Habla expiloto de rally que organizó dos carretes clandestinos en Cachagua: “No era una fiesta, era una junta con amigos”

El expiloto de rally, Samuel Israel, entregó su versión de los dos carretes clandestinos que organizó los días 31 de diciembre y 2 de enero en una casa en Cachagua.

En diálogo con Revista Sábado, el exdeportista relata que arrendaron una casa con piscina junto a ocho amigos y asegura que en ambas celebraciones “no había más de 30 personas. Respetamos el aforo en Fase 3″ (el aforo en Fase 3 es de 15 personas en reuniones sociales, según el Plan Paso a Paso del Minsal).

Además, asegura que los videos viralizados en redes sociales no corresponden al carrete en su casa. De hecho, desconoce a quienes aparecen en las imágenes y asegura que él compartía con personas de 30 años, no de 20.

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“(Éramos) Amigos de toda la vida. Somos un grupo muy deportista, muchos son conocidos por ser deportistas de élite, tanto en el presente como en el pasado, y nunca hemos tenido ningún problema (…) No era una fiesta, era una junta con amigos. O sea, nunca se vendieron entradas, nunca se publicó nada, nunca se vendió alcohol, respetamos todas las normas sanitarias, respetamos también el toque de queda. Fue una junta con mi gente conocida. Algo muy normal”, detalla.

Israel también asegura que al lugar nunca llegó Carabineros. Sin embargo, los uniformados les cursaron un parte a las 1:30 de la madrugada del día 2 de enero. Sin embargo, él relata que esa noche “volvimos a hacer lo mismo respetando absolutamente las normas. Había una persona de la casa que estaba de cumpleaños y quisimos disfrutar el cumpleaños con él. Nuevamente se ve que hay mucho movimiento en el condominio. Ese día llega carabineros, pero nosotros no nos percatamos“.

Un comunicado de los vecinos que denunciaron el hecho acusa que, tras la llegada de carabineros, los arrendatarios siguieron con la fiesta “sin importarle nada”. “Una vergüenza tenerlo como vecino, por lo menos en estos barrios de gente tranquila, y una vergüenza para el deporte nacional”, añaden.

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Finalmente, Israel asegura que él entregó la casa en perfecto estado y que envió fotos al dueño, Gabriel Biggs. Sin embargo, él lo acusó en redes sociales de “poco hombre” porque se fue sin devolver las llaves y que dejó la vivienda “llena de vómitos. Vasos rotos. Así es. Tipo asqueroso. Una vergüenza. Nos destrozó nuestra casa de veraneo”.

Anita Fuentes, mujer encargada del aseo del lugar, detalla al mismo medio que ese día encontró “vasos en el patio. Botellas. Una caja de guindas desparramada. Vidrios en la piscina. Vómito en el baño de abajo. Pies marcados en la muralla. Frazadas sucias. La alfombra del segundo piso manchada. Agua filtrándose en el lavamanos”.