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11 de Junio de 2021

La fiebre por el perreo post-punk: El fenómeno de la banda Friolento en Concepción

Friolento. Foto: @JavieraVillaseca

¿Te imaginas las canciones de Karol G y Bad Bunny, pero interpretadas por bandas como Joy Division o The Cure? The Clinic se sumergió en el mundo del perreo post-punk para conocer las raíces penquistas de estas canciones bailables con estética gótica que se hicieron virales en Youtube.

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Perreo post-punk

La cara de Carolina Giraldo, conocida mundialmente como Karol G, es fácilmente reconocible. Sin embargo, en esta foto en blanco y negro tiene una onda gótica, con el pelo cardado y el cuerpo cubierto de cuero, mallas y tachas.

La foto original pertenece a Susan Janet Ballion, la afamada vocalista de Siouxsie and The Banshees, aquella banda que partió teloneando a Sex Pistols y The Clash, y que terminó formando parte de una generación de músicos ingleses que se abrió paso en la escena a fines de los ’70, desafiando las bases del rock.

¿Pero por qué le pusieron la cara de Karol G? Bueno, esa es la imagen que se imaginó la diseñadora Stephany Torres cuando desde el sitio estadounidense Remezcla le dijeron que necesitaban ilustrar un artículo sobre la última canción que llegó a sus manos desde Chile.

“Aquí está el cover post-punk de “Bichota” de Karol G que no sabías que necesitabas”. Foto: Stephany Torres/Remezcla

“Bichota”, uno de los sencillos más populares de la cantautora colombiana, había sido convertido en un himno en clave post-punk por la banda penquista Friolento.

En un súbito cruce de tradiciones musicales, el dúo compuesto por Zebart Arias y Cris Alejandro había reemplazado el dembow íntimo del tema de Karol G por una batería repetitiva tipo Joy Division. El resultado es una canción incluso más bailable que la original y sólo se les ocurrió un nombre para bautizar el género: Perreo post-punk.

El material se lo entregaron a Felipe Roa, del estudio de animación Monstruosa, quien metió en una juguera la canción, las letras e imágenes random de fiestas ochenteras encontradas en Youtube, y ¡Paf! publicaron el video que ya tiene más de 700 mil reproducciones.

LABORATORIO FRIOLENTO

Cris Alejandro trabajaba como panadero y estudiaba sonido, cuando conoció a Zebart en 2016, en la escena musical indie de Concepción. Dos años después conformaron su propia banda, Friolento, la que hasta ahora se había sumergido en el imaginario del pop nacional, incluso colaborando con artistas como Dulce y Agraz, Cantáreman y Arranquemos del Invierno.

Cris es el compositor del grupo. Le cuesta identificar sus influencias. Piensa que su estilo se cocinó al fragor de una extraña mezcla de la música AM que escuchaba su madre, la onda ochentera y el rock latino de su padre, y el sonido emo que lo marcó en su adolescencia, con bandas que van desde Screamo hasta Panda.

Friolento. Foto: @JavieraVillaseca

El laboratorio de Cris está en un rincón de su casa que adaptó como home-studio. Allí tiene sus instrumentos y crea sus maquetas, las que le envía por WhatsApp a Zebart para que le vaya dando sugerencias sobre su especialidad: La percusión y la batería.

“Lo que yo intento hacer es explorar un poco dentro del pop. Por ejemplo, el primer disco era bien pop alternativo; el segundo fue mucho más dance pensando en hacer un show mucho más dinámico en vivo; y ya el tercer disco, como fue pandémico, quisimos tirar algo más acústico y más romántico”, relata.

Sus planes durante la cuarentena no han cambiado. Al menos, no tanto. Cuenta que “teníamos pensado que nuestro cuarto disco fuera de post-punk. Nos pusimos a experimentar y, como una humorada, empezamos a hacer estos covers para ver cómo salían… y funcionaron harto”.

LA MEZCLA

La melodía tras los covers de Friolento está inspirada en bandas como Joy Division, New Order y The Cure, sonidos que ya habían estado experimentando para su cuarto álbum, que contará sólo con canciones propias y que esperan sacar a fines de julio.

Sin embargo, esta noción del perreo post-punk ha ido tomando forma en el camino. La idea les llegó de golpe un día que escucharon una adaptación del youtuber mexicano Saúl de los Santos. De hecho, el propio Cris Alejandro reconoce que la composición de “Bichota” la hizo tras ver su versión de la canción “Bebecita Bebelin” de KyOresu.

“Me había gustado ene esa versión en post-punk ruso. Incluso le hablé por inbox, le dije que me gustaba mucho la idea. Y en una tarde se me ocurrió hacer el de Karol G, se lo mostré al equipo de Surpop Records y a todos les gustó”, relata.

Tras el hit de “Bichota”, se gestó un vínculo con el mexicano que derivó en una segunda adaptación: “La Santa”, aquella canción que reunió a Bad Bunny con Daddy Yankee, y que esta vez unía a Saúl de los Santos con Friolento en un segundo cover de perreo post-punk.

El periodista Manuel Toledo-Campos, conductor del podcast Revólver de Súbela Radio y columnista de HumoNegro, trata de decodificar estas canciones: “Uno nota que hay mucho de The Cure, también de bandas como Dive o Wire, que están entre lo gótico y lo shoegaze. Y una vocación pop que se podría encontrar en The Pains of Being Pure at Heart”, dice.

Sin embargo, es tajante en señalar que no hay una tradición musical que una estos estilos. Apenas algunas semejanzas, como las guitarras, que en ambos casos “no son crudas ni rudas”. Incluso es capaz de extender un puente con la bachata, en el hecho de ir “pintando las canciones” con el punteo, en lugar del rasgueo, el riff o el solo, tan propios del rock.

Friolento. Foto: @JavieraVillaseca

La idea de ir mezclando estilos a punta de covers es una práctica que tiene cierta tradición en Argentina. A mediados de los 2000 estuvo de moda la “cumbiatón” que, tal como dice su nombre, eran canciones de reggaetón cantadas en clave de cumbia villera.

También está “Megadeth”, una adaptación metalera/cumbia/samurai que hicieron Los Parraleños del tema “Morrissey” de Leo García. Los covers de Fun People a The Smiths también entran en ese cuadro. Sin embargo, esto en Chile no se da tanto.

Para Toledo-Campos, esto ocurre porque “es tan difícil que te tomen en serio como músico, que pocos hacen joda al respecto. Ni siquiera en el underground aparece mucho. Lo único referencial puede ser el trabajo musical de Peirano, Díaz y K-V-Zón Ilabaca en 31 Minutos”. En ese sentido, asegura que el perreo post-punk “es un caso súper pionero y por eso yo creo que es que pegó tanto”.

Friolento. Foto: @JavieraVillaseca

Para Cris hay un puente que une ambos estilos musicales: “El post-punk ruso tiene un ritmo bien pegado entre bombo y caja, a distintas velocidades. Hay canciones que son aceleradas y otras que son lentas, pero la clave es ese ritmo bien pegado, melodías bien melosas, tonos graves y guitarras con delay”.

En ese sentido, explica que ese estilo reflotó en las redes sociales durante la pandemia porque “hay mucha gente que le gusta bailar, pero que no le gusta el reggaetón, ni la cumbia, ni la pachanga. Le gusta salir a vacilar y mover el cuerpo, pero no con esa música. Y cuando salió esta alternativa más dark, me di cuenta que no es muy diferente al fenómeno del reggaetón, que también es un ritmo pegado”.

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