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Planeta

8 de Abril de 2021

Una nueva oportunidad: parón mundial permitirá a científicos investigar y crear un mapa sonoro del mar

EFE/OTPCE

Una de las consecuencias de la reducción del ruido al inicio de la pandemia es la mejora de la comunicación de los animales, especialmente entre los mamíferos marinos.

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Un grupo internacional de científicos aprovechará la pausa en las operaciones marítimas que la pandemia causó en la primera mitad de 2020 para estudiar los efectos del ruido producido por las actividades humanas en la vida marina.

Para ello, los expertos emplearán los sonidos captados por centenares de hidrófonos (micrófonos submarinos) distribuidos por todo el mundo para analizar los efectos del ruido de los motores de embarcaciones.

Según Jesse Ausubel, director de programa para el Medio Ambiente Humano de la Universidad Rockefeller y creador del proyecto: “Esa información combinada con otras herramientas y métodos de vigilancia de la vida marina nos ayudará a revelar la dimensión del impacto sobre las especies oceánicas del ruido de los mares en el Antropoceno”.

Ausubel añadió: “Esperamos que en los próximos años, con una creciente red de hidrófonos, tengamos información real sobre los sonidos en los océanos que pueda ser vinculada a observaciones del comportamiento de los animales. Aprenderíamos mucho”.

Una de las consecuencias de la reducción del ruido al inicio de la pandemia es la mejora de la comunicación de los animales, especialmente entre los mamíferos marinos. En palabras de uno de los principales científicos del Experimento Internacional de Océanos Silenciosos, un programa creado en 2015, Edward Urban: “Los datos del período punta de la pandemia demuestren que los animales se comunicaron más entre ellos”.

La idea es producir un mapa sonoro de escala mundial y procederán de 231 hidrófonos civiles que el grupo de científicos identificó en febrero de 2021 y que recogen sonidos para todo tipo de investigaciones. Según Urban “solo algunos de los investigadores que controlan esos hidrófonos han aceptado compartir sus datos, se espera que el número aumente y que se pueda llegar a contar con las aportaciones de hasta 500 micrófonos submarinos”.

Por último, cabe destacar que estos estudios se asimilan a los que se produjeron en el cielo norteamericano después de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York. En aquella ocasión, con los datos recabados en tres días de parón aéreo, expertos de la Universidad de Wisconsin concluyeron que las estelas de los aviones de reacción reducen la diferencia de temperaturas entre el día y la noche.

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