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12 de Marzo de 2021

La trágica última obra de Tomás Vidiella

Tomás Vidiella. Foto: Municipalidad de Providencia

Tomás Vidiella había alcanzado a actuar en tres funciones del clásico francés "Orquesta de Señoritas", cuando junto a otros cinco actores del elenco dieron positivo por coronavirus. A la semana tuvo que ser internado y tres días después falleció. En The Clinic, recogimos testimonios sobre los últimos tres meses de vida del actor que, con 83 años, había decidido formar parte de la primera obra de teatro presencial en el país, a un año de que se decidiera cerrar las cortinas y bajar el telón por la pandemia.

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Jorge González Granic, director de la Fundación Cultural de Providencia, asegura que la idea fue suya. Adaptar “Orquesta de señoritas”, un clásico del maestro francés Jean Anouilh, era algo que lo acompañaba desde la infancia, cuando presenció el montaje que realizó la compañía de teatro de la Universidad de Antofagasta a principios de los ’90.

La obra de Anouilh está situada posterior a la II Guerra Mundial y relata la historia de un conjunto musical compuesto únicamente por mujeres que alguna vez soñaron con ser algo, pero que ahora se dedican a amenizar con música a un grupo de pacientes con estreñimiento que buscan sanarse en unos baños termales.

“Después de una guerra, de una hecatombe grande y en medio de una pandemia de estreñimiento… como que nos sonó tan propio de hoy día, calzaba con la realidad que estábamos viviendo y, por supuesto, calzó mucho con una frase de Anouilh, que dijo que hay veces en que lo trágico produce risas”, afirma González Granic.

La idea de que los personajes femeninos sean interpretados por hombres tenía antecedentes de éxito de Argentina y España, según cuenta el director de la fundación. “Esto es teatro y el desafío artístico para el actor es muy grande”, añade.

Evelyn Matthei, Álvaro Viguera, Tomás Vidiella y Jorge González Granic en el Teatro Oriente. Foto: Municipalidad de Providencia

Cuando en noviembre Providencia avanzó a Apertura Inicial -fase 4 del Plan Paso a Paso- González Granic se entusiasmó con la idea de reabrir los teatros. Relata que por esos días “empezó el clamor del mundo artístico y cultural de que estaban sin trabajo, que se estaban abriendo los gimnasios, los restaurantes, los aviones y los malls, pero los teatros no. Por otro lado, también veíamos al público que, tras pasar el encierro y el invierno, ya no tenía tanto interés por las cosas en streaming“.

En ese minuto, cuenta que convocó al escenógrafo Pablo Núñez y al director Álvaro Viguera para darle forma a una adaptación de “Orquesta de Señoritas”. El elenco se compuso de siete actores, cuatro de ellos estaban sobre los 60 años. Junto a Vidiella -que encarnaba al personaje de Hermelinda- también estaban Luis Gnecco, Cristián Campos, Willy Semler, Mauricio Pesutic, Francisco Medina y Gonzalo Muñoz-Lerner, quien interpretaba el único rol masculino de la obra, el pianista León.

A Pesutic, por su parte, le tocó el rol de Leona. El actor explica que, en esta obra cargada de “humor, patetismo y dolor”, formó dupla precisamente con Vidiella. “En el sentido de las relaciones, Anouilh estableció estructuralmente parejas en el texto. Casualmente, a mí me tocó con Tomás. Yo tocaba la flauta, y él la viola. Estábamos sentados a un costado de la orquesta y me contaba sus penas, los dramas que tenía con su hombre. Yo lo escuchaba y, de tanto en tanto, le daba un consejo”.

EL PROTOCOLO

Los ensayos de “Orquesta de Señoritas” comenzaron en diciembre en las propias instalaciones del Teatro Oriente, un tradicional recinto con casi 90 años de antigüedad y que, desde el 2014, es administrado por la Municipalidad de Providencia. El elenco estuvo trabajando por casi tres meses en ese lugar, “con todas las medidas y precauciones con el coronavirus”, recalca Pesutic.

“Estábamos todos muy contentos porque queríamos demostrar que se podía hacer teatro con los resguardos pertinentes. El ambiente de seguridad estuvo desde un comienzo. Los protocolos fueron estrictísimos por parte de la producción, siempre se tomaron los resguardos incluso más allá de lo indicado. Nunca pensamos que podía haber un riesgo real, no se nos pasó por la cabeza, y no por ser inconscientes. Todos queríamos que se reabrieran las salas. Así como se abrieron tantos espacios públicos, pensábamos que el teatro también tenía derecho a llevar presencialmente su arte a la gente”, agrega el actor.

Con la preparación de esta obra, la Fundación Cultural aprovechó de implementar su protocolo para el funcionamiento del Teatro Oriente. En este documento de 35 carillas –disponible en su página web– se establecen cuatro accesos (uno de ellos exclusivo para trabajadores) y normativas de sanitización del recinto para antes, durante y después de su ocupación.

Teatro Oriente tras su remodelación. Marzo, 2016. Foto: Agencia UNO

Tras su remodelación el año 2016, el Teatro Oriente quedó con una capacidad total de 913 asistentes. El protocolo explícitamente señala que los aforos serán determinados por el Plan Paso a Paso, sin embargo, de antemano establecen que sólo estarán disponibles la platea baja y alta a un 50% de su capacidad, es decir, 250 butacas máximo entre ambas. Pese a ello, para esta obra no se esperaba congregar más de un tercio, es decir, alrededor de 75 asistentes.

González Granic detalla que desde el primer día “repartimos a cada uno de los actores unas mascarillas coreanas con hilos de cobre, que matan cualquier tipo de virus y bacterias”. Además, utilizaron un sistema de luces UV para la sanitización del escenario y la sala, hubo trabajo de limpieza con amonio cuaternario y se dispuso de alcohol gel en distintos puntos del recinto.  

También asegura que los trabajos de peluquería y maquillaje se hicieron en una zona con ventilación, hubo sanitización permanente de micrófonos, se hacían exámenes de PCR con cierta regularidad y, en el caso de Tomás Vidiella, contaba con un camarín propio. Sin embargo, aclara que “los controles los podíamos tener de la puerta del teatro hacia adentro, pero todos tienen su vida privada”.       

LAS DUDAS DEL CONCEJO MUNICIPAL

La primera semana de enero, el tema de los teatros llegó al concejo municipal de Providencia luego de una carta a El Mercurio redactada por el director de la Fundación Cultural, quien hacía un llamado a reconsiderar la apertura de las salas.

La misiva fue respondida en el mismo medio por un grupo de actores y gestores culturales pertenecientes a siete teatros de la comuna: La Memoria, Mori, San Ginés, Las Tablas, Bellavista, del Cariño y La Máquina del Arte, quienes manifestaron que una eventual reapertura era inviable. 

Entre los firmantes figuraban personalidades como Alfredo Castro, Juan Pablo Sáez, Roberto Nicolini, Benjamín Vicuña, Marco Antonio de la Parra, entre otros, quienes argumentaban que, debido a los aforos dispuestos por la autoridad sanitaria para las comunas en Fase 4, “no es posible financiar, siquiera, los gastos esenciales mínimos. Y menos las sanitizaciones exigidas para recintos públicos”.

Este intercambio de declaraciones públicas tiene sus primeros antecedentes en una reunión que sostuvieron distintos personeros de las salas de teatro con González Granic a mediados de diciembre. Según la carta, en aquella ocasión se manifestó que la solución para el sector “es un apoyo económico efectivo, que consistiría en la compra de funciones a cada sala, para diversos públicos, y que están filmadas profesionalmente para ser transmitidas vía streaming o presencial en un Festival Teatral de Providencia, según lo permitan las circunstancias”. 

También propusieron otras medidas administrativas, como el pago de patentes o que una parte del presupuesto 2021 destinado a la Fundación Cultural de Providencia sea reasignado a las salas de teatro de la comuna.

El tema fue puesto en tabla en el concejo municipal de Providencia en la sesión del 5 de enero, la primera del 2021. En dicha instancia, el concejal Tomás Echiburú (RD) leyó una carta firmada por estos mismos actores, donde profundizaban más en las propuestas. Tras concluir su lectura, Echiburú aseguró en ese mismo concejo que “el sr. González tuvo la mejor intención de buscarles alguna ayuda, pero lamentablemente abrir hoy día esas salas no solo no les permite generar ingresos. Si ésa es la salida, es mejor que continúen cerradas”.

Si bien la alcaldesa Evelyn Matthei (UDI) mostró su disposición a llevar estas inquietudes a la próxima reunión del directorio de la Fundación Cultural -que ella misma preside- y manifestó que los teatros de Providencia “son una parte del encanto que tiene la comuna”, se mostró reticente a las propuestas presentadas por los actores y gestores culturales.

“La idea no es apoyar vía compra de funciones, sino que un fondo concursable porque algunas salas son muy grandes, otras muy pequeñas y probablemente las deudas y los problemas que tienen sean distintos, por tanto, se hará más caso a caso, pero con ‘una inyección a la vena’, tal como hicieron con los locales”, planteó.

Tras el fallecimiento de Tomás Vidiella, tanto la alcaldesa como la Fundación manifestaron su pena por la muerte del actor. Sin embargo, en diálogo con The Clinic, el concejal Pablo Jaeger (DC) decidió cuestionar la decisión de abrir los teatros.

“Fue muy poco prudente el montaje de esta obra presencial, con personas de alto riesgo y que eran muy mayores. Personalmente, insistí muchas veces en el concejo ver cómo podíamos ayudar a los teatros que están ubicados en Providencia. Solicitamos que viéramos la posibilidad de comprarles funciones para que se pudieran dar online. Pero la idea no tuvo aceptación, no fue acogido por la Municipalidad”, lamentó en diálogo con The Clinic.

También cuestiona que el montaje de esta obra “nunca se conversó en el concejo, fue una decisión de la Fundación Cultural. Lo que a mí me preocupa es que, como se han dado las situaciones, es evidente que fue una decisión bastante irresponsable y que no era seguro, porque tenemos que lamentar la muerte de un actor muy querido por los chilenos”. 

EL ESTRENO

El viernes 26 de febrero fue el día elegido para el debut. Por horas de diferencia, “Orquesta de Señoritas” se convirtió en la primera obra de teatro presencial a un año de que se bajara el telón producto de la pandemia. Para ese día, la Municipalidad organizó todo para que fuera una función exclusiva para el personal de salud que trabaja en la comuna. Y fue un éxito.

La obra se repitió para el público general el sábado 27 y domingo 28 de ese mismo mes. En el elenco reinaba la felicidad y ya proyectaban una segunda tanda de exhibición. De hecho, para las seis funciones agendadas entre el jueves 4 y el domingo 7 de marzo se habían vendido todas las entradas disponibles.

“Por más que suene a frase hecha, tuve el honor y el privilegio de compartir por primera vez un escenario con Tomás, a quien yo seguía desde los años ’70 y que admiraba muchísimo. Lo puede decir cualquiera que estuvo cerca de él. Era una bestia de la escena. Es un grande, pero un grande con mayúscula”, recuerda Mauricio Pesutic.

Sin embargo, todo se vino abajo cuando durante esa misma semana fue detectado el primer PCR positivo. Se trataba del actor Cristián Campos, quien se había tomado el test previamente por las grabaciones de la teleserie Verdades Ocultas. Posteriormente, todos los actores del elenco dieron positivo por la enfermedad, salvo uno. González Granic aclara que nadie del resto del staff dio positivo, ni siquiera los maquilladores que estaban en contacto directo con ellos.

En diálogo con La Tercera, Campos asegura que “tengo la certeza de que no tuve responsabilidad en el contagio, puesto que yo estuve trabajando en paralelo siempre en la televisión, grabando teleseries, y de los compañeros con los que trabajé durante todos esos días, ninguno nunca se contagió. Así que difícilmente podría haber sido yo el portador, probablemente nunca sabremos por dónde se coló el bicho”.

Pesutic especula que el brote posiblemente se produjo durante ese fin de semana, considerando los días de incubación de la enfermedad y lo que tardaron en aparecer los síntomas. Justamente, ese domingo 7 de marzo, Vidiella fue hospitalizado en la clínica UC Christus y se mantuvo allí durante tres días hasta que falleció.

En el propio Teatro Oriente se le rindió un homenaje a Vidiella, donde fue muy comentada la intervención de su colega Juan Pablo Sáez, quien rompió en lágrimas tras recordar al actor. “Yo siento una profunda pena porque creo que se podría haber evitado su muerte (…) creo que fue innecesaria esta producción que se sacó adelante. Se convocó a tantos actores, en un momento en que hay rebrotes fuertes y Tomás tenía 83 años”, dijo en un despacho televisivo para CHV Noticias.

Sin embargo, Pesutic no considera que la realización del montaje haya sido apresurada y reitera que durante la preparación de la obra había un ambiente de seguridad sanitaria. “Otros tendrán otra opinión, pero después de la batalla todos son generales”, subraya.

Al ser consultados por The Clinic, desde la Seremi de Salud de la Región Metropolitana aseguraron que no existe ningún sumario sanitario en curso por el brote producido en el Teatro Oriente. Pese a que los contagios posiblemente se produjeron en un entorno laboral, desde la Seremi argumentan que el teatro cumplió con los protocolos y los actores tienen distintas disposiciones en las medidas.

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