Nicolás Peric desde el retiro: “Hoy siento que me gané el derecho a tener guata”

Odiado por algunos, pero querido por la mayoría de los fanáticos del fútbol chileno, Nicolás Peric se convirtió en un emblema de las competiciones nacionales. Sin lugar a dudas el reciente retiro del portero -campeón con Cobresal – deja un hueco difícil de llenar para los hinchas, independiente del color de su camiseta.

En entrevista con la Revista Sábado, el “loco” analizó su carrera, su reciente retiro y su nueva faceta como estrella de televisión. Un trabajo del que dice le vino como anillo al dedo para escapar de la nostalgia.

“Nosotros vivimos nuestro duelo de manera privada por haber dejado el fútbol. Con mis hijos, mi mujer, lloramos por dos, tres días y listo. Cuando publiqué el tuit, aparecieron muchas muestras de cariño, acordándose de momentos de mi carrera, de los que estoy agradecido y orgulloso. Lo más difícil fue escuchar a mi hijo del medio, que no quería que me retirara. Él quería ir al estadio, aplaudirme, verme levantar las manos y decir adiós, Eso era lo mismo que yo quería: despedirme con mi gente, aunque haya sido en junio o julio, con mil personas. Pero me lo quitaron. A lo Mejor no me lo merecía. Pero ya vivimos el duelo. Ya está. El fútbol ya fue”, comentó el portero.

Sobre, su apodo “el loco” aseguró que nunca le molestó que le dijeran así: “siento que el hincha siempre fue respetuoso y cada vez que me dijeron loco me lo tomé de la mejor forma. Siento que la locura es un estado mental y que no pasa nada. En cambio hay unos que son huevones y van a ser huevones toda la vida. Lo mío era una cuestión momentánea, porque el hincha que tengo dentro se comía al futbolista. Pero nunca expuse mi arco por mis locuras. Por eso duré tantos años”.

Sobre sus locuras en el campo, las que incluso se han destacado en programas extranjeros, Peric asegura que prefiere no verlas: “Me gusta ver más los clips de mis atajadas, o los goles. Pero esas situaciones me cargaba mirarlas. ¡Que gallo más idiota’, pensaba”.

Peric comenta que por sus locuras, un dirigente incluso buscó ayuda psicológica, sobre esa terapia reconoce: “Me ayudó bastante. Fui descubriendo que lo podía manejar”, asegura.

El ex arquero además reconoció que por su personalidad incluso lo empezaron a admirar hinchas de otros clubes: “Me decían que yo era un ídolo, o que la mamá me quería mucho, o que al papá le encantaba cuando salía a alegar. Yo les decía: “¿Qué les pasa? ¡Gracias, pero no se les ocurra imitarme!”.

Sobre el fútbol el ex seleccionado nacional asegura que es cosa el pasado. “Me retiré y nunca más salí a hacer deporte. No tengo ganas. Me esforcé tanto para estar al nivel de los jóvenes, para que nunca me enjuiciaran por malo, que no me voy a estar levantando a las 8 de la mañana en la franja horaria, Hoy siento que me gané el derecho a tener guata”.