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Entrevistas

1 de Septiembre de 2021

Camilo Lagos, presidente del PRO, y la cuarta aventura presidencial de ME-O: “Para nosotros ser candidato significa perseverancia”

Foto: Agencia Uno

De esta manera el presidente de la colectividad justifica la nueva candidatura del cineasta porque “no vemos la política para cuantificar las veces que te has postulado”. Asimismo, asume el riesgo de que el partido pierda su legalidad si no logran elegir los cuatro parlamentarios que les exige la normativa, tras quedar fuera de la lista única de la ex Unidad Constituyente por priorizar una campaña presidencial que, asegura, aportará al Proceso Constituyente: “El partido se puede reescribir una u dos veces, pero una Convención no la vamos a tener en 40 años”.

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El panorama político del Partido Progresista cambió radicalmente desde el lunes 23 de agosto, el último plazo para inscribir candidaturas. La semana anterior, a Marco Enríquez-Ominami le restituyeron sus derechos políticos, y el día previo a la inscripción, se anunció como candidato presidencial.

A raíz de esa decisión, el PRO ha sufrido varias consecuencias directas: se quedaron sin coalición y fuera de una lista parlamentaria única, perdieron a sus dos únicos representantes en el Senado Alejandro Navarro y Alejandro Guillier– y corren el riesgo de perder el estatus legal si no obtienen tres escaños en la Cámara.

Luego de la semana más turbulenta para los progresistas, el presidente del partido, Camilo Lagos, se conecta a un link de Zoom con The Clinic para dar su versión de cómo pasaron de estar firmes en una coalición, a quedar varados en el mar de la centro izquierda, con una cuarta candidatura presidencial de su líder fundacional.

-¿Cuando comenzaron los problemas entre el PRO y Unidad Constituyente?

-Tuvimos reuniones para hacer una consulta virtual y había bastante acuerdo en que era un buen mecanismo, con todas las falencias que tenían, pero no dejaban hacerlo. Sólo después de que Yasna se proclamara candidata, tuvimos una reunión en la tarde en la que Carmen Frei dice que sólo estarían dispuestos a recurrir a una consulta presencial. El resto de los partidos acogen esto, particularmente el PS. Yo señalé todas mis preocupaciones sobre la primaria presencial: por lo improvisada, por los costos, por una serie de elementos. También en esa reunión, dos presidentes de partidos establecieron que Marco no podía participar de esa consulta.

-¿Qué presidentes?

-Prefiero no decirlo, pero hubo dos presidentes que plantearon que no podía inscribirse Marco si no había resuelto sus problemas. Yo en todo momento les señalé que Marco sí estaría en condiciones de presentar su candidatura porque tendría sus problemas resueltos para el 23 de agosto.

-¿Con qué información podían dar confianza de que ME-O resolvería sus problemas?

-Era la apuesta por la que estábamos confiados, por lo que hablamos también con los abogados. A Marco se le impedía votar por la acusación de un fiscal. Estaba imputado por un simple fiscal. Eso en ningún caso podía inhabilitarlo. Si no hay una condena mediante, no puedes privar de derechos políticos a una persona. Además, nos decían: ¿qué pasa si gana y no puede ser candidato? Yo decía bueno, buscaremos otro mecanismo. Yo podía asegurar que Marco iba a poder porque estaba confiado en la justicia.

-Pero igual había un factor de incertidumbre, más allá de lo confiados que estaban ustedes…

-Bueno, pero la misma incertidumbre había de que no votara nadie en la consulta, cómo finalmente pasó. La misma incertidumbre de que alguno de los candidatos no aceptará los resultados, la misma incertidumbre de que el PS se fuera a formar otro pacto de un día para otro.

Lagos dice que la consulta ciudadana de Unidad Constituyente tuvo un costo de $500 millones: “En un momento la DC señaló que ellos no tenían recursos para financiar una consulta y recuerdo claramente que Álvaro Elizalde dice que le va a prestar estos recursos”.

-Pero hubiesen tenido muy poco tiempo para resolver una nueva candidatura si ME-O ganaba y no le restituían sus derechos políticos…

-Pero el hecho era que nosotros planteamos que estaba la posibilidad de que fuera candidato. Pero no sólo estaba el veto de estos dos presidentes de partidos. Lo segundo era que los costos de la consulta nos parecían abominables. Ahí se hablaba de la necesidad de tener $500 millones para la consulta. Hablaban de que cada candidatura aportara $125 millones. Y aquí se da otro hecho que yo no lo he dicho muchas veces, pero me pareció bastante cuestionable: en un momento la Democracia Cristiana señaló que ellos no tenían recursos para financiar una consulta y recuerdo claramente que Álvaro Elizalde dice que le va a prestar estos recursos a la DC. Ahí yo me giré mirando a Elizalde y le pregunté si el PS iba a financiar la consulta. y él dice que no, que este es un acuerdo entre la DC y el PS. Que si el PRO quiere entrar, tiene que pagar su cuota. Yo señalé de inmediato las razones por las que el PRO no iba a participar. Dijimos que íbamos a estar en la lista única parlamentaria y todos lo aceptaron. Todos dijeron: perfecto.

-Entonces, ¿en ese momento quedó acordado que ustedes estarían en la lista parlamentaria sin participar en la consulta ciudadana?

-Sí. Y yo les señalé que la decisión presidencial del PRO se iba a tomar al final. Nunca señalé que iba a proclamar a quien ganara la consulta, porque éramos muy críticos de la consulta misma.

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-¿Los demás partidos dijeron estar de acuerdo con eso?

-Sí, y por lo tanto las negociaciones parlamentarias continuaron.

-¿Y cuando se detuvieron?

-El miércoles 18, porque a la una de la tarde sale la noticia de que, de forma unánime, el Tribunal Constitucional había aprobado la devolución de derechos políticos a Marco. Ahí hubo un cambio de actitud de Unidad Constituyente. Vimos que en vez de que nuestros aliados nos felicitaran, se paró la negociación y dijeron que querían que el PRO se comprometa a respetar el resultado de la consulta el día sábado. Todo esto siendo que todos sabían que en tres consejos generales el PRO le pidió a Marco que fuera candidato presidencial.

“Ese sábado (de la consulta ciudadana) yo estuve en la casa de Marco y le comenté que, frente a una consulta tan desastrosa, había que proclamar una candidatura presidencial del partido“.

-¿Quienes participaron de esos consejos?

-En nuestros consejos generales hay tres delegados representantes por región. Ese consejo en febrero proclamó como candidato presidencial a ME-O. Después, en mayo, por la posibilidad de que hubiese primarias legales. La tercera y última votación fue el lunes 16 de agosto. Ahí invitamos a los senadores Guillier y Navarro, ambos estuvieron presentes y, aunque tenían derecho a voz, ninguno de los dos se opuso.

El sábado llegó la consulta, que a nuestro juicio fue un fracaso, y esa noche Marco le escribe a Yasna con la idea de reunirse a la brevedad. Ese sábado yo estuve en la casa de Marco y le comenté que, frente a una consulta tan desastrosa, había que proclamar una candidatura presidencial del partido. Y el partido ya lo había mandatado, estábamos mandatados por eso y nos parecía que el fracaso de esta consulta, justificaba también la posibilidad de levantar una candidatura propia. 

-Sumar a otro candidato de centro izquierda podría dividir los votos y perjudicar a su sector. ¿Pensaron en ese factor al tomar la decisión, considerando que ustedes apelan por la unidad?

-Creo que nosotros vimos la opción de ir con un candidato único de toda la izquierda, que fue lo que propusimos para la primaria legal, sin incluir a ME-O. También recordemos que el PRO ha promovido listas únicas para constituyentes y para parlamentarias. Nosotros estábamos dispuestos a todos los sacrificios en favor de la unidad.

-Pero no estuvieron de acuerdo con el sacrificio de no llevar a ME-O en favor de la unidad…

-Es que para nosotros la unidad se había roto antes y creíamos que con un liderazgo tan débil como el de Yasna, se le hacía poco favor a la unidad. Sentíamos que lo que se había demostrado, era que la Unidad Constituyente tenía un problema de liderazgos evidente y no convocaba más que a sus militantes a votar. Los liderazgos que estaban en disputa no fueron capaces de convocar a la masa de la centroizquierda.

-Pero también es evidente que el liderazgo de ME-O no fue capaz de unificar a la centro izquierda detrás de él. Como factor unitario también es cuestionable…

-Nosotros hicimos todos los esfuerzos. Marco no podía ser candidato y contribuyó gestando, ayudando, coordinando y promoviendo ideas para la coalición. Pero, llegado el momento electoral, nosotros hicimos algunas observaciones: en Boric veíamos un liderazgo que encarnaba un ethos de cambio, pero que no encarnaba gobernabilidad. Por su parte, Yasna encarnaba gobernabilidad, pero no cambios, por lo que no tiene posibilidad de pasar a segunda vuelta. En ese sentido creímos que Marco era un liderazgo distinto que combinaba las dos cosas.

-¿Qué tan sostenible es plantear a ME-O como factor de cambio si el lleva 12 años repostulándose a la presidencia y perdiendo?

-Las grandes banderas que hoy día son mayoría, son banderas que nosotros levantamos hace 10 años. Nosotros no vemos la política como que haya que cuantificar cuántas veces te has postulado. Nosotros lo vemos como algo súper positivo. Para nosotros, el ser candidato significa perseverancia. Los liderazgos políticos son para confrontarlos en la calle, para confrontarlo en las elecciones, no para guardarlos en una vitrina y tenerlos como un activo político para negociar cupos. Es para entrar en disputa y correr los riesgos que eso significa. Marcó el 2009 podría haber sido diputado o senador seguro y prefirió correr igual. Por lo tanto, a mí me parece legítimo que los liderazgos se confronten en los votos. Los liderazgos terminan muriendo si no están confrontados a la exigencia del apoyo ciudadano. Velasco se quería cuidar en 2009 y ya no hubo Velasco en 2013, por ejemplo. 

-Entonces, ¿el objetivo es mantener vigente la figura de ME-O?

-¡No! Es que no hay mejor forma de disputar nuestras ideas, nuestras convicciones, que con una campaña presidencial. Porque nosotros creemos que el Proceso Constituyente está en disputa, está siendo bombardeado por los sectores conservadores. Entonces, ¿cómo defendemos mejor la Convención? A nuestro juicio el liderazgo de Yasna no es uno que defienda a la constituyente…

-¿Por qué no?

No la veo acompañando a la Convención en términos ideológicos. Habría que preguntarle qué va a pasar si la Convención aprueba el fin del Senado, considerando que ella está a la mitad de su mandato. Por otro lado, yo sé que Gabriel Boric es un liderazgo de izquierda progresista y no me cabe la menor duda que está comprometido con la Convención, pero no veo en su relato un compromiso a carta cabal con el Proceso Constituyente. Vi que en la misma primaria se instalaban debates programáticos que son hoy día potestad de la Convención Constitucional, como que se olvida que hay un debate constitucional. Hay una locura de los partidos por las candidaturas al Senado y a diputados, pero el sistema político está en cuestión, va a ser reformado en un año más. Vamos a tener nueva ley orgánica de los partidos políticos, a propósito de los que están preocupados de sacar cuatro parlamentarios para mantener la legalidad del PRO.

“Guillier quería jubilar en el Senado” 

“No nos íbamos a jugar por sacar senadores con el propósito de jubilar. Esto a propósito de Alejandro Guillier, que me lo dijo, que él quería jubilar en el Senado“.

-Aprovechemos de entrar en ese detalle. ¿Consideraron que al levantar a ME-O quedarían fuera de UC y sería más difícil obtener cuatro diputados para que no desaparezca el partido?

-Cuando el PRO nace en 2010, nace con la bandera de la Asamblea Constituyente. En la primera declaración del PRO se dice que es un partido para la Asamblea Constituyente. Es su ethos fundacional. Para nosotros la continuidad del PRO, más que estar ligada a su existencia mediante cuatro parlamentarios, tiene que estar sujeta al éxito del proceso. Y que Sichel sea presidente sería un fracaso del PRO. Para nosotros, levantar la candidatura de Marco es levantar la candidatura que permite frenar a Sichel. Ya sea pasando nosotros a segunda vuelta o recogiendo voces que quizás no van a estar con Boric ni con Yasna y que se pueden conducir en una segunda vuelta a un apoyo a una candidatura única de la centro izquierda. Entre jugárnosla por la institucionalidad del partido y el proceso constituyente, elegimos la constituyente. El partido se puede reescribir una u dos veces. Pero una Convención no la vamos a tener en 40 años.

Entonces, no nos íbamos a jugar por sacar senadores con el propósito de jubilar. Esto a propósito de Alejandro Guillier, que me lo dijo, que él quería jubilar en el Senado y que esta era su última elección para jubilar como senador. 

-O sea, ¿están dispuestos a levantar la candidatura de ME-O y después volver a inscribirse como partido?

-Sï, para qué íbamos a poner como prioridad la legalidad del PRO si lo que está en juego es un Proceso Constituyente. Nosotros nos jugamos por la alternativa presidencial porque creemos que, hoy día, es el mejor camino para defender el Proceso Constituyente y asegurar que no esté en peligro con un potencial triunfo de la derecha en segunda vuelta.

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-Eso es en la presidencial, pero el Congreso sigue siendo un poder del Estado donde se podría proteger a la Convención. ¿Por qué prefirieron dejar de lado las parlamentarias?

-Es que no necesariamente vamos a quedar fuera. Creo que eso sería menospreciar a nuestros 27 candidatos del PRO. Fabiola Campillay no va en una lista y estoy seguro de que va a ser electa. 

-Pero Fabiola Campillay es una figura reconocida en todo el país, no es comparable.

-Mi punto es que hay muchos que corren sólos. Y nosotros en algunos distritos llevamos 4 o 5 candidatos. O sea, también hicimos nuestra apuesta ahí. Chile está en cambio, el resultado de la Lista del Pueblo en la Constituyente demostró que hay candidaturas que logran romper el amarre electoral de los distritos de siempre.

-Pero también hay otro factor: van a dividir los votos de la izquierda y le van a dar más fuerza a la derecha, lo que sería contrario a su objetivo…

-¿Por qué el PRO va a tener que renunciar a su camino? Si nosotros propusimos lista única de toda la oposición y no fue posible, propusimos primarias legales de toda la oposición y no fue posible. Entonces, ¿por qué tendríamos que aceptar los no de los otros?

-Pero usted dijo que estaban dispuestos a hacer todos los sacrificios, ¿qué cambia en esta situación?

-Que la constituyente vale más y creemos que se defiende mejor en la primera vuelta. Porque ni Sichel, ni Kast, ni Parisi van a defender la constituyente. Yasna tampoco y débilmente Boric, porque no lo veo comprometido con la defensa de la constituyente.

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-Pensando en el periodo de campaña, ME-O sigue siendo imputado en el caso SQM. ¿Cree que ese va a ser un flanco para su candidatura?

-No, nosotros hemos dicho que esperamos el juicio. Hemos esperado siete años ese juicio para demostrar la falsedad de las acusaciones, que son muy débiles por lo demás. Marco ni siquiera era funcionario público como los demás imputados, era privado. Además, no tiene boletas, facturas, emails, nada. Para nosotros es una acusación hecha por el fiscal de Piñera, que carece de fundamento y que estamos esperando que sea la justicia la que decida eso en tribunales. En una sociedad democrática debe prevalecer siempre la presunción de inocencia y, por lo tanto, creemos que no va a tener impacto.

-Pensando en el Chile post Estallido y en la crisis de confianza de la ciudadanía a la política, ¿les parece viable la candidatura de ME-O mientras siga con una acusación abierta?

-Nosotros no tenemos nada que esconder. Esta es una crisis de confianza en la política y se intentó arrastrar a nuestro partido a ese barro a través de nuestro liderazgo principal. Hay un intento de la derecha y de los medios de comunicación de enlodar a los liderazgos progresistas. Eso se llama Lawfare, guerra jurídica, que hace referencia a procesos similares en Bolivia, Brasil, Ecuador, Colombia…

-Pero los casos de esos líderes afectados por el Lawfare, eran todos de presidentes electos. El caso de ME-O es distinto…

-Te doy otro, (Gustavo) Petro, en Colombia. El Lawfare es usar a fiscales y al poder judicial para atacar liderazgos progresistas, acompañados de los medios de comunicación hegemónicos. Donde filtran partes sesgadas de las acusaciones y generan las condiciones para la acusación.

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-Alejandro Guillier dijo que ME-O “cree más en sus propias capacidades que lo que pueda hacer el PRO como partido”. ¿Le hace sentido la frase de Guillier?

-Yo entiendo que el senador Guillier haya tenido una corta militancia y que haya conocido poco al PRO, a su militancia y a los espacios de debate del partido. El PRO es un partido comprometido con los cambios sociales y la constituyente, y si Marco es candidato presidencial es porque el PRO así lo ha pedido. Nosotros entendemos al partido como un instrumento para impulsar los cambios sociales y estamos convencidos de que la disputa presidencial es donde se van a debatir los grandes temas del país. Hay otros partidos que buscan vegetar en los parlamentos y mantener sus estructuras partidarias a través de elegir parlamentarios, pero para nosotros la posibilidad de disputar los cambios se da en varios campos de batalla. En Chile, en este momento, ese campo de batalla está en la elección presidencial. Yo lamento que el senador menosprecie la decisión colectiva del PRO.

-Usted dice que el PRO va a tratar de sumar más votantes para la centro izquierda en primera vuelta, pero lo cierto es que van a haber más candidatos y se dividirá más el voto. ¿Cuál es la estrategia para lograr la unidad con este factor?

-No volver a cometer los errores que hemos cometido antes como partido. Por lo tanto, hacer una campaña distinta, de unidad. Acá hay una disputa por quién conduce mejor un proceso, que es legítimo, pero nos encontramos en el grueso de nuestras ideas. Así que a diferencia de lo que pasaba en otras campañas, donde veíamos adversarios en nuestro mismo espectro político, nos vamos a concentrar en que nuestros adversarios están a la derecha: Sichel, Kast y Parisi.


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