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Entrevistas

3 de Junio de 2021

Oscar Godoy, cientista político: “A Piñera le faltó ejercer su autoridad”

Oscar Godoy, cientista político.

Conoce bien al Presidente y dice que tiene una personalidad compleja, difícil. Pero no es desde ahí que orienta su crítica, sino desde lo que ha sido su actuar gubernamental. Considera que ha sido “blando”, que abandonó el rol que le da la Constitución y que por eso perdió el apoyo de un millón de personas que votaron por él. “Piñera está saliendo mal parado”, afirma.

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Óscar Godoy ha habitado por décadas en ese pequeño mundo de la derecha liberal. Ese espacio político que logró mayor influencia a fines de los 90 y comienzos del año 2000 y que se congregaba en el Centro de Estudios Públicos (CEP). Hoy, este destacado cientista político observa con la distancia de un intelectual los grandes cambios que ha comenzado a transitar el país.

Doctor en Filosofía, ex embajador de Chile en Italia, Godoy se esfuerza por mantener una postura optimista, pero está notoriamente preocupado. “Son tiempos muy complejos, difíciles, raros. Estamos pagando costos muy serios por el déficit de nuestro sistema político que se ha deteriorado enormemente”, afirma desde su escritorio que mira al Parque Forestal.

Clava su diagnóstico en octubre del 2019. Considera que Chile se enfrentó a la paradoja de un país que había alcanzado el desarrollo, el bienestar, pero con una dosis enorme de insatisfacción por la desigualdad. En ese campo -explica él- germinan las revuelvas sociales contemporáneas.

“¿Y qué hace el Presidente? Abandona su programa, renuncia a su programa de gobierno. Y tal como dijo el presidente de la Cámara de Diputados del momento, se arrodilla. Eso le produjo un daño enorme al sistema político en general”, afirma.

A su juicio, lo que sucedió en el 2019 fue que hubo un golpe de Estado fallido. “Se pidió la renuncia y la caída de Piñera. Eso es un coup d’etat en el lenguaje técnico de la ciencia política”, afirma al agregar que en ese entonces el gobierno llevaba recién 18 meses de mandato. “¿Y qué hace el Presidente? Abandona su programa, renuncia a su programa de gobierno. Y tal como dijo el presidente de la Cámara de Diputados del momento, se arrodilla. Eso le produjo un daño enorme al sistema político en general”, afirma.

¿En qué sentido se arrodilla Sebastián Piñera? ¿Al abrir la compuerta constitucional?

-No. Porque él hizo una propuesta que permitió que se hiciera el plebiscito en octubre pasado y las recientes elecciones de constituyentes. Él se arrodilló frente a las cuestiones sociales. Y la oposición, cuando vio esa irrupción, decretó a viva voz que este era el peor gobierno de la historia. Pero nada de eso era verdad. No estaba siendo un gobierno fracasado.

-Pero se lo veía muy debilitado…

-Puede ser, pero frente a la invención que hizo la oposición del fracaso del gobierno de Piñera, él no tuvo la energía política suficiente para corregir ese lugar común que se creó en la opinión pública. Además, esa avalancha vino acompañada de otro fenómeno: y es que Piñera, aparentemente por un temor a que se le acuse de violar los derechos humanos, no cumplió con su rol de garante de la vida, de la integridad corporal, de la propiedad y del cuidado del otro que sostiene a la democracia. Esos son cuatro fundamentos de una democracia liberal y representativa. Y eso es lo que él abandonó. De hecho, si tú miras las encuestas anteriores a la fecha del golpe y las posteriores, Piñera ha perdido un equivalente a un millón de votos.

31 de mayo del 2021/SANTIAGO
El Presidente de la Republica, Sebastián Piñera, llega al Palacio de la Moneda. Foto: Agencia Uno.

EN LA TEMPESTAD…

-¿Qué sabor le dejó la última cuenta pública del Presidente?

-El mensaje fue persuasivo en cuánto a las intenciones de sus dos mandatos, pero insuficiente para dar cuenta  de  su responsabilidad en la gran decepción causada por su impotencia para garantizar, con todos los medios que le ofrece  la Constitución y las leyes, la vida e integridad y propiedad de los chilenos.

¿Pero fue una hoja de ruta para sus últimos meses o un exocet hacia la propia derecha cuando plantea el matrimonio igualitario?.

-Lo del matrimonio igualitario del Presidente no es sino una simple operación de contemporización del Príncipe con los tiempos presentes, como lo recomienda Maquiavelo. Todos sabemos que ese tipo de operaciones siempre rinde popularidad.

“Lo del matrimonio igualitario del Presidente no es sino una simple operación de contemporización del Príncipe con los tiempos presentes, como lo recomienda Maquiavelo. Todos sabemos que ese tipo de operaciones siempre rinde popularidad”.

En los 90, Piñera era representativo de una derecha distinta. ¿Cómo ve la figura del Presidente hoy? ¿Cuál será su legado?

-En este momento, no se puede adelantar un juicio histórico que sea justo sobre Piñera. Hoy, las pasiones son muy fuertes, los argumentos muy simples y se busca -a través del doble lenguaje- la inculpación de Piñera por tal o cual cosa. Por ejemplo, decir que es un asesino, que ha violado gravemente los derechos humanos y que su gobierno ha tenido una política sistemática de violación de los derechos humanos, es falso.  Ese tipo de cosas mancha al Presidente y no son verdad.

-Pero camina hacia el fin de su gobierno con una bajísima aprobación ciudadana…

-Efectivamente, las oscilaciones de la opinión pública sobre el Presidente han sido variables, pero son claramente malas. El tema es por qué son malas en la derecha…

-Dígame usted.

-Porque la derecha es muy sensible al tema de las atribuciones del Presidente. El gobierno tiene los recursos constitucionales para ejercer el monopolio de la fuerza, para garantizar la vida del Estado, de las libertades y de la integridad corporal y la vida de las personas, y él no las usó.

“El gobierno tiene los recursos constitucionales para ejercer el monopolio de la fuerza, para garantizar la vida del Estado, de las libertades y de la integridad corporal y la vida de las personas, y él no las usó”.

¿La derecha considera que Sebastián Piñera ha sido blando en su actuar?

-¡Pero absolutamente! Piñera ha sido esencialmente blando . Y eso lo he escuchado a mucha gente de derecha. El otro día, además, un comentarista peruano comparaba la manera en que Piñera y el Presidente colombiano, Iván Duque, enfrentaron la violencia en las calles. Ese comentarista decía que Piñera no hizo nada. Bueno, ésa es la idea que tiene un gran porcentaje de los votantes de la derecha que dejaron de apoyarlo.

¿Su evaluación es que Piñera está saliendo mal parado? 

-Sí. Piñera está saliendo mal parado. Siempre he dicho que él es un gran Presidente en tiempos de normalidad, pero un mal Presidente en tiempos de tempestades, de crisis. Y no hay dudas de que en esta etapa  ha sido un mal Presidente.

-¿Qué le faltó?

-A Piñera le faltó ejercer su autoridad. El fundamento de un buen gobierno es siempre algo primario. San Agustín, en su gran obra de teoría política, dice que la paz es la tranquilidad en el orden. Parece un dicho ultra conservador, pero no es tal. Él dice: “Si no hay tranquilidad,  no hay posibilidad ninguna de un desarrollo de la sociedad”. Cuando eso falta, se instala la violencia y se produce lo que hoy estamos viendo en Chile: divisiones profundas, enemistades radicales, guerrilla entre distintos grupos y un primado de los intereses particulares. ¿Quién está pensando en el interés general del país? Todos están pensando en el interés de su capilla y jugando ratonescamente sus intereses particulares.

“¿Quién está pensando en el interés general del país? Todos están pensando en el interés de su capilla y jugando ratonescamente sus intereses particulares”.

-El hecho de haber dejado encaminada una nueva Constitución, ¿no es un legado? Lo han planteado algunos de sus ministros.

-Te diría que es una hipótesis. No una realidad. Será un legado en el caso de que realmente salga una Constitución que satisfaga a todos los chilenos. Decir ahora, con tanta antelación, cuál es el legado, es sólo retórica política. Faltan 10 meses para que termine su gobierno. En cualquier caso, la palabra legado me incomoda.

Bueno, el sello, la marca personal…

-Mirado hoy, el Presidente corre el riesgo de que al final de su mandato todo el desarrollo socioeconómico del país, que se desplegó desde la Concertación hasta el año 2019, se derrumbe. Obviamente, ése sería un mal legado. Y si los constituyentes no alcanzan la meta de redactar una Constitución que represente a todos los chilenos, también puede ser un mal legado. Y no solamente para la derecha, sino para el país. Porque si Chile se transforma en un país con un pobre desarrollo económico, sin progreso ni prosperidad, no podrá ser recordado como un buen gobierno. Y eso puede pasar. Ojalá que no, pero podría suceder.

Sectores de la derecha tradicional, sostienen que Piñera terminó entregando mucho; que cedió a la izquierda y terminaron perdiendo identidad. ¿Lo ve así también?

-Es verdad. Un Presidente no puede abandonar el ejercicio legítimo del poder para garantizar los bienes fundamentales de la persona humana y la conservación del Estado. El tema de la Araucanía lo muestra claramente. El Estado no puede aceptar, en ningún gobierno democrático o representativo, que exista una etnia que tenga un territorio determinado y jurisdicciones políticas de tipo soberanos. Es la soberanía del Estado la que prima. En consecuencia, no puede haber grupos que dicen: “esta tierra es mía y de nadie más”.

17 de mayo del 2021/SANTIAGO
El Presidente de la Republica, Sebastián Piñera, llega al Palacio de la Moneda. Foto: Agencia Uno.

“PERSONALIDAD DIFÍCIL”

En su opinión, ¿el gobierno podrá llevar adelante una nueva etapa en su gestión o ya se acabó?

-Uno tiene que darle el beneficio de la duda hasta el final. Le quedan 10 meses todavía. Pero, para mí, y siendo realista, el gobierno se acabó. Concedo que va a quedar algo positivo porque ha hecho una gran tarea con la pandemia. El problema es que incluso haciéndolo bien, ¿qué recibe de la oposición? Críticas. Que todo está mal hecho, hasta las vacunas son malas. Se busca siempre una última y pequeña razón para denostar y descalificar lo que se ha hecho. Las asociaciones gremiales, que no son científicas, como el Colegio Médico, han asumido roles que no les corresponde por la anarquía que, justamente, conlleva destruir las instituciones democráticas de un país. 

“Uno tiene que darle el beneficio de la duda hasta el final. Le quedan 10 meses todavía. Pero, para mí, y siendo realista, el gobierno se acabó”.

¿Aquí se dio paso a la anarquía?

-Pero evidente que sí. Cuando el Presidente acepta que se violen normas constitucionales, como el carácter público, constitucional de los ahorros previsionales de las personas… Porque en la cuestión del retiro, el responsable es él. Lo hizo mal, aplicó mal el veto. El Tribunal Constitucional tendría que haber vetado sistemáticamente los tres retiros, punto. Son claramente inconstitucionales.

-La figura del Presidente genera animadversión entre los suyos y también entre sus adversarios. ¿Por qué?

 -Es muy difícil saber cuáles son las razones, pero el Presidente es un hombre difícil de tratar en el sentido de que cuando él piensa que tiene la verdad, no cede ante ningún argumento, aunque se le demuestre que es mejor. Eso lo hace una persona difícil. En segundo lugar, el Presidente no es un hombre simpático. Da la impresión de que quiere serlo, y por eso hace chistes que no son muy buenos tampoco. Pero ese tipo de cosas que son como más personales, yo siempre las he puesto a un lado, porque le tengo afecto.

-¿Son amigos?

-No. Nos conocemos, fui embajador de Chile durante su primer mandato. Lo respeto y le tengo afecto, pero también he tenido conflictos con él, fuertes, por ese tipo de cosas.

-¿Por ser muy llevado a sus ideas?

-Claro. Es un hombre tozudo, muy empecinado en sus cosas. Siempre quiere tener la razón. Él trata de ser un vencedor siempre. Un winner. No un loser, no un perdedor.

“Es un hombre tozudo, muy empecinado en sus cosas. Siempre quiere tener la razón. Él trata de ser un vencedor siempre. Un winner. No un loser, no un perdedor”.

-¿Podría darse la paradoja de que pueda terminar siendo un perdedor?

-Exactamente. Es una paradoja que se da muchas veces en estas personas que son voluntariosamente ganadoras. Es curioso que siendo muy inteligente, siempre cree que va más allá del entendimiento de los demás, incluso de las personas que son más inteligentes que él. Eso no lo acepta. Es así. Y por eso es una personalidad interesante, porque es de una gran complejidad.

10 de mayo del 2021/SANTIAGO
El Presidente de la República, Sebastián Piñera, llega al patio de Las Camelias. Foto: Agencia Uno.

“JADUE NO VA A SER PRESIDENTE”

Considerando lo revuelta que está la derecha. ¿Un candidato de ese mundo tiene posibilidades de suceder a Piñera?

-Están abiertas todas las posibilidades. La oposición está muy invertebrada, sin coherencia, con muchos problemas entre sus grupos. Me parece extremadamente difícil que ellos logren ganar la Presidencia. En ese sentido, se le abren muchas expectativas a un candidato de derecha.

-Mirando el escenario presidencial, ¿qué explica el fenómeno Jadue?

-Daniel Jadue es un candidato que tiene sus ases en haber hecho un buen gobierno municipal. Ha creado instituciones que son valiosas para la pequeña comunidad municipal.

Claro, pero está marcando como candidato presidencial a nivel nacional.

-Sí, pero atención. Los porcentajes que se están dando ahora -de forma adelantada-, se hacen en un contexto donde no está el cuerpo electoral completo. Yo pienso que Jadue  no va a ser Presidente.

¿Y Joaquín Lavín?  ¿Es el candidato adecuado para estos tiempos?

-Lavín es un caso muy especial porque es difícil de definir. Lavín es una especie de animal que cambia de piel cada cierto tiempo. Lo correcto sería hablar de los lavines. Porque él es una suma de lavines. Su última versión es muy distinta a la del Lavín original. Entonces, es muy difícil ubicarlo. 

“Lavín es un caso muy especial porque es difícil de definir. Lavín es una especie de animal que cambia de piel cada cierto tiempo. Lo correcto sería hablar de los lavines. Porque él es una suma de lavines”.

¿Y qué candidaturas le parecen interesantes y con proyección posible? ¿Sebastián Sichel? ¿Ignacio Briones? ¿Yasna Provoste? 

-Sichel me parece interesante. Yo tengo una preferencia afectiva con Briones, pero sé que es muy difícil que llegue a ser candidato a la segunda vuelta y mucho menos a la Presidencia. Para mí sería ideal, pero eso es una utopía personal.

 ¿Y la senadora Provoste?

-No me gusta. Nunca me ha gustado. Tiene algo inmediatista, oportunista, que no me agrada. Además, pertenece a un partido que le ha ido muy mal desde el comienzo de la democracia. Hay que recordar que la Democracia Cristiana fue muy importante. Llegó a tener un porcentaje altísimo de votación parlamentaria. Hoy día está reducido al 8%. Es un partido clientelístico, que se ha encerrado en un segmento del electorado. En consecuencia, me parece que no tiene la fuerza.

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