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26 de Febrero de 2021

La adaptación fílmica de la obra “Espíritu” y otros cinco imperdibles de la extensión de Santiago a Mil

"Espíritu". Gentileza Fundación Teatro a Mil. Foto: Felipe Fredes

El emblemático festival teatral continúa su versión 2021 con un formato inédito que mezcla espectáculos presenciales y digitales que no pudieron ser estrenados a raíz del cambio de fases en distintas comunas de Santiago por la pandemia. Más de mil 500 funciones se presentaron durante enero, a las que esperan sumar otra treintena en esta “segunda patita” que se inicia la próxima semana. Aquí algunos recomendados.

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La versión 2021 del Festival Internacional Santiago a Mil se ha transformado en un gesto de resistencia que promueve la importancia del encuentro a través de las artes y contribuye a reactivar el sector cultural, que en el año de la pandemia se vio enfrentado a una profunda crisis debido al cierre de salas y corte de las funciones a lo largo del país. 

Fue por eso que se realizó una planificación flexible y dinámica para adaptarse de manera oportuna al contexto sanitario. Respetando la estrategia gradual del plan Paso a Paso del Ministerio de Salud, Fundación Teatro a Mil desplegó una programación híbrida para nuevos escenarios: salas de teatro, espacios públicos, bibliotecas, museos y  copas de agua, hasta transmisiones por TV, radio, teléfono, en la plataforma en línea Teatroamil.tv, Zoom y por las redes sociales de la organización. Así se presentarán en marzo funciones y obras que no pudieron estar en enero, para cumplir los compromisos adquiridos con artistas y municipalidades que colaboraron en la XXVIII edición del evento teatral.

“Ensamble: cocina en movimiento”. Gentileza Fundación Teatro a Mil.

ADAPTACIÓN INÉDITA

La obra “Espíritu”, escrita por la actriz y dramaturga Trinidad González e interpretada por su compañía Teatro Anónimo, es una de las que tuvo que ser pospuestas por la pandemia y que será presentada durante este nuevo período. Con una novedad: el 27 de febrero se transmitirá por Teatroamil.tv un nuevo formato, que fue adaptado a una versión fílmica.

El proceso de gestación de “Espíritu” comenzó hace dos años, cuando González comenzó a escribirla, previo al estallido social. El sitio de Santiago a Mil la reseña así: “Un recorrido nocturno por una ciudad cualquiera muestra a individuos anónimos marcados por una crisis espiritual, producto del consumismo desenfrenado y la explotación del modelo neoliberal. La falta de respuestas que trascienden el dinero y la oferta de bienes materiales llevará a estos personajes a desear encontrar el mal oculto que habita en la ciudad, y apresarlo en una botella”. 

La adaptación del formato fue todo un desafío, dice, pero logró filmar con un equipo de primer nivel. “Hicimos una versión para cine, que no es lo mismo que grabar una obra de teatro para ser vista por televisión”, cuenta la dramaturga sobre el rodaje que se hizo en noviembre pasado en el Espacio Checoslovaquia. 

¿Cuáles fueron los desafíos de adaptar la obra al formato de cine?

– Ha sido más entretenido que difícil, porque a los tres de la compañía (Matteo Citarella, Tomás González y yo) nos gusta mucho y vemos harto cine, entonces fue bastante natural. La adaptación básicamente fue ir a lo esencial, con menos texto que en el teatro, acortar las escenas y que las actuaciones fueran aún más íntimas. 

Las interpretaciones que hicimos en el teatro fueron súper realistas, sin grandes declamaciones o sonsonetes, una actuación muy de cámara, por lo que no fue tan difícil hacer este formato.

Lo grabaron en pandemia…

– Sí, justo en un momento que pasamos a fase 2 en noviembre, por lo que pudimos trabajar. Todos con mascarillas, ventilando hora y media, y nadie se enfermó, porque hicimos todo lo más apegado a las reglas que pudimos. Antes de noviembre hubiera sido imposible, pero salió este espacio así que fue 1, 2, 3, ¡hagámoslo!

Hablamos de una obra que escribiste antes del estallido. Su estreno llega después de un año social crítico a raíz de la pandemia. ¿Se agregaron factores que hacen alusión a esta?

– Cuando fue el estallido nosotros nos sorprendimos mucho de las cosas similares que habían, porque claro las temáticas estaban dando vuelta. Por ejemplo en la obra yo escribí: “Un día las personas que están muy cansadas van a salir a las calles y van a reventar…”. Eso aún no pasaba y yo ya lo había escrito antes. Hay cosas que se sienten en una época y el trabajo del arte es un poco adelantarse a eso, sin saberlo. Uno tiene que estar sensible a las cosas que van pasando, las que van a pasar o las que podrían pasar. Es una advertencia en cierta forma. 

Según cuenta la dramaturga, las temáticas sociales se fueron ahondando, y Trinidad con su equipo vieron la posibilidad de agregar referencias a la pandemia “no en relación directa, pero sí en cosas como la sensación de ahogo, de encierro, de que hay algo como envenenado en la vida de todos y en la desconfianza a las otras personas”. 

Trinidad González. Gentileza Fundación Teatro a Mil.

– Yo había escrito desde el primer día: “Los personajes no se van a tocar. Mantienen siempre distancia entre ellos y nunca se acercan”. Después, eso fue una realidad, pero yo lo había escrito antes. Imaginé un mundo donde la gente ya no puede tocarse, no porque haya un bicho o un veneno, sino porque hay una desconfianza tan fuerte del otro que hay que mantener distancia. Siempre hay temor de la otra persona, como el sistema nos mete en la cabeza: miedo, miedo, miedo. Un miedo que después se transforma en violencia pura, en ataque. Era un concepto mucho más con el sistema, que después obviamente se unió con la pandemia.

La obra es un recorrido nocturno por una ciudad, algo que no podemos hacer actualmente por el toque de queda. ¿Qué lectura haces de esto? ¿Por qué ocupar ese símbolo?

– Nos imaginamos una ciudad abandonada, o con todas sus personas encerradas en sus casas porque viven con miedo. La gente se encierra porque caminar, toparse con otros, es peligroso. En el fondo se presentan individuos súper funcionales, pero que llegada la noche se encierran llenos de alarmas para no tener contacto con el resto. Y quedan estas personas dando vuelta en la calle (…) es como un collage, porque son distintas historias que suceden como a las 4 AM, en cualquier ciudad del mundo, ya todas se parecen bastante. También, que las personas tengan los diálogos en la atmósfera de medio de una ciudad inhóspita, que está como muerta, le agrega una cosa media existencial.

MÁS RECOMENDADOS

Además de “Espíritu”, Santiago a Mil tendrá decenas de espectáculos que podrás disfrutar en sus diferentes plataformas. Aquí te dejamos una pequeña selección de destacadas obras que no te puedes perder:  

Ella lo Ama

Escrita y dirigida por Daniel Veronese, se podrá asistir a cualquiera de sus seis funciones que se realizarán en Teatro UC (8, 9, 10, 15, 16 y 17 de abril). Con un formato explorado en pandemia, esta obra que se hace preguntas existenciales sobre el sentido del amor, contará con un destacado elenco chileno liderado por Tamara Acosta, Álvaro Espinoza y Cristián Carvajal.

Nunca nadie va a llorar por mujeres como nosotras 

La dramaturga Carla Zúñiga, bajo la dirección de Jesús Urqueta, trae la historia de dos vecinas -madre e hija, interpretadas por Carolina Arredondo y Roxana Naranjo- de Bernarda Alba, el mítico personaje de García Lorca. En enero se estrenó en formato radioteatro, pero en esta pasada será en formato obra presencial en sala con 10 funciones en Taller Siglo XX (11, 13, 18, 20, 25 y 27 de marzo y 1 y 3 de abril).

“Nunca nadie va a llorar por mujeres como nosotras”. Gentileza Fundación Teatro a Mil.

Ensamble: cocina en movimiento

En un Chile conmocionado por los acontecimientos del último año, José Vidal y Cía proponen una alternativa para recuperar el encuentro; cocinar bailando y conversar cocinando. Las funciones serán a partir del 13 de marzo en La Reina, Cerrillos y San Joaquín, con sus lugares por definir. El coreógrafo instala el movimiento en torno a lo que nos alimenta y nos nutre hoy, despertando los sentidos de los participantes, invitándolos a ser conscientes, desde el cuerpo y el movimiento, de que son ellos mismos los principales motores de cambio y las transformaciones.

Fuego rojo 

Con una función única el 20 de marzo en el Estadio Municipal de Renca, el director Martín Erazo (fundador del colectivo La Pacotilla) ocupa el teatro físico y el circo contemporáneo con un complejo lenguaje escénico para transformar un funeral en una fiesta pagana. Un ataúd se convierte en un portal por el que soplan las voces de Atahualpa y Jemanya, los ritos del yawar y las animitas se dibujan en una ópera rústica que se presenta como espejismo ante el público.

“Fuego Rojo”. Gentileza Fundación Teatro a Mil.

El convento 

Un grupo de religiosas se encierra para velar por el mundo, pero el aislamiento las hace perder su individualidad. Hasta que una visita inesperada rompe la claustrofobia en la que viven. La obra de la Compañía La Trama, escrita y dirigida por Stephie Bastías, tendrá 8 funciones en el Teatro Camilo Henríquez a partir del jueves 25 de marzo. 

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