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Entrevistas

16 de Agosto de 2021

Constanza Valdés, activista trans: “Consagrar el derecho a la identidad es súper importante en la Nueva Constitución”

David Valbuena

La precandidata a diputada lanzó recientemente su primer libro “¿Un cuerpo equivocado?”, donde explica los principales aspectos de la Ley de Identidad de Género. "Lo que representan las candidaturas efectivamente tiene un impacto a nivel cultural", afirma en conversación con The Clinic.

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A sus treinta años, Constanza Valdés ya no se considera una persona joven. Haciendo un repaso por su niñez y adolescencia, cree que su estilo de vida sigue siendo el mismo de antes: le gustan los videojuegos, jugar a la pelota, leer y ver a poca gente. Sin embargo, asegura que sí ha cambiado la seguridad consigo misma y su resiliencia al momento de enfrentar las cosas.

“Tiene que ver también con vivir más libremente tu cuerpo, que eso es algo que nunca lo había sentido antes de la transición. Sin duda, ha sido importante al momento de reencontrarse con una misma y vivir sin esas ataduras que 24/7 te mantenían en un estado de ansiedad, depresión, de pensamientos suicidas, en donde tú no ves otra cosa que esa realidad y todo lo otro es oscuro”, relata la abogada y activista trans a The Clinic. 

Constanza es integrante de la Asociación de abogadas feministas (Abofem) y la Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio, organizaciones desde las que trabaja por la visibilización de las personas trans y las disidencias sexuales. Milita en el Partido Comunes y recientemente presentó su precandidatura a diputada por el distrito 7 con el objetivo de llegar al Congreso y “abrir las puertas para que el día de mañana más personas trans ingresen”, comenta.

Además, a principios de agosto lanzó su primer libro «¿Un cuerpo equivocado? Identidad de género, derechos y caminos de transición» de La Pollera Ediciones. En el ensayo, Constanza hace un recorrido por sus vivencias personales y los principales conceptos y etapas de la Ley de Identidad de Género, la que se publicó en 2018. Además, se incluyen los principales desafíos y aspectos pendientes que deja la ley a través de un lenguaje didáctico que busca acercar el concepto de identidad de género a la población. 

Sobre la idea de escribir este libro, Constanza cuenta que “nace también de un aspecto súper importante, que tiene que ver con que las mismas personas trans podamos escribir, no solamente respecto a nuestras vivencias, sino que también en lo que atañe a nuestros derechos y otros aspectos, porque históricamente nos han relegado a contar nuestra historia, situaciones sufridas, pero no tenemos derecho a escribir en el ámbito académico”.

En conversación con The Clinic, Constanza Valdés entrega su opinión como activista y precandidata a diputada sobre los procesos políticos que se están dando en Chile, incorporando su perspectiva desde la comunidad trans, las disidencias sexuales y su experiencia en el trabajo para conseguir la representatividad dentro de estos espacios. 

Créditos: David Valbuena

– ¿Cómo ha sido tu experiencia en las organizaciones donde participas y cómo influyen en tu perspectiva sobre la identidad de género?

– En general, todo este mundo se conecta a través del feminismo, la diversidad sexual y las disidencias sexo-genéricas. Las tensiones las vivo más en el mundo de la política, porque la tensión máxima en las organizaciones es acusar al resto de invisibilizar a mujeres lesbianas, bisexuales o trans. En cambio, en el mundo político tienes que enfrentarte. En la coalición participas con gente de todas las edades, identidades y orientación sexual. Y ahí es donde una ve más tensiones, porque lo que para ti era importante en las organizaciones, que todas las mujeres sean parte del feminismo, erradicar todos los tipos de violencia de género, erradicar la violencia y discriminación contra disidencias sexuales, eso pasa a un segundo plano.

– En tu libro relatas tu experiencia trabajando con parlamentarios y parlamentarias. ¿Cuáles crees que son los principales desafíos para el futuro, considerando el desconocimiento presente en la tramitación de la Ley de Identidad de Género?

– Como las personas trans no tenemos representatividad y hay mucha ausencia en esta materia, existe también mucho desconocimiento y prejuicio. Que hayamos tenido una buena votación de la ley en su momento no significa que los parlamentarios sepan sobre la realidad de las personas trans. A muchos grupos les pasa: personas con discapacidad, pueblos originarios. Pasa principalmente por no tener cercana la realidad, porque hay personas con más convicciones pero que han tenido una realidad cercana. Y ahí es donde tú ves que tenemos que tener gente que de verdad sea representativa porque va a luchar con mayor razón. Desde mi experiencia, hay mucho desconocimiento que, en gran medida, es desconocimiento absoluto, no necesariamente maldad.

“Históricamente nos han relegado a contar nuestra historia, situaciones sufridas, pero no tenemos derecho a escribir en el ámbito académico”

– Siempre ha estado la visión de que la derecha es un sector que discrimina a la comunidad LGBTIQ+ y que la izquierda es más cercana a ella. Desde tu experiencia en un partido de izquierda, ¿ocurre así efectivamente?

– La verdad es que yo creo que la izquierda ha sido mucho más cercana en estas materias por una sensibilidad social. Ahora, ¿eso implica que la izquierda no es transfóbica, machista, homofóbica o lesbofóbica? No, la izquierda lo es. Cuando una dice eso, la derecha empieza a decir que ellos no son así y no, la derecha es peor. La derecha nunca ha cambiado, no va a cambiar durante este próximo proceso y es algo que demuestra constantemente. El gran problema que ha tenido la izquierda es que todavía tiene esa sensación de morbo, de instrumentalización y mirar desde la otredad, muy desde la lógica despectiva con la diversidad sexual en ese ámbito.

Política, feminismo y disidencias

– ¿Crees que el feminismo se ha instalado en la política?

– El feminismo hoy en día en el mundo político todavía sigue sin implementarse de manera correcta. Ahí es donde los proyectos políticos pasan, lamentablemente, a considerar en segundo plano ciertas luchas. En el caso de la paridad, esta fue una lucha que vino desde afuera, desde las organizaciones, y los partidos políticos no hicieron nada más que cumplir con la ley, no están haciendo algo revolucionario. 

– ¿Cuál es el problema de los liderazgos actuales?

– En general, si tú ves los nuevos liderazgos que se han implementado y que han estado en la palestra, en general tienen un perfil desde la política universitaria, de la Chile o de la Católica. ¿Y de las dirigencias sociales, quién? Casi nadie. No tenemos dirigencia social en espacios políticos de poder ni al interior de Apruebo Dignidad. Y en primer lugar, eso es parte de una disputa electoral. En segundo lugar, porque la política sigue estando exclusivamente masculinizada. Y en tercer lugar, porque al final es una disputa de egos. La política no ha cambiado en nada si va a ser una política de egos. Esas tensiones se van dando y por eso la gente se va, renuncia a los partidos políticos y se queda en las organizaciones, en los territorios. Esas tensiones, desde el punto de vista personal, muchas veces terminan siendo desgastantes. 

– ¿Cómo ves el panorama en las futuras elecciones presidenciales?

– Lo más probable es que en las próximas elecciones presidenciales se repita el mismo patrón. Dentro de esta lógica, nunca va a ser lo mismo una candidatura de un hombre cisgénero heterosexual que una candidatura de una mujer de las disidencias. Al final, lo que representan las candidaturas efectivamente tiene un impacto a nivel cultural. Si yo empiezo a ver más mujeres en la toma de decisiones, en puestos de poder o en el área de ciencias, va a ser algo que efectivamente va a promover que exista una mayor integración e inclusión dentro de estos ámbitos. Hay mucho discurso de “Te apaño, te acepto”, pero muy poco de “Esta es nuestra lucha”, porque la consideran como la lucha de otras personas. 

“Creo que la izquierda ha sido mucho más cercana en estas materias por una sensibilidad social. Ahora, ¿eso implica que la izquierda no es transfóbica, machista, homofóbica o lesbofóbica? No, la izquierda lo es”

– En este contexto, ¿qué te llevó a presentar tu precandidatura a diputada?

– Una de las cosas más importantes que considerábamos con el proyecto político que levantamos era el tema de la Convención Constitucional. Por supuesto que necesitamos personas trans en todos los espacios, pero la pelea más importante era esa, entonces fue un golpe súper duro quedarse fuera. Pero también hay un aspecto muy importante que hemos visto durante la tramitación de las leyes, en general el aspecto simbólico, cultural y político no está en relación a la diversidad sexual. Necesitamos representación porque hay muchos proyectos o reformas que han tenido que ver con personas trans y no ha habido ningún avance o no lo han abordado de manera correcta. 

La Convención

– En tu libro haces mención a los aspectos pendientes de la Ley de Identidad de Género, en la que no se considera a niñas y niños, ni tampoco a las personas no binarias. ¿Es posible trabajar en estos aspectos a lo largo del proceso constituyente? 

– En ese sentido, hay un aspecto que sin duda puede avanzarse ahí, pero no va a ser la solución concreta. El problema de la Ley de Identidad de Género es que niños y niñas no pueden realizar el cambio de nombre sexo-registral y las personas no binarias tampoco. Entonces sí, una Nueva Constitución puede hablar del derecho a la identidad e incorporar a niños y niñas, porque todas las personas tienen este derecho. Pero eso no soluciona el problema, porque vas a tener un libro que va a decir esas cosas muy bonitas, ¿pero en la práctica cómo las materializo? Para materializarlas requieres una ley, entonces sí o sí necesitas modificar la Ley de Identidad de Género. 

– ¿Crees que las disidencias sexuales están bien representadas en la Convención?

– Creo que las disidencias sexuales tienen la representación en general, porque tenemos esta pequeña bancada, este pequeño grupo de ocho personas. Una puede cuestionar que no haya personas trans, que me parece un aspecto súper importante. Igual refleja un poco la realidad, lamentablemente. Siempre los hombres gay han tenido más representatividad que las mujeres lesbianas. En general, es algo que tampoco le interesó mucho a la coalición de Apruebo Dignidad. No les interesó priorizar candidaturas trans o de las disidencias, y priorizar significa tanto un diseño electoral como un diseño económico. Y eso implica también que el resto de las fuerzas políticas hagan ese ejercicio de humildad, de entender qué cosas son más importantes en un distrito u otro. 

– Con respecto a la redacción de una Nueva Constitución, ¿de qué manera buscan ser considerados como comunidad, tomando en cuenta que ninguna persona trans fue electa constituyente?

– Es súper importante considerar que no hay derechos exclusivamente pensados en la población trans, sino que derechos en general que pueden tener una perspectiva para la población trans. El ejemplo paradigmático es el derecho a la identidad, que lo luchamos por más de cinco años en la tramitación de la Ley de Identidad de Género. Pero el derecho a la identidad tiene muchas otras manifestaciones, como el derecho a la identidad cultural, que es algo que fácilmente pelearían los pueblos originarios. Consagrar el derecho a la identidad es súper importante en la Nueva Constitución, al igual que el Estado se haga mucho más cargo de la violencia y la discriminación. También reconocer una educación sexual integral, que tiene un impacto en la población trans. 

“Consagrar el derecho a la identidad es súper importante en la Nueva Constitución, al igual que el Estado se haga mucho más cargo de la violencia y la discriminación”

– ¿Tienes la esperanza de que el nuevo Chile que emerja de estos procesos sea más inclusivo con la comunidad trans? 

Creo que sí, yo por lo menos tengo esperanza y optimismo de que van a cambiar las cosas. Se nota en el hecho de que hay más niños y niñas trans que pueden realizar su transición libremente y estar en diferentes espacios. Eso tiene un impacto concreto, en la vida real. Y siguen habiendo avances, más que legales, culturales, que son súper importantes. Aún así, todavía hay un grupo de personas que cree que no deberíamos tener derechos, incluso un grupo que señala abiertamente que no debiéramos existir. Mientras eso no se erradique, no vamos a poder avanzar. También se va a avanzar cuando estas materias ya no sean consideradas valóricas, sino que de derechos, porque si siguen siendo valóricas, entonces toda la gente puede tomar una postura y decir que ciertas personas no tienen derechos.

– Además del desconocimiento en los sectores políticos, ¿cómo crees que se puede combatir el desconocimiento en la sociedad, a un nivel más general? 

– Creo que la única forma de cambiar eso es a través de la educación. En su momento, para mí en gran medida, que tipificaramos algunos delitos era muy necesario e importante, incluso aumentar las penas en algunos casos. Después me di cuenta de que el miedo a las sanciones no cambia a nadie. En la práctica consigues un poco de justicia pero no logras el cambio. En primer lugar, es necesaria una educación sexual integral. Si se avanza en torno a eso, lo más probable es que de esa manera pueda ir erradicándose lenta y progresivamente la discriminación y la violencia de género.

Créditos: La Pollera Ediciones

“¿Un cuerpo equivocado?: Identidad de género, derechos y caminos de transición”

Constanza Valdés

La Pollera Ediciones

126 páginas

$12.900


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