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Opinión

4 de Octubre de 2021

Columna de Sylvia Eyzaguirre, Javiera Gazmuri y Horacio San Martín: Sesgo en las notas de Enseñanza Media y ranking

Agencia Uno

Mientras sólo el 7% de los estudiantes de establecimientos municipales y particulares subvencionados tiene más de 700 puntos de puntaje NEM, el 28% de los estudiantes que estudian en los colegios particulares pagados tiene sobre este puntaje.

Sylvia Eyzaguirre, Javiera Gazmuri y Horacio San Martín
Sylvia Eyzaguirre, Javiera Gazmuri y Horacio San Martín
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La Educación Superior es uno de los principales motores de movilidad social. Lamentablemente, el acceso a esta está altamente correlacionado con el ingreso del hogar, provocando que muchos talentos se pierdan en el camino. En los últimos años ha surgido la necesidad de incluir criterios observables en la selección que sean un buen predictor del desempeño académico, pero que a la vez sean independientes del ingreso familiar. Así, en 2012 se incorporó como instrumento de selección el puntaje ranking y un aumento de la ponderación de las Notas de Enseñanza Media (NEM), toda vez que el actual ranking no es otra cosa que una bonificación a las NEM. Sin embargo, el actual diseño del ranking al igual que el del puntaje de las Notas de Enseñanza Media contemplan sesgos socioeconómicos.

Los puntajes de las NEM y del ranking presentan un sesgo a favor de los estudiantes de establecimientos particulares pagados. Mientras sólo el 7% de los estudiantes de establecimientos municipales y particulares subvencionados tiene más de 700 puntos de puntaje NEM, el 28% de los estudiantes que estudian en los colegios particulares pagados tiene sobre este puntaje. Se podría argumentar que ello no implica necesariamente un sesgo socioeconómico, sino que refleja que los últimos tienen un mejor desempeño académico que los primeros. Sin embargo, las diferencias que observamos en los puntajes NEM, que favorecen a estudiantes de colegios particulares pagados, no se justifican si comparamos a través de medidas de rendimiento objetivo como el puntaje SIMCE.

El actual diseño del ranking al igual que el del puntaje de las NEM contemplan sesgos socioeconómicos.

Las diferencias observadas en las Notas de Enseñanza Media se replican en el puntaje ranking: mientras sólo el 16% de los estudiantes de colegios municipales y particulares subvencionados tiene un puntaje superior a 700 puntos, el 34% de los estudiantes de colegios particulares pagados obtiene un puntaje equivalente. Estas diferencias son inaceptables si lo que se busca medir mediante este instrumento es el rendimiento relativo de los estudiantes. Las diferencias en algunos casos alcanzan hasta 300 puntos de diferencia en su puntaje ranking para la misma posición relativa, beneficiándose más el estudiante de colegio particular pagado. Si usamos el percentil SIMCE como medida de desempeño relativo, se obtiene que el puntaje ranking no es un buen predictor de este desempeño.

Junto con este sesgo que beneficia arbitrariamente a los estudiantes de familias con mayores ingresos, observamos que el aumento en la ponderación de estos instrumentos (puntaje NEM y ranking) coincide con un aumento sistemático de las Notas de Enseñanza Media a través del tiempo para todos los establecimientos. Los resultados presentados indican que parte del aumento en los promedios tiene que ver con la respuesta estratégica de los colegios, pues en todos los rangos y para medidas de rendimiento objetivo y relativo aumentó sistemáticamente el promedio de los estudiantes.

Las diferencias que observamos en los puntajes NEM, que favorecen a estudiantes de colegios particulares pagados, no se justifican si comparamos a través de medidas de rendimiento objetivo como el puntaje SIMCE.

La inflación de notas puede tener consecuencias en el acceso a la educación superior. Los establecimientos con mayores niveles de inflación de notas presentaron mayores tasas de matriculados, incluso después de controlar por puntaje SIMCE y PSU.

Tenemos una oportunidad para seguir avanzando hacia un acceso justo a la Educación Superior. Para lograrlo, resulta imperante perfeccionar ambos instrumentos basándonos en evidencia disponible.

Junto con este sesgo que beneficia arbitrariamente a los estudiantes de familias con mayores ingresos, observamos que el aumento en la ponderación de estos instrumentos (puntaje NEM y ranking) coincide con un aumento sistemático de las NEM a través del tiempo para todos los establecimientos.

*Sylvia Eyzaguirre es investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP) y  Doctora en Filosofía de la Universidad Albert-Ludwig de Friburgo (Alemania). Javiera Gazmuri es investigadora asistente del área de  Educación CEP, Magister en Economía Aplicada (PUC). Horacio San Martín es investigador asistente del área de Educación CEP e Ingeniero comercial con mención en Economía (Universidad de Chile).

También puedes leer: Pedagogía en crisis: Matrículas en la carrera van a la baja y se proyecta un déficit de 26 mil profesores para 2025


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