Bárbara Riveros, deportista: “Los auspiciadores piden tu imagen por el mínimo, por peanuts”

“Podría treinta minutos, luego tengo que ir a entrenar”, advierte Bárbara Riveros (33) cuando accede a esta entrevista. A su nivel, la constancia es fundamental: 12 podios y 30 top ten en la primera línea del triatlón, un campeonato mundial en 2011 en categoría sprint, triunfos en juegos panamericanos, 4 medallas Odesur y la participación en tres Juegos Olímpicos no se consiguen sin esfuerzo y sacrificio. Hoy, en un nuevo Día Internacional de Mujer, la triatleta dice que continuará con su rutina. “Entrenaré como un día normal”.

Antes del entrenamiento, eso sí, da su particular visión de la equidad de género y analiza los obstáculos impuestos a mujeres en el desarrollo de carreras como la suya.

-¿Cuál es el papel de la mujer hoy?

– Yo no soy feminista, ni de esa onda. En el mundo cada uno tiene su rol, la mujer como mujer y el hombre como hombre. Obviamente soy anti conservadora y anti-machismo, pero también creo que la mujer tiene el rol de ser mamá, porque tiene afinidad con la familia. El año pasado me preguntaron si creía que el 2050 las mujeres tendrían el mismo mando que los hombres y si cambiarían los roles, y no estuve de acuerdo. El hombre nunca tendrá el instinto materno, aunque eso no quiere decir que la mujer se quede en la casa haciendo trabajo doméstico. Es importante que la mujer se desarrolle y alce la voz, pero también eso es distinto a cambiar roles naturales que, a mi juicio, se complementan.

-¿Qué sientes con las movilizaciones feministas en los últimos años?

– Han hecho que tengamos cada vez más voz. Pero yo no iría a una marcha, estoy muy enfocada en mi deporte y creo que hay otras formas. Aunque es súper difícil, en este mundo siempre nos van a mirar hacia abajo. Te hablo con mi caso. Salir de Chile y sobrevivir en el extranjero, en otras culturas, provocó que el país ahora sí me respete. No porque haya tocado la puerta, sino porque mis actos hablan solos. En Chile tienes que triunfar afuera para que te reconozcan, en todo ámbito. Gabriela Mistral fue lo mismo.

-¿Se valora poco a las mujeres destacadas en Chile?

-Sin duda. Yo creo que es parte de la cultura chilena, pero lo importante es siempre estar dispuesto a aprender. Cuando personas me preguntan cómo sigo motivada después de tanto tiempo en el deporte, es eso: aunque uno logre grandes cosas, siempre hay que mantenerse con los pies en la tierra, dispuesto a seguir conquistando áreas de la vida y llevando tus sueños a actos concretos. Eso trasciende de ser hombre o mujer.

Y continúa su reflexión: “Me motiva saber de gente que se inspira en mí, tanto hombres como mujeres. Me llena de energía y amor, y trato de no pensar en mi género. En países tradicionales, donde el rol de la mujer cuesta, cuando ella salen se destacan y admiran por lo mismo, porque cuesta más salir en este contexto.

-¿Qué barreras superaste en tu carrera, que quizás como hombre no te habrían puesto?

-Si me hubiera quedado en Chile, nunca me respetarían como ahora. El financiamiento costó demasiado que saliera, y agradezco que siempre tuve el apoyo de mi padre que creyó en mí. Al final, eso que a las mujeres nos cueste más las cosas, nos determina muchísimo y, en mi caso, lo transformo en algo positivo que me da fuerza y energía para seguir.

-¿La sociedad valora los logros de deportistas hombres y mujeres por igual?

– Cada deporte se desarrolla distinto. En el triatlón el nivel está muy alto en ambos géneros. De hecho, ahora tenemos el mismo prize money (premios en dinero). Tal vez en diarios sale más información de hombres, pero se irá pareciendo, por lo mismo: hace 20 años las mujeres se dedicaron 100% y el nivel está mucho mejor. Nosotros (deportistas) somos un producto, y por ejemplo el fútbol de los hombres es más atractivo por lo profesional y su trayectoria. Eso habla de mayor interés y venta del producto (…) obviamente los hombres van por delante, porque es más dinámico, son más fuertes y rápidos, y sus deportes son más atractivos. Mientras pasen los años, las mujeres entregarán un producto cada vez mejor a la audiencia.

“Si me hubiera quedado en Chile, nunca me respetarían como ahora. El financiamiento costó demasiado que saliera, y agradezco que siempre tuve el apoyo de mi padre que creyó en mí. Al final, eso que a las mujeres nos cueste más las cosas, nos determina muchísimo”

Mencionas que las condiciones son similares… ¿Y la brecha salarial? ¿Hay diferencias en los aportantes?

– Sí, totalmente. Los auspiciadores entregan mucho más a hombres que a mujeres. En Chile, una marca de bicicletas me ofrecía un producto no más, y mis hermanos, que viven ahí, me decían “Bárbara, a este tipo con menos resultados que tú le están ofreciendo más”. Piden tu imagen por el mínimo, por peanuts (maní) como se dice acá. Uno tiene que valorarse para que los otros te valoren. Ahora también se fijan en las redes y ofrecen cosas según el número de seguidores. Y hay otra cosa, como la imagen que proyectas en el país: si te conocen, transmites mucha más experiencia a gente inspirada. Yo prefiero rechazar ofertas si no me valoran como persona.

-¿Tu carrera sirve como inspiración para futuras generaciones de deportistas?

– Sin duda. A través de la carrera deportiva tienes aspiraciones y sueños: por decirte, primero llegar a unos JJ.OO. y después ganar medallas en mundiales. Eso cambia cuando te comienzas a ver en los primeros lugares y te alimenta el ego. Con los años, transmitir esperanza ha sido lindo, pero yo ya no corro sólo por mí. Por ejemplo, en el triatlón de Pucón, 0 en los Odesur en Chile, me daba cuenta de lo que transmito, no sólo en lo deportivo. “Bárbara tan pequeñita, compitiendo con mujeres más robustas”, “nos inspira tu fuerza interior”, decían. Eso es lindo porque así siento el amor de la gente. O cuando me preguntan si vengo a Pucón por el título… Lo importante es entregar mi 100% y conectar con mi pueblo. Si alcanzo el triunfo, bien. Si no, bien también.

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