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13 de Agosto de 2021

Pedagogía en crisis: Matrículas en la carrera van a la baja y se proyecta un déficit de 26 mil profesores para 2025

Agencia Uno

Según un estudio de la U. de Chile, la matrícula en carreras de Pedagogía cayó un 35% entre 2018 y 2021. Si bien la pandemia del Covid-19 cambió el paradigma educativo, los desafíos que enfrenta el sistema llevan presentes más de una década.

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Marisel Maureira tiene 42 años y la mitad de su vida la ha dedicado a la docencia. A principios de 2020, la profesora de Química en Educación Media decidió abandonar las aulas para estudiar yoga y hacer clases particulares. Aunque siempre recibió buenas evaluaciones como profesora, dice haberse cansado del sistema educacional y las malas condiciones que vivió en carne propia, como la falta de directrices y la poca valoración de su trabajo. 

Comenta que su situación es similar a la de muchos colegas, quienes actualmente se dedican exclusivamente a hacer clases particulares online, sin intenciones de retornar a las salas de clases. La llegada de la pandemia presentó muchas dificultades, tanto para docentes como estudiantes. En el caso de Marisel y su marido, quien también es profesor, viven en Buin y parte de sus alumnos habitan en zonas aledañas donde la conexión a Internet es inestable o, simplemente, no existe. 

Marisel asegura que la pandemia “golpeó a muchos y aumentó más la brecha. Le enrostró a los colegios que no estaban preparados en cuanto a soportes tecnológicos, que sus alumnos tenían que conformarse con una mera guía y no había más, mientras que los colegios que sí tenían toda la tecnología tuvieron acceso a clases online desde un principio. Si ya veníamos con un estallido social donde se marcó esa brecha muy grande, ahora fue peor”. 

El último informe publicado por el Observatorio Docente del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, reveló la crisis que enfrenta la carrera de Pedagogía en Chile, donde se encontró que entre 2018 y 2021 las matrículas cayeron en un 35%, siendo las carreras de Pedagogía en Enseñanza Media las más afectadas, con una caída del 25%. Diversos factores se ven involucrados: los desafíos que presentó la pandemia para el sistema educacional, el cierre de programas de pedagogía con baja acreditación, la deserción laboral de docentes, entre otros.

Enfrentando la crisis

Ante las cifras que revelan la caída en las matrículas durante los últimos años, el Ministerio de Educación convocó en septiembre de 2019 a una mesa técnica compuesta por rectores de universidades pedagógicas, decanos de facultades de educación, expertos y organizaciones de la sociedad civil, quienes trabajaron en conjunto en la creación de propuestas para atraer más estudiantes a las carreras de pedagogía. Entre las medidas acordadas están un proyecto de ley que busca modificar los requisitos legales para acceder a la carrera y la evaluación de programas especiales de acceso a carreras de pedagogía.

Créditos: Agencia Uno

Además, se hizo “un esfuerzo para ajustar los aranceles regulados de las carreras de pedagogía, lo que permitirá que a contar del próximo año las transferencias por gratuidad se incrementen en un 25% en promedio para aquellas universidades que impartan estas carreras, lo que significará un incentivo para que estas instituciones sigan ofreciendo estas carreras y eventualmente abran otras”, señala el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, en una respuesta por escrito a The Clinic.

Entre 2018 y 2021 las matrículas cayeron en un 35%, siendo las carreras de Pedagogía en Enseñanza Media las más afectadas, con una caída del 25%

El subsecretario indica que también se trabajó en la reactivación de la Beca Vocación de Profesor “para profesionales y licenciados, lo que este año permitirá que 250 personas que estudiaron otra carrera, pero que luego desarrollaron una vocación tardía, puedan estudiar programas de prosecución de estudios y así convertirse en profesores de educación media”. La beca, que en un principio era el único beneficio que cubría el arancel completo en las carreras de Pedagogía, disminuyó su valor con la llegada de becas como la gratuidad. 

Alejandro Carrasco, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Católica dice a The Clinic que en la universidad, “más que trabajar y estar preocupados por aumentar la matrícula, estamos preocupados de entregar una formación que conecte con los tiempos, con lo que la sociedad le demanda a sus futuros profesores y profesoras. Y creemos que, indirectamente, eso también va a hacer atractiva la carrera a los estudiantes”.

***

Marisel Maureira cuenta que a lo largo de su profesión le tocó ejercer roles que iban más allá de su profesión. “Creo firmemente que en la escuela hay una parte que nosotros hacemos, pero eso no significa que la familia se tenga que seguir disgregando de esta parte que les corresponde. Hay una sobrecarga de tareas y deberes que al colegio no le corresponde en este momento, se nos pide y se nos exige demasiado, y también somos personas, papás y mamás”, dice la docente.

Ignacio Maldonado, sociólogo y director de Impulso de Políticas Públicas en Elige Educar, asegura que esta problemática va “tanto por cómo se imaginan la profesión los nuevos estudiantes de pedagogía, la crisis de aprendizaje, el estancamiento que llevamos en los resultados de aprendizaje en esta última década y también por un montón de otros desafíos globales que se le pide a la escuela, que tiene un rol importante desde el cambio climático hasta la crisis social en Chile”. 

En este marco, desde Elige Educar lanzaron el Proyecto Maestro 2026, en el que se proponen diferentes medidas para enfrentar la crisis de aprendizaje a través de un mayor apoyo a lo que significa la profesión docente. Son cuatro las líneas de acción: atracción, retención, valoración y formación docente. En cada uno de los ejes se busca potenciar el trabajo que hacen los profesores en las aulas a través de la profesionalización y mejores oportunidades, además de motivar a aquellos que por diferentes motivos dejaron de ejercer.

Mejores condiciones

En 2016 la ex presidenta Michelle Bachelet promulgó la Ley de Carrera Docente, uno de los principales avances en la mejora de las condiciones laborales para los docentes. En ella se contemplan el aumento de salarios, de horas no lectivas y de las exigencias para ingresar a la carrera de Pedagogía. Además, se incluye un impulso al desarrollo profesional de profesores y profesoras.

Sin embargo, tanto el estallido social como la pandemia acentuaron algunas de las problemáticas que seguían estando presentes, como lo son los métodos de enseñanza. También surgieron nuevos desafíos, como el uso de tecnologías y las clases a distancia. Los docentes tuvieron que innovar y esforzarse por mantener la motivación de sus estudiantes en medio de la adversidad, lo que en muchos casos se convirtió en una difícil tarea. 

“Creo firmemente que en la escuela hay una parte que nosotros hacemos, pero eso no significa que la familia se tenga que seguir disgregando de esta parte que les corresponde. Hay una sobrecarga de tareas y deberes que al colegio no le corresponde en este momento, se nos pide y se nos exige demasiado, y también somos personas, papás y mamás”

“Con la Carrera Docente, Chile empezó a transformar las condiciones laborales de desarrollo de esta profesión. Y lo que nos muestra esta reforma es que, si bien va en el camino correcto, es insuficiente para transformar las condiciones de la profesión. Es el camino, pero es el inicio del camino”, dice el decano de la Facultad de Educación UC, Alejandro Carrasco. 

Todo ello, sumado a otros factores, derivó también en una crisis del aprendizaje. Según cifras del Ministerio de Educación, los resultados del Diagnóstico Integral de Aprendizaje 2021 demostraron que en Lectura, los estudiantes de tercero medio de contextos más vulnerables promediaron en nota un 3,2; mientras que aquellos no vulnerables obtuvieron un 4,2. Similar es el caso de Matemáticas, donde los estudiantes más vulnerables promediaron un 2,4; mientras que los no vulnerables un 3,3. En esta materia, aunque existe una brecha, ambos promedios son rojos.

Sobre las medidas necesarias para avanzar en un mayor impulso en la profesión, Alejandro Carrasco cree que “para mejorar la profesión docente se requiere mejorar la formación de los profesores, pero también que el sistema político mejore las condiciones de la profesión. La carrera docente lo comenzó a hacer, pero se requiere dar un paso más grande en esa dirección: mejorando los salarios, mejorando el espacio de colaboración en los colegios y mejorando la inserción al interior de estos”.

Marisel señala que otro de los problemas que le afectaron a ella y sus compañeros de trabajo, es que existen profesionales de diversas áreas que son contratados por los colegios para enseñar, pero que no tienen la formación pedagógica. “Entonces, los que estudiamos Pedagogía y que hacemos la pega bien hecha, no tenemos derecho a estar en sala, porque si tú pides lo que es justo, si tú exiges que se te respete en tu trabajo, eres la primera en salir”, dice.

Nuevas prácticas de docencia

Ignacio Araya (30) estudió Pedagogía en Historia y egresó en 2019. Poco tiempo después encontró trabajo en un colegio de La Serena. Sin embargo, al año siguiente no le renovaron el contrato. La situación coincidió justo con la llegada de la pandemia, lo que dificultó aún más la búsqueda de trabajo. Sin mayor suerte, decidió reinventarse, instalando un vivero para la venta de plantas, trabajo al que actualmente se dedica a tiempo completo. 

“Con la Carrera Docente, Chile empezó a transformar las condiciones laborales de desarrollo de esta profesión. Y lo que nos muestra esta reforma es que, si bien va en el camino correcto, es insuficiente para transformar las condiciones de la profesión. Es el camino, pero es el inicio del camino”

Aunque ahora sus intereses están enfocados en aquel proyecto, Ignacio señala que sí contempla volver a ejercer como profesor, pero esta vez apartándose del modelo tradicional. “No se trata de que yo me haya olvidado de todo y esté haciendo algo totalmente ajeno a lo que estudié. Las clases en el colegio las veo un poco lejanas: estar en un aula, estar contratado como lo era antes. A lo mejor no así, sino que desde otro enfoque, más libre”, dice.

Año a año, cerca de 8.200 profesores y 1.800 educadores de párvulos abandonan las aulas, según un estudio publicado por Elige Educar en enero de este año. Es así como la deserción laboral llega al 4,1% anual, situación que complica aún más el déficit de 26 mil profesores que se proyecta para 2025, considerando que las cifras negativas ya son una realidad: En 2020 ya existía un déficit de 13.630 profesores idóneos.

La carrera de Pedagogía tiene que darse cuenta de que no puede continuar con esta visión tradicional. Tiene que salirse un poco de eso y, lo que yo siento, es que tiene que abarcar o desarrollar otras formas de enseñanza. Como por ejemplo, crear cosas más prácticas, más ligadas a la ciencia y, a lo mejor, no tanta teoría”, dice Ignacio Araya. 

Créditos: Agencia Uno

Otro aspecto a considerar en la disminución de matrículas y déficit de profesores es cómo esto afecta a las regiones del país. El estudio realizado por el Observatorio Docente del CIAE de la U. de Chile indica que las más afectadas con respecto a la matrícula en carreras de Pedagogía fueron Antofagasta, con -30% y el Maule, Ñuble y Magallanes, con -27%. 

Es muy importante que haya programas de pedagogía en todas las regiones, que el Estado se preocupe de cuidar esos programas, porque es mucho más complejo después atraer a personas que ya están armando su vida o definitivamente ya la armaron y decirles que se vayan a otra región”, dice el sociólogo Ignacio Maldonado. 

El rol de los diálogos participativos

En 2020 surge la instancia de diálogo Tenemos que Hablar de Educación, la que se enmarca dentro de Tenemos que Hablar de Chile, plataforma colaborativa de encuentro ciudadano. Pese a la pandemia, el proceso que se llevó a cabo por más de 20 organizaciones de la sociedad civil convocó a más de 7.800 estudiantes (desde los dos años de edad), profesores, apoderados y asistentes de la educación para reflexionar en torno a los deseos para una mejor educación en el país. 

En el informe “Sueños y anhelos de las comunidades educativas para la educación en Chile” se plasmaron los primeros resultados de la instancia, donde se recogen las principales propuestas de los diferentes actores del ámbito educativo: un rol más activo de los estudiantes, mayor autonomía de los establecimientos y docentes, un equilibrio entre las diferentes áreas del aprendizaje para una educación integral y el desarrollo de habilidades y competencias socioemocionales.

“En este proceso de escucha nos dimos cuenta de esta transversalidad respecto al cómo se imaginan, tanto estudiantes como profesores, directivos y apoderados, cómo tienen que ser las clases y cómo tiene que ser la educación. Me gustaría creer que de aquí en más, las políticas educativas van a tener que considerar un componente de participación mucho más importante. Yo creo que ahí la sociedad civil tiene un aporte muy grande que hacer”, dice Ignacio Maldonado de Elige Educar, organización que lidera la iniciativa.

“Los buenos diagnósticos requieren fuentes múltiples, cada una por sí sola es incompleta, requieren a la vez del conocimiento sistemático, las familias y sus expectativas, los estudiantes, la sociedad civil y las comunidades escolares”, concluye el decano Alejandro Carrasco.

Desde la Subsecretaría de Educación Superior siempre hemos considerado que el diálogo es esencial para avanzar en las políticas públicas, y es por esto que desde un comienzo convocamos a una mesa técnica de carácter transversal para enfrentar este desafío”, señala el subsecretario Juan Eduardo Vargas. Mientras tanto, el trabajo continúa estando en la atracción de nuevos estudiantes y en motivar a profesores como Marisel e Ignacio a volver a las aulas.


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