fue la primera vez que clasifiqué a un mundial, que fue en Rusia, la madre del ajedrez. Eso me marcó porque yo tenía recién 20 años, era súper chica, y me permitió darme cuenta lo mucho que se puede valorar el ajedrez. Recuerdo que habían salones súper lujosos donde se jugaba, tableros y piezas para jugar en las calles y pantallas gigantes transmitiendo los partidos de ajedrez, parecido a lo que vive la protagonista de Gambito de Dama, tal cual. 

¿Qué pensaste en ese momento?

-Pude entender que había un mundo tan enorme del ajedrez y eso me dio fuerzas para querer dedicarme por completo a ello. Era una olimpiada donde van los mejores jugadores del mundo y eso me inspiró a querer crecer durante los años siguientes. Mi mejor año fue el 2016, ahí recorrí bastante jugando en Europa y ganaba abiertos. Jugué uno en España, uno donde yo era la única mujer y gané todas las partidas. Esa vez no me aplaudieron. Igual tú notas que a veces te miran distinto por ser mujer.

Abarca jugando partidas simultáneas en Chile. Foto: Gentileza Damaris Abarca

¿Te parece que hay desigualdades en el ajedrez?

-Ha habido una brecha de género histórica porque el ajedrez es un deporte que tiene mucha historia, pero la primera mujer que se acercó a jugar un torneo que fue Vera Menchik fue en 1929 y eso fue después de que los hombres ya llevan cientos de años jugando. Un tiempo después se convertiría en la primera campeona del ajedrez. La historia de las mujeres ajedrecistas está muy marcada por episodios de menosprecio y prejuicio en estos espacios intelectuales, porque lamentablemente el ajedrez es una actividad que la gente sigue relacionando más con los hombres. Pero gracias al movimiento feminista, las ajedrecistas nos hemos podido ir agrupando y empoderando.

¿En qué se observa ese menosprecio?

-Con otras ajedrecistas hemos cuestionado algunas cosas que tienen relación con el ambiente donde se juega el ajedrez, como por ejemplo, que cuando empezamos a jugar y veían que jugábamos bien, nos decían que jugábamos como hombres, porque lo masculino es lo validado en esta sociedad. Frases de ese tipo son representaciones del machismo, así como decirle a alguien que juega mal que juega como niñita. También hay mujeres muy buenas cuyos aportes han sido invisibilizados en los libros de ajedrez, pues suelen mostrar partidas de hombres principalmente.

“La historia de las mujeres ajedrecistas está muy marcada por episodios de menosprecio y prejuicio en estos espacios intelectuales, porque lamentablemente el ajedrez es una actividad que la gente sigue relacionando más con los hombres”.

Camino político 

Abarca no sólo ha sido una activista por el ajedrez, sino que también por otras causas sociales. En 2006, cuando tenía 16 años, fue dirigenta de la Revolución Pingüina como presidenta del centro de alumnos del Liceo Luis Urbina Flores de Rengo. También ha participado en actividades del Club Social y Deportivo Colo Colo y conformó cabildos durante el estallido social. 

Ahora, decidió ser parte del proceso constituyente como candidata a la Convención por el distrito 15 (Codegua, Coinco, Coltauco, Doñihue, Graneros, Machalí, Malloa, Mostazal, Olivar, Quinta de Tilcoco, Rancagua, Rengo, Requínoa) como independiente en un cupo de Convergencia Social, bajo el pacto Apruebo Dignidad. Algunos de los temas que contempla en su agenda son el desarrollo sostenible y sustentable, la descentralización y la protección de los derechos fundamentales. 

Foto: Gentileza Damaris Abarca

¿Por qué quieres ser candidata?

-Cuando estaba trabajando por el Apruebo, empecé a escuchar llamados para que yo levantara una candidatura para la Constituyente y como sentí que la gente confiaba en mí, quise ponerme a su disposición. Yo soy una mujer de izquierda, hija de la educación y salud pública y creo que necesitamos un país más justo, donde debe ponerse la dignidad de la persona en el centro de nuestra sociedad. 

¿Qué esperas a nivel colectivo de la oposición? 

-Me encantaría que fuésemos solo un juego de piezas contra el Rechazo. Lamentablemente, hay gente que antes había llamado a votar por esa opción y que ahora quiere participar de la Convención para frenar todo y no podemos dejar que eso suceda. Es importante que los que queremos cambiar Chile nos pongamos de acuerdo y así encontrar puntos de unión. Hoy el objetivo es proteger a la persona y su dignidad y no nos podemos olvidar de eso. 

Hablas de juego de piezas, ¿crees que la política debería observarse con ojos de ajedrecista?

-Por supuesto. El ajedrez te muestra que nada es blanco y negro, mientras que en la política muchas veces se notan una división entre el sí y el no, por eso se genera tanta distancia no sólo entre izquierda y derecha, sino que dentro de los mismos sectores. El ajedrez te enseña que hay muchas más posibilidades, lo que pasa es que tienes que estar dispuesto a sentarte y analizar cuál es la mejor. El ajedrecista vive con esa visión y también considera lo profiláctico, es decir, nos anticipamos a la jugada del otro. 

“Es importante que los que queremos cambiar Chile nos pongamos de acuerdo y así encontrar puntos de unión. Hoy el objetivo es proteger a la persona y su dignidad y no nos podemos olvidar de eso”. 

¿Crees que hace falta esa mirada preventiva?

-Sí. Creo que en Chile tenemos un Estado que es reaccionario a las problemáticas en lugar de tener un pensamiento profiláctico a nivel país. Pensar en el mañana podría generar políticas de prevención en las distintas áreas. Hoy nos hemos dado cuenta que nuestros peores enemigos son cuestiones microscópicas y se gastó en armas y FF.AA. que ahora están ahí, guardadas, mientras no teníamos mascarillas ni alcohol gel. Prevenir implica gastar recursos en cuestiones importantes. Los ajedrecistas nos adelantamos al plan del rival y se debe fomentar ese pensamiento preventivo en las personas que dirigen el país. Además, en el ajedrez uno aprende mucho de sus errores, pero creo que en la política hace falta ese mea culpa. 

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