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Presidenciales 2021

22 de Junio de 2021

De la mancuerna Lavín-Desbordes hasta el factor Piñera: Analistas políticos desmenuzan el primer debate presidencial de Chile Vamos

Fue un debate "superficial" y "a la defensiva", pero que permitió ver las cartas de los cuatro abanderados que buscan, no sólo ser la carta presidencial del sector, sino también definir la derecha de los próximos 30 años. The Clinic conversó con tres expertos para analizar las armas (y las heridas) que dejó la primera confrontación de ideas entre Lavín, Sichel, Briones y Desbordes.

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Debate presidencial de Chile Vamos

Mauricio Morales: “No se discutieron ideas de fondo”

El cientista político, Mauricio Morales, académico de la U.de Talca, señala que los cuatro candidatos “trataron -a su manera- de mostrarse como agentes de cambio, y ninguno -comprensiblemente- se definió como una continuidad del gobierno de Piñera”. En ese sentido, resume el debate presidencial de Chile Vamos en dos conceptos: “Superficial y pauteado”.

“Superficial porque no se discutieron ideas de fondo para el futuro del país, cosa que también responde al exceso de celo y protagonismo por parte de los periodistas que interrumpían de manera recurrente a los candidatos. Pauteado, porque se notó mucho la mancuerna Lavín-Desbordes. Mientras Lavín no entró en la reyerta personal con los otros candidatos, Desbordes se encargó de sacar a terreno a Sichel, confrontándose con él en varias oportunidades. Ese fue el trío que dio vida al debate, mientras Briones parecía estar en un seminario o un conversatorio”, argumenta.

“Haciendo un esfuerzo por clasificarlos, Lavín trató de reforzar su idea de gobierno de unidad nacional, mientras que Sichel, en una línea similar pero más desordenada, se planteó como una persona de centro capaz de dialogar con otros sectores, lo que se ve favorecido por su versatilidad ideológica. Desbordes, como siempre, se quedó más en la pelea chica, y Briones se mostró algo más nervioso, pero sin cometer errores”, añade.

“Los cuatro candidatos trataron -a su manera- de mostrarse como agentes de cambio, y ninguno -comprensiblemente- se definió como una continuidad del gobierno de Piñera”
Mauricio Morales

En ese escenario, asegura que Sichel fue el que tomó más riesgos. Pero eso no significa que la jugada le haya salido a su favor. “Parecía más bien una víctima del gobierno y de los políticos tradicionales, que un candidato presidencial”, señala.

Misma situación para Briones. “Nunca se podrá sacar el mote de haber sido ministro de Hacienda en el gobierno más impopular de la historia reciente de Chile. Eso le pesará siempre, a pesar de sus esfuerzos por mostrarse como un agente distinto y que proviene del mundo académico. A Sichel también le pesa, especialmente por el IFE de 65 mil pesos”, añade.

Sobre Desbordes, Morales destaca que “arriesgó lo que no debía arriesgar Lavín. Lo protegió y eso demuestra su nobleza y humildad”. Finalmente, sobre el abanderado de la UDI, calificó su performance como “noventera”. “El pendrive fue algo innecesario que pasa como una cuestión anecdótica más que como una propuesta de fondo. Y el hecho de hablar en mapudungún no le generará ningún apoyo adicional por parte de los pueblos originarios. Fueron cuestiones muy predecibles y evitables”, sentencia.

Axel Callís: “Fue un debate a la defensiva”

El sociólogo Axel Callís, director de la plataforma Tú Influyes, describe el debate presidencial de Chile Vamos como “corto, esencialmente coyuntural, con muy poca visión de futuro. Es decir, los candidatos estaban casi más preocupados de lo que no deberían decir que de lo que deberían decir”.

A su juicio, no hubo mayor audacia en los cuatro abanderados, sino que primó cierto temor a ser impugnados. “Fue un debate a la defensiva. No vi a ningún candidato pasando a la ofensiva en términos programáticos”, subraya.

Sobre Joaquín Lavín, Callís cree que tuvo una “noche tranquila” ya que no se dio el “todos contra él” como se pudo haber presupuestado. Sus performances, como hablar en mapudungún, las cataloga como parte de su personalidad “transformista”, tal como lo hizo en 1999 cuando se vistió de aymara. “Son artilugios que funcionan en la tele”, asegura.

“Fue un debate corto, esencialmente coyuntural, con muy poca visión de futuro. Es decir, los candidatos estaban casi más preocupados de lo que no deberían decir que de lo que deberían decir”
– Axel Callís

Si bien plantea que todos los candidatos están ligados de uno u otro modo con Sebastián Piñera, desliza que la labor de Lavín como alcalde de Las Condes le ha permitido tomar cierta distancia del gobierno. Sin embargo, reitera que el electorado no hace mayores distinciones entre ellos. “Están todos infectados”, puntualiza.

Callís reconoce que le cuesta tratar ubicar a los candidatos en lo que él denomina “ejes del pasado” (izquierda/derecha, liberal/conservador). De hecho, da cuenta de los matices contradictorios que hay entre ellos: “Briones es súper liberal, pero no cree en los bonos. Desbordes está a favor del matrimonio igualitario, pero es bastante cerrado con las Fuerzas Armadas. Lavín se declara socialdemócrata, pero está en contra del matrimonio igualitario”.

“Ver el mundo de izquierda a derecha es ya prehistórico. Las personas toman las decisiones de voto en base a lo que transmiten los candidatos en términos de emociones, confiabilidad y otros atributos que no tienen que ver con las posiciones de radicalidad que tienen o no respecto al sector en el que están”, sentencia.

Kenneth Bunker: “La pregunta es quién va a encarnar la derecha de los próximos 30 años”

El cientista político, Kenneth Bunker, director de la plataforma Tres Quintos, plantea que el debate presidencial de Chile Vamos permitió hacernos una mejor idea de las estrategias que intentan desplegar los cuatro candidatos.

“Hasta ahora estaba más que nada claro que Lavín era quien tenía más posibilidades de ganar, pero ahora, al menos, se presentaron todas las cartas. Por una parte, se nota muy claramente que Lavín y Desbordes representan una derecha más bien antigua y tradicional tratando de girar hacia el centro, y por otro lado, hay una facción liberal con Sichel y Briones”, señala.

Bunker también hace algunos puntos respecto al lugar que ocupan los cuatro abanderados: “Lo más sorpresivo es que estos cuatro candidatos fueron votantes del Apruebo, por ejemplo. Todos aceptan de algún modo que el Estado tiene que jugar un rol más preponderante en la vida de las personas”, precisa.

“Lo más sorpresivo es que los cuatro candidatos fueron votantes del Apruebo. Todos aceptan de algún modo que el Estado tiene que jugar un rol más preponderante en la vida de las personas”
– Kenneth Bunker

“La pregunta entonces es quién va a encarnar esa derecha de los próximos 30 años. En ese sentido, Lavín, que viene de los últimos 30 años, y Desbordes, que está haciendo el intento pero no tiene el poder político, quedaron off-side. De alguna forma, Briones y Sichel debieran hacer algún tipo de esfuerzo por tratar de liderar ese cambio”, añade.

En ese sentido, Bunker considera que Lavín fue “bastante tibio” a la hora de presentar sus propuestas y enfrentarse a otros abanderados, ya que, al ser el candidato que lleva la ventaja, no quiso arriesgar tanto. “Yo diría que no fue ni chicha ni limoná”, subraya.

Por otro lado, plantea que Sichel y Briones fueron los que más tenían para ganar. Sin embargo, ambos se vieron empañados por su vínculo más estrecho con el gobierno de Piñera. “Ellos son los que tienen más costos, se pueden responsabilizar un poco más porque la ayuda llegó tarde o no llegó. Ese punto se trató de hacer en algunos pasajes del debate y puede pegar”, señala.

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