Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Uncategorized

8 de Marzo de 2021

Lorena Amaro, crítica literaria: “Contamos con enormes escritoras que deben sufrir cotidianamente la ignorancia y el ninguneo de sus pares”

Ilustración de Patricio Vera

Desde su rol, ha trabajado en la visibilización y rescate de textos de autoras de otras épocas y ha propiciado el debate sobre las autorías y construcciones individuales. En esta conversación, la directora del Instituto de Estética de la UC habla sobre las conquistas y los pendientes en la literatura escrita por mujeres.

Por

Por estos días, la crítica literaria y directora del Instituto de Estética de la UC, Lorena Amaro, trabaja coordinando Biblioteca Recobrada (ediciones UAH), una colección de textos de autoras del siglo XIX y XX invisibilizadas durante la época como Marina Latorre, María Flora Yáñez, Inés Echeverría y Rosario Orrego. Un trabajo de investigación arduo junto a otras académicas y escritoras de renombre como Daniela Catrileo, Alia Trabucco y Alida Mayne-Nicholls. Esta exploración corresponde al interés de la autora por el rescate de la literatura escrita por mujeres y cómo, de alguna manera, estos nombres -y otros- trazaron precedentes para las generaciones siguientes.

” El listado que hemos preparado es extenso, pero te encuentras con autoras que hace más de un siglo escribían sobre el extractivismo y el expolio colonial, poniendo en valor el mundo de los pueblos originarios (los changos y quechuas de Rosario Orrego), o, más cerca de nosotrxs, denunciaban el feminicidio y la violencia machista (Inés Echeverría), la difícil inserción de las mujeres y el elitismo mercantil del mundo artístico (Marina Latorre), o el lugar precursor de las escritoras en la construcción de nuevas subjetividades a través del relato íntimo de la infancia (María Flora Yáñez)”, comenta Amaro sobre la colección “Biblioteca recobrada”.
Crédito: Gentileza de la autora.

Durante agosto, la académica inició un interesante debate en la escena literaria local. Se trató de un texto donde argumentó que algunas autoras estaban demasiado concentradas en la construcción y visibilización de imágenes autoriales individuales y bajo lógicas de mercado, sin que en algunos casos eso se acompañara de una visibilización de la escritura y también de un trabajo o trayectoria seria en este ámbito. Dicho planteamiento generó respuestas de escritoras como Lina Meruane y Nona Fernández, y contribuyó a plantear nuevas preguntas en el quehacer literario feminista local.

¿Qué diagnóstico tienes de la literatura escrita por mujeres?

Me parece que vivimos un excelente momento de la literatura hecha por mujeres, hay una poderosa escena latinoamericana de escritoras y mucho más que eso, de escrituras disidentes, en que se han hecho presentes otras experiencias y subjetividades trans, queer, etc. La etiqueta “mujer” es insuficiente para expresar esa diversidad, además de biologizar el debate, pero es estratégico seguir utilizándola para rescatar y visibilizar trayectorias que siguen estando ocultas.

¿Cuál ha sido el aporte de esta escena latinoamericana? ¿A través de qué temáticas o experiencias puede comprenderse?

El aporte no está solo en los temas, también en los nuevos lenguajes: se expresa con mucha potencia la cuestión de la experiencia corpórea, a través de contenidos vinculados con la enfermedad, la maternidad, el erotismo, el dolor, los “desórdenes” o “anomalías” corporales; varias escritoras exploran formas distintas de percibir la realidad a través de lo sensorial, lo fantástico, la ruptura de la norma social, cultural, política y también lingüística. Esto implica, en algunos casos, quebrar el lenguaje, hacerlo reflexionar sobre sí mismo, erotizarlo, desmontarlo. Experiencias como la violencia estatal, las guerrillas, las diásporas, el exilio, son contadas con perspectivas inesperadas (…).

Lorena Amaro – Crédito: Cesar Dellepiane, prensa UC.

En ese debate surgido en agosto planteaste también la necesidad de promover la lectura de autoras históricamente invisibilizadas. ¿Por qué es importante hacer ese rescate?

-Cuando escribí ese texto ya estaba trabajando en la invitación que me hizo la Universidad Alberto Hurtado, de coordinar una colección de narradoras chilenas (…) La idea es que puedan circular editorialmente, entre la mayor cantidad de personas posible, textos que en su momento tuvieron poca recepción o que no fueron debidamente reconocidos y nos parecen valiosos sobre todo porque tienen mucho que decirnos en el presente. Y hay dos razones más para este rescate: la literatura de mujeres está siendo visibilizada pero siempre bajo un régimen de “excepcionalidad”: se hacen notorios algunos libros y autoras, pero se echa sombra sobre muchos otros, y eso es muy injusto y empobrecedor. Además, si bien es cierto que en las tres últimas décadas hay en Chile una importante labor de rescate académico, muchas veces los libros de estas autoras son difíciles de encontrar, están al alcance sólo de especialistas.

“Hay que transformar un denso tramado simbólico y material, esto va mucho más allá de la equidad de género en los números. Por lo mismo, creo que hay que afinar la discusión del feminismo: hay un feminismo ‘liberal’ y binarista que veo como un arma más del neoliberalismo”

¿Qué territorios dentro de la literatura han sido ganados/recuperados durante los últimos años?

-Quisiera destacar como territorio ganado la gran cantidad de dramaturgia que se está haciendo en Chile, individual y colectivamente, impulsada por creadorxs de gran talento, así como también la aparición de excelentes proyectos editoriales liderados por mujeres (Libros del Cardo, Cuadro de Tiza, Banda propia, entre otros), eso es toda una conquista. 

¿Cuáles crees que son los desafíos pendientes?

-Hay mucho por hacer de cara a las nuevas plataformas virtuales, que estamos recién comenzando a pensar (…) Obviamente que hay interacciones entre las llamadas “industrias culturales”, el mundo de Internet y el mercado literario que al menos desde mi perspectiva debiéramos tratar con cierta alerta política para que no acaben fagocitando los aspectos críticos y utópicos de la literatura y la cultura en general. Me preocupa también y lo expresé hace unos meses en Palabra Pública la desaparición de los medios de prensa cultural, el desmantelamiento del diálogo y la precariedad del discurso crítico. La crítica es un coto masculino en Chile, en el que pocas mujeres hemos podido incursionar; si bien percibo un creciente antiacademicismo, sueño con que más mujeres intervinieran y debatieran, generando espacios críticos. Algunas ya lo están haciendo, veo que han ido apareciendo revistas e iniciativas que se hacen cargo de este problema. 

Para terminar, Amaro dice: “Pienso que la misoginia y la violencia siguen estando muy presentes en el campo cultural. Contamos con enormes escritoras que deben sufrir cotidianamente la ignorancia y el ninguneo de sus pares. Hay que transformar un denso tramado simbólico y material, esto va mucho más allá de la equidad de género en los números. Por lo mismo, creo que hay que afinar la discusión del feminismo: hay un feminismo “liberal” y binarista que veo como un arma más del neoliberalismo. Me inclino por los feminismos marrones, aquello que describen la complejidad del patriarcado más allá de la opresión sexual/de género y ponen en la tribuna la racialización y la discriminación de clase. En el Chile post-estallido esto es fundamental, el campo literario (muy elitista aún) no ha abordado, creo, en profundidad, la transformación que requiere el país”. 

*Lee más entrevistas de nuestro Especial 8M.

Temas relevantes

#8m#literatura#Lorena Amaro

Notas relacionadas

Deja tu comentario